Partida Rol por web

La miro, sin entender que quiere decir. O que pretende.

-¿Sara? ¿Qué pasa con ella? Hemos venido por tu hermano, nada más. Y bastantes problemas vamos a tener con eso para nada más.

No es un tema que me agrade demasiado tratar. De hecho, ni siquiera pensarlo. No quiero imaginarme que piensa mi hija de mi...cobarde, traidor...que esté muerto. O cosas peores. En ninguno de los tres casos se alegraría de verme. No hay que hacerla pasar por ese trago. Sería cruel.

-No hay necesidad de remover el pasado.

Valk se queda un poco desconcertada con la reacción de Elim y Tara mira a ambos alternativamente pero sin meterse de por medio -Pero es tu hija, quizá sea la última oportunidad que tengas... -no quiere entrar mucho en el tema porque es obvio que a él no le apetece pero es demasiado importante como para pasarlo por alto sin más. Además, de algún modo eso le haría sentirse menos culpable respecto al riesgo que van a correr ambos.

Repentinamente Tara carraspea, sentándose un poco mejor en la butaca -Está bien, yo me encargo del incendio. Elim es el único que conoce el sitio y tú a tu hermano así que... Está claro, es por descarte -se encoge de hombros, como si fuera algo de lo más normal. De hecho no parece mostrar mucho miedo, quizá porque ya ha tenido demasiadas malas experiencias como para que esto le preocupe, quién sabe.

-Me parece bien. "Solo" tienes que llegar a los generadores. en cualquier caso, antes de eso tenemos que hacer reconocimiento. Si no hay entrada, no servirá de nada la distracción. No quiero matar a nadie pero...nunca se sabe. Nosotros tenemos una daga, un machete, una ballesta con cinco virotes un rifle con dos balas y un subfusil con ¿cuántas balas Valk? ¿Qué tienes tú? Ah, y una bomba de clavos.

No quiero entrar matando...¿Y si aparece Sara? ¿O el novio de Sara? ¿O una amiga? No quisiera que pasase eso.

-Está bien, entonces durante ese reconocimiento sí que no pueden vernos. Quizá sea mejor que vayas solo... no sé -no parece del todo convencida y es que no le gusta la idea de dejarle colgado pero a la vez es la manera más efectiva para no ser visto y después poder trazar un plan en condiciones.

-Todavía me quedan 20 balas -anuncia Valk sin necesitar de comprobar el cargador, tras lo cual Tara salta del sillón para recuperar su mochila -Yo tengo mi fusil de asalto. Revienta casi cualquier cosa pero solo tengo diez balas. También tengo un cuchillo y, atención señores- saca un fardo muy bien envuelto del que desprende varias capas de tela y finalmente abre una caja con tierra en la que hay un par de granadas de fragmentación -Las estaba reservando para una ocasión especial, por si hay una emergencia imprevista - usarlas sería perder el efecto despiste pero si las cosas se tuercen puede que no quede más remedio, aunque podría provocar muchísimos heridos y muertos en el proceso.

-Las usaremos solo como último recurso, espero que no sean necesarias -Valk frunce el ceño, para entonces empieza a llenar los platos de esa especie de estofado que, sorprendentemente, huele bastante bien -Te acompañaré, se supone que soy la principal interesada -le cede un plato a Elim mientras Tara entorna los ojos al recibir el suyo.

-Nah, Susie. Tara tiene razón. Es mejor que no nos vean ahora o no servirá de nada, y cuantos menos seamos menos posibilidades. Tendré cuidado para que no os quedéis sin carga-leña

También es verdad que yendo solo es más peligroso...pero a fin de cuentas, soy -o era- luciérnaga. Igual vale de algo si me pillan. Incluso aunque sea para peor, quizá me metiesen en una celda nada más.

Voy comiéndome el improvisado estofado, de lejos la mejor comida en días. Incluso semanas.

-Y así os podéis poner al día.

Susan insiste un poco más en acompañar a Elim, preocupada, pero finalmente entre Tara y él la convencen para que atienda a razones así que accede a dejarlo solo ante el peligro, podría decirse que literalmente.

A la mañana siguiente ella es la primera en estar en pie, simplemente porque no ha podido pegar ojo, y después de despedirse de Elim ambas se quedan a la espera en esa casa que podría catalogarse de confortable.

A Elim no le cuesta demasiado llegar hasta las viejas instalaciones de los Luciérnagas pero sí le supone bastante tiempo. Resulta sorprendente que sigan estando ahí después de tantos años pero el aspecto está mucho más deteriorado, se nota que han recibido algún que otro ataque durante este tiempo.

