Partida Rol por web

Una pequeña sonrisa apareció en mis labios tras el comentario de Amber-No te culpo yo también estoy preocupado por el tema..aunque parezca que todo en éste pueblo es peligroso realmente suele ser un remanso de paz y apenas hay movidas violentas, como mucho algún borracho montando bulla, pero poco más-dije quitándole importancia al asunto.

-Mira, aquí al lado está el Parque King, es muy bonito y rebosa tranquilidad, nos vendrá bien desconectar de toda esta mierda yendo allí y buscando algún lugar tranquilo- comenté sonriendo de nuevo.

-¿Te parece bien?-pregunté para continuar con su otra cuestión-La verdad es que no estoy seguro, quizás con el tiroteo se cierre el instituto un par de días por el luto..- comenté ensombreciendo ligeramente el rostro.

Pestañeé varias veces, confusa, cuando escuché a Mel decirme en voz baja que lo sentía. ¿No era yo quién había metido la pata?

Aquel pensamiento se esfumó en cuanto me abrazó, abrazándome yo también a ella con fuerza. No importaba cómo habíamos llegado a eso, lo importante era que habíamos hablado y que habíamos logrado entendernos. Aquello era lo que me decía aquel abrazo, eso y lo que mi amiga me quería, un sentimiento que era mutuo.

- Ya sé que no pretendías eso. Yo tampoco quería que lo pasaras mal... - respondí a sus primeras palabras, sin dejar de abrazarla. - No te preocupes, sólo ha sido un malentendido...- le pedí cuando hizo mención a haber dudado de mí, notándosele afectada.

Mi amiga dejó en seguida claro que continuaba preocupada por aquella involuntaria revelación, y la estreché aún más entre mis brazos al notar que lloraba, oyéndole decir después que tenía miedo.

- No va a pasar nada... - quise hacerle ver en un tranquilzador susurro, y continué hablando cuando nos separamos, encogiéndoseme el corazón ante su compungido y lloroso rostro. - Y si pasa, yo voy a estar contigo. - afirmé rotunda, con mis ojos aún algo húmedos. - Las cosas no son como antes, quiero que tengas claro eso... Si algún idiota se mete contigo por lo que ya sabes, lo solucionaremos juntas. De todos modos, no creo que Jason y Amber vayan a decirlo por ahí, aunque podemos decirles que no digan nada si lo prefieres así. - volví a quitarme las gafas, secándome los ojos. - Tú decides, yo te apoyo en lo que quieras hacer. - añadí con una sonrisa llena de comprensión tras volver a ponerme las gafas.

Tommy sonrió ilusionado ante las palabras del doctor, aunque aún se preguntaba que demonios hacía Revok en la habitación con él y... a solas. No tenía relación alguna con él, salvo las pocas veces que había visitado la biblioteca para intentar estudiar o hacer algún trabajo de clase por lo que seguía sin entender que hacía el hombre aquel allí. Los dos solos.

Pero las palabras de ánimo que le diste, trajeron a Jay a la realidad. El reto era muy sencillo, tal y como le decías. Pero si el médico se lo había propuesto para darle el alta es que podría haber algún tipo de trampa... quizás su cuerpo no reaccionase como debiera. Se quedó pensativo unos segundos, dándose cuenta de que en el tiempo que llevaba despierto no había movido las piernas para nada. Tommy miró a su madre, la cual le animaba a hacerlo también y sonrió.

- Es pan comido. - Dijo al fin, llevando sus piernas al borde de la cama bajo la atenta mirada del doctor Cassidy. Aún apoyado en la misma, puso los pies en el suelo y se quedó de pie. Se mareó levemente, pero eso no le impidió mantener la postura. - Pues tendrás que ser más rápido que yo, colega... si no quieres verme el trasero. - Te siguió la broma, para comenzar a caminar, lentamente al principio.

Caminaba como un borracho, se iba de lado a lado, pero conseguía mantenerse en equilibrio. Su madre y el doctor, enseguida se colocaron a su lado, por si terminaba de perder el equilibrio, tuviese donde agarrarse. Pero Tommy tenía fija su vista en tí y en la puerta y continuó andando, cada vez más recto y más seguro. - Ya estás corriendo, que me giro. - Te dijo al llegar y se dió la vuelta para regresar a la cama. Su paso se había estabilizado y ahora eran firmes, tanto que se animó a apretar el paso y llegar a la cama lo más deprisa que pudo caminando. - ¡Toma! - Exclamó al lograrlo, abrazándose a su llorosa madre.

