Partida Rol por web

"The Last of Us: Un nuevo comienzo" (+18)

[PRÓLOGO] - When You’re Lost in the Darkness

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21/01/2023, 12:03
Liam Young

Otro día vivo en el infierno de hormigón. Lo peor de haber sobrevivido hasta aquel día era conocer el mundo de antes del estallido. Las mismas calles, pero ahora son deslucidas y estropeadas. Un cementerio ocupado por vivos. Pero hay que resignarse, pues es el precio a pagar por seguir vivo. Los jóvenes sólo conocen el pasado por imágenes o por lo que cuentan otras personas. Por desagradable que nos pudiera parecer en ocasiones la vida pasada, era un paraíso en comparación con la situación actual. Quizá fuera demasiado bueno para durar. En la cola de espera para recibir las cartillas da tiempo para pensar. Por desgracia, pensar en estos tiempos no es bueno, pues casi siempre se llena la mente de frases negativas. Falsifico documentos. Así me gano la vida realmente. También, por un precio razonable, ayudo a gente a pasar de zonas por conductos subterráneos. Puedo reproducir una cartilla de racionamiento de manera imperceptible para la mayoría, pero necesito comprobar que sea fiel a una actualizada. A veces, cambian de sello, formato y es muy importante comprobarlo. Para ello, necesito regularmente hacer la espera como el resto. Si no me vieran hacer fila con asiduidad alguien podría sospechar. La presencia de un oficial con la valija indica la apertura de las entregas. Además, esperar aquí ayuda a relacionarse.

Saludo a los conocidos. Veo a Vika, aunque seguro que ella me ha visto antes. Es un ángel de la muerte. Hermosa y temible a la vez. Me alegra haber hecho un acuerdo con ella. Su protección es una garantía. Pocos osarían tratar de dañarme con ella cerca. Como no podía ser de otra manera, Barry ya se ha acercado a ella. Saludo a ambos con un discreto saludo, no quisiera interrumpir nada importante y me mantengo en mi puesto en la cola. También veo a Arthur Miller cuando es atendido por el hombre de FEDRA. Llega mi turno y recibo sin mirarme a la cara una mísera cartilla. – ¿De verdad cree que puedo sobrevivir sólo con esto? – Expreso con claro desacuerdo. Pero la indiferencia del soldado revela que las quejas poco serán atendidas, así que prefiero salir cuanto antes y alcanzar a Miller. No sin antes despedirme con un gesto de mirada bajo mi capucha a la “pareja”. Como buen militar, Arthur lleva un paso casi marcial. Camino a su lado. – Señor Miller… -  Saludo de forma afectuosa. – Confío que te haya sido más fructuoso que a mí. Una jodida cartilla. Las cosas deben estar realmente mal. Aunque reconozco que últimamente no hago muchas labores para la comunidad. Temo que en cualquier momento me recluten para el exterior. Con los luciérnagas uno ya no está seguro ni en su casa. Cualquier día, salimos todos por los aires – Aunque pensándolo bien, si esos terroristas mantenían a los soldados ocupados, hacían menos inspecciones a civiles y su negocio estaba mas seguro. - ¿Cómo te va? Hace varios días que no nos hemos cruzado. ¿Alguna novedad? -

- Tiradas (1)

Notas de juego

Allí vamos!

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21/01/2023, 19:20
Jhon Walker

Otra mañana más, otro problema y un idiota provocando a los gorilas de F.E.D.R.A. como si la situación no fuera lo suficientemente difícil.

Una cartilla... genial. - digo enarcando una ceja. - ¿No tendrán algo que pueda hacer para ganar algunas cartillas extra? - pregunto mientras observo los vehículos de los militares.

¡Venga putos cabrones que sé que les encanta explotarme! Malditos infelices. - pienso con una sonrisa tan falsa como un billete de tres dólares.

Por favor capitán, necesito ganar por lo menos dos o tres cartillas adicionales para completar el día y desde aquí puedo ver que sus vehículos necesitan afinamiento.

Mientras esperaba la respuesta de los militares di un rápido vistazo a mi alrededor notando la presencia de otros profesionales en la zona, esperando que ellos tuvieran mejor suerte que yo con el capullo que estaba a cargo de mi fila.

- Tiradas (1)
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21/01/2023, 23:02
Vika

No había un día en que no hubiera problemas en la cola. Que si la cantidad de gente, el madrugar para acabar horas allí esperando que te toque el turno, el frío, la sensación de impunidad que tenían nuestros tutores militares y ya si todo lo anterior no restaba tu ánimo, aún podías enfrentarte a la realidad de las raciones escasas e insuficientes para satisfacer la jornada.

Había madrugado como todos los días para comprobar que los supervivientes compartíamos la misma pena, cualquiera diría que los prisioneros eramos nosotros y quienes vivían al otro lado de las murallas, el pueblo libre. Pero la verdad era otra.

Veo caras conocidas - Hey, Barry ¿Qué tal? - lo saludo con una sonrisa en los labios. Me fijo que están cerca tanto Miller como Walker y un poco más allá Young, me detengo en este último. Liam no era mucho de mostrarse en público, sólo por motivos de necesidad o negocio, supuse que más lo segundo. Conociéndole estaría tratando de subvertir el orden establecido mediante documentos falsos para recolectar más comida o captando nuevos clientes, quién sabe.

Barry ha venido con la chupa gastada de siempre. Igual es que le tiene aprecio pero, podía cambiarla, no sé, la apariencia había que cuidarla. En función de la apariencia podían ocurrirte cosas - oye, ¿no has pensado ir de compras últimamente? Boston es una ciudad rica, seguro que en los grandes almacenes hay de tu talla - tan sólo había que ir hasta allí, escoger lo que te gustara y volver con un buen cargamento de ropa - además, podríamos ir al Burguer o al McDonalds... las papas no caducan nunca - habría que ver si había algún resto de comida en las neveras, cosa que dudaba, pero tampoco se podía perder la esperanza - todo eso está ahí fuera esperando que alguien con una cesta pase y lo recoja - y no iban a ser los militares, eso estaba claro.

