Partida Rol por web

Un pequeño barco militar rompe las olas a toda velocidad con un objetivo claro, alcanzar el gran navío de nombre "Oceánide" que se desplaza a la deriva en el oscuro mar.

El barco de Atlas se encuentra casi al límite de su capacidad pues dieciseis hombres y mujeres, soldados de Atlas, esperan el comienzo de su misión mientras analizan los datos que les han dado y ajustan sus armas y protecciones.

Sargento McKenzy, acabo de recibir toda la información del puesto de mando -dice el piloto señalandole al jefe del grupo, Adam Mckenzy, numerosos folios que han salido de una pequeña impresora junto a los mandos de la nave -en menos de cinco minutos llegaremos al "Oceánide".

Das un vistazo a los folios. En ellos os dan datos de interés.

-En el "Oceánide" había exactamente, salvo cambios de última hora, 189 pasajeros, entre tripulantes, pasajeros y las familias de los marineros.
-Te dan una lista con algunos de los nombres y las fotos de los pasajeros del barco. Te informan que más adelante la actualizarán con nuevos datos, si los encuentran.
-Te adjuntan también una fotografía del barco, hecha por un helicóptero mono plaza hace unas horas. No hay luz en la cubierta ni ninguna persona viva.
-Aunque tus subordinados conocen a la perfección los objetivos de la misión el resto no sabe nada.
-Debes informar también de la extraña llamada que Marco, el capitán, hizo al puesto de mando.

Cinco minutos y estaremos en esa maldita bañera flotante - pensó el soldado al escuchar las palabras del piloto. Eran un equipo bastante numeroso para un simple rescate de un navío, pero al parecer las informaciones apuntaban a la posibilidad de que se hubiesen dado extraños sucesos, los tripulantes se habían atacado entre ellos, etc. Pero eran simples deducciones sacadas de una llamada de radio. Poco o nada sabían de lo que realmente ocurría en el Oceanoide.. y, la verdad, a Jeremy le importaba una mierda.

Miró al resto de compañeros, a algunos los conocía de anteriores misiones, ninguno era un amigo. Tampoco es que tuviese muchos.. así que era una deducción sencilla.

Muchos de nosotros aguardabamos en silencio la llegada al Oceánide, sentados y preparandonos mentalmente para actuar ante cualquier situacion. Yo contemplaba mis armas frias y relajaba mis musculos para liberar el estres fisico que generaba para nosotros cada mision que teniamos, tronaba mi cuello inclinando mi cabeza hacia ambos lados mientras observaba a mi alrededor a otros soldados que estaban en la suya, lo que pensaban era un secreto para mi y podia adivinar que estabamos en la misma situacion... 5 minutos... ya faltaba poco tiempo, ya debia ser el momento para actuar.
Podia escuchar como nuestro barco atravesaba el mar a todo lo que da, y los ruidos de metales que vibraban a cada salto que se veia olbligada la nave a hacer por inmensas olas que penetraba sin problema.

-Solo cinco minutos mas, estupendo.- En un principio era un trabajo sencillo, un rescate de un barco con algún que otro loco a bordo, pero Clavo tenía la sensación de que se les escapaba algo, no era normal mandar tanta gente a una misión de este calibre. Había algo mas, lo sabía, y era su responsabilidad, junto con el resto de soldados, averiguar que era. -Algo me dice que va a ser un día movidito, solo cinco puñeteros y largos minutos, paciencia...

- Debí haberme negado desde un principio.- pensé, quizás en voz demasiado alta. Hacia varios meses que mi compañera de piso me utilizaba como revisor del manuscrito que llevaba elaborando después de un año recopilando información. Su afición por el tenebrismo, entremezclada con una infinita imaginación, la motivó para escribir un libro basado en ciertos sucesos paranormales. Y para mi desdicha, uno de las últimas escenas situaba a los protagonistas abordo de un navío de procedencia desconocida.- Maldita Michelle...

Resignado a desempeñar la tarea que Atlas me había encomendado, traté de aclarar los múltiples nudos que parecían atenazar mi garganta. Suspiré, y elevé una silenciosa plegaria al cielo mientras echaba un vistazo al resto de mis compañeros.- ¿Alguna novedad, chicos?

Mantuvo la mirada perdida en el vacío de sus enfundadas manos la mayor parte del viaje, apenas escapaba gesto alguno que demostrara una tensión que no poseía. Su rostro inexpresivo ofrecía pocas posibilidades, o bien era aburrimiento, o bien falta de sueño, o simplemente sus pensamientos se alejaron bastante de la embarcación, dejando una sensación de obnubilación propia de soldados carentes de entusiasmo.

