Partida Rol por web

Ed consigue desviar uno de los golpes y queda en una posición expuesta que aprovecha el otro bandido. Su daga se hinca en la junta de la armadura y hiere al paladín, pero por suerte la hoja no llega a penetrar y se queda en tan solo un rasguño.

Loto tensó otra flecha en la reliquia de su familia, la tan bella como mortal Anturio. Sus reflejos carmesís refulgían mientras dejaba escapar otra mortal flecha dirigida con malicia hacia uno de los bandidos más alejados. La magia de Collan no había pasado desapercibida para el bardo quien, siempre curioso por estar extrañas Artes, no dejaba de asombrarse por la brutalidad del ataque de su compañero.

Magia negra...

Tras ver como el bandido cae al suelo muerto por mi conjuro, me concentro en mi siguiente objetivo...

Al verme rodeado, algo que pasaba ocasionalmente, decidí dar un giro con el espadón, a fin de sacarme de encima a los dos, pero al igual que las anteriores veces parecía que a Apolo no le gustaba una maniobra tan brutal.

La flecha de Loto surca la habitación hasta clavarse en el pecho del bandido, segundos antes de que unos diminutos colmillos aparezcan en su cuello y lo rematen. El bandido cae al suelo y Hollan, visiblemente agotado, empieza a emitir un leve y casi imperceptible fulgor rojo. 

- ¿Qué clase de brujería... ? - Empieza a gritar Alain en el momento en que el mandoble de Ed sale volando y pasa a escasos centímetros del caballero de la rosa en el pecho. Alain lanza una mirada gélida a Hollan

La escaramuza entre los bandidos y vuestros improvisados aliados sigue su curso. Thokk consigue acabar con uno de los bandidos y Brrok también, pero ambos orcos sufren serias heridas. 

Los que tienen rodeado a Ed atacan sin piedad al paladín que se encuentra desarmado. Uno estrella su arma en la pesada coraza del paladín, sin llegar a producir ningún daño. Pero el otro encuentra un hueco en sus defensas...

Loto avanzó presto al ver cómo Ed perdía su espada en el peor momento de la refriega, justo cuando estaba rodeado pro dos enemigos.

- ¡Vamos!- Dijo poniéndose al lado de Allain y volviendo a hacer silbar a Anturio. Su emblemático arco estaba haciendo honor a las fantásticas historias que se contaban de él. De camino, echo un vistazo de reojo al mago nigromante. Su magia revolvía las tripas pero no cabía duda de que era efectiva. Loto sentía una mezcla de sentimientos. Por una parte su atracción natural hacia la magia y, por otra, el miedo o repulsión que le provocaba las artes oscuras de Collan.

Al verme desprotegido tan solo confié en mi armadura para protegerme y me lancé rápidamente a buscar mi espada.

Tras lanzar mi último conjuro, noto como el cansancio se comienza a apoderar de mi cuerpo. Los miembros apenas me responden y siento como si pesasen una tonelada.

Aprovechando mi posición en retaguardia y al ver que los bandidos se encuentran más cercanos a mis compañeros, me concentro en recuperar algo de energía para poder continuar el combate...

Ed se escabulle de los bandidos y atrasa su posición para recuperar la espada a los pies de Alain.

Los bandidos van a por Alain y a por Ed, pero ambos consiguen evitar las estocadas del enemigo. Los orcos aprovechan y se lanzan contra los bandidos, pero ambos están demasiado débiles y sus ataques carecen de precisión alguna.

Una vez recuperé la espada me giré para recibir a los bandidos y esquivar sus estocadas, para luego dar un giro y lanzar un corte a la cabeza de uno a fin de eliminarlo.

Manteniendome a distancia de nuestros enemigos, utilizo las escasas energías que me quedan para lanzar un hechizo. Casi al instante, puedo notar como un nuevo torrente de energia recorre mi cuerpo, permitiéndome estar nuevamente listo para la batalla...

Loto continúa entonando su inspiradora canción a la par que tensa su arco y otra flecha sale disparada, acertando al mismo enemigo al que Ed había lanzado un tremendo tajo. Entre ambos consiguen derrotar a ese bandido.

Con energías renovadas, me concentro en el bandido que queda dispuesto a derrotarlo con mi hechizo... sin embargo, algo rompe mi concentración y no soy capaz de focalizar lo suficiente...

Una vez el ladrón estuvo acabado me lancé hacía el otro con un corte ascendente a su torso.

El último bandido, viéndose rodeado de enemigos, le resulta imposible detener la acometida de sus rivales. Tanto Alain como los orcos blanden sus armas para atacarle, pero es Ed finalmente quien le da el golpe de gracia.

Cuando el combate ha finalizado podéis respirar tranquilos durante unos segundos. Loto y los orcos se encargan de registrar los cadáveres en busca de algo de valor mientras que Alain se vuelve hacia Hollan con cara de pocos amigos.

- ¡Nigromancia! - le grita al hechicero apuntándole con un dedo acusador y se abalanza sobre él, furibundo, para cogerle por el cuello de la túnica - Reconozco la magia negra en cuanto la veo. Tendrás que explicar muchas cosas ante el Consejo de Ancianos cuando estemos de vuelta en Barataria.

-El consejo de ancianos no esta aquí Alain- dije a mi compañero limpiando la sangre del espadón y guardándola- por algo esquivó nuestras preguntas en el valle y te recuerdo que ahora estamos buscando rescatar a una bruja- suspiré- necesitamos  toda la ayuda que podamos ahora mismo y no tenemos ninguna orden de momento más que cumplir lo que se nos encomendó, mejor ponerse en marcha- tomé la llave de Hierro y ofrecí una amatista a cada uno de los orcos antes de repartirnos las monedas de oro a partes iguales, salvo que tuviesen alguna objeción.