Hay tensión un poco más adelante, al parecer gente molesta con la escasez de raciones que reciben. Me parece normal. Ahora que, una revuelta no nos interesa a nadie, eso siempre generaba más problemas y no estábamos como para aumentar la peligrosidad allí dentro. Pero ya se sabía que, cuando hay descontento, la gente se reúne para tratar de mejorar, aunque no lo logren, se juntan igual.

Miro a ver si alguno de mis conocidos le sobran las cartillas - vaya, cuanta solidaridad, todos tenemos una... así no llegaremos a ricos - Walker y otros parecían rogar a los militares algún tipo de trabajo o tarea que generase un aumento de las raciones. Pongo el oído, aunque trato de ver más lejos. Quizá alguien haya madrugado pero contempla todo desde alguna ventana o una esquina, quizá está igual de desesperado que el resto pero necesita alguien que haga algo, que vaya a buscar algo. La escasez de alimentos siempre moviliza todo tipo de causas para un mismo fin: la supervivencia. 

Le tocaba el turno a Miller, un auténtico actor cuando le interesaba, parecía hasta uno de ellos. Tan respetuoso y tan falso rogando por un plato más lleno de comida que si se relaja el soldado es capaz de rebanarle el gaznate para luego beber su sangre. En la fila había mucho potencial, una pena que no tuviéramos trabajo, podríamos hacer grandes cosas.

Cuando me toca, enseño la cartilla y recojo mi parte. No hablo, no doy señas de debilidad pero sí me fijo en todo tipo de detalles que arrastran aquellos hombres, tampoco ellos parecen muy contentos con la situación. 

Logra más el zorro callando, que el perro ladrando

- Tiradas (1)
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22/01/2023, 07:49
El Oso

 El Oso sintió como el jefe se asomaba detrás de él. Como una sombra juzgadora que venía a presenciar su derrota más de cerca. Sin embargo Jeff no era una persona que mostraría una faceta furiosa o desacatada en público. Era un hombre que guardaba las apariencias y que se preocupaba por mostrarse galán y tranquilo ante los demás. Por lo que simplemente invitó al Oso a levantarse de la mesa y el Oso acató aquella orden implícita, dedicándole una última mirada a Ted. Aquella derrota le había aguado la noche.

 Se quedó parado a medio metro del jefe, su mirada esquiva. Con los pies fijos pero balanceándose de derecha a izquierda, como si algo le mosqueara más allá del partido. No pudo evitarlo y se lo mencionó a Jeff.

- ¿Quién te dijo de esto? Fue Dave, ¿no? ¿Qué dijo?... me toca los cojones cuando tus hombres me miran tanto, Jeff. Como si fuera un puto desconocido en este lugar...

 El Oso había detectado que le habían chivado. Ya fuera para hacerle quedar mal o para preservar el negocio, eso era lo de menos. Pero que le estuviesen mirando siempre le ponía nervioso.

 El Oso era un sujeto más ermitaño que su jefe. Mientras que Strickland disfruta de ser una figura visible de la organización, Samuel por el otro lado se quedaba encerrado en oficinas o escondites secretos. Manejando el mercado negro desde lo bajo. Por eso cuando subía al exterior y se mostraba en aquellos centros de juego o bares de Jeff, solía provocar cierta confusión entre los hombres de Jeff. Que, evidentemente, no eran sus hombres.

- Solo era un torneo de poker, joder. No le iba a hacer nada, ganara o perdiera...

Notas de juego

 Vamos a explorar la dinámica. Te propongo este primer conflicto.

 Ah, y la conversación con Jeff sería en tono bajo. Casi susurrando. No sea cuestión que nos escuchen los cotillas.

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22/01/2023, 16:54
Ambientación

Uno a uno, los supervivientes de aquella interminable fila de gente, que abarcaba más de tres calles hasta donde los ojos podían alcanzar, fueron avanzando hasta la mesa central recibiendo la mitad de las cartillas de racionamiento que realmente les pertocaban, sin que pudiesen hacer nada por cambiar aquella lamentable situación. Para la inmensa mayoría la cantidad era del todo insuficiente, razón por la que solicitaban del administrador alguna alternativa de trabajo para aumentar aquellos números tan deplorables.

- Algo en lo que pueda ayudar y con lo que ganarse el pan honradamente... - repitió el hombre de FE.D.R.A pensativo, casi en un susurro, con una sonrisa sardónica dibujada en el rostro ante el último comentario de Arthur Miller - ¿Todavía existe tal cosa? 

Tras su mordaz comentario, fijó los ojos hacia los del hombre, dignándose a verlo cara a cara por primera vez desde que empezase a hablar, para terminar carraspeando un par de veces al tiempo que sacaba una libretilla del bolsillo de la camisa - Ejem, supongo que quizá podría ganarse dos cartillas extras por sus servicios a la comunidad, limpiando las pintadas que los sucios Luciérnagas realizaron durante la semana en las paredes y cristales, y desescombrando las calles como aquel par... - señaló a otros dos humildes trabajadores que ya habían empezado las labores, vigilados de cerca por un par de militares. - Y solo para los más intrépidos y valientes - volvió a sonreír divertido con clara intencionalidad de provocarle a él y a los que le seguían - hasta cinco cartillas de racionamiento por llenarse de mierda hasta el cuello limpiando las alcantarillas. ¿Nada mal, no? ¿Os anoto en alguna en particular...?

De así quererlo, Arthur Miller podría anotarse o no a dichos servicios, al igual que el resto de los ciudadanos que formaban en la fila. Al llegar el turno de Jhon Walker, el funcionario simplemente negó con la cabeza ante la propuesta.

- Solo el personal de FE.D.R.A están autorizados para realizar el mantenimiento de los vehículos y el material militar. De desear alistarse, puede cumplimentar la documentación acorde y realizar las pruebas de admisión, yendo a la oficina central... 

