Partida Rol por web

- Maldita sea, Ed! - grita de rabia Alain cuando el paladín se interpone entre él y Lysana - Has caído presa de su embrujo. Si no despiertas, nos matará a todos. Y solo hay una forma de que despiertes - el Buscador coge fuerzas y vuelve a arremeter contra Lysana...

Al ver que Alain no frenaba volví a lanzar un ataque contra él, esta vez dando un pequeño salto y bajando con un golpe de espada a su hombro, aún con el canto pero con la intención de estrellarlo contra el piso y que se detuviera de una vez.

-Eres tu el que esta mal, no ves que solo es una víctima?!-

El golpe de Ed desestabiliza a Alain, que cae al suelo de rodillas nuevamente, visiblemente agotado por el combate con los bandidos. 

Hollan y Loto siguen inconscientes en el suelo, debatiéndose entre la vida y la muerte.

Lysana observa detenidamente, complacida con los resultados que está obteniendo, y finalmente vuelve a conjurar una bola de negra oscuridad - Acepta este regalo, Buscador. No hay ninguna condecoración más digna para los de tu calaña que morir en acción - Lysana lanza la bola de oscuridad mientras se ríe como una lunática. El hechizo golpea a Alain en la cabeza y lo derriba.

-Ya reaccionen!- dije colocándome delante de Lysana con la espada aferrada a ambas manos, estaba agitado debido a las heridas causadas por el diablillo, aunque las heridas las venía acumulando desde la pelea con los goblins cuándo secuestraron a Lysana- esta mujer no es culpable de nada! Fue un error de quienes la juzgaron, como tantos otros!- me puse firme y me mantuve ahí, impasible como una montaña, protegiendo a Lysana con mi cuerpo.

- Han sido demasiado necios, han sido incapaces de ver más allá de sus propios prejuicios. Pero ya es tarde para ellos. Tú, en cambio, - Lysana se acerca a Ed y pone una mano sobre su hombro - has sido mi héroe. Siempre supe que eras una buena persona, Ed. Desde el principio te preocupaste por mi y no prestaste atención a las barbaridades que decían en contra de mí. - Lysana se pone de puntillas, para salvar la distancia de altura que hay entre ella y Ed, y le da un beso en la mejilla -  Ya no es necesario que me sigas protegiendo. El peligro ha pasado - la chica señala a Loto, que ya ha dejado de respirar, así como a los bandidos y a los dos orcos que os acompañaron. Todos están tendidos en el suelo, muertos. En cambio, Alain y Hollan todavía se debaten entre la vida y la muerte...

Al volver en mi note lo que había hecho y la voz de Lysana, tan normal, como hablábamos antes.

Acaso me había dejado engañar? Acaso lo que vi en los ojos de esa niña era una mentira? Había llevado a la muerte a personas que habían depositado su confianza en mi y ahora lo más parecido a un amigo que tenía yacía debatiéndose entre la vida y la muerte.

Y yo luchaba por salvar a esta mujer quien podría ser una aberración?

-Lo se...- dije bajando la espada despacio para luego aferrarla con fuerza dar un giro y lanzar un corte horizontal a Lysana, buscando herirla de gravedad aprovechando que solo vestía harapos. De salirme bien y no acabar con ella me pondría sobre su cuerpo con la espada apuntando a su cuello, quizás solo quizás estaría poseida, parte de mi quería creerlo, pero si me había engañado todo este tiempo y había arriesgado tanto por ella, entonces al mínimo movimiento mi espada se clavaría en su cuello sin dudarlo.

Lysana salta ágilmente para atrás y la espada de Ed pasa rozando sus harapos, pero sin llegar a derramar sangre. Entonces el paladín se abalanza sobre ella, con la espada apuntando a su cuello, pendiente de cualquier movimiento que vaya a hacer la chica.

- ¿Por qué? ¿Por qué haces esto?- pregunta Lysana. Su voz se va quebrando por momentos y su expresión es de incredulidad - Creía que eras diferente... creía que no te dejabas llevar por los prejuicios. ¿Por qué ahora intentas matarme? - la chica solloza y sus ojos se vuelven cristalinos, a punto de derramar lágrimas, pero hace un esfuerzo por contenerse. Lysana extiende los brazos lentamente, con las manos abiertas - Mírame bien, Ed. No supongo ningún peligro para ti. Solo soy una chiquilla indefensa, a la que han torturado y abusado, que lucha por sobrevivir en un mundo cruel y mezquino. Me tachan de bruja por controlar poderes que ellos son incapaces de comprender, cuando en el fondo de sus negros corazones ansían poseerlo. Pero su doble moral les impide alcanzarlo, solo por eso me quieren ejecutar... - Lysana se arrodilla lentamente en el suelo y señala a Hollan - ¿Qué crees que harán con ese chico que, al igual que yo, ha abandonado el camino marcado por unos pocos?  No le espera un destino diferente del mío. ¿A caso serás tu, Ed, el brazo ejecutor de unos viejos que no ven más allá de sus tabúes y sus normas arcaicas? ¿Pondrás también fin a su vida, como pretendes hacer conmigo?