- ¿Cuándo nos vamos? - Preguntó a Cassidy mientras mantenía a su madre en sus brazos y ponía la mano para que la chocases con él. - Me siento... ¡¡fenomenal!! - Alegó lleno de energía. El doctor sonrió y os comunicó que en breve, una enfermera les traería el alta médica de Tommy, tras despedirse de vosotros, salió por la puerta de la habitación.

- Tengo que contárselo a Shyl. - Dijo deprisa y cruzando la mirada contigo, dándose cuenta en aquel momento de lo que quisiste decir con tus palabras, segundos antes de que entrase el médico. Pero no dijo nada, se sentó en la cama y cogió su móvil, hundiendo la mirada en él, mientras escribía un mensaje a vuestra amiga.

Poco a poco me fui serenando. Todo había sido un mal entendido, por elegir mal las palabras, por soltar otras cuando no debía y por mi inseguiridad que me afectaba con todo y todos en general. Al menos las cosas se iban aclarando y soltar así mis temores me habían dejado más tranquila. No podía contarle a nadie lo ocurrido en la cafetería y menos aún a Revok. - Menos mal que te tengo como amiga. - La confesé separándome de ella y mirándola a los ojos. Ambas debíamos estar bastante ridículas con los ojos llorosos, pero me daba igual. Por una vez, no me importaba nada lo que pensasen los demás. - Y que podré hablar de esto contigo... de lo que dije en la cafetería... - Bajé la voz, ruborizándome de nuevo y por timidez.

- No quiero darle más importancia de la que tiene... - Confesé a Diana cuando esta me dijo de hablar con Amber y Jason para que no dijesen nada. - ... o más bien no quiero que vean lo verdaderamente importante que es para mí que no se sepa, si finjo que no me importa, no podrán usarlo en mi contra. - Añadí con cierta sabiduría, contagiada por mi tiempo en la biblioteca y mis horas de lectura. Quizás no funcionase, pero si yo lo creía...

- Espero no haber estropeado tu amistad con ellos, ya sabes que esto se me da fatal... - Dije después de pensar en que Amber y Jason se habían quedado atrás en la cafetería. - Pero yo... debería ir a ver a Darryl. Si le dan el alta ya, tendré que llevarle a casa. No podrá conducir con un brazo en cabestrillo.  - Expliqué a Diana con calma. - Y necesitará algo de ayuda en la biblioteca... - Me rasqué la cabeza al decirlo, apartando la mirada.

- No, si eso creía yo. - Que esto iba a ser un sitio aburrido de la hostia, y no me molaba pensarlo, pero coño, mejor aburrido que movido como lo está siendo.

- Sí, suena bien. - Contesto convencida a lo del parque. Sí que me vendría bien buscar algo de calma y olvidarme de toda esta situación, lo cual no va a ser fácil, pero sería más difícil que no lo intentara. Además, los parques son un buen lugar para encontrar a alguien que venda hierba, y eso sí que me ayudaría a olvidarme de esta mierda, por que cuanto más tiempo tengo para pensarlo más me está empezando a joder cómo se han pirado y cómo Diana me la ha jugado, sin entenderlo. Más ahora, que cuando pasó y me quedé plantada como una imbécil. Me enciendo un cigarro y le doy una calada al salir del hospital, esperando que con el humo se vayan también esas ideas. Total, para qué darle vueltas si no voy a entenderlo de todas formas, ni creo que vaya a preguntárselo cuando vuelva a verla con tal de no buscar una movida. De momento sólo ha pasado una vez, y en lo que entiendo que es un momento difícil para prácticamente todo Hill Valley, así que intentaré dejarlo pasar. 

Doy otra calada mientras me contesta sobre el instituto y lo miro, tentada de echarle el humo en la cara, como venganza por llamarme fea y apestosa, pero aun no tengo tanta confianza con él y me retracto de mi idea, echando el humo hacia otro lado, que igual le sienta mal. 