 

El sonido chirriante de la doble puerta metálica que permitía el ingreso o salida al exterior de la QZ sorprendió a los transeúntes, captando la atención de las miradas e interrumpiendo temporalmente la entrega de cartillas. Un grupo de cinco personas, quienes probablemente buscaban refugio o asilo dentro de la comunidad de Boston tras largas jornadas en el salvaje exterior, levantaron las manos y obedecieron las instrucciones que les iban llegando desde los altavoces y por parte de los hombres uniformados de FE.D.R.A que les secundaban, algunos de ellos incluso revestidos con trajes protectores para evitar cualquier tipo de contagio.

- Bienvenidos. Esta es la zona de cuarentena de Boston, bajo control marcial de la Agencia Federal de Respuesta a Desastres. - se oía por megafonía una voz neutra y calmada, que trataba de dar la bienvenida a los recién llegados - Por favor, sigan en todo momento las instrucciones del personal médico y acompáñenles a la zona segura. Si van armados, depositen previamente en el contenedor cualquier tipo de arma que lleven consigo o no se les permitirá el ingreso. Ya están a salvo.

Desprovistos de sus armas, lentamente fueron conducidos hasta la centralita de admisión, siéndoles realizadas algunas pruebas y escáneres en el proceso, según mandaba el protocolo. Al parecer, la comunidad de la QZ de Boston iba a aceptar a unos pocos supervivientes más.

Ahora se planteaba una disyuntiva para nuestros supervivientes. ¿Aceptar alguna de las labores de mantenimiento que se ofertaban? ¿Moverse a otra zona o ingresar al mercado negro? ¿Regresar a la seguridad del hogar? Infinitas posibilidades.

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22/01/2023, 18:16
Ambientación

La experiencia que se adquiría con el discurrir de los años, siempre ayudaba a los más atentos y perceptivos a reparar en pequeños detalles que otros pasarían del todo inadvertidos. Para Barry, Vika, Arthur y Liam, a diferencia de muchos supervivientes que les acompañaban en la fila y que observaron el ingreso de aquellos cinco desconocidos, no se les pasó por alto el breve destello de color que arrojaron los escáneres médicos, y como después de estos, aquel quinteto fueron siendo cribados en una u otra dirección.

Dos de los escáneres habían arrojado luz roja en la pantalla, siendo conducidos los dos crédulos inocentes en dirección este, tras unas cortinas de plástico. Podíais augurar que su destino sería cuanto menos incierto.

Los otros tres supervivientes habían mostrado luz verde en el dispositivo, siendo conducidos en dirección oeste, donde tras una larga plática con el personal de FE.D.R.A, supuestamente serían aceptados como nuevos miembros en la comunidad.

 

 

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22/01/2023, 18:41
Ambientación

En el caso de Barry, otro detalle de importancia que no se le pasó por alto fue el observar como entre la multitud habían un par de viandantes que, pese a fingir hacer cola como los demás y tratar de pasar desapercibidos, te dio la impresión que tomaban breves notas en pequeñas cuadernos. Ambos observaban con atención las patrullas de FE.D.R.A., los militares apostados en los vehículos militares y en lo alto de las azoteas, por lo que no era complicado intuir que quizá se tratase de dos Luciérnagas realizando labores de espionaje.

Además, entre la multitud identificaste a Joel Miller, quién curiosamente en ese preciso instante abandonó la fila y se dirigió a uno de los callejones laterales, siguiendo a uno de los soldados de FE.D.R.A. que custodiaban el lugar ¿Algún asunto de contrabando, quizá? Sabías que los negocios eran los negocios, y que en tiempo de necesidad, cualquier cosa era lícita, incluso aunque estuviera en los límites de lo moralmente aceptable.

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22/01/2023, 19:36
Kyle Sanders

- No se cuantas veces habré presenciado ya esta escena desde que llegué a la QZ, pero siempre me genera una sensación extraña... - mencionó Kyle Sanders ante el espectáculo que se había montado con la llegada de aquel quinteto de supervivientes, que supuestamente iban a ingresar a la centralita de admisión - Todavía recuerdo el día que llegué aquí, hará ya unos ocho años, acompañado por mi mujer y otra pareja de Albany que encontramos de camino. Llegar a una zona segura fue como una bendición del cielo, mi esposa y yo no podíamos dejar de llorar y reír aliviados. Pero según me dijeron más tarde, a la pareja de Albany no les permitieron el acceso por sospechar que alguno de los dos podría estar enfermo... Lamenté no volver a ver a ese par, realmente nos salvaron la vida durante el trayecto...

¿Qué habrá sido de ellos? ¿Todavía seguirán por ahí afuera buscando alguna comunidad que si les reciba? Ya ha llovido mucho desde aquello... También desearía volver a reunirme con mi hermana Claire, y eso me recuerda que debo...

Sanders salió de su ensoñación al recordar algo de suma importancia. Buscó con sus ojos a alguien en concreto entre los allí presentes, para terminar susurrándole algo en voz baja a Liam Young. 

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22/01/2023, 19:53
Kyle Sanders

- Señor Young, ¿todavía ofrece sus servicios para conseguir algún pase o acreditación con la que salir de la QZ? Hace ya más de dos meses que no recibo noticias de mi hermana Claire y estoy realmente preocupado por ella... Me temo que voy a tener que salir de este lugar para ir en su búsqueda...

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22/01/2023, 20:51
Mark Dawson

Por su parte, Mark Dawson continuaba frustrado por la disminución de cartillas de racionamiento, no teniendo ganas de permanecer en aquel lugar frente a los soldados de FE.D.R.A ni un segundo más. Comprobó la hora en su reloj, las 07:15, y decidió que lo más prudente era despedirse de todos y regresar a su casa. En esas estaba cuando recordó que Barry MacLeod era el hermano de Michelle, con la que en alguna ocasión había negociado por madera.

