Partida Rol por web

Moriya por primera vez desde que empezó la reunión se permitió el lujo de girarse para mirar a su hermana.

La miro muy serio, y levanto una mano, lo justo para hacer un gesto que invitaba a apaciguar a la mujer.

Nadie ha dicho que haya que matar a inocentes. Si la necesidad fuera tal, quedara en manos de esa persona sacrificarse por el bien de todos, o vivir con las consecuencias.

Todos, incluidos tu y yo, ponemos nuestras vidas en peligro cada día, y nos exponemos con nuestros pasos en lugares muy peligrosos, normalmente por un bien mayor.

Si nadie me niega esa oportunidad a mí, no eres nadie para negársela a esa niña, si es que existe.

Sus palabras eran del todo lapidarias. Pues hacia bien en recordar a los demás, que los que se embarcaran en aquel proyecto lo hacían por propia voluntad, y por tanto, se exponían a la muerte.

Una muerte a la que quizás no sobrevivirían todos ellos muy a su pesar.

Serénate.

Su última palabra, era más que una reprimenda, era una advertencia clara. Sin duda, Yuki, era la persona con el corazón más grande que había conocido Moriya, pero olvidaba que no estaba allí únicamente en representación de sí misma, sino de su fallecido maestro.

No dudaba de que ella obraría de cualquier modo para evitar la muerte, incluso bajo su propia voluntad de ningún inocente, y estaba orgulloso de ella por eso mismo.

Pero las decisiones que aun estaban por tomar en aquella sala, eran tan importantes como las que se tomarían cuando la realidad se presentara ante ellos.

Ahora, había que escuchar y pensar, y luego habría que luchar. Luchar contra todo lo malo, luchar como no podría ser de otro modo, contra el mayor mal que podía atenazar al mundo. 

Zantentsu sonrió ante los nuevos acontecimientos. Estaba claro que había gente que no estaba preparada para estar alli. Si no estaban dispuestos a hacer sacrificios, poco podían hacer para salvarse de semejante peligro. Seguramente sus vidas también serían sacrificadas en determinado momento.

¿Como reaccionaría Yuki ante las palabras de Moriya?

¿Serían algunos de los jóvenes de la sala capaces de sacrificar sus propias vidas por el bien de otros? Al fin y al cabo, el ninja era el más viejo de la sala, lo había vivido todo, y no le importaba sacrificar su vida por salvar la de su familia o la de su nieto si hacía falta. Pero, ¿Y el resto?
 

Yuki clavó la mirada en su hermano sin sorpresa ni rencor, lo conocía lo suficiente para saber que sus palabras no habían pretendido herirla ni recriminarla. De hecho, esperaba que dijese algo parecido pues Moriya era bastante predecible, incluso cuando era impredecible para él mismo. En aquel momento recordó el momento, poco antes de sellar la puerta, en el que la dijo que no valía para la batalla con la intención de que abandonase la lucha. ¿Él que había hecho eso pretendía convencerla ahora de aquello? 

Sin alterarse un momento, la joven habló. Las palabras de su hermano no solo no la habían convencido; habían logrado el efecto contrario. No la importaba que la dama fuese una anciana o una niña (aunque en ese caso sería aún más terrible) la importaba la presión a la que la someterían sus compañeros al encontrarla.

—Tienes razón, pero nosotros hemos sido entrenados para ello. Hemos seguido el bushido desde que tenemos uso de razón...y no voy a dejar de seguirlo ahora. — Yuki hubiese mostrado su naginata donde tenía inscritos en el mango los 7 kanjis que representaban el camino del guerrero, pero esta estaba situada a la entrada, como marcaban las tradiciones.—Gi, Justicia. No es justo acabar con la vida de quien no está preparado para ello ¿Y si la Dama no lo está? ¿Acaso la "convenceremos" de lo importante que es su sacrificio? ¿No es eso otra forma de manipulación? Jin, benevolencia. Tu lo has dicho, estamos dispuestos a sacrificarnos, pero no a sacrificar a quien no es capaz de ello. Sacrificar tu propia vida es honorable; la de otros es asesinato.