Apoyé la espada en el cuello de Lysana, marcando con la punta el mismo.

-Te mostraste como una chica indefensa y hablaste conmigo de todas esas cosas solo para lograr esto! HASTA QUE PUNTO PUEDO CREERTE?! COMO SE QUE NO ESTAS ALIADA CON MEDIA CARA!-

Mi espada bajo a su corazón, presta para una estocada en cuanto se arrodilló.

-Me importa poco lo que le pase a ese chico, no lo conozco y no soy un héroe que debe salvar a todo el mundo, tu eras mi misión a quien debía llevar segura a un lugar y por quien me desvié de mi camino, permitiendo que otros como Loto, los guerreros orcos o mi compañero murieran o estén al borde de la muerte! Crees que a mi no me molesta que se juzgue a todos de modo trivial? Sin consejo ni defensa, crees que me gusta esta casa de brujas solo por haber nacido con un don o por elegir un camino distinto? NO, NO ME GUSTA!- mis ojos estaban cargados de lagrimas que se negaban a salir y mi voz mostraba furia- crees que no me enfureció saber lo que te hicieron y que no tenías a nadie para protegerte?! Crees que no tenía deseos de dejarte libre?! Pero llego aquí y actúas como una maniática, invocando un diablillo que casi me mata y buscando asesinar a quienes luchan a mi lado...COMO PUEDO TOMAR ESO?! DIME!!!- dije dando un paso más hacía ella y aferrando con fuerza la espada- si debo ser el brazo ejecutor entonces lo seré...aunque no quiera-

- No querrás pedirle a una hija que vaya en contra de su padre, verdad? - la voz surge a las espaldas de Ed, en la entrada y llena toda la habitación, imponente, grave y gélida como el hielo. Un hombre de mediana edad de pelo canoso y porte recio se alza orgulloso como un león. Va vestido como los demás bandidos, con una ajustada armadura de cuero tachonado, pero no tapa su cara con una bandana roja como los demás sino que la lleva bien visible, mostrando la mitad de su cara que está desfigurada en una mueca horrorosa. Detrás de él hay cuatro bandidos más que parecen guardar las distancias.

Lysana reacciona completamente sorprendida, como si no creyera lo que están viendo sus ojos. Parecía tener las palabras preparadas para replicarte pero éstas no consiguen salir de su garganta y se quedan en un susurro ahogado por la emoción. 

- Suéltala - ordena el hombre - y conservarás la vida.

Escupí al suelo 

Este mi fin Apolo o Esparta...da igual quien me este mirando.

-La palabra de un bandido? Como puedo confiar en ella si has sido capaz de muchas cosas peores?-

Giré para ponerme detrás de Lysana, trabandola entre mi cuerpo y la espada, aprovechando que era un mandoble y no podría escapar por la proximidad, aún así estaba herido y respiraba agitado, apretaba con fuerza el puño de la espada para que esta no temblara por el cansancio y el dolor de las heridas.

- Seré un delincuente pero siempre cumplo mi palabra - sentencia Mediacara con su tono helado - Voy a llevarme a mi hija de aquí. Eso es un echo. Así que será mejor que te eches a un lado y no empeores tu situación, chaval.

- Padre, no! - La voz de Lysana suena desesperada - No podemos ir sin terminar el ritual. Ya casi he...

- Cállate! - responde su padre en tono autoritario - No se qué mierda de ritual estás haciendo ni me importa. Tú solo debías estar quietecita y callada hasta que llegáramos a recogerte. ¿Y qué es lo que me encuentro cuando llego aquí? Una puta carnicería. Tres de mis mejores hombres y su gente de confianza muertos y al puto Sir Alain Tyrrel agonizando a los pies de mi hija - la expresión seria de Mediacara demuestra una profunda decepción - No permitiré que esos vejestorios con faldas te ejecuten, Lysana. Pero puedes estar segura de me encargaré personalmete de quitarte esa estúpida manía que has cogido de tontear con las artes oscuras. Y ahora, tú - dice señalando a Ed - suelta a mi hija de una vez, no te lo repetiré más.

Aflojé el agarre, apartando un poco la espada, a fin de mantener una imagen ferrea pero dando espacio a Lysana para salir.

-Mi vida no es importante- dije bajando la cabeza- pero perdona la de Alain, ustedes no fueron nuestro objetivo nunca, si nuestra misión fallo entonces no hay motivo para combatir...-

Lysana aprovecha que Ed afloja su agarre para escaparse y salir corriendo en dirección a su padre. Se echa a sus brazos y lo agarra con fuerza, derramando lágrimas y sollozos. Mediacara no cambia su semblante autoritario cuando su hija lo abraza. Tan solo le da unas palamadas en el hombro y finalmente contesta a Ed - No quiero más problemas con Barataria ni sus Buscadores. La vida de ese hombre está en tus manos. Si te ves capaz de salvarlo, adelante. - Ésto último lo dice con cierto tono de respeto. No tiene intención de rematar a Alain. - Siempre cumplo mi palabra, chico. Conservarás tu vida, pero te lo advierto. Ni se te ocurra seguir nuestros pasos o serás hombre muerto.