- Mm... - Levanto los hombros. - Así tendremos más tiempo para despejarnos. Todo el mundo lo necesita ahora, pero bueno, dejemos de lado toda esta mierda deprimente. Dime, ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Sigues alguna serie? Y... ¿Cuanto tiempo has vivido aquí? - Le ametrallo a preguntas en un momento, para darme cuenta de ello en el siguiente instante, y pensar que tal vez no esté muy cómodo con ello. No habré sido tan estúpida como para haber hecho lo mismo con Mel y que saliera corriendo por lo mismo, ¿Verdad? - No tienes que contestar si no quieres, que a veces corro más de la cuenta. - 

Era tan guapa...

Las había mejores claro, pero aquella blancura en su piel, daba un aspecto mas inocente a Rylee. Ladeé la cabeza pensando en ella y sonreí. Hubo un momento que tuve ganas de besarla pero me lo pensé mejor. Quizá si Cross no hubiera estado allí si me habría atrevido. Quizá si no hubiera estado ni habría entrado en la morgue.

- Era una buena chica. - Dije en voz baja a Cross.- Parecía un poco cría, si, pero... era dulce.- La toqué levemente el pelo como simulando una caricia.- Antes de ella solo había estado con macarras. Y mira... justo cuando encuentro algo distinto...- señalé con el pulgar al cielo.-... el de arriba me la quita.- Chasquee la lengua. - No es justo.

Me incliné para verla mejor. Casi deseaba volver a ver sus ojos azules una vez mas pero sería algo macabro el abrirselos solo para ello. Además, imaginaba que mirarían al infinito y, evidentemente sin vida. Justo al inclinarme, noté algo molesto en el interior de mi cazadora. Meti las menos esperando encontrar .. no se, el mechero, por ejemplo. Eran las fotos de su hermano.

Las saqué y me quede mirando la cara de hijo de puta y endurecí mi rostro.

- Quizá le molaba su hermano o algo así- Indiqué a Cross. La miré de nuevo con dureza, de cuerpo presente.- Podía habérmelo dicho. Podías habérmelo dicho, Rylee, antes de hacerme ilusiones o algo así- Amargamente suspiré- Eso ya no importa.

Cogí las fotos y las puse sobre su pecho, por dentro de la sábana, de forma que tocaran su piel.

- Adiós, Rylee.- Era una buena forma de despedirse. Al menos la idea de que le gustara su hermano, me era mas fácil para olvidarla. Quizá odiarla un poco y tirar para adelante.- Vámonos.- Cerré el contenedor.- Ya hemos estado lo suficiente-. Dije apremiando a Cross para irnos de allí.

Intentaba no demostrar el temor que sentía por dentro, el hecho de que quizás mi amigo no pudiera lograr lo que le habían impuesto como prueba. Tommy necesitaba toda la confianza posible en sus posibilidades, y así se lo trataba de transmitir, acudiendo a la puerta y esperándole con una amplia sonrisa y los brazos abiertos, meneando los dedos para meterle prisa. En cuanto puso los pies en el suelo, y vi cómo se quedaba quieto, pensé que perdería el equilibrio, pero se mantuvo firme y comenzó a caminar, llegando a meterme prisa a mí.

Cuando así me lo dijo, me aparté rápidamente de la puerta y corrí hasta la cama, esperándole allí. El doctor y su madre caminaban junto a él, por si acaso perdía el equilibrio. La verdad es que se notaba que le costaba caminar, que perdía ligeramente el equilibrio, pero lo estaba logrando. Finalmente, llegó a la cama y se abrazó a su madre. Sus últimos pasos habían sido mucho más firmes, acelerando incluso el paso, y por un momento incluso mi sonrisa se desvaneció. Ya veía cosas antinaturales incluso donde ¿no las había?

Ya sabía yo que tenía que traer pañuelos de papel en cantidad. -Bromeé chocando la mano de mi amigo- Ahora tendré que repartirlos entre las enfermeras, que se van a echar a llorar al saber que te vas.

Daba gusto ver a Tommy tan contento, aunque era inevitable pensar en las pocas alegrías que le quedaban a mi amigo. Y sentir la impotencia de saber que no había nada que pudiera hacer al respecto. Le guiñé un ojo cuando me miró al hablar de Shyl, pero no dije nada. Ninguno lo hicimos. Supuse que ese sería un tema de conversación que todos evitaríamos por largo tiempo.