La joven había hablado con firmeza pero con serenidad devolviendo la mirada a todo aquel que buscaba la suya. Yuki no era muy amiga de los discursos, prefería el silencio y oír las opiniones ajenas. Pero aquello era incorrecto, y callar cuando no se estaba de acuerdo era igual que jalear dicha opinión. Si buscamos a la Dama, y con esto quiero decir que si decidís buscarla os acompañaré, tenemos que buscar a la vez un plan alternativo, pues es muy posible que no acepte de buen grado la oferta de unos extraños de convertirse en sacrificio.

-De existir no es humana y de presentarse frente a nosotros es porque sabe que su destino debe de ser cumplido, por ende sabe que es un sacrificio, no entiendo muy bien los juegos de los dioses a pesar de ser el portador de uno, pero si yo siendo el más joven a veces sueño cosas o tengo presentimientos, una entidad como la Dama del Hielo debe de ser antigua y conocer su lugar en el mundo. Por mi parte jamás mataría a un inocente, pero podemos buscarla si su presencia es indispensable para sellar otra vez la puerta- me crucé de brazos y miré a Okina y a Gembo- de todos modos ahora con esos papeles se puede completar la leyenda, puede que solo estemos especulando sobre algo que realmente no conocemos-

—No discutamos.— Dijo el Shinsengumi brevemente. —Al fin y al cabo, lo que cada uno de nosotros piense carece de importancia. Al final, sólo esa mujer podrá tomar la decisión que ella considere.—

Conocía bien el sentido del sacrificio por un bien mayor.

Estos jóvenes no acababan de ver que por muy claras que se tuvieran las ideas sobre lo que uno haría en determinadas circunstancias, hasta que estas circunstancias no se producían no se ponía realmente a prueba el temple de las propias convicciones.

—Además. Tendremos que buscarla de todos modos. Si el enemigo, Setsuma, conoce también esta información, intentará encontrarla por su lado, aunque sea para retenerla de forma indefinida o para acabar con su vida fuera de los parámetros que permitirían sellar la puerta. De eso podemos estar seguros.—

Pienso sobre el tema de sacrificio que comentan los presentes, yo ya había toma la decisión de vengar a mi padre y detener a ese hombre o demonio ¡Lo que quisiese que fuese! Se había llevado a la única persona que tenía y ya no tenía mucho que sacrificar, pero daría hasta mi vida por cumplir mi promesa.

Escucho lo que tienen que decir los demás pero no me mantengo callada, no tengo nada más que aportar salvo mi historia y mi participación en este cometido. La verdad es que eramos bastantes y podíamos dividirnos para abarcar más posibilidades pero esa decisión no la debía tomar yo. Me fijo un instante en alguien que ha permanecido todo el rato callado, un anciano que miraba con rectitud a los presentes ¿No sería demasiado mayor para todo esto? Mi mirada solo se posa escasos segundos sobre él antes de volver a la taza de te, si está aquí es por qué tiene sus motivos al igual que todos.

Con sus ojos casi cerrados y una sonrisa apacible, tomaba el té con tranquilidad mientras escuchaba más información relativa a la misión.Sin duda la moral de todos los presentes no sería la misma.Algunos no matarían a nadie que no estuviese preparado para morir, aunque de ello dependiese el futuro del planeta, otros ni se lo pensarían dos veces.

Lee se debatía en que haría él en esa situación, realmente era complicado pues se trataba de una vida inocente que por desgracia y casualidad era la elegida para parar y cerrar la puerta.No merecía la muerte pero tampoco la merecerán todos los inocentes que habitaban en ese planeta.Así pues, quizá la solución era obvia, buscar otra, pero no era tan sencilla pues el tiempo se les venía encima.

-Encontremos a la dama, agotemos nuestras posibilidades, pero quizá no es necesario que vayamos todos, quizá un grupo debería buscar una alternativa por si la dama se niega, pero sino se niega quizá el trabajo del otro grupo habrá sido en vano...pero creo que merecerá la pena con tal de cerrar la puerta- dejó el vaso con cuidado sobre la mesa, paladeando lo poco que quedaba de té en sus labios.

Matar a un inocente.. Las manos de Kojiroh, que hasta entonces permanecían apoyadas suavemente en sus flexionadas rodillas, se encogieron con fuerza formando un puño. Aquello suponía una nueva traba, un nuevo desafío que complicaba la situación. Sin embargo, la chica lo tenía claro.. haría todo lo necesario por cumplir su venganza, incluso si aquello significaba mancharse las manos con sangre inocente.

