Partida Rol por web

The Chronicles of Vandal & Enchantress

01.Nuniris

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05/03/2020, 20:42
Ra

Ra estaba preparado para atacar, para reaccionar ante aquel... ser, que tenía toda la intención de desafiarle, porque lo sabía. Sus pensamientos entraban en su mente como si formasen parte de su propio cerebro, y aún así, no pudo evitar ser sorprendido.

Era, sin duda, un hombre de grandes habilidades y un valor que lamentaría destruir a causa de su atrevimiento e ingenuidad. 

También estaba distraído por el trato que le proporcionaba a aquel humano, lo más bajo en la escala evolutiva, mas aún que el ganado, puesto que al menos éste tenía guardaba una utilidad, y a pesar de todo, de la sorpresa, de su rapidez, de su estúpida valentía, no fue suficiente para acercar en el ojo de Ra, que se movió con la suficiente velocidad como para quitarse de su camino.

La daga fue a clavarse en el pecho de uno de los guardias que había detrás de él, haciendo que cayese al suelo en medio de un lastimoso gemido de dolor.

También vio la pobre ilusión que creó para confundir a los guardias. Ra los miró, con una mueca de desidia, entendiendo que ninguno de ellos podía darse cuenta de lo que sucedía en realidad. Ra en dos lugares a la vez; su señor, siendo amigo y enemigo al mismo tiempo.

Eso impidió que reaccionaran, porque no sabían a quien atacar, aunque cualquiera con un mínimo de inteligencia se habría dado cuenta de la posición que ocupaba cada uno y por tanto, de quién era quien.

-Es un buen truco, Vandal Savage. Quizás puedas conseguir unas cuantas monedas con él en las calles, pero no esperes conseguir mucho más... si sobrevives, claro -le dijo, mientras lanzaba su energía hacia Vandal, como si un dragón hubiese escupido todo el fuego contenido en su interior.

- Tiradas (4)
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05/03/2020, 21:01
DIRECTORA

Afortunadamente para Vandal, Encantadora estaba pendiente del combate, aunque no formase parte de él. Su desafío no había supuesto diferencia alguna para Ra, que la había ignorado con rapidez, y seguramente, eso hubiera podido suponer una ventaja, de haberle atacado. 

Pero al ver que Ra lanzaba toda su energía contra Vandal, la hechicera no tuvo otra opción. Se movió con rapidez hacia Vandal y ambos desaparecieron de la sala del trono, dejando a Ra completamente solo... con Tek arrodillado.

Pero para Vandal y Encantadora, todo era diferente. Pasaron de estar en la sala, a encontrarse en el exterior, de nuevo pisando la arena y rodeados de gente que no entendía su presencia ni tampoco sabía quiénes eran.

Sí, había sido una huida en toda regla, pero al menos podían volver en otra ocasión para acabar con él, una vez no hubiese dos vidas más que proteger. Una vez Encantadora fuese madre y Vandal, el guía de un nuevo mundo.

Notas de juego

Quejosa XD

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06/03/2020, 00:45
Vandal Savage

Todo fue bien, le pillé desprevenido... la daga dibujó una trayectoria casi perfecta, pero logró esquivarla igualmente. Algo que l guardia no logró hacer. Aquel mortal no sobreviría a aquella herida, tendría una larga y agónica muerte. Y sus guardias, confusos, poco iban a aportar en aquel momento.

Pero Ra había quedado intacto y armado.

Sus palabras me hicieron ver que yo era el foco de su atención y le sonreí con soberbia en mi mirada. No temía a la muerte y sabía que Encantadora sobreviría a aquello porque yo era lo único que aquel semejante veía ahora mismo y eso la daba la oportunidad de escapar. Y yo volvería a su lado cuando regenerase.

Por supuesto que iba a intentar evitar su ataque, no era tan suicida... tenía intención de esquivar y usar una de las lanzas de sus hombres, más bien a uno de aquellos guardias, dándole un empujón para que su arma se clavase en el cuerpo de aquel mago. Pero de golpe sentí unas manos que me sostenían y esa súbita sensación de ahogo vino a mí al tiempo que aquella bola de energía se aproximaba a mi cuerpo inmortal.

Inspiré con fuerza tras el salto que provocó mi diosa siniendo la claridad del exterior en mis ojos.

Luego la miré a los ojos, preguntándola "¿por qué?" con mi mirada. Pero enseguida recordé que me necesitaba. Los tres lo hacían y pasé mi mano por su cintura y la otra la puse sobre su vientre. - Creo que tengo que empezar a pensar que ya no soy solo yo y que mi inmortalidad ahora no cuenta. - La susurré empezando a ver las cosas como realmente eran. - Vosotros estáis por encima de todo eso y no puedo faltaros. - Añadí acariciando con cuidado su notable vientre para luego besar su cabeza con ternura.

La gente nos miraba, extrañados la mayoría, sorprendidos otros tantos.

Y no era para menos. Habíamos aparecido de la nada y nuestra ropa nos delataba. Eso en otro ámbito nos hubiese venido bien, pero después de mi ataque fallido a Ra, nos hacía facilmente identificables. - Debemos encontrar donde ocultarnos y rehacernos. En pocos días naceran y debéis estar a salvo mientras encuentro la manera de... - Observé como nos miraban todos. - {...derrotar a nuestros enemigos.} - Opté por cambiar de idioma a uno que en teoría solo entendíamos mi diosa, Ra y yo.

Me hastiaba que aquel gentío nos mirase de aquella manera y pensé en generar la ilusión de un dragón gigante que les asustase lo suficiente como para alejarse de nosotros. Nos serviría para cubrir nuestra huída e incluso para robar algunas provisiones y ropa, porque con mi fallido ataque había perdido lo poco que tenía.

Al menos no la había perdido a ella ni a nuestra descendencia.

- {Nuestra ropa, debemos cambiarla. No me importará volver a ser Hath-Set durante algún tiempo, siempre que sea a tu lado.} - Le dije a mi diosa tomándola de la mano en aquel momento.

- {Pero debemos movernos rápido. No tardarán en dar la alerta. Dudo que ese mago venido a más deje pasar mi ofensa y que perdone mi acto. Más aún cuando descubra que lo que contiene el fardo, son los órganos de su sacerdotisa.} - Añadí con una leve sonrisa sabiendo que esa muerte si le dolería. - {Y si ese chico es listo, sabrá encontrarnos.} - Dije refiriéndome a Tek, buscando así calmar a la acompañante de Encantadora en aquel cuerpo.

