Partida Rol por web

Regresais a vuestra habitacion, pero al hacerlo veis recordais que llevasteis algunas de vuestras cosas a la habitacion de Karen.

Al entrar Garth se da cuenta de que faltan algunas de sus cosas y repasando mentalmente se percata de que estarán en la habitación de Karen.

- ¡Mierda! - se encoge de hombros, con el ceño fruncido - Ahora cualquiera entra ahí, en la habitación de la niña... cualquiera sabe lo que estarán haciendo esos dos... - resopla profundamente - ... fornicio, fornicio, vil vicio... - se lamenta.

Entro detras de mi jefe y tranco la puerta.

No creo que necesitemos nada de momento.

Me acerco a Garth y le pongo las manos en los hombros, mientras le susurro al oido.

Tranquilo, no pasa nada, todo esta bien. Que hagan lo que sea.

Garth se sienta encima de la cama. Cierra los ojos, no sabe si por estar a gusto o por no ver nada que no desea realmente ver... ¿o puede que sí que lo desee?

- ¿Y nosotros...? - pregunta con curiosidad aún con los ojos cerrados mientras su respiración se va haciendo más y más fuerte - ¿Qué se supone que haremos nosotros?

¿Que deseas hacer Garth? ¿Quieres tenerme?

Me acerque a la cama y me arrodille frente a Garth, abriendo sus dos piernas para quedarme en el medio.

Sabes que puedes tenerme si lo deseas.

Mi voz habia ido cambiando, volviendose mas y mas sensual. Como una invitacion.

Garth seguía sin poder abrir los ojos. Deseaba dibujar aquella escena en su mente, pero el rostro que ahora creía tener acurrucado entre sus rodillas no era seguramente el que tenía delante. Suspiró profundamente, deseando estar muerto para no tener que verse de nuevo involucrado en tomar esa decisión.

Su voz se volvió más firme, justo ese momento en que sacas fuerzas de flaqueza antes de desmoronarte del todo. Una estocada precisa, justo antes de bajar la guardia por completo.

- ¿Y tú? ¿Qué es lo que deseas? Sabes que siempre he tenido lo que he querido pero... ¿qué queremos realmente? ¿Queremos que esta pesadilla no termine nunca? ¿O es esta la realidad y todo lo que habíamos visto hasta ahora no era más que una bonita jaula de cristal para contener nuestros propios anhelos...?

Alargó su mano hasta poder palpar su cabello y lo acarició con deseo.

- ¿Por qué no dejas de preguntarme con palabras y me demuestras lo que quieres con hechos? - dijo mientras se humedecía los labios, sintiéndose tan excitado como en peligro. Puro morbo era la descripción perfecta de esa situación.

Yo solo quiero unirme con mi creador, Garth. Contigo. Notas como sus manos rugosas cogen tu rostro Pero no me importa si me prefieres con este aspecto.

Sus manos se vuelven suaves, reconocibles, y cuando estas tentado de abrir los ojos notas unos labios suaves que se unen a los tuyos.

Garth sigue con los ojos cerrados. Coloca suavemente sus manos sobre las de la criatura que supuestamente es Sally frente a él. Nota su boca tan cerca que un pequeño estertor recorre su espinazo. Finalmente sus labios se posan unos sobre otros y mordisquea juguetón el labio inferior. Su respiración acelerada revela que su pulso va a cien por hora. Su temblorosa mano cae, apoyándose sobre la cama, con intención de dejar caer su cuerpo, pero antes de hacerlo suspira. Al hablar prolonga las eses para dar mayor sensualidad a su tono.

- Desearía que este momento se prolongara por siempre... - se echa hacia atrás alejándose de ella, con mucha brusquedad - ... si tú fueras ella. Pero no, no eres Sally - de pronto abre los ojos y pone la mirada fija aunque temblorosa sobre quien tiene delante.

- Pero puedo ser como ella... mejor que ella. Y puedo ser toda tuya.

Mientras habla se quita la chaqueta, y empieza a desabrocharse los botones de la camisa, uno a uno.

La miró con deseo. Incluso se relamió pensando en la cantidad de deliciosas imágenes que le habían venido a la cabeza y con las que admitía fantasear de vez en cuando. Sí... había fantaseado con ella tantas veces. Las reuniones hasta horas intempestivas, esa forma en que le reprendía, ese carácter, ese genio de mujer era lo que le volvía loco. No había logrado encontrar a nadie como Sally ni entre los brazos de ninguna mujer, ni entre lo de ningún hombre... sabía que bajo ningunas sábanas sería tan feliz como en las de ella. Alzó sus manos y la acarició. Ayudó a sus deditos a desabrochar el último botón, y se aferró a su cintura con fuerza, besando su vientre desnudo y plano, suave y terso. A cada beso que imprimía su lengua le acompañaba.

Pero negó con la cabeza y se sacudió violentamente.

- Pero no eres ella. Y ella nunca podrá ser mía... quizá por eso la deseo tanto... es jodido pero es así... 

Se levantó.

-Y ahora... puto demonio, quítate su cara, muéstrame el mal que hay en ti, ya que has podido ver el que hay en mí y no me gusta jugar en desventaja -

- ¿Que me muestre como soy? Soy quien tu desees que sea. ¿Quiza me prefieres con este aspecto?

- O a lo mejor te apetece mas este.

Paso una mano por tus labios.

No negaba que cualquier de los dos aspectos le excitaban. Sobre todo por la idea de saber que eran envoltorios perfectos de algo prohibido, lascivo y condenado. 