Un día de éstos, cuando te sientas con fuerzas... y apetito, tenemos que organizar una cena, o algo así. ¿Barbacoa? -Propuse a mi amigo, mirando acto seguido a su madre- Con su permiso, por supuesto. Algo tranquilo, con unos pocos amigos nada más. -Sugerí- Bueno, como veo que aquí está ya todo controlado, mejor os dejo solos. Tengo a Diana con Mel y los chicos por ahí. -Me acerqué y le di la mano a la señora Rolland, dando después una palmada en el hombro a Tommy y chocándole la mano- Nos vemos, ¿vale?

Mel iba serenándose, al igual que yo, y no pude evitar sonreír al verla más tranquila y escucharle decir que agradecía poder contar conmigo.

- De eso y de lo que quieras, podemos hablar de cualquier cosa. - dije convencida, tornándome entonces algo tímida. - Puede que yo tenga que hablarte de Jayden. - añadí, queriendo dar de alguna manera normalidad a la situación.

Respecto a hablar con Amber y Jason, mi amiga rehusó a ello con una reflexión que me pareció muy inteligente, pero con un tono pesimista y usando unas palabras un tanto duras al final.

- Está bien, pero no hables como si esto fuera Vietnam. - bromeé - Ninguno de los dos tiene nada contra ti.

Me sorprendió que dijera que esperaba no haber estropeado mi amistad con ellos. Por un lado porque consideraba que lo sucedido no había sido algo grave, y por otro, porque no estaba segura de poder llamarles amigos aún; aunque con Amber si había notado bastante buen rollo.

- No te preocupes, dudo que se lo hayan tomado a mal. Se lo explicaré en cuanto les vea. - le dije a Melissa para tranquilizarla, mostrándome pensativa un momento tras hablarme de la necesidad de irse y de ayudar al bibliotecario. - ¿Quieres que te acompañe? Si no le han dado el alta aún puedo esperar contigo. Y no te preocupes por la biblioteca, puedo ayudar yo también si hace falta, no tienes que cargar con todo tú sola. - le recordé con una cálida sonrisa.

Emprendimos el camino hacia el parque ya que a Amber le pareció buena idea y realmente nos vendría bien desconectar de toda aquella mierda, ella encendió un cigarro y la miré con una tenue sonrisa, realmente el humo no me molestaba, así que le daba una minúscula importancia al tema, eso era lo de menos en toda la situación que se había montando y si eso la relajaba bienvenido era.

Ante las preguntas de Amber me encogí de hombros en un principio quitándole importancia-No te preocupes, no me molesta para nada-negué con la cabeza ampliando la sonrisa, de hecho poca gente se preocupaba por sus gustos y siempre era agradable-Te advierto que soy bastante friki, le doy bastante a la consola y al ordenador y suelo salir poco la verdad...-dije bajando un poco el tono, seguro que pensaría que era otro bicho raro de aquel pueblo, pero bueno, es lo que había-veo varias series pero ahora estoy enganchado con el maldito Juego de Tronos, se ha convertido en una maldición..-contesté con una pequeña risa-Llevo aquí toda mi vida la verdad, mis padres se trasladaron aquí y yo estaba recien parido casi, buscaban un lugar más tranquilo y pacífico para criarme en vez de en la ciudad que es más peligrosa ¿que te parece? peligrosa...-dije con tono divertido por lo curioso de la situación.

-Y dime ¿tú cómo has llegado a éste pueblo? creo que te pega más la ciudad, te veía más de urbanita-pregunté mientras caminábamos hacia la gran entrada del parque.

Jason no tiene problemas en dar a mis preguntas respuesta, que resultan ser una agradable sorpresa, pues tenemos gustos bastante similares. 

Por un momento me hace dudar de cómo de cómodo está hablando de sus gustos, con ese tono y lo de ser friki. Igual es mi imaginación, pero en caso contrario, no veo problema. Yo también soy friki, y si no lo fuera, qué más daría.