No sabía como iba aquello, pero si se comunicaban como parecía que hacían al menos que dejase a mi diosa respirar tranquila. Iba a necesitar toda la calma posible mientras estuvise en ese estado. - {Lo primero es cambiarnos de ropa. Estamos llamando demasiado la atención así.}

No quería desprenderme de mi ropa. Mi abrigo me resultaba cómodo, estaba preparado para llevar 32 dagas en él, además me gustaba mi vestuario y como no, le había cogido cariño.

Pero el cariño no nos mantendría con vida. No hacia los objetos inanimados. Y miré a Encantadora a los ojos. Iba siendo hora de que la ayudase a entrar en mi corazón. Reforzar mi vínculo con ella con aquel sentimiento tan grande como era el amor, acabaría por hacernos indestructibles. Y cogí su mano y la sonreí. - Vámonos, ya nos han mirado bastante.

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06/03/2020, 12:13
Klarn

Encantadora concentraba toda tu atención y por ese motivo, no lo viste llegar, ni tampoco ella. Lentamente, se aproximó a vosotros, en silencio, pero a la vez convencido de que una vez más, su instinto no le había engañado.

-Sabía que estabas aquí,  Vandar.

Esa voz... era inconfundible para Vandal, aunque hiciese una eternidad que la escuchaba, aunque creyese que jamás iba a volver a oírla, y a pesar de que su tono parecía diferente. Sin embargo, no había duda posible. Era...

¿Klarn?

Su rostro no se parecía en nada al último que había visto, pero sus ojos eran tal y como lo recordaba. Era Klarn, sin duda alguna.

-Veo que esta vez, no estás solo. Tu amiga es.... -empezó a decir, y al ver su vientre, sus pupilas se dilataron y unos segundos después, su vista se alzó de nuevo para encontrarse con la de Vandal -... familia, ya veo. Supongo que tendré que darte la enhorabuena, viejo amigo.

Un ruido a lo lejos, en uno de las calles cercanas, os hicieron volveros hacia allí.

-Los soldados se acercan. Parece que como siempre, has conseguido cabrear a alguien lo suficiente como para que quieran matarte. Esa seguridad en ti mismo te costará cara en este planeta. Será mejor que me sigáis. Llevo aquí más tiempo que vosotros, así que más os vale creerme.

Klarn fue a girarse para alejarse de allí a toda velocidad, pero miró de reojo a Encantadora, como si la conociese de antes. La vida había dado muchas vueltas, no solo en el espacio, sino también en el tiempo y en los múltiples universos que la conformaban, y algo en su memoria le decía que aquella mujer no le resultaba completamente desconocida. 

En cualquier caso, darle la espalda a Vandal era ya en sí mismo un riesgo. Habían sido enemigos durante tanto tiempo, que aquella espalda era una oportunidad que podía no desaprovechar. Klarn se dio cuenta, y se detuvo, sonriendo, a pesar de saber que era una sonrisa que su enemigo no podía ver.

-Sé lo que estás pensando, viejo amigo. Es mi espalda lo que estás viendo, y sería todo tan sencillo... Pero es demasiado sencillo, puedo asegurártelo, porque soy mortal, y no necesitas hacer grandes cosas para acabar conmigo. Bastaría conque me lanzases tu daga. Sí, eso sería suficiente. También dentro de poco tú lo serás, y cualquiera podrá acabar contigo, cualquier simple humano, quiero decir. Pero si quieres que tu hembra sobreviva, y tú también durante un tiempo, será mejor que contengas tus ansias, y me sigas.

Cuantas veces se habían enfrentado y cuántas veces se habían deseado la muerte, y sin embargo, allí estaban, en otro mundo, en otro momento, y a pesar de todo, parecían condenados a luchar codo con codo.

El destino era caprichoso, una vez más.

Pero siempre existía la posibilidad de que Klarn se quivocara, por lo que se volvió hacia él, ofreciéndole su pecho a Vandal para que acabase con su vida.

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07/03/2020, 00:03
Vandal Savage

Eso era, ropa para pasar desapercibidos y buscar un escondite. Con los dones de ambos, no nos resultaría difícil engañar y robar lo necesario para empezar a salir del paso sin que los mortales se diesen cuenta de lo que estaba pasando delante de sus narices. Tiré suavemente de la mano de Encantadora para ponernos en marcha y escuché aquella voz a mi espalda.

No podía ser.

No necesitaba girarme para saber de quien se trataba, pero por mi propio bien, puesto que no era precisamente un aliado quien me hablaba, debía girarme... y le ví. No le hubiese reconocido jamás de no ser que se hubiese acercado a mí, pero sus ojos... sin duda eran los suyos. - Vandar... Hace siglos que nadie me llama así. - Le respondí con un gesto tosco en mi rostro. De hecho hacía milenios que había dejado el nombre de Vandar Ang atrás.

- Te veo muy cambiado y el pelo largo... - Cogí un mechón con mi mano. - ... ya te hizo perder la cabeza una vez en mis manos, ¿recuerdas?

Sí, recordaba. Su gesto me lo mostró enseguida.

Cuando miró a Encantadora, la atraje hasta mí pasando el brazo por su cintura y por un momento dudé si lo hacía por protegerla o por mostrar que "era mía". - No creo que estés aquí para darme la enhorabuena, Klarn. - Le repliqué con aquella soberbia que me caracterizaba. - ¿Hace cuánto que no nos veíamos? ¿Dos, tres siglos?

Y los sonidos de los guardias moviéndose por la ciudad nos alertaron a todos, pero lo que me sorprendió de verdad fue el ofrecimiento de mi enemigo. E hizo algo inaudito: me dio la espalda. ¿Qué le estaba pasando? Aquel no era el Klarn que conocía. No aquel con el que me enfrenté durante siglos, cuando ambos adquirimos no solo el poder de la inmortalidad con aquel meteorito, sino el resto de dones que nos hicieron especiales y únicos.

