Partida Rol por web

Parece que las cosas ya se ponen en marcha, aunque si quieren partir de inmediato, deberán hacerse con todo lo que necesiten para el viaje en menos de lo que canta un gallo. Está de acuerdo con todo lo que propone Yuki. Sin duda, la ropa de abrigo debe de ser su principal preocupación si van a ir a las montañas. No va a ser un viaje fácil y la nieve siempre es más densa en las alturas. 

-Creo que debemos conseguir provisiones. Comida que no se estropee y que podamos comer una vez lleguemos a las montañas. Con este tiempo, será difícil encontrar comida. Creo que también sería importante llevar lo necesario para encender un fuego en caso de necesitarlo. Nunca sabemos lo que nos acechará ahí fuera.

Todo lo demás ya lo ha expuesto Yuki.

-Creo que eso sería todo... ropa y calzado adecuado, provisiones, las raquetas esas... ¡Oh! Lámparas. Por si necesitamos iluminar algún camino. O encontrarnos en una ventisca.

Mientras escuchaba a Yuki y Akari, a Juzoh se le iba poniendo una cara que dejaba claro lo que se temía: le iba a tocar cargar con todo el equipaje. Se rascó la cabeza y exhaló un suspiro.

- Y seguro que no podré evitar ponerme unas sandalias o se me congelarán los pies... ¿No podría haberse abierto esa Puerta en verano, por lo menos? -murmuró.

Pero un carraspeo de Genbo Ichijo cortó todas las quejas.

- Esto... bueno, ¿qué os parece si vamos al mercado a por todo eso? Habría que darse prisa y salir lo antes posible -dijo el gigantón, sin atreverse a mirar a su padre.

La chica movía afirmativamente la cabeza con las sugerencias de Akari y sonrió divertida ante el comentario de su hermano, que iba poniendo cada vez peor cara

–Sí, es buena idea– dijo cuando sugirió ir al mercado– Tambíen nos vendría bien una brújula. En la nieve es fácil perderse...

Zantetsu era silencioso, o más bien callado. No habia hablado demasiado, era introvertido y además no se sentía a gusto entre tanto samurai. Una de las razones por las que habia accedido a venir era para demostrar que las viejas costumbres guerreras eran bastante superiores en poder y utilidad que las nuevas y occidentalizadas maneras.

Asintió con la cabeza, sabía que Shigen no decía lo que sentía, o más bien hablaba sin sentir del todo sus palabras. Pero tampoco le importó. Bien era cierto que debían darse prisa. Su enemigo era poderoso, y debían detenerle cuanto antes.

La mañana había llegado pronto, muy pronto... incluso para alguien quien apenas había conciliado el sueño.

Así era, no había dormido más de una o dos horas como mucho. Y, pese a todo... las horas en velo se me habían hecho como minutos. ¿La causa? Probablemente el estar continuamente dándole vueltas al asunto de Shikyoh. Quizá por eso, cuando el capitán me hizo la pregunta al amanecer, me sentí como si me quitara un enorme peso de encima al contestar...

–Capitán, mi decisión es que... debemos encontrar a Shikyoh y mantenerlo vigilado.

Estaba segura de que Shikyoh estaba relacionado con la muerte del padre de Hibiki... por lo tanto, ir tras él era en cierto modo una manera de trabajar conjuntamente con el resto de compañeros, y no sólo un acto de arrogancia fruto de mi sentimiento de venganza. O, al menos, eso me decía a mí misma tratando de convencerme.

Una vez que nos hubimos levantado y desayunado todos nos reunimos a fin de ultimar los detalles para el viaje, el maestro shingen se acercó a mi y a Zantetsu-sama.

Suspiré y miré mi katana.

-Por mi parte estoy listo, debemos de darnos prisa, conociendo a Moriya puede haber viajado toda la noche mientras nosotros descansamos-

Dirigí una mirada a Yuki pero no dije nada.

Suerte...

Shigen asintió en dirección a Zantetsu y Kaede. Luego dirigió una rápida mirada a Okina, y sin mediar más palabra se encaminó a la salida del templo Ichijo.

No hizo falta que hiciese ningún gesto al anciano ninja ni al joven Kaede, para que supieran que debían apresurarse a seguirlo. El viaje para ellos había comenzado, y el primer destino era encontrar a Moriya para unirse a él.

Washizuka observó salir al enorme Shigen, y luego puso una mano en el hombro de Kojiroh. Esbozó una media sonrisa.

- Sin duda, perseguir a Shikyoh es un deseo que compartimos... pero tú has perdido más que yo a manos de ese monstruo. Creo que tu elección es buena. Suerte, amigo mío.

No necesitó decir más. Se apartó de su compañero para permitir que partiese en cualquier momento, y se dirigió a los presentes.

- Kojiroh ha decidido partir en busca del asesino Shikyoh -anunció-. Yo, como oficial del shinsengumi, debo ocuparme del asunto más peligroso para Japón. Acudiré al cuartel para buscar ayuda e información que pueda servirnos, y después os buscaré para unirme a vosotros. Hasta entonces, buena suerte a todos.

Y tras inclinarse, se volvió y también salió del templo sin pérdida de tiempo.

Después de aquello, Okina miró a Yuki, Akari y Juzoh y se mesó la larga barba. Sonrió y dio una palmada.

- ¡Bien! Supongo que sólo nosotros faltamos por partir. No nos demoremos más.

Y echándose la cesta cilíndrica a la espalda, saludó a Genbo Ichijo y también se encaminó a la salida.