- Ey MacLeod, siento interrumpir vuestra conversación - comentó de forma amable, al ver que Barry y Vika mantenían una amena conversación entre sí - Solo quería preguntar antes de irme a casa si ibas a ver a tu hermana pronto, para que le hagas llegar un mensaje. Dile que tengo la madera que me pidió, no se qué de hacer flechas o algo así me dijo, ahora no lo recuerdo bien. - trató de hacer memoria, aunque no recordaba exactamente para que quería aquellos listones finos - Pues eso, que si sigue interesada, son suyos los listones por el precio que acordamos. Solo tiene que pasar por mi casa y recogerlos...

Ya dirigiéndose a todos en general, saludó cordialmente antes de marchar.

- Venga, a cuidarse.

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22/01/2023, 21:50
Ambientación

Era en momentos como aquel, en los que Martha MacLeod dependía enteramente de su pequeña Michelle, cuando más vulnerable y frágil se sentía. Sentada en la silla del comedor, incapaz de levantarse por si misma para ir a ofrecerle ayuda a su hija con el desayuno, permaneció inmóvil observando todo a su alrededor. Aquella casa había sido su hogar desde que llegasen a Boston hacía ya casi veinte años, cuando la pandemia por Cordyceps se extendió por todos y cada uno de los estados de Norte América. Su cruzada desde Providence había sido toda una epopeya, de esas dignas de ser recordadas, lo que le recordó como era natural al que siempre mantendría en su memoria. Su marido Conner MacLeod, al que tristemente ya daba por muerto.

Extendiendo los brazos, alcanzó a rozar con los dedos el extremo de único álbum de fotos familiar que conservaban, y no sin esfuerzo logró acercarlo hacia sí hasta tomarlo entre sus manos. Con solo pasar la tapa y ver la primera de las fotografías, su rostro se iluminó, sonsacándole una sincera sonrisa, y es que no era para menos, Conner estaba especialmente radiante. Exactamente como lo había conocido en su noviazgo, momento en que quedó enteramente prendada de él aunque no lo quisiese admitir de primeras.

La llegada de Michelle con la cacerola del desayuno entre sus manos le recordó muchísimo a Conner, siempre servicial y atento, responsable y diligente. Incluso algunos rasgos faciales de la joven eran casi idénticos a su marido, como esa barbilla sin hoyuelo o la nariz aguileña tan características. No puedo evitar sonreírle.

- Anda ven, siéntate a mi lado cielo. - le expresó con su habitual calidez y ternura, habiendo ya pasado el duro momento de impotencia - Perdóname por haber estado borde contigo, sabes perfectamente que esa no era mi intención - se disculpó con sinceridad, aunque era algo obvio que su pequeña no se lo iba a tener en cuenta - Hacemos una cosa, esperamos quince minutos más a ver si llega tu hermano. Si vemos que se retrasa más allá de eso, primero comemos tú y yo... - y rebajando la voz, casi a un susurro inaudible - ...y después vas a buscarle a ver si todo está bien.

- ¿Te acuerdas de esta foto, mi niña? - le preguntó esbozando una sonrisa enamorada, como si fuese la primera vez que veía aquel rostro tan atractivo  sensual, con el cigarro entre los dedos - Esta foto la hice desde el jardín sin que supiese que estaba espiándole. En cuanto vi a tu padre supe que él y yo estábamos destinados a estar juntos.

- Ese día vino a nuestra casa porque tu abuelo había contratado sus servicios para transportar material médico hacia el hospital. Aún recuerdo como salí a la piscina en traje de baño, con la clara intención de seducirle, jaja. ¡Y vaya que lo conseguí! - rio por primera vez en mucho tiempo, siendo transportada a aquel mágico momento en el que de forma sensual, subió hasta el trampolín de la piscina, estiró los brazos fingiendo estiramientos que para nada era imprescindibles, y como saltó al agua de forma elegante, para de inmediato sentir un calambre y verse imposibilitada para nadar hacia un extremo y salir del agua - ¡Dios mío! ¿Me dio un calambre y casi me ahogo! JAJAJA. Pero espera, que lo peor de todo es que tu padre no sabía nadar por ese entonces, y aún así no se lo pensó dos veces y saltó a por mí. ¡MI HÉROE!

La anécdota la había relatado un sinfín de veces, y obviamente Michelle se sabía la historia de principio a fin, pero aquellos momentos eran los que todavía valía la pena mantener en la memoria. Los que ayudaban en aquel mundo apocalíptico a conservar la esperanza en la humanidad, la fe de que las cosas cambiarían y que lo que se perdió podría ser recuperado.

- No se ni como nos las apañamos los dos para llegar a un extremo, a base de empujarnos, tragar agua e intentando mantenernos a flote. Lo que está claro es que desde ese día, tu padre no dejó de venir a nuestra casa para lo que fuese. Me reconoció que debía realizar una entrega de material médico, cuarenta cajas creo que dijo. ¿Y sabes que hizo? En vez e traerlas todas de una vez, ¡vino expresamente cada día a traer una!

Casi lo despidieron por ello, pero poco o nada le importó aquello con tal de verla y sacarle una sonrisa. 

El timbre de la puerta sonó, lo que hizo que Michelle corriese a abrir, esperando madre e hija la supuesta llegada de Barry. Lo que no esperaron fue que tras el umbral de la puerta, quién apareciese fuese Annika Peterson, gran compañera y amiga de Michelle.

- Por tu rostro apostaría que no es a mí a quién esperabas ver. ¿Me equivoco? - amagó un deje de molestia, aunque claramente estaba fingiendo - Intuyo que no tenéis gran cosa para desayunar, así que he traído esto - y con una sonrisa que irradia cierto orgullo, levantó una bolsa de tela raída en la que asomaba una botella de cristal con leche. En las cocinas de FE.D.R.A habían muchas, así que dudo que vayan a darse cuenta de que ha desaparecido una. ¡Ni se te ocurra abrir la boca! ¡Sabes que estaría sentenciada en menos que caiga un Luciérnaga! y aquella última frase se había ido popularizando, ante el duro correctivo y represión que estaba sufriendo la milicia local. De hecho se rumoreaba que lanzarían un último ataque total, y de salir malparados, dejarían Boston a su suerte.

La voz de Martha se escuchó desde el fondo del comedor.