Su tribu fue la única rival a la mía y el fue mi primer y más poderoso enemigo. Nos matamos mutuamente en más de una ocasión a lo largo de la historia del mundo pero si algo sabía que no debía hacer jamás, era darme la espalda. Y entonces se detuvo y me habló sin girarse.

Y supe que decía la verdad con aquellas palabras.

Miré a mi diosa al tiempo que Hombre Inmortal se giraba. - Fue tocado por el mismo meteorito que yo. - Le dije a Encantadora a modo de explicación. No necesitaba mucho más para suponer que aquel hombre era mi igual o al menos lo había sido.

- Desde entonces somos enemigos y nos hemos matado unas cuantas veces... - Clavé la vista en Klarn quien se había girado y mostraba su pecho, demostrándome que no temía a la muerte definitiva, puesto que esa sería la que le esperaría si se la arrebataba en aquel momento o quizás... daba igual.

- ¿Y perderme la ocasión de matarte una y otra vez? - Le pregunté con arrogancia en mi voz para luego dibujar una sonrisa en mi rostro. Si se había arrastrado hasta nosotros era por algo y después de ver a aquel mago en acción...

- Creo que no... lo haré cuando sepa que podrás volver para poder matarte más adelante y... bueno, he cabreado al mandamás de este lugar. Si vas a ayudarnos como dices, creo que debes saber donde te metes al menos.

Lo que sentí al llegar a aquel lugar, que la herida de mi mano no regenerase como debiese, el mareo... todo cobraba cada vez más sentido junto con el testimonio de mi enemigo. Aunque en mi caso me ayudó el canibalismo, algo que sabía que él no practicaba. Estaba seguro de que ese acto me hizo recuperarme y sin duda haría que mi inmortalidad no me dejase tan rápido como a él.

Y es que si todo esto fuese un maldito cómic, Klarn sería el superhéroe mientras que yo sería el villano solo por las acciones de ambos en nuestras vidas.

Miré nuevamente a Encantadora. - Mortal o no. Enemigo o no... - Jamás pensé que diría eso.- ... creo que le necesitamos como él a nosotros. - Me giré hacia el inmortal. - Pero no te hagas ilusiones, Klarn. Cualquier intento por tu parte de dañarla a ella o a mis hijos... lo pagarás con tu vida. Y no es una amenaza, es un hecho.

Me giré hacia el lugar por donde asomarían lsos guardias en breve. - Si estás de acuerdo entonces, te seguimos, Klarn. - De lo contrario, deberíamos huir y prescindir de su "ayuda". Y acaricié la mano de mi diosa con la mía, buscando que ella aplacase su ira al saber que era mi enemigo quien estaba frente a nosotros o quizás buscando en ese gesto calmar mis ganas de matarle, como suponía bien y él sabía que haría.

Aún así, debíamos preparar una buena salida de allí, encontrar la manera de que no solo no nos siguiesen, sino que no nos localizacen preguntando por nosotros. - Supongo que junto con la inmortalidad, el resto de poderes tampoco los tendrás. - Le dije a Klarn. La verdad es que nos vendría bien que conservase algo, pero Encantadora y yo nos bastaríamos para eso.

- ¿Qué te parece que yo cree la ilusión de que los dos seguimos aquí hablando, mientras que tú, mi diosa, que sin duda tienes un poder de magia más elevado que el mío, generas una ilusión en la cual nos veamos como cualquiera de ellos mientras nos ocultamos al menos? - Con eso debería bastar.

Los guardias se entretendían con nuestras siluetas, si es que lograba engañarles. La población nos vería allí también parados y mientras, huiríamos ante sus ojos. Sonreí a Encantadora y supo así que yo ya había hecho mi parte.

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07/03/2020, 09:17
Enchantress

Aparecimos fuera de la sala, e incluso del recinto, lejos de aquel Ra, peligroso, mortífero, y por el momento, a salvo. No me costó sentir la frustración en los ojos de mi amado inmortal; frustración por haber interrumpido su pelea, algo que jamás había rehuido, e incluso su derrota.

Su primera reacción de fue rabia y en su rostro se dibujó claramente la pregunta... que él mismo se encargó de responder a los pocos segundos, después de verme. Yo asentí y acaricié su rostro en silencio, mientras con la otra mano, sostenía mi vientre. Él me daba seguridad, protegía a mis retoños, nuestros retoños, que sabíamos eran lo único importante en aquellos instantes.

Dado que el tiempo no era un problema para nosotros, no debíamos apresurarnos y arriesgarnos a perderlo todo. Era mucho mejor esperar lo que fuese necesario, que viendo la velocidad en la que mi vientre aumentaba de tamaño, no sería demasiado. Vandal se dio cuenta y rápidamente, entendió la necesidad de encontrar un refugio.

-Ellos deben ser nuestra prioridad ahora. Una vez nazcan, podremos enfrentarnos a Ra para hacer de este mundo el nuestro... y después el suyo -le aseguré con determinación.

A la vista de ello, cambiarse de ropa, como sugirió, era una opción inteligente, aunque debíamos ser rápidos. Dudaba que fuese a dejar un solo lugar sin remover para encontrarnos. Le habíamos resultado demasiado interesantes. Al menos eso, sí que fui capaz de percibirlo.

Pero al girarnos, cogidos de la mano y dispuestos para continuar nuestro destino, un hombre se interpuso delante de nosotros; un hombre... que conocía a Vandal.

¿Vandar?

Parecía conocerlo, no solo por el hecho de llamarlo de otra forma, o por su familiaridad al hablarle, sino por como lo miraba. Cuando se fijó en mí, sentí... algo similar. Era como si nos conociésemos de antes, aunque no lograba recordar que así fuese. Incliné la cabeza para observarle con mayor detenimiento, mientras nos invitaba a seguirlo.

-No confío en él -dije finalmente. De hecho, me fiaba tan poco, que sopesé durante un instante matarlo allí mismo. Trasladarme al interior de su cuerpo y hacerlo implosionar desde dentro como si fuese un fruto aplastado.

Vadanl me confirmó que se conocían, no solo por sus palabras, sino por su gesto de posesión con el cual me atrajo hacia él. Yo no era suya; no pertenecía a nadie. Aún así, me dejé llevar, empujada por la conveniencia del momento, sin apartar la vista de ese... Klarn.

-Deja que lo mate. Será rápido. Apenas tendrá tiempo de sentirlo -dije finalmente.

