Partida Rol por web

Foroa te dedica una sonrisa y te comenta: Para quedarte, la habitación es tuya una vez pagues. Así que si quieres dejar tus cosas puedes pagar ya. También me gustaría conocer tu nombre, me gusta conocer a quienes se hospedan aquí. Mientras te va hablando, saca un vaso de cerámica de la barra y tras lo último te pregunta que bebida deseas mientras mantiene la sonrisa.

También te percatas de que el chico que había comiendo en la barra, ya no está allí sentado y está saliendo de una puerta que se encuentra por el lado interior de la barra cargado con una bandeja con un par de platos. Parece que se dirige a las mesas de la sala principal de la posada y sirve ambos platos en una mesa donde no se encuentra nadie.

Con una risa un poco estridente, Slurk responde a tu propuesta. Es demasiado temprano para empezar a beber Arwin, además un tabernero que se precie como yo debe de estar a pleno rendimiento en un día de mercado como hoy. Esta noche espero que este local se llene de mercaderes y viajeros. Aunque te traeré esa segunda cerveza que me pides.

Mientras camina hacia la barra, parece ir hablando consigo mismo pero no llegas a escuchar lo que está diciendo. Cuando vuelve y te sirve tu nueva jarra, grita de pronto. ¡AH! Lo nuevo por aquí, si los rumores son ciertos es que Thin ha estado fuera unos días y se espera que llegue al caer el sol. Tal vez traiga algún trabajo o algo interesante como suele hacer. Aunque no estoy del todo seguro; a parte de eso, nada mas que cotilleos entre borrachos.

En ese momento, entran dos hombres a la taberna y sin decir nada se sientan en la barra al grito de: ¡DOS CERVEZAS, TABERNERO! Y Slurk va a servirles.

Caminó entre la multitud, deslizándose con presteza, hasta alcanzar a Fonann y a Jezal, al cual no había visto. Sonrió a ambos, y devolvió con alegría el abrazo que le daba el druida... Golpeó amistosamente su espalda. Al separarse, miró a los dos de nuevo. 

¿Habéis venido a comprar? ¿A mirar? Yo a mirar solo, estoy pelada -hizo una mueca y se rió, tan alegre como siempre.

Se giró para mirar la tienda del "aventurero"... si no se daban prisa iban a perderse lo mejor. De nuevo los miraba, entre curiosa y con ganas de moverse, algo que demostraba el movimiento de sus piernas y sus manos.

Observo a Andariel un instante y sonrío. Yo tengo pensado curiosear un poco, apenas acabo de llegar y no he visto nada. Si tenemos suerte puede que encontremos algún tesoro extraño. Gesticulo con las manos torpemente tratando de darle suspense y dramatismo a la frase.

Como en la historia que me contaste de "Seti, el entrometido" esa del muchacho que compraba una figurilla de plomo que resultaba ser la llave de una mazmorra llena de tesoros y monstruos.  Comento risueño mientras mi mirada vuelve a perderse entre todos los mercaderes durante un momento más corto que un suspiro pero más largo que un latido.

Después tenía pensado ir a charlar un rato con el viejo Fyuz pero siempre puedo cambiar mi itinerario si alguien sugiere algo más interesante.

¡Hoy era día de mercado! ¡Cierto! Arwin había estado bastante tiempo fuera y ya no recordaba, en que día de la semana se encontraba. ¡Mercado! Bien. Eso estaba muy bien. Había llegado a Kynaret por la puerta norte, que solía ser mas tranquila y por ello no se había percatado del barullo, que siempre había en la ciudad, cuando los mercaderes montaban sus tiendas para ofrecer sus productos. Por la posición donde se encontraba el sol al llegar él a la ciudad, deberían de haber abierto ya sus puestos a los clientes.

Los días de mercado eran especialmente buenos. Siempre había mercancías interesantes, entre las que en ocasiones se podía encontrar alguna oferta especial. Además, al caer la noche muchos vendedores necesitaban de un protector, que les ayudará a regresar a salvo a sus casas, con la bolsa llena de las ganancias del día. Y ahí solía entrar Arwin en escena.
Pero el regreso de Thin era incluso más interesante si cabía. En ocasiones Thin volvía de sus viajes con misiones más lucrativas, que los trabajos que solían ofrecer los mercaderes. Esta noche Arwin debería pasarse de nuevo por la taberna, para ver si esos rumores eran ciertos. Pero hasta entonces aún había tiempo. Antes se pasaría por el mercado a ver si encontraba algo interesante.

La primera cerveza sirvió para apagar la sed, que quemaba su garganta. La segunda la pidió para disfrutar del sabor. Así pues, el enano se reclinó en su taburete y se tomó su tiempo. Mientras bebía sin prisa el contenido de la jarra, que le había llevado Slurk, observó sin demasiada discreción a los dos hombres, que acababan de llegar, intentando identificar sus rostros entre las conocidas caras de los ciudadanos de Kynaret.

Donde estan mis modales... Soy Reva - Sonrio sacando las monedas para pagar la habitación - Creo que entonces sí, dejaré las cosas en la habitación ya, pero antes pongame un vino por favor - Sonrio mientras miro sentada - Este es un lugar pintoresco... Pero extraño... Al menos para alguien que viene de donde yo... No... Hay nadie al mando en la ciudad? - Digo pensando en la ausencia de un castillo y en que no se oía nada acerca de alguein concreto que mandara en la ciudad.

-Más que a comprar, a curiosear, y esta caravana recién llegada a ver si a traído algo interesante- digo dirigiéndome a Andariel.

El llevar ya toda la mañana en la villa se me estaba haciendo pesado, tanta aglomeración de gente en el mercado, así que estaba deseando terminar pronto y poder volver a los bosques. O en su defecto salir de la aglomeración y tomar unas cervezas con estos amigos.

-en cuanto terminemos si queréis no tomamos unas cervezas.-

Ooooh... Sí... "Seti, el entrometido", qué gran historia. Una de las mejores -asiente, convencida-. Sería genial tener tanta suerte como la tuvo él, pero dudo que estos aventureros suelten cosas que no saben lo que son... Sino no serían muy "aventureros", ¿no creéis? 

Sonrió divertida mientras tomaba una bolsa de cuero con grabados y la volvía a dejar en su lugar. Bonita, pero cara e inútil, ella ya tenía bolsas, era presumida y pobre... Y en estas circunstancias, lo de pobre pesaba bastante. 

¡Cervezas! -exclamaba levantando ambos brazos, miró a Jezal y después a Fonann- No hay nada más interesante que unas cervezas, admítelo. 

Su sonrisa era ahora algo maliciosa.

Miro a Jezal, desvío la mirada hacia Andariel y por último la poso sobre Maeth. Suelto un suspiro. De acuerdo, cedo la visita a Fyuz a cambio de cerveza. Pero que conste que es solo porque sois tres contra uno y que al ceder aquí me gano la prerrogativa de elección en otra ocasión. Sino no habría manera de que hagamos otra cosa.

Habiendo dejado claro ese punto no puedo evitar imitar a Andariel. ¡CERVEZA! grito al tiempo que alzo también los brazos. El primero en sacar el tema paga la primera ronda. Miro a Jezal con desvergüenza dejando claro que es el culpable.