Le bastan un par de horas para darse cuenta de que toda la zona este ha sido abandonada y eso significa dos cosas: que ahora son muchos menos integrantes y que puede haber una vía de acceso por ahí. No solo eso, el sitio parece estar a punto de caerse a pedazos en  algunos puntos concretos así que será más sencillo usar la estrategia de un derrumbe como maniobra para mantenerlos ocupados.

Con la ayuda de la mira telescópica de su rifle puede percatarse de que los generadores no se encuentran en el mismo lugar que él conocía. No puede adivinar la ubicación exacta pero hay una zona más vigilada por soldados armados que tiene bastantes posibilidades de ser la sustituta. En ese momento se le corta el aliento un momento al ver a una muchacha joven y de cabellos rubios que lleva algo para cenar a esos mismos soldados. Hace tanto tiempo que no ve a Sara que podría tratarse de un simple espejismo o una mala jugada de su mente pero algo dentro de Elim le dice que no se equivoca. Quizá no tiene su paternidad tan olvidada como creía.

Sara...

Sí que quiero hablar con ella, demonios claro que sí. Verla, abrazarla. Incluso que me grite...lo que no quiero es ponerla en una situación comprometida. Hacerle daño, abrir viejas heridas...no sé que piensa de mi. No sé como reaccionaría.

Me quedo donde estoy, observando, hasta memorizar las patrullas y los puntos de vigilancia. Tras eso me desplazo más hacia la zona este para buscar algún punto realmente ciego. Uno desde el que acceder sin peligro y que, una vez dentro, nos permita avanzar hasta el bloque norte, los sótanos. Donde, al menos antes, retenían a los presos. También cuento a todos los luciérnagas distintos que vea.

Solo cuando me aseguro de encontrar esa vía, o de que no existe, regreso con las chicas.

Elim prefiere ser cauto y que le sobre información a que le falte, aunque eso implique pasar la noche ahí. De hecho puede ser una ventaja para pasar desapercibido.

La paciencia da sus frutos cuando consigue encontrar las pautas de cambio de patrullas aunque tampoco son muy puntuales y eso puede jugar en su contra. Lo bueno de eso es que tampoco son tan profesionales como antaño y eso les puede dar algo de ventaja. Probablemente en algún momento hubo demasiadas bajas de los mejores soldados porque Elim no reconoce prácticamente a nadie pero es mejor así.

Un análisis más preciso de la zona este le permite encontrar no uno si no dos accesos que parecen viables con facilidad. A la hora de la verdad no se sabe lo que puede pasar o lo que puede haber dentro pero la distracción de la que se encargará Tara debería valer para darles tiempo.

Para entonces el frío ya cala los huesos y empiezan a cae diminutos copos de nieve que se convierten en agua al tocar el suelo. Si sigue quieto mucho rato más las articulaciones y músculos van a resentirse. Para entonces ya ha contado a unas veinte personas entrando y saliendo del lugar.

No voy a averiguar mucho más, al menos no sin congelarme el culo, literalmente. Y no es buena idea.

Con cuidado me retiro y emprendo el camino de regreso. Procuro moverme lo más sigiloso que puedo, hasta que estoy cerca de la casa. Una vez allí procuro que me vean, para no sorprenderlas. No sería agradable que me atacaran al verse sorprendidas.

La empresa que tenemos en mente es complicada...aunque se me ha ocurrido algo que puede complicar el asunto aún más. O hacerlo mucho más sencillo. A ver que opinan ellas.

Mientras camino me doy cuenta de que cierto peso se me ha quitado de encima. Hasta ahora no sabá a ciencia cierta si Sara seguía viva o no. Ahora sé que sí.

A Elim le viene bien volver a poner a sus músculos en marcha. Hacía tiempo que no se veía obligado a caminar en un bosque nevado y además siendo de noche pero se apaña bien. Además el tiempo a solas le sirve para pensar en sus propias cosas e intentar mantener a ralla a sus demonios con mayor o menor éxito.

Cuando llega hasta el pueblucho ya falta poco para el siguiente amanecer, el lugar está tan tranquilo que casi parece formar parte de algún tipo de espejismo. Cuando empieza a subir las pocas escaleras del porche Valk ya está abriendo la puerta para recibirle aunque lo verdaderamente chocante es que se permita abrazar a Elim a la altura del cuello, aunque se trate de un gesto bastante rápido -Nos tenías muy preocupadas, ¿ha ido todo bien? -le susurra volviendo al interior, que resulta estar mucho más cálido de lo que él mismo recordaba por lo que es bastante reconfortante y puede permitirse desprenderse del abrigo y otros complementos parecidos.