Mi inmortal explicó lo que estaba sucediendo, quién era, que en realidad, constituía una fotografía de lo que Vandal sería en un tiempo. Un simple mortal. Dentro de un tiempo, dejaría de tener utilidad para mí, pero no todavía, no en aquellos momentos y no mientras nuestra línea de sangre estuviese con vida y dependiendo de nosotros para comprender que el mundo que les rodearía una vez nacieran, era por derecho, suyo.

Mientras tanto, Vandal dejó claro que no era el momento para matarlo, pero que quizás no tuviese que esperar demasiado, no sin antes advertirle sobre las consecuencias de su... traición.

Una vez más, tendría que esperar. 

Aquel encuentro, inesperado, fortuito, parecía ser necesario en el momento en que nos encontrábamos. Mientars mis pequeños crecían en mi interior, alimentados por la sangre de mi inmortal y la mía propia, el destino de aquel mundo parecía cada vez más claro para mí.

Sería nuestro, de nuestra sangre, de nuestra divinidad, fuera como fuese, antes... o después.

Pero mientras tanto, teníamos un plan. Al oír el que Vandal propuso, asentí, me concentré, y ayudé a completar aquel mundo imaginario que dejaríamos atrás, mientras nos desvanecíamos... como el aire, detrás de Klarn

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07/03/2020, 20:00
Klarn

Klarn os condujo a través de las callejuelas de Nuniris, evitando las guardias y también, obligandoos a moveros entre multitudes que, debido precisamente a ello, no disponían de tiempo o ganas para fijarse en aquellas dos figuras desconocidas que eran Vandal y Encantadora.

Además, ambos se hicieron con sendas capas o túnicas con las cuales se cubrieron, al menos parcialmente, con lo que a partir de ese momento, ni siquiera repararon en ellos. Eran solo tres personas que parecían saber a dónde se dirigían.

Después de un buen rato caminando, Klarn se detuvo delante de una casa que parecía igual que las demás, se aseguró de que nadie os miraba, y entró en ella. Básicamente, parecía una cueva, aunque los agujeros que habían en las paredes, permitían bastante iluminación en el interior. No obstante, Klarn no se quedó allí, en el salón, sino que cerró la puerta, retiró una alfombra y abrió una trampilla que había en el suelo.

-Las casas pueden ser registradas y yo soy uno de los más buscados, viejo amigo, así que es mejor tomar precauciones.

Klarn os señaló hacia abajo, en donde podían verse unos escalones pobremente esculpidos en la roca, pero suficientemente delimitados como para descender. Cuando lo hicisteis, él fue detrás vuestra, cubriendo como pudo la trampilla con la alfombra y cerrándola.

Una vez abajo, la luz provenía de antorchas que había en las paredes. Klarn cogió una de ellas y se puso a la cabeza. Delante de vosotros apareció un largo túnel o pasadizo que parecía no tener fin.

-Os presento, el subsuelo de Nuniris. Buena parte de la ciudad está nutrida con túneles secretos para que los rebeldes nos podamos mover con facilidad.

Klarn parecía muy satisfecho de sí mismo.

-Puede que ya no sea inmortal, pero sigo teniendo buenas ideas, ¿no crees? -le preguntó a Vandal.

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08/03/2020, 13:52
Vandal Savage

Que Klarn estuviese allí abría muchas preguntas en mi cabeza. Pero que se ofreciese a ayudarnos, más aún. Nunca le hubiese tenido como aliado y jamás me lo planteé, pero la situación era demasiado rara y caótica en aquel momento y verdaderamente necesitábamos ayuda.

Incluso la suya.

- Y no debes fiarte de él. Jamás. - Respondí a Encantadora. - Pero creo que nos necesitamos más de lo que parece.

Yo necesitaba saber que ella y mis hijos estarían seguros y a salvo y allí no teníamos nada ni a nadie. Ni si quiera Tek nos hubiese podido ocultar y no me fiaba de la ayuda que nos pudiese proporcionar la sacerdotisa que compartía cuerpo con Encantadora en aquel momento.

De hecho, ella misma había sido engañada por su rey y había estado demasiado ciega como para verlo, puesto quienes se acercaban a invadir y conquistar su mundo, aquellos por los que nos había llamado, eran los mismos hombres de su señor. De Ra. Ahora solo debía darse cuenta de su error y empezar a ver en Encantadora y en mí lo que vio para atraernos a su mundo.

Un mundo que podría ser mi tumba.

Mi ilusión no se si llegó a funcionar, pero la de Encantadora sí y logramos cruzar parte de la ciudad sin tener que cubrirnos con nada, hasta que robamos aquellas capas. Mi mano permaneció sujeta a la de Encantadora todo el tiempo, mientras seguíamos a Klarn por aquellas calles que tanto me recordaban al antiguo Egipto y los tiempos en los cuales fui sacerdote y luego faraón.

Durante el trayecto no hablamos nada y yo andaba pendiente de no perder a "mi amigo" de vista, pero más aún de no separarme de mi diosa. Mis propias palabras y las suyas sobre su propia seguridad y la de nuestros hijos, seguía hirviendo en mi cabeza, pensando hasta que punto estarían a salvo con quien una vez fue un inmortal a su lado.

Pero también estaba yo y... no iba a dejarles a su suerte.

Entramos en una casa que para mí pudo ser cualquiera, pero Klarn sabía bien donde nos metía. Nos llevó hasta una trampilla y nos mostró un túnel cavado en la roca. Miré a Encantadora y luego a Klarn. Si su intención era encerrarnos allí, no le serviría de nada gracias a mi diosa y su poder.

- Creo que acabo de quitarte ese puesto. - Le respondí al mortal. Y es que después de lo que casi logro hacerle a Ra y de lo cerca que estuvo de destruirme, dudaba mucho que ahora Klarn fuese el más buscado de la ciudad.

- Descenderé yo primero. - Le dije a Encantadora y comencé a bajar con cautela. Y es que no me fiaba nada de aquel hombre.

Una vez llegamos todos abajo, Klarn nos guió por la galería de túneles subterraneos que parecía que controlaban la ciudad o parte de ella.

