Partida Rol por web

El vuelo fue primero a Bélgica. De allí partía otro a Kazajistán, aquella antigua república de la URSS que se había convertido en un país de culturas y religiones mixtas y cuyas zonas rurales, donde iban, seguían siendo inhóspitas y cerradas a los avances del siglo veintiuno. 

El grupo estaba tenso y preocupado. Eran los mismos que volaron a Noruega al menos. Pero en el camino habían visto morir a alguien que como ellos buscaba la Aguja y habían encontrado aliados valiosos que se habían convertido en sospechosos enemigos en demasiado poco tiempo. 

Antes de aterrizar todos intercambiaban impresiones porque, de nuevo, el dormir y descansar estaba resultando una misión imposible... 

-Bueno Gabriel, ya sabemos donde esta el siguiente objetivo pero ¿Cual es el siguiente objetivo?- Le digo desde el otro lado del pasillo sentada junto a Evolet.

-Ya empiezo a temer lo que nos podemos encontrar en el aeropuerto, no es un sitio que nos traiga buenos recuerdos, ¿verdad?- Mirando a mis compañeros.

-Señorita, disculpe- mientras rozó la mano de una de la azafatas-¿Podría ofrecernos unos benjamines antes de aterrizar?- doy un golpe burlón en la pierna de mi compañera para que me ría la gracia.

Pronto varias filas del avión que aterrizará en Kazajistán disfruta de los cócteles servidos de manera gratuita por la tripulación y de las bromas que cuenta aquella australiana que se ha convertido en la atracción del vuelo. Tan graciosa, tan ocurrente, tan interesante, tan seductora... Sólo los que están cerca entienden el carisma de esta mujer, pero en cuanto alguien se pone a su alcance, rápidamente pasa a engrosar su grupo de fans. 

Miré hacia mis compañeros, pero no participé, no al menos hasta que Shell hizo la primera pregunta o más bien el primer comentario al grupo.-Sólo espero que eso no se vuelva un hábito. No fue lo que más me gustó de nuestro viaje, más bien me hizo sentir asustada.-Me acomodé en el asiento del avión, recogiendo mi larga melena roja hacia el hombro.

Sonreí ladina ante lo último, rodando mis ojos con lentitud.- Creo que con uno llegará... No cuentes conmigo.-Bromeé. Me levanté de mi sitio, dejando mi trenca sobre el mismo asiento.- Voy aL baño, estoy algo.mareada, quizás sea calor...-Avisé antes de ir en busca del baño.

 Yo no quise beber nada, mientras me mantuve alerta, y mentalizado para lo que se pudiera avecinar:

 - Es posible que la señorita que vayamos a ver no se nos muestre cordial, así que nada de ponerse tonto con ella...

no deja de sorprenderme Shell, ha montado una fiesta  así sin mas

apenas participo activamente pero me divierte observar las reacciones de la gente

es bueno tener unos momentos de relax antes de que empiece el baile de nuevo, esta claro que esto no es un juego pero un poco de distracción controlada nos vendrá bien, aun asi también intento fijarme mucho en alguna reacción que pueda hacer saltar la alarma de que no es un "amigo", alguien desconocido que este tanteándonos de alguna manera y pueda resultar hostil

Mi compañero, mi amiga y mi hermano están inquietos, no les veo nada relajados.... Tal vez esta manera mía de ver el mundo no sea la más adecuada en estas circunstancias, lo mismo nos matan antes de sentir el jetlag, lo mismo nos secuestran y nos torturan, lo mismo nos tenemos que separar para tener un horrible final incierto, lo mismo me pido otra copa de champang para olvidar un poco. -Señorita, por favor, ¿puede llenar mi copa de nuevo?

 Viendo que Shel ya empezaba a pasarse, me levanté para quitarle la copa, mientras le recriminaba severamente:

 - Ya has bebido bastante, no sabemos lo que nos espera abajo y te vamos a necesitar despejada...

-Nadie te quitó la petaca en el entierro de mi padre, así que vuelve a tu asiento, cierra la mesita plegable, pon tu respaldo en posición vertical y déjame en paz- esta vez mi sonrisa desaparece del rostro, mis ojos se vuelven agujas y mi mano aprieta su muñeca....