- Eh, a mí también me molan los videojuegos y las series, pero también me gusta salir, a veces más de la cuenta, que también hay que estudiar. - Comento animada, sonriente. A veces no soy tan responsable como debería, pero me lo tomo con humor. - Yo ya he visto todo lo que hay de Juego de Tronos de momento, pero si, es muy buena. A veces pienso en verla otra vez, pero al final... Nada, voy de una serie a otra y ahora estoy con The Good Doctor. - 

También me cuenta que ha vivido aquí toda su vida, siendo Hill Valley el lugar tranquilo que buscaban sus padres... Hasta ahora. - ¿Urbanita yo? Vermont es bastante rural, perdona que te diga. - Contesto, con un cómico tono de indignación antes de contestar su pregunta. - Pues vine más o menos por tres cuartos de lo mismo. Tenía movidas con mi madre y una ex, así que cuando mandaron aquí a trabajar a mi padre me vine con él para alejarme de todo eso y quedarme tranquila. - 

- Mejor un tarjetero, con mi número de teléfono... a ver si así me sale una novia normal. - Dijo con una sonrisa a tu broma, pensando en ese momento en su fracaso con la arpía de Trish. - Y no sigo hablando que mi adorada madre está presente. - Bromeó, besándola en la cabeza.

Tras enviarle el mensaje a Shyl y tu propuesta de la barbacoa, Tommy volvió a sonreir, dejando de lado el tema de su enfermedad terminal. - Bueno... - Miró a su madre. - No creo que me ponga muchas pegas, siempre que sea en un sitio tranquilo y con aforo limitado. - Sonrió nuevamente, realmente feliz por recibir el alta tan pronto. Pero cuando mencionaste a Mel, torció el gesto extrañado. - ¿Mel? ¿Melissa Von Braun? - Te preguntó un tanto sorprendido. A Diana no la conocía bien, pero a Mel, que llevaba toda la vida allí, sí. Al menos toda la vida estudiantil y sabía perfectamente como la llamaban y la trataban.

- Creí que habrías quedado con la pandilla... ya sabes... Fred, Mandy, Jordan... y no creo que Mandy o Fred se junten con ella... De pronto siento que me he perdido mucha cosas. ¿De verdad he dormido solo un par de días y no han sido años? - Bromeó preocupado por aquellas novedades. - Pero no te entretengo más. Supongo que tendrás prisa por ver a Dianaaaa. - Pronunció su nombre poniéndole algún tipo de nota musical, como si cantase una canción, para chocar tu mano a continuación. - Avísame con eso de la barbacoa. - Te dijo antes de que salieses de la habitación.

Admiraba a Diana. Parecía tener clara su historia con Jay, cuando yo no era capaz ni de saber realmente que tipo de sentimientos tenía hacia Revok. Le quería, sí. Pero... ¿Había algo más? ¿Y por su parte? Me quería, ¿verdad? Sí, solo por los años que llevaba cuidándome debía de hacerlo... sino... no me hubiese protegido en el tiroteo... Pensar en aquello me agobiaba y no sabía ni como hablarlo ni exponerlo... y ahora que había metido así la pata, estaba más reacia que nunca a soltar nada más sobre mis sentimientos hacia nadie.

- Eso me decían cuando vine aquí a vivir y empezaron a meterse conmigo, llamándome loca... Que nadie tenía nada en contra mía... pero eso no paró ahí y... - Sentí nuevamente que me iba a poner a llorar. - ... mejor lo dejamos aquí, creo que hemos tenido demasiada terapia de grupo por hoy. - Dije tratando de bromear un poco y olvidar aquel escabroso tema, sepultándolo en algún lugar de mi memoria.

- Como quieras. - Respondí con timidez en un breve susurro a Diana, cuando me preguntó si me acompañaba hasta que le diesen el alta a Revok. La verdad es que no me molestaba nada en absoluto, solo que quizás me daba algo de vergüenza después de aquellas palabras de más en la cafetería. - tu sigue así, que no lo olvidarás nunca. - Me increpé al volver a pensar en el tema de nuevo. - Pero no tienes porque ayudar en la biblioteca, bastante tienes con el restaurante y yo... me siento de alguna manera culpable y responsable de que Darryl esté así. - Incliné levemente la cabeza hacia el suelo y sentí como me ruborizaba al pensar en él a la par que se lo mencionaba a Diana.

- Vamos. - Animé a mi amiga a comenzar a caminar. - Me empiezo a sentir como parte del mobiliario del pasillo, estando tanto tiempo parada aquí. - Bromeé, tratando así de que Diana no se diese cuenta de aquel rubor espontaneo y comenzando a caminar hacia la habitación de Revok.

David no se hubiese acercado hasta tu lado de no ser por tu insistencia y te escuchó en silencio mientras observaba el rostro de Rylee. El chico estaba entre acojonado e incómodo por la extraña situación donde se había visto metido. No pudo ni quiso responderte a nada de lo que le dijiste allí, ni a él y a ella. De hecho, en cuanto sintió que la hablabas a ella directamente, se alejó de vosotros, para que pudieses despedirte con calma de aquella chica.