Se acercó cuando tenía la cara de Rebecca. Se encaró, respirando fuerte, con decisión, mientras sus dedos jugueteaban por su vientre y subían hacia su pecho, el cual palpó con firmeza, acariciándolo, notando como su pezón se erguía a través de sus ropas mientras él se mordisqueaba el labio inferior. Luego volvió a cambiar de aspecto y esta vez su mano se pasó por el torso del cuerpo de Ivan, apreciando su bien formada anatomía, deseando poseer a ese muchacho con aire de superioridad, demostrándole como doblegar a un alma indómita como la suya.

Pero de nuevo echó la vista a un lado.

- No puedes engañarme... mi trabajo es dar forma a los sueños de la gente, a sus más oscuros deseos... no puedes enseñarme nada... ¿o sí?

Se encaró a la bestia, tuviera la forma que tuviera.

- ¿qué puedes enseñarme tú a mí? - dijo con desprecio.

Ahora era otra idea la que le excitaba hasta hacer que su sangre corriera desbocada y comenzara a sentir la vida dentro de sus pantalones. Conocimientos prohibidos, deseos pecaminosos... ¿realmente podía ser tan afortunado de tener tan oscuro tesoro al alcance de la mano aunque significara perder su alma?

- No... .- se repitió tratando de convencerse a sí mismo - ... debería escupirte a la cara por tan sólo ofrecerme esto... - su expresión, pese al agrado, mostraba que era perfectamente capaz de ello.

- Das forma a los sueños de los demas... ¿pero que hay de tus sueños? ¿De tus deseos? esos tan oscuros que no te atreves a confesar. Yo podria enseñarte a conseguir todo lo que quisieras Garth. No hay nada que no pueda darte.

Clavo sus ojos en los tuyos. Eran tus ojos, mirandote, una sensacion imposible de describir.

De pronto su pupila comenzo a volverse blanca y en ella pudiste ver una imagen borrosa. Sally se encontraba en el suelo, con los ojos en blanco mientras Ivan y Karen trataban de moverla.

Garth clavó sus ojos en lo que parecían ser los suyos propios frente a él. No sabía que contestar o ... lo peor de todo, sí que sabía que contestar, pero no se atrevía a hacerlo. De pronto una nueva imagen apareció. Era Sally, estaba tendida, parecía que estaba mal y rodeándola esos dos niñatos que no sabían hacer la o con un canuto.

- ¡Noooo! - gritó a pleno pulmón.

Se abalanzó hacia delante con intención de ir a por Sally.

- ¿Qué le has hechoooo? - gritaba tratando de despertar de aquella ensoñación.

Mientras te dirijes a la puerta notas como el ser vuelve a cambiar de forma. Su mano se clava en tu hombro con fuerza haciendote daño, aunque sin clavar sus uñas en tu carne.

- Vamos Garth, no seas niño. Dijo la voz a tu espalda Sally esta bien. Sencillamente duerme, y despertara dentro de un tiempo. Considera eso una muestra de mi poder.

Garth retuerce la expresión de su cara y coloca su mano sobre la de la bestia tratando de apartarla de sí mismo. Sujetándose el hombro, por donde siente el dolor la observa con desprecio.

- Cómo le hayas hecho algo... - cogió aire de forma entrecortada, sudando, acelerado, nervioso... con miedo, miedo de verdad - Inventaré un nuevo infierno para ti y para mí, y debo advertirte que en tu caso no será agradable... haz que despierte... haz que yo también despier...te... - dijo esto último todavía dudando de si lo que veía era realidad o no. Quizá la mentira, el sueño era lo que siempre había tenido ante sus ojos.

Cuando le apartas la mano de tu hombro no se resiste, aunque estas seguro de que te ha dejado un buen moretón.

- Podria... liberarla. Pero ¿que razón tendria para hacerlo?

Se sienta en la cama mientras te mira con una sonrisa casi infantil, lo que hace todo esto aun mas diabólico.

- ¿Que obtengo yo si la dejo libre? Ella esta bien. Cree estar soñando. Pero si quieres puedo despertarla, siempre que tu me devuelvas el favor... ¿Quieres hacer un trato?

Garth resopla fuertemente, y cierra los puños, apretando con tal fuerza que sus nudillos tiemblan. No es ningún tipo de físico amenazante, pero su mirada fría transmite un odio visceral, que sale de los más profundo de su condenada alma. Observa el rostro del monstruo ahora, y no sabe por qué, pero algo le dice que ese es su verdadero aspecto, o al menos el que debería haber captado desde un principio. Tantos años describiendo demonios y ahora, Garth, no tienes ni idea de cómo distinguirlos.

- ¿Qué clase de trato? - la mira fijamente ladeando la cabeza - ¿Uno de esos en los que yo lo pierdo todo y tu ganas todo? Porque debo advertirte que no soy gilipollas, o por lo menos no tanto como te crees. Si lo que querías era un trato con ventaja podías haber ido a putear al chaval que vive en su propio mundo, o a la cría que es tan inocente como boba y si sigue así no va a catar una polla en su vida... dime... ¿qué es lo que puedes querer de mí?

Su tono era rudo. Casi incluso se le había agravado la voz, pero no era más que una fachada. Por dentro estaba tan muerto de miedo como indefenso. Pero ya no temía tanto por él, si no por Sally... Garth preocupándose por otra persona. Curioso ver como cambian las cosas cuando nos enfrentamos a nuestros propios miedos y éstos nos redefinen por completo.

- ¿Qué quieres de mí?

- Oh, vamos Garth, eso es sencillo. Quiero tu alma por supuesto, ¿que si no? Pero tranquilo, eso llegara en su momento. Ven, sientate a mi lado. Dio dos palmadas en la cama mientras se movía hacia un lateral de la cama para dejarte sitio ha su lado - Se que tambien deseas este cuerpo, asi que no te resultara tan desagradable sentarte conmigo para que hablemos, ¿verdad? ¿Prefieres negociar con Sally?