- Cielo, es la voz de Annika, ¿me equivoco? No os quedéis en la puerta y hazla pasar! - insistió la madre viendo que ambas jóvenes tardaban demasiado en regresar.

- Por cierto, en la puerta de entrada a vuestro piso había atado un pañuelo negro con rayas blancas. Supongo que tendrá algún significado para ti... - le mentó la joven afroamericana, entregándole en mano el viejo pañuelo que no tardaría Michelle en reconocer. Se trataba del pañuelo que Elliot solía usar para darle aviso de que tenía información importante y jugosa que ofrecerle. ...pero no me lo digas, enserio. Esas son tus movidas, yo no quiero saber nada de eso.

 

 

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22/01/2023, 23:01
Ambientación

Todos los reclutas, incluida Sunny, formaron en el campo de instrucción en filas de a ocho y en posición de firmes. El instructor jefe Mike Peterson observaba la escena desde un extremo, sabiendo que mantenerse allí erguidos sin mover ni un mísero músculo era francamente duro para los muchachos, pero aún con todo, se tardó lo suyo antes de avanzar con extrema lentitud y parsimonia, alcanzando finalmente su posición al lado de la instructora Kate Simmons.

- ¡DESCANSEN! - gritó en alta voz, permitiendo que los jóvenes reclutas se acomodasen y bajasen el equipo al suelo. Muy bien, reclutas. Como ya sabréis, hoy vamos a practicar con armas de fuego, y más específicamente, con escopetas M1014. ¿Alguno de ustedes puede darme una descripción detallada de dicha arma?(*) ¿Nadie? No lo dudaba.

Aquí la instructora Simmons, vuestra superior, se encargará de supervisar el ejercicio y explicar el protocolo de acción. No quiero errores, no quiero ver a nadie en mi despacho tras finalizar la clase. ¿HABÉIS ENTENDIDO? ¡NO OS OIGO, JODER! - volvió a insistir, lo cual ya no era si no por molestar - Muy bien, instructora Simmons, proceda.

Mike Peterson se marchó por donde había venido, no sin antes recibir el característico saludo militar por parte de los reclutas. Por todos era sabido que siempre delegaba la instrucción con armas a Kate porque odiaba los estruendosos escopetazos y el cabreo que le generaba ver como fallaban los onjetivos y malgastaban munición tontamente. Para Peterson era una promoción de inútiles, pero así había sido con todas las promociones que había instruido.

- Atención todos. Ya habéis escuchado al instructor jefe Peterson. No se admitirán errores en este ejercicio, por lo que prestad todos mucha atención y no me hagáis repetirme - sentenció con dureza, fijando la vista en todos los aspirantes a soldados, para de inmediato dar inicio a la explicación.

PRIMERO. Todos y cada uno os ajustaréis el chaleco al torso, sin excepciones. Formaréis por parejas y vuestro compañero revisará que las correas están bien atadas. 

SEGUNDO. Os pondréis los protectores auditivos y las gafas de seguridad. Si bien es cierto que la M1014 no es de las más ruidosas, no deseo tener que acompañar a la enfermería a ninguno de ustedes con el tímpano agujereado. ¿Entendido?

TERCERO. Comprobaréis la munición y que el arma está en perfectas condiciones. Sobre la mesa la montaréis y desmontaréis como ya vimos hace un tiempo, siendo cronometrados vuestros tiempos.

CUARTO. Una vez comprobado todo el equipo y el arma, se os cronometrará la carrera hasta la posición marcada, realizaréis dos disparos, y regresaréis nuevamente a la carrera.

CINCO. Sobre la mesa dejaréis el arma descargada, levantando ambas manos cuando hayáis finalizado, dando por concluido el ejercicio. Los peores tiempos darán 20 vueltas al campo al finalizar la práctica.

¿TODO CLARO?

James Cook. el instructor que casi siempre acompañaba a Kate Simmons y de quienes se rumoreaba que estaban en una relación desde hacia semanas, realizó una demostración a todos los reclutas. Sus marcas fueron increíbles, percatándose todos los reclutas que era un imposible siquiera tratar de aproximarse a dichos valores. ¿Lograría Sunny impactar algún blanco o recorrer las distancias en un tiempo "salvable"?

 

- Tiradas (5)

Notas de juego

Bueno, pues vamos a ver como la lía Sunny xDDD

(*) Tirada opcional de INTELIGENCIA a dificultad 12 para saber las especificaciones del arma

Tirada obligatoria de ingeniería/mecánica a dificultad 15 para montar/desmontar el arma dentro del tiempo

Tirada obligatoria de Atletismo a dificultad 12 para llegar a la marca de tiro desde la mesa

Tirada obligatoria de Armas de fuego ligeras a dificultad 12 (1º intento)

Tirada obligatoria de Armas de fuego ligeras a dificultad 12 (2º intento)

Tirada obligatoria de Atletismo a dificultad 12 para regresar a la mesa

Así practicamos las tiradas y nos acostumbramos al sistema :P

Te anoto en la ficha técnica el chaleco antibalas, los protectores auditivos y las gafas de seguridad.

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23/01/2023, 00:10
Ambientación

El jardín posterior de la casa de alquiler de los hermanos Athens comunicaba con una especie de calle que con el tiempo había sido devorada por la vegetación. La mayoría de las casas estaban abandonadas desde hacía tiempo, e incluso desde la ventana del primer piso de la vivienda de enfrente, sobresalía una enorme rama de un sauce, que crecía en el interior.

Cuando se escuchó el sonido sordo y los pasos vivos corriendo en dirección a la puerta principal, Sen fue la primera en tratar de vislumbrar algo en el exterior, no teniendo suerte en identificar nada extraño. Sin embargo, que no viese la posible amenaza no eximía que esta pudiese estar ahí, razón por la cual se armó con un cuchillo de cocina y contuvo el aliento, aguardando a que su hermano percibiese algo entre la espesa vegetación. Ryu se armó con lo primero que encontró a su alcance, en su caso, con una sartén oxidada que de poco le iba a servir una vez diese un golpe y el mango saltase por los aires de lo deteriorado que estaba. Abajo en el taller tenía un enorme machete que bien le podría servir en caso de ataque, aunque por el momento debería conformarse con lo que tenía.