Escuchó como cerraste la puerta del congelador y se asomó por el ojo de buey. - No hay nadie, vámonos. - Añadió a tus palabras, encabezando la huída de aquel sótano, sintiendo la adrenalina dispararse de nuevo por su cuerpo. Una vez llegáisteis a las escaleras por donde descendisteis, se atrevió a romper el silencio entre ambos.

- Lamento la muerte de la chica... y que estés dolido por ella, pero... yo no soy ningún macarra y estás aquí conmigo ahora. - Te dijo con sinceridad, quizás tratando de abrirte los ojos. - No quiero decir que me pidas salir, ni que nos enrollemos ni nada de eso... - Bromeó. - Ya sabes que soy de Jason. - Te dijo con un toque de humor. - Lo que quiero decir es que... aún puedes elegir el camino que realmente quieres tomar en esta vida.

Para cuando terminó con su pequeño discurso, habíais llegado a la primera planta. El móvil de David vibró y enseguida lo sacó para ver los mensajes. - Joder con Jason. No se que ha pasado pero ya se ha mosqueado con Diana... y nos lo pone a todos... - Dijo molesto al leer el mensaje de Jason en el grupo. - ¿Tienes algún plan más? - Te preguntó guardando su móvil en el acto. - Menos ver a ese viejo con cara de pocos amigos... estoy dispuesto a casi cualquier cosa. - Dijo animado por la adrenalina que aún seguía dispersa por su cuerpo.

Mi sonrisa, así como mis prisas por salir de aquella habitación, se desvanecieron al darme cuenta de que Tommy se encontraba realmente perdido. Crea que había estado presente en el encontronazo con Freddy, aunque tampoco lo recordaba del todo bien.

Fred y yo hemos tenido un... problema, y ahora me la tiene jurada. Y por extensión, Mandy y Trish también. -Le expliqué a mi amigo, agachando la mirada un instante- Hemos sido amigos mucho tiempo, pero... Llegó un momento en que no pude pasar algunas de las cosas que hace. Ya sabes que siempre he tratado de mirar hacia otro lado... -Reconocí con bastante vergüenza, y no sólo por Tommy. Él sabía cómo era Fred. Pero su madre estaba delante- Mantengo relación con Jordan, Gus y Shyl, que se han portado genial, ya los conoces. Pero... en fin, ya me conoces, me gusta llevarme bien con todos. -Sonreí finalmente- Ando juntándome con algunos de los nuevos, con Mel... Y sí, con Diana. -Reconocí alzando las cejas- Es especial. Ya la conocerás mejor... -Le guiñé un ojo, señalándole con un dedo de cada mano con picardía- ...en la barbacoa. Buena compañía, mucha carne y nada de alcohol, reunión de alto standing con sello Garlan de calidad. -Bromeé, dispuesto a salir de la habitación y enviar un mensaje a Diana para reunirme con ella donde estuviera.

Melissa parecía ir a llorar de nuevo cuando respondió a mi afirmación sobre que Amber y Jason no tenían nada contra ella, recordando lo mal que lo había pasado, pero ella misma zanjó el tema poco después; y preferí dejarlo estar yo también. Ya habíamos removido demasiados sentimientos por el momento.

Con su habitual timidez, aceptó que la acompañara si quería, para después añadir que no era necesario que ayudara con la biblioteca.

- No ha sido tu culpa, Mel. Si te protege de esa manera es porque él quiere. - dije completamente convencida de ello. Aquello era así, claramente, lo que no estaba claro era el motivo para ello. - Ve tú sola en principio si quieres, pero si es mucho trabajo llámame, ¿vale? Para eso están las amigas. - concluí con una sonrisa.

Cuando me instó a caminar, con un buen humor que me alegraba ver, comencé a seguirla; sacando mi móvil para leer los mensajes que había recibido y decirle a Amber y Jason que aún me ausentaría un poco más.

Leí el mensaje de Jayden en primer lugar, dibujándoseme una bobalicona sonrisa en mi rostro que se mantuvo mientras le respondía. Pero al leer el mensaje que Jason había puesto en el grupo, desapareció de repente.

¿A qué viene esto?