La llegada era inminente, la tensión crecía en el grupo y el soldado se mantenía ajeno a ella, apenas levantaba la mirada para atender aquellos que hablaban, pero tampoco conseguían tambalear la templanza del guerrero, tan sólo provocaron que abriese involuntariamente la boca acentuando la bobalicona impresión de ensimismamiento.

-Espero que esta jodida lata aguante esos cinco minutos, no me gustaría tener que ir nadando. Di una ojeada al estado de la lancha, pero no entendía de esa mierda, así que solo quedaba esperar.

Saque la espada sierra la puse sobre mis rodillas y comencé a limpiarla mientras observaba al resto del grupo. No conocía a ninguno de ellos y si había coincidido en algún otro grupo con alguno, lo había olvidado. Somos Dieciséis, demasiados. Como no me ande listo no dejaran nada para mi.
 

McKenzy asintió al piloto cuando éste le señaló la impresora de la cual salían varios folios. Tras leer con atención los mismos levantó la vista hacia los soldados que ocupaban el barco de transporte. Un escuadrón de quince hombres y mujeres de Atlas se mantenían a la espera. Ninguno levantaba la voz ni la vista más de lo habitual, todos creando un ambiente de tensión previo a la actuación militar. "- Es la calma que precede a la tormenta."

- Soldados - comenzó a decir el sargento tras aclararse la garganta - algunos de ustedes no saben con exactitud a dónde nos dirigimos o cuál es exactamente nuestro cometido. Estamos en ruta hacia el barco a la deriva denominado "Oceánide". El capitán Marco, oficial al mando del navío, lanzó una llamada de emergencia de extraño comunicado antes de que el Oceánide quedara en silencio de radio. En dicha llamada advertía de las muertes de varios miembros de su tripulación, que según el propio capitán no eran fruto de un motín. Un helicóptero de exploración se ha adelantado y ha confirmado que las luces del Oceánide están apagadas, y no se ve en cubierta a ninguno de los 189 pasajeros registrados en los diarios de a bordo. - la mirada del sargento viajó a través de los rostros de todos sus soldados - Nuestra misión es acceder al Oceánide y dilucidar qué ha ocurrido. Una vez asegurado el barco, nuestros equipos deberán reparar los motores y evitar que el pecio siga a la deriva. Cualquier contacto con posibles supervivientes de la tripulación deberá ser informado, procediendo inmediatamente a la identificación de los mismos. Quiero que cada uno de ustedes de el cien por cien de sí mismo, y que permanezcan totalmente alerta, no sabemos qué podemos encontrar en el barco. Que todos los soldados tengan los ojos bien abiertos y se organicen en grupos alrededor de aquellos efectivos que posean radio. Cualquier nueva información será transmitida a través de nuestro canal de comunicación estándar. Llegaremos en menos de cinco minutos. Espero lo mejor de ustedes. Si tienen alguna duda es el momento de formularla. - finalizó McKenzy, fijando su vista en el grupo de soldados que esperaban.

Stone se frotó energicamente las manos mientras escuchó las palabras del Sargento McKenzy... "-esto se esta poniendo interesante -" pensó para si mismo mientras por primera vez se sentía cómodo con la situación "-puede ser una misión bastante productiva"

Bueno..., caballeros, yo tengo radio...- dijo mientras descolgaba su rifle, inusualmente largo y preparado, lo posaba a su diestra y se colocaba en una postura más cómoda, llegando a colocar sus brazos detrás de la cabeza -a que vienen esas caras largas... entrar, confirmar, reparar y salir... es pan comido...- continuó mientras en su cara se mostraba una gran sonrisa -o al menos eso espero...

189 tripulantes y no hay ni rastro de ellos ¿No debería haber salido alguno a cubierta al oír al helicóptero? ¿Que coño les ha pasado?
-Jajajaja. Reí histericamente sin poder evitarlo. Aquello sonó genial. Pensaba que seria una misión aburrida, pero la cosa iba mejorando.

Estos malditos oficiales siempre van por delante, seguro que sabe más de lo que nos cuenta -¿Que decía la llamada, sargento? ¿Lo sabe?¿No tiene más datos de lo ocurrido a bordo?. Me dirigí al sargento con buenas palabras. Era el oficial al mando y me convenía causarle buena impresión.

-Yo también tengo radio. Alguno puede venir conmigo, pero que corra el aire. Dije mientras guardaba la espada sierra en la funda sujeta en la espalda, junto a la escopeta y el resto del equipo. Joder ahora tendré que llevar a alguno de estos pegado al culo.

Observaba la oscuridad del mar con el ceño fruncido y los brazos cruzados. El silencio reinaba en el barco en donde nos encontrábamos todos, demasiados para mi gusto... y demasiados para una misión simple como la que nos habían planteado, lo que significaba que había mas de lo que ellos habían dicho.