- ¿Y Ra no sabe esto? - Pensé sonriendo para mí. Mucha magia, pero era más iluso de lo que parecía. - Siempre fuiste listo, Klarn, solo que elegiste el bando y el enemigo equivocado. - Le sonreí con malicia. Aún no podía creerme que estuviese allí y que hubiera perdido su inmortalidad. Miré a Encantadora, pensando en que haría si yo perdiese la mía y sabiendo dentro de mí cual era la respuesta, puesto que un mortal, no era más que un gusano a quien pisar.

Suspiré esperando que eso tardase en llegar y que pudiésemos volver a casa antes de que mi vida se consumiese allí.

- ¿Qué hiciste para ganarte el favor del rey, Klarn? - Le pregunté con curiosidad. - Yo solo traté de clavarle una daga en un ojo para destruírle después. - Sonreí orgulloso por mi acto, aunque casi me llevase a la muerte. Una de tantas más. - Y, dime... ¿de qué rebeldes hablas? ¿Quién es su líder? ¿Tú?

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08/03/2020, 19:36
Enchantress

Aquel pasadizo parecía alejarnos de todo cuanto conocíamos, pero también acercarnos a un lugar completamente diferente. Ra seguía allí, sobre nuestras cabezas, y por la actitud que mostraba, parecía evidente que sabía exactamente en medio de qué se encontraba.

Vandal preguntó si Ra no sabía aquello.

-Mi impresión es que a Ra nada de esto le importa, porque no parece preocuparle. Lo que sentí sobre él era más bien indiferencia que cualquier otra cosa -comenté, completando su comentario. El desprecio que Vandal parecía sentir por aquel Klarn, le hacía hablar mostrando su poder sobre el que había sido durante tantos siglos enemigo suyo.

Pero si era mortal, en realidad solo lo que supiese podía sernos de utilidad. Como soldado, valía menos que el suelo que pisábamos.

La posibilidad de que hubiese rebeldes, era algo real, pero no veía cómo nos podía ayudar. Ra era muy poderoso. Todo un ejército podría acercarse a él y ser incinerado en ese mismo momento, por lo que no estaba segura de que fuésemos a conseguir algo verdaderamente útil.

Por otro lado, no me sentía cómoda escondiéndome, al igual que tampoco bajo el suelo de la ciudad. La última vez que me había visto bajo tierra, mis ojos se habían cerrado y vuelto a abrir únicamente dentro del cuerpo de June Moone.

 

 

Eso me hizo detenerme un momento y mirar hacia arriba. Casi podía oír los pasos y las voces de los mortales que vivían y andaban varios metros más arriba, mientras nosotros nos escondíamos como ratas, y eso me enfureció.

-Esperad. Klarn, vas a decirnos ahora a dónde nos llevas, o arrancaré tu corazón simplemente porque puedo hacerlo y dejaré que tu sangre bañe mis manos como lo haría el agua de la lluvia. No necesito permiso de Vandal ni tampoco su bendición para arrancar tu vida de cuajo.

Miré hacia abajo un instante, solo para ver como mi vientre había crecido considerablemente desde la última vez, lo que dejaba claro que el desarrollo de nuestros niños se producía de forma acelerada y que en cualquier momento, podían nacer, dejándome completamente expuesta y a Vandal... solo con nuestra progenie, así que no podía arriesgarme. No podíamos dejarnos llevar, ninguno de los cuatro.

Otra punzada de dolor me obligó a concentrarme extraordinariamente para no mostrar debilidad, pero sobre todo, para darme prisa en cuanto a la búsqueda de un refugio para todos.

-Vamos, responde ya, o la próxima vez que respires será la última -le advertí, mirándole fijamente y pensando cómo matarlo si su respuesta no me satisfacía.

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08/03/2020, 20:46
Vandal Savage

- De ser así, no habría puesto precio a la cabeza de Klarn. Porque por tus palabras, entiendo que sus guardias te han estado buscando.- Pero Klarn no respondía a mis preguntas y eso me cansaba.

- De hecho, no habría mandado a sus guardias a buscarnos, mi diosa. - Miré a Encantadora. - Recuerda sus palabras, podíamos irnos libremente, porque al igual que un hombre no disfrutaba matando a una hormiga, él no disfrutaría matándonos a nosotros. - Dije con sarcasmo en mi voz. - Aunque, claro... al final creo que cambió de opinión y decidió que yo si era una amenaza. - Añadí con arrogancia en mis palabras.

Empezaba a dudar que seguir así a mi archienemigo fuese una buena idea. Si quería ayuda, si la ofrecía, al menos también podría dar respuestas, no solo silencio y seguir caminando como si nada. No me gustaba nada y pronto descubrí que a mi diosa menos todavía.

Y se detuvo y yo con ella. Me giré para ver que la pasaba y vi sus ojos brillar con intensidad por la luz de la antorcha que portaba mi extraño aliado. Su amenaza no me gustó nada, puesto que no estaba de acuerdo con quitarle la vida, aunque sí necesitaba, al igual que ella, escuchar aquellas respuestas. Mi mirada hacia ella fue un tanto recriminatoria en aquel sentido pero guardé silencio. Aún diciéndola que no, sabía que su poder era mayor que el mío e incluso interponiéndome, lograría su propósito en segundos.

Era una discursión y una batalla perdida antes de empezarla.

- Yo hablaría Klarn. Aunque quisiera, no podría pararla. Ni tú podrías hacerlo con todos tus poderes activos. - Le dije advirtiéndole de lo que pasaría. - Te dije que yo no te mataría, pero no dije que ella no lo fuese a hacer. - Luego miré a Encantadora.

- Aunque preferiría que no lo hicieras. Si lleva tanto tiempo como dice, le necesito vivo. - Solo él sabía cuanto tiempo me quedaba para ser como él. Para pasar a ser de un dios a alguien prescindible para ella en cuestión de segundos.

Y sentí una punzada en mi corazón al pensar en aquello.

Miré el vientre de mi diosa y vi como creció de nuevo y el pequeño destello de dolor no pasó desapercibido para mis ojos. Pero también como aguantó el dolor de pie. - Debemos encontrar refugio y no me apetece dar vueltas y vueltas por este laberinto y es lo que pasará si lo matas. Debemos pensar en ti y en ellos. - La susurré tras acercarme a ella. - Tú decides.

No me metería, eso lo tenía claro y bastante hacía intercedido ya por él. La verdad era que todo quedaba en manos de Klarn y la mirada que le dedicaba mi diosa era claramente, la respuesta a mis palabras.