-Sí, debemos encontrarla - Dijo en tono firme tras unos segundos en silencio. Había tomado una decisión, y si no le quedaba más remedio ella misma se ofrecería a llevar a cabo el sacrificio - Si finalmente nos dividimos en grupos, me gustaría pertenecer al que se encargue de buscar a esa mujer.

El rostro de Kojiroh era totalmente inexpresivo en aquel momento, por lo que era imposible saber qué podía estar pensando; su mueca seria no había variado ni un ápice y su elegante pose permanecía totalmente inmutable a pesar de la posible incomodidad que pudiese sentir. Sí, la chica había cambiado demasiado.. ya no era esa joven delicada y risueña que solía ser en un pasado.. Incluso ella misma era consciente de este cambio, y en sus momentos de soledad añoraba aquello que ya no era.

Mira a unos y a otros cuando surge el tema de sacrificar a la Dama de Invierno. Es lógico que hayan dudas porque matar a una persona es algo complicado, pero seguramente la Dama de Invierno solo sea un ente enviado por los mismos dioses para ayudar a las personas en los momentos de necesidad como éste.

-Es posible que la Dama ya sepa su papel. Quizá ha estado esperando toda su vida para este instante y ya esté preparada para cerrar el portal con su sacrificio. Aunque debemos tener en cuenta que hay muchos tipos de sacrificios.

¿Será la muerte como todos piensan? ¿O será otro tipo de sacrificio el que deba hacer la Dama? Solo pueden saberlo si la encuentran en el momento y el lugar indicados. Ella saldrá en su búsqueda. Pero deben llegar cuanto antes. Hikari está enferma y muchas personas más pueden estar sufriendo ahora el mismo mal.

Juzoh asintió. Él no usaba grandilocuentes palabras como los demás guerreros, pero sabía cuándo una idea era buena, y la de su hermana lo era. Bebiéndose su cuarto tazón de té, Juzoh aún tenía estómago para más mientras atendía la reunión.

Morita, nadie ha dicho que sea una niña, ¿no? - pregunto Amano sonriente, como si estuviesen simplemente decidiendo una excursión.

Ni tampoco que la elegida para ser dicha Dama sea alguien que no esté preparada, ¿no, joven Yuki? - añade en dirección a la fémina de los tres hermanos.

Muchos de los aquí presentes - abre los brazos para abarcar a los reunidos alrededor de la mesa -  no nos hemos dedicado toda la vida a entrenar en el camino del Bushido - Gracias a los dioses, hay cosas más divertidas... - y no por ellos el destino nos ha considerado menos válidos tanto en esta ocasión como en la anterior.

Washizuka tiene toda la razón, es imperativo encontrarla pues puede estar en peligro y puede ser una buena forma de encontrar a Setsuma. - hizo una pequeña inclinación hacia Hibiki, pues pensaba cumplir su promesa.

Dividirnos creo que puede ser un error, máxime si Setsuma puede cruzarse en nuestros caminos...

Moriya no dijo nada tras las palabras de Yuki, pues estaba bien claro que ella tenia su modo de ver las cosas. 
Por otro lado, como siempre, habia mucha información muy vaga. Sobre el destino de la dama, y sobre lo que hubiera a su alrededor.

Rapidamente las mentes de los demas empezaron a expresar su propia visión de en que circunstancias podrian encontrar a dicha mujer, o espiritu.

Estaba claro que habia una determinación clara por lograr que la puerta se cerrara. Solo el destio presentaria las respuestas a muchos de los interrotantes ahora planteados.

Si bien el tono siempre festivo de las palabras del borracho le resulto molesto, no dijo nada. Tenia todo el derecho del mundo a hacerse pasar por un heroe, aunque fuera un cobarde sin remedio. 

Su atención estaba puesta sobre otra idea, la de que el espiritu Setsuna buscara aliados igualmente peligrosos. Kagami ya había invocado espiritus violentos la ultima vez. No seria de extrañar que ahora este nuevo enemigo pudiera hacer los mismo, o contactar con el otro, en buscar de un aliado potencial.

Y sin duda la idea de que podria buscar a la dama de invierno para asesinarla era la opción mas viable a su juicio. Seria la que tomara el mismo de querer abrir la puerta para siempre.

El maestro Okina había permanecido en silencio, igual que el maestro Shigen y el sacerdote Ichijo, mientras el resto de asistentes debatían. No obstante, finalmente volvió a dejar oír su voz.