-He preparado una especie de gachas. No están muy allá pero se pueden comer -suspira con resignación mientras le sirve una ración, intuyendo que estará cansado y hambriento.

En un rincón apartado, sobre un colchón y envuelta en mantas, Tara duerme plácidamente.

Me sorprende el abrazo de Valk, al principio. en realidad...hemos llegado a ser más cercanos de lo que ninguno esperábamos. Aprieto su hombro levemente cuando se separa. Una vez sentado y con las gachas callientes entrando en mi organismo, empiezo a recuperarme del todo.

-Que frío hacía leches...gracias por la comida. Siento haber tardado, pero quería observar bien.

No hablo muy alto para no despertar a Tara.

-El lugar está abandonado en parte, son mucho menos que antes...aún así he contado al menos veinte, y seguro que hay más que no he visto. Los generadores ya no están en el mismo lugar pero...la zona este está abandonada. Hay dos puntos por los que se podría entrar con relativa seguridad...y he memorizado sus patrullas. No es algo fiable con solo unas horas de vigilancia pero menos es nada. Incendiar la zona de los generadores será difícil...de hecho, no lo veo viable. Están muy vigilados. Al menos, hay una zona muy vigilada, deben ser los generadores.

La miro tras terminar de comer.

-He visto a Sara, por la mira. Está viva y muy guapa. La vi llevar comida a los guardias. Quizá...podría intentar hablar con ella. Puede que nos ayudase. Puede que también lleve comida a los prisioneros.

Susan toma asiento cerca de Elim, observando el fuego de la chimenea distraídamente ya que en realidad está más concentrada en lo que su compañero le cuenta y al que observa de vez en cuando, seria -Así que tenemos buenas y malas noticias, ¿eh? Demasiado tópico para alguien como tú -sonríe irónicamente antes de emitir un largo suspiro, dejándose caer un poco en el sofá, apoyada en el respaldo y el reposabrazos.

-¿Sara?, ¿la reconociste? Me alegra -le sonríe satisfecha, como si solo le faltara añadir un "te lo dije", pero arruga la frente y el ceño cuando las palabras de Elim prosiguen. Cuando termina ya ha vuelto a incorporarse -¿Te has vuelto loco? No pienso meter a tu hija en todo esto sabiendo lo que te hicieron a ti -niega con la cabeza con determinación -De todas formas no sabemos si querría colaborar. Después de todo este tiempo es más probable que nos delate... ¿no? -esta vez se nota que duda pero de todas formas vuelve a negar con la cabeza, levantándose y cruzándose de brazos para reforzar su decisión -¿Qué edad tiene ahora? -pregunta mirando de reojo a Tara.

Suspiro.

-Seguramente tienes razón.Pero lo del incendio no acabo de verlo...igual si provocamos un derrumbe en la zona este...lo malo es que eso nos cerraría la vía de escape. Hay demasiadas variables y factores que no conocemos.

¿Por qué mira de reojo a Tara? ¿Qué pasa?

-Debe estar a punto de cumplir los dieciocho. No, los diecisiete. No lo sé...puede que ya tenga los diecisiete pero a los dieciocho no llega. Cuando me obligaron a irme ella tenía doce.

Valk se mueve un poco por el salón, caminando despacio y sin rumbo fijo mientras mantiene sus brazos anudados con más fuerza de la necesaria -La peor edad para comerle la cabeza a una chica -sonríe con cierta nostalgia antes de regresar al sofá pero en lugar de sentarse en él coloca una silla delante de Elim para poder mirarle de forma más directa. Toma asiento y apoya las manos en las rodillas.

-El, ya has cumplido tu parte, me has traído hasta aquí a pesar de que al principio no estaba segura de que fueras a acompañarme más de dos días pero no puedo pediros a Tara ni a ti que me acompañéis, es demasiado arriesgado. A partir de aquí puedo encargarme yo sola -la verdad es que le aterra la posibilidad de que le pase algo a cualquiera de los dos por su culpa y por eso prefiere asumir el peligro en solitario -Imagínate... -inspira aire hondamente -Imagínate que Luke ni siquiera sigue ahí. No puedo pediros tanto sacrificio para nada -suelta el aire contenido con un nuevo suspiro, inclinándose para sujetarse la cabeza con ambas manos.