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09/03/2020, 12:12
Klarn

Klarn se había tenido al oír las voces a su espalda. A pesar de hacer mucho tiempo desde la última vez que hablaron, no había perdido su habitual ímpetu y arrogancia. Él, por el contrario, había cambiado. No habían sido los siglos, sino aquel planeta, el que lo había conseguido, y el hecho de verse obligado a que fuese su inteligencia y su poder quien lo ayudase a sobrevivir.

Pero sí que había algo diferente en él y era aquella mujer. Parecía mucho más agresiva que él y el que estuviese embarazada no suavizaba las cosas. Era impaciente y si estaba con Vandal, sin duda sería peligrosa.

Así que la miró, y sonrió, divertido, no preocupado, pero sí sintiéndose asquerosamente inferior.

-Nadie ha visto a Ra cara a cara desde que nos visitaron los Krahn, pero su comportamiento ha sido más autoritario y cruel a cada día que pasaba. Eso acabó por generar varias facciones rebeldes y sí, yo soy uno de sus líderes y os conduzco a un lugar en el que tu hembra y tú podréis descansar. Nos vendréis muy bien para acabar con Ra, así que nos convenís. Así que si no perdemos más tiempo, puede que lleguemos.

Klarn siguió avanzando, girando hacia el sur en un punto determinado y finalmente, después de diez minutos más de caracoleo, se detuvo. Encima de vosotros había otra trampilla y una escalera enfrente, para llegar hasta ella.

-Ahora será mejor que permanezcáis tranquilos. No todo el mundo tiene mi paciencia -os dijo, antes de empezar a subir.

La trampilla se abrió y entrasteis en otra vivienda parecida a la otra pero más espaciosa, en donde había varios hombres y mujeres esperando y hablando entre ellos.

Cuando cerrasteis la trampilla, Klarn habló alto y claro.

-Estos son Vandal y.... bueno, su hembra. Aún tienen el poder por lo que podrán ayudarnos.

Una figura permanecía tapada por una túnica y cubierta por la oscuridad, habló por encima de todos los demás.

-Saludos. Soy Rohtul, General de las Fuerzas Militares de Ra y por lo que sé de vosotros, nos vendréis muy bien si aún conserváis vuestros poderes.

Cuando avanzó a la luz, visteis su rostro, uno que alguno había visto ya en más ocasiones.

Lex Luthor.

-Tú eres Vandal Savage y tú... -dijo, mirando a Encantadora de arriba a abajo, fijándose en su enorme vientre -eres una sorpresa.

Su rostro sonreía y aunque quizás no debía ser así, parecía tener más poder que Klarn o al menos, ejercerlo.

-Estamos preparando una rebelión, pero no aquí ni ahora. Ra es demasiado poderoso. Será una batalla difícil así que seremos nosotros quienes escojamos el campo de batalla.

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09/03/2020, 12:44
DIRECTORA
Sólo para el director

Encantadora nunca llegó a oír bien sus palabras, porque en ese momento, un dolor intensísimo, a punto de romper su cuerpo por la mitad, atravesó sus piernas en dirección hacia su vientre.

Estaba de parto.

Las rodillas se le doblaron y con un grito, se dejó caer al suelo hasta colocarse de espaldas sobre él, olvidándose de todo cuanto no fuese pensar en aquel dolor insoportable.

Jamás hasta aquel momento había experimentado lo que fácilmente describía como algo peor que cualquier muerte. Abrió las piernas y sintió una inesperada humedad bajo su cuerpo, extendiéndose a lo largo de su espalda. Al mirar, vio un charco de un líquido que sin duda provenía de su interior y al palpar con sus manos, vio que había sangre en ellas.

Desesperada, miró a Vandal y alargó sus manos para coger las suyas y mientras tanto, su boca empezó a lanzar respiraciones profundas. 

Los demás, desde Klarn hasta Luthor, miraban con sorpresa y curiosidad la escena.

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10/03/2020, 12:24
Enchantress

Me di cuenta de la mirada que me lanzó Vandal, pero no pensaba cambiar de opinión. Perdonarle la vida a un humano solo tenía una razón de ser y era que su vida resultase de utilidad para mí. Así había sucedido con aquel joven, Tek, y así habría de ser también con Klarn. Como inmortal, su existencia podía ser una amenaza para mí. Como mortal... más le valía servir para algo.

Como su respuesta me satisfizo, relajé el cuerpo y lo dejé continuar. Su destino podía continuar esperando y nosotros, le seguiríamos.

El nuevo refugio era más bien un lugar de reunión y aquel Rohtul que dio un paso adelante, actuó con una extraordinaria arrogancia para ser otro más. El hecho de que fuese el general de los ejércitos de Ra era... conveniente para nosotros, pero mucho más su presencia. Su rostro no resultaba completamente desconocido para mí y de hecho, conocía a Vandal, por lo que también él vendría del mismo lugar que nosotros.

La Tierra.

-Tú no eres Rothul. Si lo fueses, no conocerías a Vandal. Tu origen, al igual que el de Klarn, debe ser explicado ahora mismo -dije, mirando a las seis figuras que lo acompañaban, además de Klarn. Estaba cada vez más irritada y mi embarazo no me facilitaba las cosas porque no estaba dispuesta a perder más tiempo.

Por otro lado, el hecho de entrar de lleno en una rebelión no encajaba con los objetivos que nos habíamos propuesto. Sabía que necesitaría refugio y esconderme en el terreno de aquellos que iban contra Ra, quizás no fuese demasiado inteligente. Miré a todos y pensé en que quizás no comprendiesen lo que podíamos hacer.

Quizás necesitasen una lección.

Así que caminé hacia una de las figuras. Era una mujer de mediana edad. Observé sus ojos, azules como el océano, y su rostro, quemado por el sol, y sin apartar la vista, extendí el brazo y abrí la mano. Me trasladé solo medio metro más cerca, pero mi brazo se materializó en el interior de su pecho, agarrando su corazón entre mis dedos, para volver a transportarme fuera inmediatamente... con él en mi mano.

El rostro de sorpresa de la mujer duró únicamente dos o tres segundos, después de los cuales, su cuerpo se desplomó, muerto, en el suelo, mientras su corazón aún latía entre mis dedos mientras la sangre se escapaba de su interior...