- Es cierto que, de existir Setsuna, su acción más lógica en este caso sería asesinar a la Dama del Invierno -valoró-. Si su sacrificio, signifique esto lo que signifique, es necesario para cerrar la Puerta del Infierno, su prioridad será eliminarla lo antes posible.

Luego dirigió su mirada hacia Moriya y los shinsengumi.

- A decir verdad... también me preocupan otros enemigos -dijo-. Desconocemos lo que pueden estar haciendo Suzaku y ese asesino que le ayudó hace un año, Shikyoh. Si la Puerta está a punto de abrirse, seguro que Suzaku también lo ha notado y moverá ficha. Y Shikyoh puede ser también peligroso. ¿Sería sensato centrarnos por completo en buscar a la Dama del Invierno, dejando a un lado a aquellos que podrían estar interesados en asegurar que la Puerta acabe abriéndose?

Esperó para ver si alguno de los asistentes tenía algo que opinar al respecto, aunque estaba seguro de que varios de ellos no se quedarían callados. Y en cualquier caso, tendrían que darse prisa en tomar decisiones para actuar. El tiempo era oro.

Yuki inclinó la cabeza indicando que entendía las palabras del maestro Okina, más no tenía nada más que decir. Por las miradas de la gente allí presente sabía que era lo que debía hacer y, aunque la onmyoji había tratado de tranquilizar su corazón no podía arriesgarse a que se equivocase. Iría a buscar a la Dama del Invierno. Si estaba preparada para su sacrificio, lo aceptaría. Si lo rechazaba, defendería hasta la muerte su decisión y la protegería, pues veía en algunas miradas la decisión de agarrar a la dama de los pelos y arrastrarla hasta donde hiciese falta. Si la Dama no quería morir -pues las palabras habían sido exactamente consumir su vida- encontrarían otro medio de sellar las puertas.

Además, desde que Yuki se había encontrado en el barco con aquella niña se había despertado en ella algo nuevo y desconocido. Un deseo de tener alguien a quien cuidar y enseñar lo que ella había aprendido, de perpetuar y dar la vida, en vez de quitarla, como había tenido que hacer en el pasado. Por el momento aquello era un imposible, pero si algún día se convertía en posible no quería que creciese ni en un mundo infernal ni bajo la mano de alguien que había asesinado a un alma inocente.

Washizuka asintió ante las palabras de Okina. Era agradable saber que al fin alguien veía la búsqueda de Shikyo como algo más que sólo una búsqueda personal. Si fuera así, sólo algo personal, Washkuza ni siquiera hubiera acudido a esta reunión, si no que el Shinsengumi aún seguiría buscando al infame asesino junto a Kaori. 

Es más, ahora que se detenía a pensarlo. Bien sabía Washizuka que si se hubiera dado el caso de haber priorizado el tema de Shykyo con respecto al de la puerta, Shykyo estaría a buen seguro ejecutado desde hace dos años. Aunque en tal caso el Shinsengumi no habría estado la última vez para echarles una mano en lo de la puerta demoníaca. Y quién sabe que hubiera pasado entonces. Quizás ninguno de ellos estaría allí ahora tomando el te para contarlo. O quizás si. Quien sabe. Su papel no fue tan determinante, y allí hubo buenos guerreros aquella vez.

Sin embargo, no tenía sentido pararse a meditar sobre lo que hubiera pasado o no si él hubiese hecho tal o cual cosa. Las cosas acabaron ocurriendo como ocurrieron, a su pesar. Y darle más vueltas no tenía sentido ya, salvo para cargar más sobre si mismo las culpas de la muerte del hermano de Kaori.

Debía apartar el pasado. Centrarse en el ahora, y debía hacerlo ya: —Por desgracia anciano...— Musitó  Washizuka, cabizbajo. —... carecemos de pistas sobre la situación o planes de Shikyoh desde sus infames crímenes de hace dos años, coincidiendo con la apertura de la primera Puerta Infernal...—

Se paró un par de segundos antes de continuar: —Quizás si alguien más de entre los presentes supiera algo más sobre la situación de Shikyoh, o de Sanzetsu. O incluso sobre alguna otra manera alternativa aparte del sacrificio de la Dama de Invierno para sellar la Puerta Infernal de nuevo, debería hablar ahora.—

El viejo monje miró a los presentes. De los que había no le apetecía que le pusieran con casi ninguno. Quizás con Lee, que había sido amable con él antes de la reunión, cuando se encontraron en las escaleras. Pero lo cierto era que, desde un principio, había intuido que sería asi. Asi que se limitaría a aceptar lo que le impusieran sin rechistar lo más mínimo. Tendría que aguantar a algun tipo de aquellos, de los que no dejaban de hablar. Incluso puede que le pusieran con el tipo de las camisas raras...