No me lo podía creer. Había presenciado cómo se ponía borde con Melissa, pero aun así había pensado que era un buen chico, nunca me hubiera imaginado algo así por su parte.

Respondí al mensaje del grupo, volví a escribir a Jay, y guardé el teléfono; mirando nuevamente a Melissa.

- Jayden ha terminado y me está buscando. ¿Te importa que venga? Si prefieres que estemos solas tranquila, le veré después. - le dije a mi amiga con tranquilidad, aunque más seria de lo que pretendía.

- Si.- respondo con una media sonrisa y un suspiro, de esos que salen desde lo mas hondo, que ponen punto y aparte a la situación.- Hacéis buena pareja- Bromeo.

Miro si he dejado todo en su sitio, cerrando y asegurando las portillas de Rylee y del resto de cosas, no sea que echen algo en falta y encima me acusen de robar a los muertos o algo así. En ese momento suenan dos wassaps, en nuestros teléfonos. Chasqueo la lengua y mientras salimos por el pasillo atentos a que nadie no vea, gruño por lo bajo.

- Que poco tacto Jason...- Miro a Cross.- Luego el capullo soy yo.- Escribo algo en el wassap mientras respondo a la pregunta de Cross.

- Ese es el problema, tio. Que no se el camino que tomar. Como ahora mismo. No quiero ver al viejo otra vez, así que será mejor que busquemos a Jason antes de que Diana lo mande a rehabilitación social. - Me paré un segundo y miré por encima del hombro a mi colega.- Gracias. Pero si le dices a alguien que te las he dado te mato... lo pillas tio?- Dije sonriendo aun intentando mantener mi fachado de tío duro.

- Por favor, Diana. - Dije exagerando los gestos. - Es fin de semana. Aún no hay exámenes... creo que la biblioteca será un desierto en estos días. - Bromeé mientras caminábamos hacia la habitación de Darryl. - Si veo que no hay mucho lío, quizás le diga que cierre y no se... que se venga a casa a descansar. Mientras mi tía trabaja, soy yo quien se encarga de hacer la comida para todos... un plato más no me va a costar demasiado ponerlo en la mesa. - Y menos aún si es para él. - Además... creo que será agradable tenerle allí, al menos para mí. Sobre todo ahora que están tan tensas las cosas con mi tía y su novio.

A pesar de que se preocupaban por mi, era cierto que las discursiones conmigo por parte de ambos adultos habían crecido durante los últimos días, llegando incluso a no hablarnos durante días. Que recibiese aquel golpe en el instituto y acabase en el hospital, ayudó a que se limasen asperezas, pero para mi no era agradable estar en aquella casa cuando mi tía o su novio estaban en ella. Estabas al corriente de todo esto a pesar de que no me gustaba hablar de ese tema, si te había contado lo principal.

Cuando me preguntaste por si podía venir Jay, me encogí de hombros. - No me importa. Es a él a quien debe importarle y decidir... ten en cuenta que vamos a estar con "el viejo gruñon con mirada de perdona vidas", - dije en broma, repitiendo alguno de aquellos comentarios de los chavales del instituto sobre él. Comentarios que al principio me dolía escuchar, pero que con el tiempo aprendí a aceptar, puesto que era la imagen que daba a todos los demás.- y quizás eso le moleste o incomode. Se que Darryl da miedo... pero en el fondo es un gran hombre. - ¿Qué iba a decir yo de él sino?

- Además, delante de Revok no voy a hablar de lo que dije en la cafetería... - Dije a Diana, volviéndome a sonrojar de golpe y agachando la mirada. Toda la seguridad en mi misma que había mantenido en este rato, se vino a pique al recordar aquel momento. - Él... no debe saber nada... - Susurré con timidez. Sobraba decirlo pero, quería que quedase claro para las dos. 

No te respondió a nada hasta que no estuvísteis algo retirados de la puerta de la morgüe. - Lo se, una gran pareja. Aunque claro, se nota quien es el guapo e inteligente solo con verme. - Sonrió, sacando pecho.

- No te preocupes. Yo tampoco quiero verlo. Reconozco que la chica, Melissa, está muy buena y no me importaría verla... pero ese guardaespaldas suyo... desde lo de anoche, de verdad que no quiero verle. Solo de recordarlo se me pone la piel de gallina. - Te dijo, mostrándote el brazo cuyos cabellos se habían erizado de golpe. - Y si se han separado, como dicen en el grupo, o las chicas querían hablar a solas...