No fue hasta pasados unos largos segundos de máximo tensión, durante los cuales los corazones de ambos estuvieron desbocados hasta el punto de querer salírseles por la boca, que Ryu identificó entre la espesura la silueta de un niño pequeño, con camiseta roja raída y unos pantalones grises hajados. El infante que apenas alcanzaría los 10 añitos finalmente fue reconocido por Sen y Ryu, en cuanto la voz apagada se le escuchó de lejos.

- Por favor, ayuda. (cof, cof) - se escuchó entre sollozos al pequeño Luo, el menor de los dos huérfanos que mendigaban cerca de la casa de los Athems - (Cof, Cof) Wei está muriéndose (Cof, cof). Ayuda... - Y hasta allí llegaron las fuerzas del muchacho, el cual empezó a sentir abruptamente la asfixia en sus pulmones, las marcadas sibilancias y la fuerte opresión en el pecho, que le inhabilitaba para respirar. De no ser atendido de inmediato, Luo moriría allí mismo en pocos minutos. Sen, Ryu... (cof, cof) ayud...

Sen contaba con un maletín médico en su habitación, el cual siempre le acompañaba a todas partes cuando salía de casa. Dentro de este todavía quedaban algunos antiinflamatorios y un último inhalador con albuterol, que podía ser la condición sine qua non salvar al pequeño Luo. ¿Lo lograría? ¿Podría explicar que le había sucedido a su hermanito mayor Wei, que si mal no habían entendido, estaba muriéndose?

 

Notas de juego

Ryu ha logrado identificar, gracias a su tirada exitosa en advertir/notar, que Luo está tendido en el suelo sufriendo un ataque de asma. Al parecer ha llegado a la carrera, aún a costa de su vida, para advertir a Sen y a Ryu que su hermano Wei está muriéndose (aunque de momento no tenéis ni idea de dónde podría encontrarse)

Sen, si quieres salvarle la vida a Luo precisas superar una tirada de Medicina a dificultad 18, recuerda que lanzas dado alto por tu ventaja "especialista en medicina".

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23/01/2023, 00:50
Ambientación

El cabrón de Ted Petrovsky parecía estar disfrutando de la escena entre Jeff y el Oso, riendo descaradamente mientras arastraba hacia sí las balas de grado militar (BGM) que había ganado tras la última mano. Allí habían unas doscientas balas contantes y sonantes, que el tipo no tardó en meter dentro de una bolsa que llevaba consigo, disfrutando de cada tintineo que producían a medida que caían en el interior.

- ¡Oh, si señor! Como me encanta que las cosas salgan bien, jaja. - expresó con orgullo y altanería, dándose el lujo de mirar desafiante y con suficiencia al par de contrabandistas que tenía frente a sí - Mi buen Jeff Strickland, reconozco que tu local es de lo mejorcito de esta ciudad... siempre es un placer enriquecerme a vuestra costa... - continuó regodeándose de su victoria, a sabiendas que varios de los jugadores presentes miraban atónitos su momento triunfal - ...especialmente desplumando a tipos como el Oso, que como su mismo apodo sugiere, al final siempre acaban siendo presas de los cazadores, desollados y secados, y finalmente colgados en la pared por un taxidermista. ¿Conocías la palabreja? Apuesto que no. - y aquello había sonado a amenaza velada, una clara provocación que difícilmente se podía pasar por alto si se pretendía mantener una reputación. ¿A caso no temía salir en una caja del lugar?

- Venga, recoged unas pocas balas... - señaló a algunos de los hombres de Jeff, invitándoles a tomar una propina - que no se diga que Ted Petrovsky, el próximo segundo al mando de la facción de Donovan Peak, no cuida de sus hombres. Pues eso, a más ver...

Se levantó confiado, tomando la bolsa de BGM entre sus dedos, y saludando a modo de despedida, guiñó un ojo a sus benefactores, dispuesto a salir por la puerta grande.  

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23/01/2023, 01:19
Gary Locke

Gary Locke, uno de los hombres más confiables de Jeff Strickland se mantuvo inexpresivo y sin mover ni un músculo ante todas las provocaciones. Solo cuando Ted le dio la espalda avanzando hacia la puerta, dio un paso al frente hasta situarse a la diestra de su jefe, susurrándole unas palabras al oído de forma confidencial, solo siendo escuchados por el Oso, quién estaba al otro lado del capo contrabandista.

- Jefe, ¿Qué quiere que hagamos con él? ¿Le dejamos marchar así sin más? preguntó dubitativo, aguardando órdenes de su superior - Por cierto, me han informado hace unos minutos que esta madrugada algunos hombres de Donovan Peak se han reunido en uno de los almacenes de Robert, en los muelles. Sospecho que nada bueno pueda surgir para nosotros de fraguarse alguna especie de alianza o similar... ¿Será este tipo el cabeza de turco que han enviado para iniciar una guerra de bandas?

A ninguno de los presentes se les pasaba por alto que la actitud de Ted Petrovsky había sido irreverente e incitadora, como si estuviese suplicando a gritos que lo desmembrasen y se lo devolviesen a Donovan Peak a cachitos en madera de pino. ¿Qué le estarían ofreciendo a cambio, que valía más que su propia vida? 

 

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23/01/2023, 01:45
Jhon Walker

Gracias por el ofrecimiento, pero no soy material para el ejército, un humilde mecánico como yo, poco puede aportar a sus filas. - respondo declinando el ofrecimiento de enrolarme.

Dos cartillas extra me bastan, así que, con gusto limpiaré las pintas de esos idiotas, voy a dejar esa pared tan limpia como el día en que fue edificada.

Acto seguido me pongo manos a la obra, intentando mantener un perfil bajo pues, de momento no estaba para follones y prefería que los idiotas de F.E.D.R.A. siguieran ignorantes de mis verdaderas capacidades.