Bum, bum... bum.....

... hasta que dejó de moverse.

La sangre empezó a recorrerme el brazo y a caer en el suelo, y solo después de mirar a todos los demás, acabando en Rothur, lo solté al lado del cuerpo de su contenedor original, con un ruido sordo, y salpicando los pies de todos los que estábamos cerca.

-Mi nombre es Encantadora. Este mundo ya tiene dueño, solo que aún no lo sabéis. Desde ahora nos serviréis a nosotros -dije, abriendo mi mano ensangrentada hacia Vandal -o moriréis.

Nada más acabar de hablar, otra punzada de dolor, esta más fuerte que la anterior, y que logré contener a duras penas. Cuando me recobré, me di cuenta de que había encogido el cuerpo para conseguirlo, así que me enderecé y volví a mirarlos a todos.

-Necesitamos un refugio seguro. Tú nos llevarás hasta él -le dije al tal Rothul, señalañándole y olvidándome del resto -y lo harás ahora mismo.

- Tiradas (1)
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10/03/2020, 21:05
Vandal Savage

- Pues te aseguro que mi diosa y yo acabamos de ver la cara de ese tipo y se le notaba que no era de por aquí, más que a ella y a mí juntos. - Dije refiriéndome a ambos por nuestra ropa sobre todo. Y es que aún con aquellas capas cubriendo nuestros cuerpos y ropajes, debíamos plantearnos vestir como los lugareños para pasar desapercibidos.

- Y deja de llamarla mi hembra, Klarn. Eso era hace 52.000 años. Puedes llamarla diosa. - Le dije con mi habitual arrogancia y sintiéndome un millón de veces superior a él, más aún viendo en que se había convertido.

En que acabaría convirtiéndome.

- Y piénsatelo bien, Klarn. Nosotros somos quienes tenemos el poder, vosotros solamente a los seguidores. Quizás sea a la inversa y nos convengáis vosotros a nosotros. - Le dije sosteniéndole del brazo antes de subir por aquellas escaleras que no sabía a donde nos llevarían. - Me conoces y sabes que no se puede jugar conmigo.- Mi soberbia se disparó de nuevo con aquellas palabras.

Él me conocía desde hacía milenios y sabía que era leal... hasta que dejaba de serlo. Y por un momento le recordé con su inmortalidad y los poderes que le concedió aquel meteorito hacía más de 50.000 años y miré a Encantadora unos instantes. La pregunta se disparó de golpe en mi cabeza. - ¿Me dejaría por él si volviese a ser quien fue? ¿Si recuperase su inmortalidad y todo lo demás? Y dio de lleno en mi corazón, sintiendo algo que hacía demasiado tiempo que no sentía.

Celos. Encantadora ya estaba dentro de él.

Era evidente que las palabras de Klarn sobre su paciencia no me sirvieron de mucho. Si estaba vivo aún, era porque nos era útil. No había nada más. Y siendo simplemente mortales lo que nos iba a mostrar, sus vidas no durarían demasiado si Encantadora y yo nos lo proponíamos.

Empezando por la suya.

Y ascendí delante de Encantadora y pendiente de sus pisadas. Klarn volvió a llamar a Encantadora mi hembra. Iba a ser difícil quitarle esa costumbre, por otro lado dejaba claro que estaba conmigo y con nadie más y que su vientre era algo de los dos. Aún así seguía sin convencerme su uso y sabía que tarde o temprano mi diosa se cansaría de oírlo.

Y tras la presentación aquel hombre se giró y vi su rostro. Y después de un gesto de sorpresa tras descubrir quien era le sonreí con malicia en mi mirada.

Pero no me dio tiempo a hablar, Encantadora se adelantó. Yo tenía ganas de saber también como habían llegado allí, sobre todo Luthor, pero parte de la explicación se la podría dar a ella... pero mi diosa tenía poca paciencia y antes de dejar hablar, actuó.

- ¿Por qué no hiciste eso con Ra? - Me pregunté al verla actuar así con aquella mujer.

Lo cierto era que de tener ese poder, le hubiera sacado la sesera y el corazón a ese "rey" o quizás me hubiera materializado en su interior y le hubiese destrozado por dentro. Pero no podía pedirla a ella que hiciese algo así, no mientras su cuerpo fuese el refugio de nuestros chiquillos.

Y observé en silencio el gesto de mi diosa hacia los demás y como dejó caer aquel corazón aún latiendo al suelo. - Me vendría bien para mantenerme. - Y es que el corazón siempre fue lo que mejor me funcionó, junto al hígado.

Pero dejé de mirarlo cuando mi diosa tendió la mano llena de sangre hacia mí, la cual tomé sin miramientos y entrelacé mis dedos con los suyos, manchando así mis manos de sangre y demostrando a todos que estaba con ella. Hiciese lo que hiciese, estaría siempre con ella.

- Hasta que sea un simple mortal y me destruya.

Y sentí como sus dedos se clavaban en mi mano y como se doblaba ante mí. Preocupado, me agaché junto a ella y cuando se levantó la abracé protector y puse mi mano sobre su vientre, más voluminoso aún que cuando accedimos a aquel lugar.

- Luthor. - Le dije a Encantadora. - Se llama Lex Luthor. Es actualemente el presidende de Estados Unidos en La Tierra. Quien iba a liberarme de todos los cargos si ayudaba voluntariamente a ARGUS y el problema en Arkham. - No debía decirla nada más. Estaba al corriente de todo aquello. - De hecho, llegué a trabajar un tiempo con él, fuimos aliados... hasta que en sus planes entró matar a mi hija Scandal.-  Le miré con odio y desprecio.

- Y ahí terminó nuestra alianza y amistad... si es que la hubo alguna vez. - Luthor no tenía poderes, pero tenía un intelecto superior a la media y había algo que me preocupaba... si había llegado a ocupar ese rango en las filas de Ra, no era por su cara bonita. Miré a Klarn antes de hablar, puesto que mis palabras y su reacción me dirían si podía empezar a fiarme de él o no.

- {Antes de hacer nada, mi diosa, debemos ver como ha influido este mundo en Lex. A Klarn le ha quitado su poder, sabemos que a mí me está afectando y él... no es más que un mortal más en La Tierra, pero aquí...} - Aquí podría estar convirtiéndose en una nueva versión de Superman y no saberlo aún y aquello no me gustaba nada.