Frunció el ceño ante ese pensamiento. Ante todo, esperaba que no le pusieran junto a algun amante de lo occidental.
 

Después de meditar un poco todo lo que se está sacando a la luz, quizá haya una forma de encontrar a Suzaku. Al otro no podrán encontrarlo porque simplemente es un humano que ayudó a un dios desquiciado a abrir la puerta del infierno... quizá pueda enviar a algún shikigami en busca de información.

-Padre... ¿Y si usamos nuestro poder para intentar encontrar a Suzaku? Podríamos percibir donde se encuentra en estos momentos si nos lo proponemos.

Es algo arriesgado porque sin duda, una vez comiencen con el ritual, Suzaku podrá saber que alguien trata de encontrarlo o que alguien lo ha encontrado mediante esos rituales, pero el algo que preocupa al grupo y que todos deben tener claro para ver cual será su siguiente paso.

Por primera vez desde que se inicio la reunión Moriya se movió intranquilo, y fue justo cuando la joven Akari comento lo de buscar por un ritual a Kagami.

Aquel hombre representaba todo lo que detestaba en el mundo, y era su máxima prioridad. Sin embargo, el hecho de buscarlo por otros medios que no fueran perseguirlo y hostigarlo, le dejo algo intranquilo.

Aprovecho entonces el momento para comentar algo que si tenía claro.

Shinnosuke Kagami, Suzaku, estaba hace tres días entre las zonas de Nagano y Kofu, puede que cerca del monte Fuji.

Yo llevo tiempo tras él, no puede haber ido muy lejos, y por el tiempo que lleva en la zona, sospecho que está buscando algo. Quizás a alguien.

Aquella información, era tan poco efectiva, como lo podía ser decir que el sol salía cada mañana. La zona de la que hablaba tenía cientos de kilómetros, con bosques, y poblaciones, con montañas, y muchos lugares donde ocultarse.

Sin duda, si debían de buscarlo por extraños métodos, puede que fuera mejor tener una idea aproximada de que se encontraba al este de Kioto. 

Yuki miró a su hermano mientras hablaba y no le gustó lo que vio. Sus ojos tenían una expresión demasiado similar a la que tenían el año anterior y odiaba ver a su hermano consumido por deseos de venganza. Verlo así le partía el corazón y ardía en deseos de poder mostrarle que la vida era más que aquel amargo sentimiento que parecía tener. Aún así parecía claro el camino que debían seguir: la Dama estaba en el monte Fuji, y aquel malnacido también estaba cerca, probablemente buscándola.

Alejó la mirada de los ojos de su hermano y se fijaron en los presentes. Finalmente su mirada se posó en el más anciano de todos y se percató que no había abierto la boca. La chica de pronto se sintió avergonzada: el anciano era el que más derecho tenía a hablar y ellos, como jóvenes maleducados que eran, habían hablado sin cesar.

—Zantetsu-sama... ¿Qué opina usted?—

El hombre se puso de pie.

- Transitaba el carretero de los bueyes por el camino cuando se dió cuenta de que había perdido un novillo. Lo buscó incesantemente sin poder dar con su paradero - hizo una pausa - entonces imploró a los dioses y a los kami prometiendoles el sacrificio de un carnero en el caso de encontrar al ladrón culpable.

Entró en el bosque y encontró entonces a un horrible dragón comiendose los restos de su novillo. El carretero, asustado, levantó de nuevo para implorarle a los kami y dijo: "Oh poderosos espíritus. Prometí el sacrificio de un carnero en el caso de encontrar al ladrón de mi novillo, pero ahora prometo sacrificar uno de mis bueyes si consigo evadir las fauces del ladrón"

El viejo se volvió a apoyar en la pared, cruzándose de nuevo de brazos. La moraleja de su historia le parecía a él muy clara. Si no tenias cuidado con la solución que buscabas, podía ser que en un momento determinado, esa solución se convirtiera en un problema aún mayor.