Malditos idiotas, antes que se den cuenta, tendrán un verdadero levantamiento entre manos, y entonces todos terminaran muertos. 

Jajaja, eso sí será un espectáculo y de seguro que más de uno de los presentes nos cagaremos en sus tumbas, pero hasta entonces, mejor mantener la cabeza abajo.

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23/01/2023, 02:29
Sen Athens

Sen vio llegar a su hermano un poco más seria al verlo trastabillar. Sabía bien que esa afección era uno de sus detonantes para su adicción a los analgésicos, por lo que cambió su gesto a uno más serio para decirle – Cuando llegue del hospital, te prepararé algún ungüento. Veré si encuentro algo en el hospital o de camino a casa -  y luego le puso atención a lo que dijo de la moto mientras recibía la botella para darle un generoso trago. Se rio con la broma de Ryu y le respondió – Sabes que nunca bebo en servicio. En este momento, no estoy de servicio – y abrió los brazos en un gesto despreocupado.

Fue entonces que todo aquello ocurrió. Con los sentidos alerta, empezó a buscar de dónde venía ese ruido, pero al escuchar la voz de Luo, se alarmó – Mierda – dijo al escucharlo. Ella no lo veía… ¿Dónde estaba? La voz parecía venir del patio, pero no podía perder tiempo. Al no escucharlo más y percibir el zumbido en su pecho, sus ojos se abrieron como platos.

Con la seriedad que la caracterizaba cuando debía tomarse algo en serio, miró a Ryu – Por favor, tráelo y colócalo en una posición como si estuviera sentado. Trata de calmarlo, yo iré por el botiquín – y sin esperar un segundo más, corrió a su habitación, lugar en el cual mantenía su botiquín. Ella no admitiría nunca que estaba preocupada, pero de seguro su hermano lo sabría al instante.

Una vez lo encontrara, bajaría con el chico y con su hermano para iniciar el tratamiento. Solo esperaba que no fuera necesario algo más extremo con el pequeño.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Wuuu :D. 

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23/01/2023, 10:40
Barry "Fortuna" MacLeod

En ocasiones no terminaba de tener claro hasta dónde llegaba el sentido del humor de Vika, y dónde comenzaba un intento por su parte de devolverme a una vida que me había propuesto dejar atrás. Hablaba de ir de compras, como si acudir al centro comercial supusiera revivir los tiempos en que, siendo un adolescente, aún no había conocido la plaga ni las penurias. Los tiempos en que iba con mis padres al centro comercial, comprábamos ropa, comíamos en una cadena de comida rápida... Era la felicidad, pero entonces no lo sabía. En ocasiones, sentía cierta envidia de Michelle, pues ella no podía recordar aquellos tiempos. Por lo tanto, tampoco los añoraba.

- Para mí con doble de mostaza. -Repliqué con una sonrisa cansada. Al menos, agradecía el intento de Vika por animarme- Me encanta la mostaza, o eso creo recordar. ¿Le pasa algo a mi ropa? Creía que iba a la última moda... -Bromeé mirándome la chupa, que obviamente estaba hecha una mierda tras tantos años con ella. Era de lo poco que conservaba de cuando salía fuera de los muros, una prendas que me había acompañado en momentos muy difíciles. Sin embargo, no quise seguir aquella conversación más allá de las simples chanzas. No tenía ganas de ponerme serio y explicar que no tenía intención de abandonar la zona de cuarentena para jugármela en un centro comercial que seguramente estuviera lleno de infectados, si es que no estaba lleno de hijos de puta que lo hubieran limpiado para ellos.

Llegó mi turno de recoger la cartilla que me correspondía, y pregunté al guardia por un posible curro, hablándole de forma comedida como cabía esperar de los desarrapados que dependíamos de ellos para sobrevivir. Le llamé "jefe", con fingido respeto, y me ofreció dos opciones: pintar paredes y desescombrar, o limpiar alcantarillas. Sonreí sarcásticamente apartando la mirada, consciente de lo desagradable que sería meterse en aquellos conductos llenos de mierda hasta arriba. Pero eran tres cartillas más que con los otros curros, y no debía pensar únicamente en mí mismo. Michelle y yo teníamos una madre de la que cuidar, así que necesitábamos las putas cartillas de racionamiento.

- De acuerdo, jefe, apúnteme al turno de alcantarillado. -Accedí finalmente, guardándome la cartilla que tenía para salir del paso mientras tanto, y aguardando a comprobar que el guardia me anotaba en su libreta antes de apartarme de la fila.

Demasiadas cosas pasaban por allí, y permanecí unos instantes parado en la calle mientras esperaba a que Vika cobrase lo suyo. Mientras tanto, un grupo de recién llegados accedían a la zona de cuarentena, pasando las pruebas delante de todo el mundo. Aquellos cabrones ya no se molestaban ni en hacer ese tipo de cosas en dependencias discretas, sino que lo hacían en la puta calle para que todos lo viéramos, para enviar un mensaje. Y lo que sucedió a continuación era el mensaje más duro posible, porque separaron a esa gente tras las pruebas, por razones que fueron evidentes a mis ojos. Había gente entre ellos que portaba el puto hongo, infectados recientes. Ya estaban muertos, pero no lo sabían. El resto, los que estábamos allí, sí lo sabíamos, así nos lo recordaban.

Otro día en el paraíso...

Mis ojos abandonaron a aquellos pobres desgraciados, pues un movimiento discreto llamó mi atención, fijándome con suspicacia en cómo un par de personas abandonaban la calle por un callejón. Uno de ellos me era conocido, no personalmente pero lo suficiente por su reputación, y podía imaginar qué haría alejándose de la vista con alguien como el otro tipo. Negocios, los negocios extraoficiales eran lo que movía a la sociedad de la zona de cuarentena, la forma de sobrevivir. Yo respetaba eso, aunque el hecho de que hubiera abandonado la fila para cobrar quizás fuera demasiado descarado.

