Partida Rol por web

Las doce y veinticinco minutos, marcaba el reloj de la parroquia. A cada lado de la arena, separados por veinte metros, los dos contendientes del primer duelo del día. Melisa Loop a un lado, Louis B. Callahan al otro, ambos con los revólveres enfundados y esperando a que llegase la hora. El tiempo sucede lentamente, el reloj marca la hora, la campana de inicio suena.

Louis respiró suavemente, totalmente quieto enmedio de la calle. No habia visto a su oponente hasta ese momento y descubrir que se trataba de una mujer le habia contrariado mementaneamente.

Sin embargo, Louis tenía una misión clara y una única forma de llevarla a cabo: venciendo en todos los duelos.

Asi pues, deslizó la chaqueta por detras de la pistolera de su frontier, para evitar que se enredade a la hora de disparar. Sé inclinó suavemente hacia delante y hacia la derecha esperando a que las campanas terminasen de dar la hora...

Tan pronto el eco de la última campanada murió, la diestra de Louis voló hacia la culata de su revolver y de un tirón lo extrajo, encañonando a su contrincante.

El dedo se tensó sobre el gatillo, y el arma escupió muerte...

Louis respiró suavemente, totalmente quieto enmedio de la calle. No habia visto a su oponente hasta ese momento y descubrir que se trataba de una mujer le habia contrariado mementaneamente.

Sin embargo, Louis tenía una misión clara y una única forma de llevarla a cabo: venciendo en todos los duelos.

Asi pues, deslizó la chaqueta por detras de la pistolera de su frontier, para evitar que se enredade a la hora de disparar. Sé inclinó suavemente hacia delante y hacia la derecha esperando a que las campanas terminasen de dar la hora...

Tan pronto el eco de la última campanada murió, la diestra de Louis voló hacia la culata de su revolver y de un tirón lo extrajo, encañonando a su contrincante.

El dedo se tensó sobre el gatillo, y el arma escupió muerte...

Para ser una señorita de compañía, Miss Loop demuestra una alta confianza al salir al duelo vestida con su atuendo de can-can, una falda larga de color rojo con motivos negros y un corsé a juego, bien peinada y con las plumas de la diadema en la cabeza. Si vas a morir joven, al menos deja un cadaver bonito.

-Hola, guapo. -Le dirije a su contrincante, un muchachuelo como ya los ha visto a decenas. Y al igual que él, también tiene una misión clara, meterle un tiro a Henry King en el pecho. El duelo empieza, la morena desenfunda rápidamente y dispara una única vez, conocedora de que varios disparos solo la llevarán a fallar de manera irremisible y quedarse sin balas en el arma.

Se marca la hora. El Marshall es ligeramente más rápido que la señorita Loop, desenfundando el arma y abriendo fuego cuando ella está imitándolo en la primera de las acciones. Por suerte para ambos, los disparos son bastante inocuos y pasan volando en otras direcciones sin impactar a nadie. Y el duelo continúa...

Louis abatió la mano izquierda sobre el percutor para amartillar el arma, dispuesto a disparar de nuevo contra la bella joven que le habia correspondido en suerte.

Su educación del Este y su experiencia profesional le retorcian las tripas ante la perspectiva de acabar con la vida de una muchacha que, aunque cuestionable, apenas habia comenzado.

Ni siquiera el claro sonido del balazo con que ella habia tratado de tumbarle pudo con la determinación de evitar herir de gravedad a la señorita Loop...

Así que un instante antes de que el martillo golpease la bala, Louis movió el revolver ligeramente... Confiando en la Providencia y en su intervención para hacer diana y dejarla malherida...

La señorita en cuestión no se muestra en absoluto tan recatada como el Marshall, demostrando de qué pasta hay que estar hecha para trabajar en un burdel y no dejarse propasar por babosos y pobres. Con el revolver a la altura del costado para equilibrar el peso, abre fuego un par de veces devolviendo los disparos.

El duelo está disputado, pero ninguno de los dos tiradores parece ser el más rápido. Miss Loop abre fuego primero, errando el tiro por no demasiado, y entonces dos balas salen a la vez, cada una de un revolver enfrentado. La de ella falla por algo más, pero la bala de precisión del Marshall Callahan pasa rozando el cañón del revolver de ella y raspándole la mano en una herida que si bien es llamativa, la verdad es que no parece especialmente peligrosa ni dañina.

-¡Vale, vale, me rindo! -Las palabras salen de su boca en cuanto se da cuenta de que tiene todas las de perder, y solo un estúpido se deja matar tratando de cumplir una venganza. Para afianzar el gesto, tira su revolver a la arena y levanta los brazos demostrando sus intenciones. -Tú ganas, guapo. Espero que puedas meterle una bala a King de mi parte. -dice con una sonrisa. -Porque eso significará que Corvus está muerto y enterrado.