Partida Rol por web

La niebla invocada por la clériga deja claro que intenta escaparse. Si le dejan, habrá más emboscadas. Y serán peores, pues ya sabe como es el enemigo al que se enfrenta.

-¡Te coseré la boca para que no puedas rezar a tu dios! - le grita sorprendiéndose a si mismo por sus palabras.

Descuidando su seguridad, da un empellón al hombre serpiente que le corta el paso y trata rodearlo por su derecha para llegar a la entrada del pasaje secreto y abalanzarse sobre la clériga. Allí, otro de sus escoltas lucha con Zenram.

Debo dejarle vía libre para que pueda usar su fe de nuevo. Combatamos el fuego con fuego.

El gnomo le ataca con furia.

El clérigo da un paso atrás consciente de que solo su dios es capas de ayudarlo a terminar con aquel peligro para la ciudad. Tu poder se basa en el miedo y el mio en el valor, ahora te enseñare que no hay poder alguno capas de vencer al bien...Fharlanghn muestra a esta infiel tu fuerza, ayuda a mis compañeros a sobreponerse al miedo infundido por la malignidad.

Aprovechando la neblina Rollo avanza hacia la sacerdotisa. Aunque se arriesga a sufrir un fuerte golpe al acercarse, embiste con fiereza y atraviesa con su hacha el cuello del hombre serpiente, mas antes de que la cercenada cabeza caiga al suelo el gnomo aprovecha la fuerza del ataque para acabar la semicircunferencia y golpear de pleno a la sacerdotisa en la espalda, a la altura del hombro izquierdo y lograr atravesar la malla que le protege. Con tamaña hazaña el combate parece decantado a favor de los aventureros.

Malevir vuelve a levantar su maza que en otras ocasiones tenia mas suerte que ahora, pero sigue sin tener ese efecto deseado. Asi no hare nada necesito espacio.

alaina sigue cargando y disparando sus flechas

La flecha de Alaina, que intentaba afanosamente apartar al hombre serpiente de Malevir, volaba certera hacia su objetivo pero, en el último instante, algo se interpuso en su camino: la armadura de Zenram. Afortunadamente la flecha rebotó sin causar ningún mal al clérigo más que un susto tremendo.

- Deshaceos de ellos- gritó la herida sacerdotisa. ¡Huía dejando su ralea de lengua bífida detrás! Éstos no tenían escapatoria. Mientras se alejaba su comandante se alejaba también la niebla, destapando que únicamente quedaban ya dos hombres serpiente con vida mientras que los aventureros aguantaban cada golpe que recibían. Imposible abrirse paso.

Al ver que la sacerdotisa huye, el clérigo da un paso adelante para intentar quitarle de encima al gnomo a su enemigo y permitir que este corra tras el enemigo, al tiempo que suelta una sonora carcajada. Jajaja, pero que haces, es que te a fallado tu deidad, vamos regresa, pídele que te ayude a vencernos, pídele que muestre su poder. Grita intentando atraerla.

Apenas tiene al alcance a su enemigo el mago eleva su maza y la intenta descargar sobre la criatura pero esta es demasiado rápida para él y esquiva el golpe sin problema.

Rollo adivina la intención de su compañero de armas al atraer la atención del hombre serpiente al que se estaba enfrentando el gnomo.

-¡Con mis cortas patas no la alcanzaré en la vida! - le comenta entre tajo y tajo - ¡Mira como corre esa meretriz zancuda!

Quizá la rabia de ver como su verdadera rival escapa sea la que impulsa el último golpe de su hacha. El filo de ésta se hunde profundamente en la verdosa carne del reptil, cortando escamas, carne y hueso con un sonido espantosamente triunfal.

-¡No nos confiemos! ¡El grande no parece tener ganas de darle tregua a Malevir! ¡Ayudémosle!

Bravo Rollo viene hacia aqui, no creo que pueda aguantar mucho mas. Fuera bestia inmunda! Malevir continua haciendo aire al hombre lagarto, mientras espera a que algun compañero le deje las manos libres

Puede que la mente de aquellos seres mitad hombre mitad serpiente sea poco más que suficiente como para comer cuando están hambrientos y beber cuando están sedientos, pero si hay algo propio de todo animal eso es el instinto animal. Y cuando el último de aquellos humanoides degenerados vio caer a su compañero de un tremendo hachazo y un enorme virote empapado en su verdusca sangre sobresalir de su pecho todas las alarmas en su diminuto cerebro se accionaron: correr era la única opción para salvar la vida.

Rollo recuerda que lleva un arco corto en la espalda, pero da por hecho que, cuando lo tenga en la mano con la cuerda tensada y una flecha en su sitio, del hombre serpiente y su señora no quedarán ni las huellas. Torciendo la boca con disgusto, pero satisfecho en el fondo por como han ido las cosas, se vuelve hacia sus compañeros.

-¿Todos bien? Malevir, esa herida está mucho mejor gracias a la intervención de Zenram, ¿verdad?

En su momento, no tenía muy buen aspecto.

-Quizá deberíamos seguirles, pero con cuidado. Yo, desde luego, no creo que les alcance. ¿Que opináis?

El clérigo estaba apunto de echar a correr pero se da cuenta de que sus compañeros pueden necesitarle. Si vamos a seguirle debemos hacerlo rápido, de lo contrario nos espera una emboscada, de lo contrario sería mejor avisar a las autoridades.

El mago se acerca al centro de la habitación y pregunta a sus compañeros.

Alguno esta herido?

Malevir mira su herida y dice Mi herida... bien ya esta mejor gracias Rollo. Zenram tiene razón, debemos de darnos prisa si queremos encontrarlos antes de que nos tiendan una emboscada. Alaina podrias seguir su rastro? 

Manteniendo la distancia con los hombres serpiente alaina intenta segirlos desde las penumbras

-Vale, la decisión está tomada. ¡Espera! ¡No te adelantes demasiado! - el pobre, intenta no perder a la ágil muchacha.

-¡Malevir, necesitaremos luz, aunque vaya anunciando nuestra presencia! No sea que pisemos una trampa como aquella en la que cayó Thorgrim.

Eso no es problema!! El clerigo cierra un instante los ojos y ora a su deidad. Fharlanghn, ilumina mi camino y el de mis compañeros, no permitas que la penumbra se enrolle en la malignidad de este pueblo ingenuo... Enseguida toca su maza la cual al contacto comienza a destellar una brillante luz que ilumina el camino. Yo iré delante. Comenta al tiempo que echa a caminar detrás de los fugitivos.

Malevir mira la salida por donde escapo la cleriga y dice Sera mejor que sigamos a la cleriga, tendra más cosas que contar que el hombre lagarto. Vamos Malevir se situa en medio del grupo y prepara la ballesta.