Partida Rol por web

Agazapada entre las sombras notas como alguien entra en una de las salas sobre la que has liberado tu poder.

Sin embargo no es lo único que notas pues frente a ti ves un par de halos de luz que brillan tras la puerta entreabierta de la habitación y escuchas pasos acercándose a tu posición.

En cuanto veo los reflejos luminosos de las linternas modifico mi cuerpo para imitar la forma de uno de los hombres que asesiné en el gimnasio, y mediante una ilusión añado a mi apariencia una fea herida en la frente y otra en el torso. Me acerco silenciosa hacia una de las estanterías y me dejo caer en el suelo como un cadáver, ocultando con mi propio cuerpo un afilado cuchillo.

Y espero, centrándome en sus pasos y en sus voces, controlando mi emoción para no levantarme y saltar sobre ellos ya mismo. Se me ocurren tantas y tantas formas de castigarles...

Es el mejor día de mi vida.

La puerta se abre lentamente pues una estantería, volcada junto a la puerta, impide que se abra con facilidad de primeras.

Finalmente un hombre, con un extraño aparato en sus ojos y armas en sus manos, logra abrirla, mirando el interior.

Desde tu posición puedes ver perfectamente que tras este primer hombre se encuentra otro cubriéndolo con el mismo aparato en el rostro. Detrás de ellos adivinas otras figuras, al menos otros tres hombres aguardan su momento para entrar en la habitación.

Parecen ser seis los hombres que se encuentran en la habitación o con intención de entrar. Alguno de ellos se acercan lentamente a los cadáveres que has colocado mientras que otro se acerca a tu posición.

Me mantengo inmóvil, concentrada en reducir el ritmo de mi respiración hasta hacerla prácticamente imperceptible, y con los ojos abiertos como los de un cadáver al que la muerte pilló por sorpresa observo a los seis hombres, especialmente al que se acerca hacia mí.

El brazo que oculto bajo mi cuerpo empuña el cuchillo listo para asestar el golpe, pero aguardo paciente a tenerlo al lado. No puedo matarle si los otros cinco están también aquí.

Seis son demasiados, seis son demasiados, seis son demasiados. ¿Cómo dividirles, cómo dividirles, cómo dividirles...?

Seis hombres han entrado en la sala. Dos de ellos se dirigen al hombre que está junto al mapa, otro al que está escribiendo, otro entra mirando a todos lados, otro, una mujer, permanece en la puerta, y el último de ellos te examina las heridas.

Escuchas como un extraño mecanismo se enciende y de él sale una voz -Hemos encontrado más cadáveres, al menos siete, algunos descuartizados y otros atropellados por máquinas de cargo. Algo malo ha ocurrido aquí. Cambio

Logras hacer que la ilusión del niño rompa a llorar y comience a hacer ruido en el piso de arriba.

Los hombres conversan entre sí pero son las palabras de uno de ellos, el que parece más anciano, dirigidas a sus compañeros con tono autoritario, las que te parecen más interesantes.

Es cierto que las luces nos facilitarían bastante, pero la aventura puede ser arriesgada. Díaz, si se ve capaz de llegar a los generadores suplementarios y activarlos, le doy luz verde. Busque a la escuadra de Stone, debería ser útil en los trabajos de mecánica. Bien, vamos a subir y a averiguar quién hace ése ruido. Rasali, dirija la marcha y tenga esa escopeta a punto. Vyacheslav y yo le cubriremos la espalda. Una vez hayamos discernido este misterio podremos examinar... esto. Vyacheslav, estaremos justo encima de usted. Vigile esa escalera y en caso de cualquier contacto avísenos, estaremos en un instante de nuevo aquí.

Finalmente, desde tu posición tumbada con los ojos abiertos de par en par, ves como tres de los hombres se van, otros dos suben al piso de arriba y el último se coloca entre ambas escaleras, vigilando tanto la puerta como la escalera que desciende al interior del barco.