David inspiró con fuerza al llegar al exterior del edifico, como si se hubiese agobiado por algo en el interior del mismo. - Mira la parte positiva de todo esto... Jason ahora no está con Diana, así que no creo que le parta la cara. - Sonrió mirando al cielo, pero su sonrisa se borró al mirar hacia el lugar desde os dispararon la noche anterior. - ¿Quién crees que fue el hijo de puta de la masacre de anoche? - Preguntó serio. - No se si que muriese ha sido lo más justo para él. - Añadió sin ocultar la rabia que sentía en aquel momento. Algo que tu sabías perfectamente que era, puesto que te había consumido anteriormente por dentro.

Arqueé las cejas sorprendido por su comentario sobre los videojuegos y las series-¿Ah sí? Genial- comenté con una amplia sonrisa, apenas conocía chicas gamers, de hecho todo mi círculo gamer eran tíos y las que "conocía" era por chatear en el Twitch-Pues oye cuando quieras, pásate por mi casa y echamos unos vicios, vamos, si algún día te apetece claro-dije dudando un poco al final.

-Bah, a mí me pasa lo mismo, no dejan de sacar series y ya me falta tiempo, si quisiera ver todo lo que tengo pendiente, ya habría suspendido todo- reí brevemente. Al final con Amber se había suavizado el ambiente y toda aquella tensión que había ocurrido dentro del hospital se había disipado.

-Al final las zonas rurales no están tan mal, aunque eso sí, te tiene que gustar la vida tranquila, la fiesta más loca que he visto aquí es la que ocurrió la otra noche en el bosque y no acabó precisamente bien- comenté con cierto tono de pesar para luego animarlo de nuevo-pero vamos, yo quiero salir más e intentar socializar que las novias virtuales no dan para mucho, las relaciones son un poco frías-dije entre pequeñas risas.

-Yo espero que en un par de semanas todo volverá a su aburrido estado normal y encontrarás la tranquilidad que buscas, creo que te gustará-le guiñé el ojo brevemente intentando mostrar complicidad por los gustos afines, aquella chica me caía bien.

Melissa quiso hacerme ver que no habría mucho trabajo en la biblioteca aquellos días, así como el que “cuidar” de Revok no sería ninguna carga para ella, al contrario. Al mencionar a su tía y a su novio, asentí en silencio, sabiendo lo complicada que era su situación con ellos últimamente; sin duda el que hubiera alguien más en casa ayudaría a que el ambiente fuera más “normal”, a pesar de que esa persona fuera el inquietante bibliotecario.

Con aquel pensamiento rememoré la extraña visión de la noche antes, con la que la sensación de que aquel hombre era peculiar se había convertido en un hecho. Lo que había visto me hacía pensar que podía tratarse de un tipo peligroso, pero aun así, no estaba preocupada porque mi amiga se quedara a solas con él; pues eso había sucedido infinidad de veces, y aquel hombre siempre cuidaba de ella.

Por muy extraño y grimoso que eso me pueda parecer.

Mostré una tenue sonrisa cuando mi amiga bromeó tras decirme que no le molestaba que Jayden nos acompañara, aunque no tardó en hablar en serio, admitiendo que aquel hombre daba miedo. Y tanto que lo daba, había algo muy extraño en él, demasiado; pararse a pensar en ello ya me asustaba, pero ciñéndonos a los hechos, aquel hombre no había hecho nada malo.

- No creo que sea un mal hombre. Más bien... Parece demasiado solitario. - comencé a reflexionar en voz alta, obviando lo que habíamos visto la noche antes. - Quizás en parte se comporte de esa manera por eso.- terminé de decir antes de que Melissa hiciera alusión a lo que me había revelado sobre él en la cafetería, sonrojándose y recordándome que el bibliotecario no debía saber nada sobre sus sentimientos. - No te preocupes por eso, mis labios están sellados, te lo juro. - le dije de forma desenfadada, alzando la palma de mi mano como quien juraba ante la biblia en un juicio.

Tras aquello, mientras continuábamos caminando hacia la habitación del bibliotecario, tomé mi móvil e intercambié algunos mensajes con Jayden. Me alegraba que hubiera decidido acompañarnos, pues tenía muchas ganas de verle, y por lo que me había dicho por whatsapp tenía mucho que contarme.