Pongo mis manos en sus hombros, apretando amablemente.

-No, la verdad es que no puedes sola. Hemos llegado hasta aquí...solo es un poco más. Y, seamos francos, puede que Luke no esté ahí. Si eso pasa...no quiero ni que te vuelvas loca ahí dentro y decidas morir matando ni que te deprimas y hagas alguna tontería. Saldremos de ahí con o sin Luke. Y sola, no puedes.

Sonrío a medias.

-O puede que sí. Pero yo seguro que no puedo sujetar a Tara para que no te siga.

En otro momento Valk se habría quejado por afirmar que no podía hacer algo pero no en aquel. Lo que están a punto de hacer es demasiado importante para ella y se le nota afectada, tanto por lo que pueda pasar con su hermano como con el resto -Menuda panda de cabezotas estamos hechos -sorbe con la nariz y entonces se levanta precipitadamente. Sus ojos se han humedecido así que se gira rápidamente en un intento de disimularlo -Voy a salir un momento -no dice nada más antes de abrir la puerta y quedarse por el porche. Se la puede ver a través de la ventana por lo que tal vez sea mejor simplemente darle un poco de tiempo.

-No me puedo creer que no la hayas besado -repentinamente Tara habla desde su improvisada cama acompañada de una sonrisa traviesa, quién sabe cuanto tiempo lleva disfrutando del "espectáculo" -Está un poco rara, después de que te fueras volvió a desaparecer por ahí un par de horas, como cuando me encontraste, ¿te acuerdas? -se levanta, tomándose la libertad de servirse ella misma otro plato de gachas -Creí que debías saberlo por si acaso -se encoge de hombros mientras se centra en el precario desayuno.

-Vaya ideas tienes Tara...¿Besarla? ¿Por qué iba a querer ella que yo la besara?- niego levemente -Esta juventud ve romances en todas partes...ella me ve como amigo. Date cuenta que ni siquiera me dijo su verdadero nombre.

No menciono como la veo yo. ¿He pensado en eso en ocasiones? Sí...noches durmiendo juntos, muchas horas caminando, salvarnos la vida...eso une y hace pensar.

Pero no...¿Un viejo como yo? No te hagas ilusiones. Ya se te pasó el arroz, Elim.

-¿Qué te hace pensar eso?

-¿Como vas a saber si quiere o no si no lo intentas? Era el momento perfectooo -aprieta el puño de manera teatral y algo exagerada antes de relamarse disimuladamente -Mm... ¿pensar el qué? -le mira algo confundida y es que el hecho de que Elim no esté hablando demasiado claro la confunde bastante.

-¿Seguimos hablando de Susan o de otra cosa? -levanta una ceja, después deja su plato encima de una mesita auxiliar bastante polvorienta -¿Al final cual es el plan? -se deja caer de nuevo en el sofá, estirando el cuello de vez en cuando para asegurarse de que Valk sigue por el porche, aunque sea dándoles la espalda.

-El plan...en esencia, entrar y salir sin que nos maten. Básicamente. La parte esté está abandonada...se puede entrar de manera casi segura. A partir de ahí será avanzar hasta donde te tenían encerrada a ti ¿recuerdas el lugar? Hay al menos veinte personas ahí...no va a ser fácil. Tampoco lo será provocar un incendio que parezca real...no lo sé. ¿Alguna idea?

Me levanto y cojo una manta antes de salir al porche.

-Esta Tara tiene unas ideas locas.- le pongo la manta por los hombros y se la cierro bien por delante. -Muy locas.

-Ese casi suena mal -murmura Tara, mirando a Elim con escaso convencimiento hasta que le pide opinión y hace rodar los ojos -Accederemos por el este. Podemos hacer dos cosas: provocar el incendio sin necesidad de que sea sutil o... atraer a los saqueadores que hay por aquí cerca. Los vi al llegar, están por un viejo vertedero lleno de chatarra -esa idea puede llegar a ser más suicida que todas las demás pues implicaría estar metidos en medio de un fuego cruzado pero desde luego despistaría a toda la base sin que pensaran en la posibilidad de defender otras zonas.

-Piénsatelo. Es mejor que no nos precipitemos -le sigue con la mirada mientras recoge la manta pero no hace comentarios, solo sonríe en silencio y con satisfacción, acercándose a la chimenea para encargarse de poner algo más de leña y avivar el fuego mientras él sale fuera.