Al oír las palabras de McKenzy, me volteo acercándome a el pero aun con los brazos cruzados. Maldición... ¿189 pasajeros? Y había tal silencio... sin duda no significaba nada bueno.

-Sargento... ¿Tiene una lista de los pasajeros del Oceánide? A propósito, yo también tengo radio si alguien lo necesita... -

Digo al aire, mientras espero la respuesta del sargento. Sin duda iba a ser una misión interesante, aunque algo olía raro en todo ello.

Michael recogió el paquete con la misma tranquilidad con la que lo recogía el primer día de cada mes.-Parece que hoy va a llover...-Comentaba el tipo siempre que le entregaba el paraguas.-Pues no tengo paraguas.-Comentaba el a su vez dando luz verde al envío, todo fue bien hasta aquel dia...problemas, algo había pasado a putos años luz de su mundo habitual y sabía que en algunas horas lo llamarían para dar guerra allá donde fuera y así fue cuando sonó el teléfono de su casa.

El viento meció los cabellos de Michael hacia su rostro, ocultando la mirada de sus azules ojos fijados en el variopinto grupo¨Nunca le hice asco a los grupos¨pensó ante la diversidad de gentes mientras mantenía los dedos entrelazados sobre el regazo, sentado cómodamente en la cubierta revisando mentalmente su escaso equipo¨Aunque dificultarán mi misión seguramente¨ pensó mientras el agua arrancaba pequeños repiques sonoros de algunas piezas metálicas de su armadura de asalto Mark IV.-Oido cocina, jefe.-Susurró mas para si mismo que para el deleite del oído ajeno.

Su mirada permanecía perdida entre la figura de los presentes, desde hombres hasta las mujeres...nadie sabia que miraba,tan solo que los hacía sentir desnudos¨When The holocaust...coome?¨Tarareaba en su cabeza mientras su mano acariciaba la pistola de su pernera.

Andaba sentado mirando hacia el barco al que nos acercamos , las palabras del srgento me sacaron de mis Pensamientos – 184 pasajeros y ninguno a la vista....esto no pinta nada bien
Por una extraña razón al oír el nombre de la embarcación me recorre un escalofrió por el cuerpo , tal vez por el ansia de entrar en batalla ,esto era algo nuevo aunque las misiones casi siempre se desarrollaban de la misma forma , el silencio y los nervios antes de entra en acción y luego la adrenalina, los gritos y el ruido de las armas, me sacudo para relajarme
Mmm yo también tengo radio y por lo que veo será mejor preguntar quién no tiene para que escoja con quien andar allá adentro

-Mm, Tanta gente para un solo barco, esto no me gusta...No es que desprecie los grupos, solo espero que no nos entorpezcamos unos a otros....-Susurraba Clavo mientras miraba distraídamente al grupo de operaciones para intentar sacar algo  en claro de ellos, saber de quien fiarse y de quien no, pero en un principio no veía a nadie sospechoso. -Solo espero que, sea lo que sea que ocurre ahí dentro, lo averigüemos pronto, ese puto barco me pone los pelos de punta.

Stone seguía en su cómoda posición, sin ninguna tensión aparente...-Si somos tantos es porque haremos falta... además, si tenemos que reparar los motores... con un simple grupo de operaciones no bastaría-mientras dice esto se levanta de su lugar asignado, hace un par de sentadillas con toda la agilidad que le permite el movimiento de la embarcación y recoge su llamativo rifle - no ser tan desconfiados...- su mirada oculta tras unas grandes gafas recorre a los presentes hciendo un gesto de tranquilidad con la mano cuando es el turno del Soldado Díaz... hasta llegar a la joven compañera que pidió la lista  ,baja las gafas mostrando unos ojos de un claro color miel y le guiña un ojo- inteligente... como me gustan- sonríe - creo que regalo mi radio a quien la necesite 

Aun cruzada de brazos, desvío la vista hacia el que se acerco a hacer aquel comentario. “Nunca falta el desubicado que dice algo fuera de lugar” Le sonrío levemente, aunque algo falsa.

-Lo suficientemente inteligente como para mantenerte lejos mio soldado... - Respondo de manera firme aunque remarcando las palabras. Era un soldado bastante atrevido para decir algo así a un superior aunque yo no me subía a mi puesto – Deberías enfocarte en la misión, en vez de ponerte en pose de galán antes de llegar al Oceánide... - Finalizo en tono neutro

con un rápido gesto se saca las gafas por completo - Si se ha sentido ofendida mil persones señorita...- dice mientras hace una reverencia.

Se recoloca las gafas de nuevo y asenta el rifle en su hombro- supongo que coincidirás en que el humor es vital en este estilo de trabajos... y sinceramente has sido la única persona que ha dicho algo útil a parte del sargento...- gira y empieza a caminar lentamente hacia donde estaba sentado