Me fijé en los tejados, donde guardias con fusiles vigilaban la calle, pero no me dio la impresión de que ninguno estuviera mosqueado por aquel movimiento. Entonces me fijé en la propia fila que había abandonado,por si había movimiento de curiosos en ella. No parecía haberlo, pero sí otro tipo de movimientos, unos que no me gustaban. El tipo de gente que estaba ahí haciendo trabajo de vigilancia sólo podía traer problemas, aunque eso no era asunto mío. No quería colaborar con ellos, pero tampoco con los guardias en su contra. Esa era una guerra que no deseaba que me pillase en medio.

En ese momento, se me acercó Mark Dawson interrumpiendo mis pensamientos. No le di demasiada importancia al principio, algo de darle un recado a mi hermana, nada serio hasta que dijo una palabra que me hizo saltar y acercarme bruscamente a él agarrándola del antebrazo con firmeza.

- Cierra la puta boca. -Le advertí acercando mi rostro al suyo. Era mucho más alto que yo, pero eso me importaba poco cuando alguien nos ponía en peligro a mi familia y a mí- ¿Quieres que un guardia oiga hablar de flechas? ¿De armas dentro de la zona de cuarentena? -Le avisé sacudiendo su brazo mientras me apartaba ligeramente, mirando alrededor por si algún guardia se estuviera fijando en nosotros- Se lo diré en cuanto la vea.

Buscando alejarme de aquel tipo lo antes posible, que no se me relacionase con él en exceso, crucé la calle y me situé al borde del callejón por el que había visto desaparecer a aquellos dos. Me apoyé en la pared y fingí no tener nada que hacer, observando alrededor. Esperaría a que aparecieran de nuevo, si es que lo hacían y no se iban por el otro extremo. Si el guardia desaparecía de escena, quizás podría hablar con el otro tipo, presentarme y ofrecerme para algún trabajo que le salga. Por lo que tenía entendido, ese tipo se buscaba la vida dentro de la zona de cuarentena, y tarde o temprano tendría algún encargo en que necesitase un par de brazos extra. Si podía meterme en la lista de candidatos... Un curro era un curro. No podía depender de las cartillas de racionamiento de FEDRA, y jugármelo todo a la carta del Oso había demostrado no ser la mejor de las ideas. Debía mantener la mayor cantidad de opciones abiertas.

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23/01/2023, 17:01
Sunny

Sunny se situó junto a Chad en la fila, cuadrándose lo más erguida posible teniendo en cuenta su físico y el peso del equipo, hasta que el instructor ordenó que descansaran aunque no por ello su nerviosismo menguó.

Alzó la mano cuando preguntaron por la descripción del arma y cruzó los brazos tras su espalda mientras hablaba: —La M1014 es una escopeta semi-automática de calibre 12, también llamada "Benelli M4". Tiene una capacidad de 6 cartuchos en su cargador tubular, o de 4 en la versión civil, con una cadencia aproximada de 125 disparos por minuto. Dispone de un riel para el acoplamiento de accesorios como miras holográficas y de una culata telescópica que permite su adaptabilidad al usuario, y su alcance efectivo es de 40 metros— empezó a decir de memoria, con un ligero temblor en la voz —. Fue desarrollada por Italia e importada a Estados Unidos por Beretta y era la "escopeta de combate de servicio conjunto" utilizada por las Fuerzas Armadas estadounidenses antes de la pandemia. 

Se quedó en silencio, manteniendo la posición y aguardando si la respuesta era correcta, aunque estaba segura de haber estado bastante acertada. Pero Sunny se había equivocado en dos aspectos: en la capacidad del cargador y en el alcance efectivo del arma, siendo siete los cartuchos y cincuenta metros el alcance de la escopeta. Además, había olvidado mencionar las medidas y pesos. Los nervios la habían traicionado y, para cuando se dio cuenta de su error, ya era tarde.

¡S-sí, señor!— exclamó insegura y abochornada cuando Peterson dio paso a la instructora Simmons. La había cagado y aún quedaba la peor parte.

No se admitirán errores en este ejercicio... las palabras de la instructora taladraban su mente mientras escuchaba la explicación del ejercicio. Sunny sintió cómo la ansiedad nublaba su mente, sabiendo que las cosas siempre podían ir a peor.

Menuda mierda... no creo que pueda hacerlo— susurró para sí cuando cogió su chaleco para ponérselo, resignada al fracaso.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Yass, por 1 no me sale bien el "sabelotodismo" xD

(madre mía el desastre inicial)

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23/01/2023, 19:26
Arthur Miller

Limpiar pintadas... un trabajo sencillo y tedioso dos raciones parece acorde. Hasta cinco por abajar a limpiar la mierda de los demás eso si no hay esporas o a saber que más ahí abajo... Me escama ese "hasta cinco" casi tanto como esa sonrisa de mierda.

-Si, aún existe... -Sonrie como si se pensase en recuerdo alegre. -Alcantarilla suena bien, apúnteme ahí.

No añadió mucho más a la conversación y se apartó para que los demás pudieran obtener sus cartillas y buscó algún lugar donde no estorbar mientras le llamaban para empezar el trabajo. En eso se le acerca el señor Young a darle conversación.

-Arthur, -Corrigió- Lo de Señor Miller es para los crios y enseñarles modales y respeto pero me hace sentir mas viejo de lo que soy. Y respondiendo pues algo mejor si, pero me preocupa esa reducción, el hambre no es una buena política para mantener el orden la verdad. Y sentirse estafado por cobrar menos de lo acordado tampoco.

Espero que no, - refiriendose a saltar por los aires- Valoro mucho las escasas comodidades que tenemos aqui, no quisiera perderlas. Me va bien, no tengo mucho que contarte nuevo por desgracia, ojalá poder invitarte a un bagel de beicon y queso con un café en el starbucks pero...  

He visto que vamos a poder hablar bastante en las alcantarillas. 

Guardó un poco de silencio ante la escena de los recién llegados. Era fácil saber que significaba el naranja de los escáneres: infección y un tiro en la nuca. ¿Pero y el rojo? ¿Una nivel mas avanzado? Eso debería ser dos tiros en la nuca pero se los llevan. Sentía curiosidad.