-Ya te lo voy adelantando por si aún no te diste cuenta, a mi nadie me da órdenes, Gabriel. Nadie ¿Entendido?- aún así dejo la copa y murmuro palabras que nadie entiende.

 - En el funeral no había peligro de ser atacado, aquí si... - Respondí, antes de volver a mi asiento.

la verdad que si estaba relajado, en cierto modo feliz   yen es de esos que no se meten en el ajo pero a su manera disfrutan viendo a los demás disfrutar, mas aun despues de ver tantas penas

- oh no ya estamos otra vez, shhh!! al menos hablar mas bajo no?

Salí del baño tranquilamente, había aprovechado para quitarme las prendas de manga larga puesto que en el avión había empezado a sentir calor. Aparte me había aseado un poco y arreglado el maquillaje, como.también mi larga melena roja. Al abrir la puerta miré todo el pasillo, dirigiéndome hacia donde estaban mis compañeros, al llegar escuché algunas frases sueltas, pero no quise meterme. Me volví a sentar, no sin antes coger mi mochila, metiendo en ella la ropa sobrante y el neceser. Hecho eso me senté, mirando hacia afuera, estaba cansada y el cuerpo lo quería hacer ver.

Salvo porque en dos ocasiones la tripulación y el resto del pasaje, que no han llegado a acercarse y sucumbir a la juerga, tratan de controlar la fiesta que se ha montado en el vuelo, no existe ninguna otra complicación. Tampoco la hay esta vez al aterrizar. Ningún secuestro, ningún atentado... 

De hecho...

- ¿Llevamos mucho tiempo sin saber nada de los Correctores, verdad? No nos persiguieron en las montañas pero tampoco en estos días que hemos pasado en Narvik? - Evolet pregunta pero solo Yen asiente, como si pensara lo mismo. Shell está algo chispeante y Gabriel del humor contrario así que la tensión es palpable en el grupo. 

Sólo cuando están viajando desde la terminal a la ciudad de Karagandá, en el corazón de la antigua república soviética,  Gabriel vuelve a hablar tras haber pasado un buen rato mirando mapas

- Vi que las coordenadas señalan una zona muy rural. Y creo que viajaremos hasta allí de manera más discreta si cogemos un autobús. Espero que os encontréis con cuerpo suficiente- dice refiriéndose a Shell- porque tenemos varias horas de trayecto. Mirad, es en esas montañas al lado de ese pueblo, Kark... Karkaralinsk. Ese valle en medio de esas montañas... Todo es muy árido

- Y el calor y estos abrigos no ayudan. 

Efectivamente la temperatura vuelve a ser alta, pese a estar a finales de septiembre, pero sobre todo hay un aire caliente y seco por toda la zona que contribuye a crear desasosiego. 

Yen parece tranquilo al ver a aquellas gentes subirse al autobús. Parecen gentes sencillas, dedicadas al campo. Es en este ambiente y no en la bulliciosa Buenos Aires ni en la gélida Noruega donde más cómodo se encuentra. 

El trayecto dura tres horas y media, así que llegan de noche a la única zona poblada moderna de la zona, aunque les parece ver otras pequeñas aldeas en el los relieves del valle. 

- ¿Y ahora que hacemos? ¿Preguntamos...? ¿Qué es lo que deberíamos buscar, exactamente? 

Betina... La Niña Madre... es lo primero que te viene a la cabeza... Ese debía ser su apodo. Pero jamás luchaste con ella ni crees que estuviera en primera fila del Ejército de Tinieblas. De hecho... crees acordarte que desertó de las filas del mal para instaurarse por cuenta propia antes incluso de que tú nacieras. Podría tener sentido... Así como Heimdall ya no formaba parte del Consejo, tal vez Betina sea otra "marginada" de la Sombra. 

Pero eso no quita que no sea peligrosa. Que su nombre haya trascendido pese a su desmarque del juego indica que debe ser una leyenda vida a su forma. 

-Busquemos algún sitio donde poder pasar cómodamente la noche, cenemos algo y mañana por la mañana veremos todo más claro y ver que podemos encontrar en este lugar-. No soy capaz de discernir si estoy en una pequeña ciudad o en un pueblucho... Ciertamente estoy algo resacosa y con ganas de un buen colchón.