- Pronto se pondrá de parto. - Dije a todos al fin. - Necesitamos un lugar tranquilo y seguro, creo que ya habéis visto que puede hacer ella sola. - Pasé mi mano por su cabello mientras me mantenía abrazado a ella, en parte sosteniéndola, en otra parte protegiéndola. - Y yo estaré a tu lado todo el tiempo. - La dije entonces, besándola la frente, buscando calmarla antes de que nos dejase sin hombres en la sala.

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11/03/2020, 10:58
Rohtul

Luthor se quedó con la boca abierta, no horrizado, sino sorprendido... y quizás grátamente. Fiel a su estilo, que sabía buscar oportunidades en cualquier lugar en donde pudiera, miró a Encantadora con un brillo en sus ojos, como si acabase de descubrir algo verdaderamente interesante.

-Bravo, querida. Vandal, tu acompañante es una caja de sorpresas. Sin duda alguna, es mucho más poderosa que tú. 

A su lado, todos los demás retrocedieron, asustados, pero él, en cambio, se acercó a Encantadora, mientras Vandal explicaba quién era en realidad.

-Ex-presidente, si no te importa, querido Vandal. En la Tierra las cosas cambiaron un poco y de repente me encontré aquí sin darme cuenta. Afortunadamente para mí, me muevo con facilidad en terrenos pantanosos -le dijo a Vandal, sin apartar la vista de Encantadora.

Sin embargo, al nombrar a Scandal, sí que se decidió a desviar su atención hacia él.

-Bueno, eso no fue demasiado importante, Vandal. Además, ahora que por lo que veo, has plantado tu semilla en otro lugar, reconocerás que Scandal... no era tan útil para ti. 

Lex Luthor no tenía igual en cuanto a su ambición, ni tampoco en el gran número de argucias que era capaz de desarrollar para lograr sus propósitos, y al ver el vientre de Encantadora, supo que tenía por fin un nuevo as en la manga. 

-Sí, por supuesto. Lo importante es que esté protegida. Pero me temo que este no es sitio seguro; únicamente sirve para tener pequeñas charlas. Así que si tenéis el honor de seguirnos, y no matáis a nadie más, podemos irnos. Disponemos de una caravana dispuesta para llevarnos a un sitio seguro... quiero decir, para llevaros, porque yo he de seguir con mi caracterización. Soy uno de los fieles seguidores de Ra... y no me gustaría decepcionarlo. Si algo me sucediese, me temo que Ra pensaría lo peor y arrasaría todo el lugar sin preocuparse lo más mínimo quién estuviese en él. Sí, es así de poderoso.

No le pasó desapercibido el gesto de posesión y ternura de Vandal hacia la mujer. Ella era importante para él, y no solo porque llevase a su progenie, sino porque tenía valor por sí misma.

Fascinante.

-Así que... en cuanto estéis dispuestos. Eh, los demás, será mejor que no os preocupéis por ellos. Simplemente, haced lo que mi fiel Klarn os diga. El sabrá actuar -les dijo al resto, acercándsoe a Klarn para hablar con él en privado, en voz muy baja.

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11/03/2020, 20:36
Vandal Savage

Fruncí el ceño ante la mirada de Luthor hacia mi diosa. Si había dudado por un momento de lo que sentía por ella, ahora estaba redescubriendo que tenía celos. No quería que la mirase así... no me gustaba su brillo en los ojos. Si hubiese tenido una sola daga, le hubiera sacado uno para recordarle que nadie mira a mi diosa de esa manera.

Pero no tenía dagas y necesitaba su ayuda.

- Nunca lo he dudado. Ella sola acabaría con todos vosotros en unos segundos. Por mi parte necesitaría unos minutos... - Le respondí con mi arrogancia disparada y empujada por los celos que seguía sintiendo. Celos ridículos por una parte porque sabía que, al menos por ahora, Encantadora se decantaba por mí.

Y era cierto. Luthor tenía un carisma especial y su ambición podía mover tierras y mares. Le había visto desafiar al mismo Superman en más de una ocasión, siendo un simple mortal.

- ¡Scandal sigue siendo mi hija! - Le espeté en la cara mirándole con odio. - ¡Tú no eres nadie para decidir si vive o muere y menos delante mío! - Mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho. Era sangre de mi sangre. Era mi hija y la quería.

Pero me tocó respirar hondo y relajarme al recordar el estado de mi diosa y me volví a su lado, tomándola de la mano, esta pudo sentir como la mía temblaba por controlar mi ira. - Y esto es solo por Scandal... amenaza a mi amada diosa o a mis futuros hijos... y la muerte será lo que supliques para ti.- Pensé mientras le seguía mirando conteniendo mi furia.

Y a pesar de sus palabras, me importaba una mierda si Ra borraba a todas aquellas personas del mapa por vengar la muerte de su amado traidor. Luthor tenía hecha la cruz hacía mucho tiempo y ahora se iba agrandando cada vez más y más. Nuevamente me abracé a mi diosa, pero no por ella, sino por mí. Me acababa de dar cuenta de demasiadas cosas de golpe, aún así, busqué que aquel gesto fuese nuevamente protector hacia ella.

Sabía que se había convertido en mi punto débil. Pero ahora era mayor, mayor incluso que nuestros propios hijos, porque sabía que empezaba a quererla a ella y eso era un arma de doble filo que podía acabar conmigo.

- Todo saldrá bien. - La susurré, quizás buscando calmarme a mí mismo al tiempo que veía como Luthor se iba a hablar con mi mayor enemigo. En un mundo normal, ellos no podrían ni verse en cambio aquí... Mientras la miraba, traté de escuchar la conversación de ambos hombres.

Besé la frente de mi diosa y la miré a los ojos unos segundos, cerciorándome en aquel momento de lo que sentía por ella, era real y así era. Me había condenado yo solo dejándola entrar en mi corazón de esa manera en un lugar en el cual, mi amor no serviría para seguir con ella si perdía mi inmortalidad.

Y miré a Klarn sabiendo que me pasaría lo mismo y que estaba condenado.

- Vámonos ya. No podemos perder tiempo. Y que alguien me hable de esos... Krahn.

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