Partida Rol por web

El gesto de la mujer le resulta inquietantemente familiar.

¡No! ¡Otra vez no! - recuerda como las oscuras artes de aquel clérigo le había apartado del combate en el momento crucial.

Una oleada de terror antinatural recorre el cuerpo de gnomo. Este tensa sus músculos y respira profundamente. El mismo recuerdo que hace un instante potenciara ese terror, ahora desata una rabia que barre por completo cualquier otro sentimiento en él. La punta de una lanza vuela hacia él en ese momento. Prestándole la atención justa, la aparta con un fuerte revés del hacha. Sus ojos iracundos se clavan en la mujer de pelo azabache. "¡Venganza!" parecen clamar.

Pero antes de llegar a ella tendrá que abrirse paso entre los seres escamosos. Sin florituras, lanza un previsible pero salvaje hachazo contra el que tiene delante.

alaina busca cobertura para poder recargar su arco sin ser asestada por una de esas afiladas espadas

Malevir saca la maza y se posiciona en defensa mientras se aleja un poco de su contrincante para poder tener cobertura sufiente para usar sus conjuros. Rollo ten cuidado son peligrosos!!!

Al darse cuenta que sus compañeros están a salvo el clérigo da un pequeño paso para rodear la columna que le estorba y se coloca frente a la extraña mujer... Detente mujer del mal!!!, Tus acciones no te llevarán mas que a la muerte!, Arrepientete y abandona el oscuro camino que has tomado y te perdonare la vida...

Los hombres serpiente se reposicionaron al ver que Zenram tenía intención de lanzarse sobre su caudilla. En apenas unos segundos habían formado una fila de guerreros frente al clérigo y resbalaban sus lanzas sobre su gran armadura. Otro de los guerreros entretenía a Rollo y un último perseguía a Malevir. Ninguno de ellos tenía mucha destreza en el combate, pero cualquier afortunado golpe tendría fatales consecuencias para el grupo.

Aprovechando la situación la clériga solicitó los dones de su perversa deidad. Su poder parecía crecer por momentos intimidando a los aventureros.

El clérigo se da cuenta que el enemigo no piensa retroceder, por lo que decide dar un paso atrás y llamar en su auxilio a los dioses. Fharlanghn, dale la fuerza a mis aliados para que luchen en nombre del bien, ayudame a limpiar esta ciudad de los impíos enemigos que acosan a los viajeros que llegan hasta aquí.

Enseguida el clérigo estira la mano hasta el gnomo al tiempo que le alienta. Vamos pequeño, muestranos que eres de corazón grande y mucho valor.

El corazón del gnomo parece un frágil bote azotado por las olas y se debate entre el antinatural terror que proyecta la mujer y la reconfortante energía que Zenram canaliza con sus rezos y plegarias. No puede dejar que el primero venza. Una duda, un momento de parálisis por el miedo y las afiladas lanzas y colmillos acabarán clavadas en su carne sin piedad alguna.

Como respuesta al clérigo, embiste gritando el nombre de su deidad.

-¡FHARLANGHN! - profiere el salvaje alarido, con nariz y orejas enrojecidads y los tendones del cuello tensos como cuerdas de arco.

Como respuesta a los hombres serpiente, lucha dejando claro que él tampoco va a tener piedad.

Malevir mira como no se puede deshacer de su contrincante viperino y decide atacarle con la maza Vamos serpiente espantosa en guardia! lastimosamente el ataque dio al aire. Alaina rapido dispara contra mi contrincante.

Rollo, pese al miedo que había penetrado en su mente en forma de oración ominosa, no tarda en hacer un buen uso de los dones conjurados por el viejo clérigo de Fharlanghn. Con un rápido movimiento atraviesa con su hacha la correosa piel del degenerado que le hacía frente. La sangre verde emana abuntantemente e incluso llegan a vislumbrarse los extremos partidos de un par de costillas antes de que el hombre serpiente caiga al suelo.

La joven pícara se mueve rápidamente entre las columnas mientras carga de nuevo su ballesta. Aprovecha que la atención no está centrada sobre ella para tomarse unos segundos y apuntar hacia el objetivo: uno de los hombres serpiente que protege a la tenebrosa clériga. Desafortunadamente el virote se clava centímetros debajo del corazón de aquella bestia que, gracias a ello, aún se mantiene en pie luchando.

Los hombres serpiente prefieren no seguir avanzando y guardan la posición. Aunque varios de ellos realizan vagos ataques contra Rollo y Malevir, dos de ellos mantienen su posición defendiendo a la sacerdotisa que, en esos instantes mueve rápidamente las manos y entona una rápida oración que Zenram no reconoce. No parece tener ningún efecto por el momento.

El clérigo nota que sus compañeros ya no tienen la presión de los enemigos encima por lo que da un paso adelante hacia la mujer. Te dí la oportunidad de salvar la vida, pero mas importante de salvar tu alma, ahora probarás el poder de los verdaderos dioses. Con la seguridad que le da su deidad el clérigo levanta su maza pesada y descarga un bien dirigido golpe sobre el hombro del enemigo que tiene frente a él...

Envalentonado al ver como los ataques del grupo hacen mella en sus escamosos rivales, el gnomo lanza un tajo tras otro contra la escolta de la siniestra sacerdotisa. Las lanzas enemigas pasan lejos de su cuerpecillo, sin tan siquiera rozar la cota de mallas, lo que le da más confianza aun en que quizá no sea imposible lograr la victoria en tan desigual combate.

Malevir levanta otra vez la maza pero sin resultado adverso. Como no me deshaga pronto de este bicho no podre hacer nada mas. Alaina rapido acaba con este  bicho!!

Presta y preparada alaina disparo su fiel ballesta.

Que la alma de thorgrim guie mi mano........

El anciano clérigo se adelanta hacia los guardaespaldas de la sacerdotisa que, pese a que esperaban el ataque, son incapaces de hacerle retroceder e incluso uno de ellos recibe un mazazo en el hombro que hace que esté a punto de dejar caer su arma. Sin embargo aquellas infectas criaturas no están dispuestas a abandonar a su líder, no ahora.

Tan pronto como ven que varios de sus compañeros no aguantado los envites del gnomo tratan de empujar a Zenram hacia atrás para abrirse hacia el pasillo para retroceder. Lo hacen con tal fiereza que las puntas de sus armas chirrían marcando surcos en la pesada armadura y, con fortuna, aquel que hacía un momento había estado a punto de dejarla caer consigue introducir la lanza por una junta a la altura de la cadera del clérigo. El apoyo de su dios no parece ser lo suficientemente fuerte pues esta vez la herida viene acompañada de dolor.

Alaina sigue disparando con su ballesta y, pese a que el virote rebota contra la dura piel del hombre serpiente dejando una herida superficial, consigue acertar nuevamente. Tal vez debería haber elegido mejor su objetivo pues, aprovechando la calma, la sacerdotisa entona una rápida oración al Innombrable. Instantáneamente una neblina de color azabache empieza a levantarse y envolver a todos los combatientes excepto a la pícara:
- ¡Calla viejo! Tú no sabes lo que es el poder- respondió ella mientras se movía hacia el interior del pasillo secreto. Todavía no había usado la pica que llevaba en la mano pero a buen seguro la utilizaría para atravesar a Zenram si tuviese oportunidad.