Partida Rol por web

Hace un día precioso en la aldea Kokiri... los rayos del sol se filtran a través de las ramas de los frondosos árboles dando una atmósfera mágica y haciendo brillar el riachuelo que discurre entre las casas...

Los niños Kokiri se dedican a sus cosas: unos vigilan las salidas, otros recolectan las frutas, otros disfrutan pescando...

Farale sale de su casa y busca con la mirada a NYX que esa mañana no ha amanecido a su lado... una cosa un tanto rara ya que nunca se separan...

Mirando a su alrededor, ve como una lucecita azulada se acerca rápidamente a ella... sin duda es su hada...

NYX le dice que el Gran Arbol Deku reclama su presencia...

Me despierto un día más con el sonido del ajetreo diario en el Bosque:
Soldo pesca allá lejos en el lago aunque seguramente volverá a casa con solo un pez y más bien pequeño, como era costumbre. Sido está subido a un árbol cerca de mi puerta vigilando todo desde las alturas como le gusta hacer y como me gusta hacer a mi cuando le ayudo en dicha tarea. Por su parte Lasi cuida de su jardincito con cariño y riega sus flores que están empezando a abrirse...

Todo es como otro día cualquiera salvo por el hecho de que al despertar Nyx no estaba a mi lado, lo cual me extraña sobremanera.
Sin embargo, minutos después de salir de mi casa a la luz del nuevo día veo el azulado rastro que deja mi hada al llegar y posarse en mi hombro derecho.
Agudizo el oído inconscientemente aunque sé que la oiría igualmente si no lo hiciera y me comunica que el Gran Árbol Deku solicita mi presencia así que me pongo en marcha a la vez que le doy el aviso a Sido:
- Eh, Sido, voy a ver al Gran Árbol Deku. Luego me subo un rato contigo. - le digo al niño que está subido al árbol vigilando.

Poco después, haciendo el camino que tantas veces he hecho, me acerco al lugar en el que está el Gran Árbol.

El Gran Árbol Deku está en el centro del pequeño claro, con las ramas dirigidas al sol para captar la energía de éste y recuperar el las fuerzas...

La leyenda dice que el Venerable Árbol Deku, no siempre ha sido el mismo... que hace cientos de años, una maldición lo corrompió por dentro haciendo que sus hojas se secaran y que Él acabase muriendo, pero que el Heroe del Tiempo fue capaz de hacerlo renacer y que ese pequeño árbol de antaño, es el que ahora preside el claro y protege el bosque...

-Aaah... querida Falare... veo que ya estás aquí...

La luz se filtra entre la gran copa del Árbol confiriéndole al claro un aire de irrealidad...

Observo con cariño, como he hecho toda mi vida, al Gran Árbol en toda su extensión y altura cuando llego al lugar en que reposa y vive.
Me saluda con pocas palabras y me acerco batante más a él antes de responder a su llamada:

- Sí, soy yo padre. ¿Necesitabas de mi presencia para algo? - le digo en voz bien alta para que pueda oírme mientras me quedo mirando cómo se filtran los pequeños hilillos de luz entre sus hojas que se ven majestuosas allá en lo alto. Un calorcito encantador me llena el cuerpo cuando esos rayos caen directamente sobre mi piel y sonrío.

El susurro del viento entre las hojas acompaña el breve silencio del Árbol Deku... sus ramas se mueven mecidas por éste, haciéndolas bailar en un compás lento...

-Falare... he notado una perturbación...

Vuelve a guardar silencio... las cosas importantes deben decirse lentamente...

-En el Templo... algo malo ha sucedido... deberías ir a mirar que es...

Espero pacientemente las palabras del sabio Árbol pues ya estoy acostumbrada a su lento habla.
En cambio en esta ocasión al escuchar ya tan solo la primera frase por su parte no puedo hacer otra cosa que abrir mucho los ojos observándole preocupada.

¿Una perturbación? ¿Qué puede significar eso? Lo que es seguro es que el Gran Árbol no se equivoca... su padre ya lo intuyó cientos de años antes y no se equivocaba, pienso recordando la historia del nacimiento del Árbol que yo conozco y que él mismo tantas veces me ha contado.

Cita:

- Sí... sí Padre. Iré a ver qué puede haber ocurrido... No te preocupes. - es lo único que alcanzo a decir con la preocupación en el rostro y la duda de si realmente no ha de preocuparse por nosotros.

Después me pongo de camino al Templo del Bosque asegurándome de que mi tirachinas va conmigo y de que Nyx está de acuerdo con ello... aunque sé que también está preocupada y no es para menos. No la veo con claridad el rostro pero tras tantísimos años juntas más que verla, la siento.

Te adentras en los Bosques Perdidos que parecen tan normales como siempre... pero notas como si algo estuviese perturbando su tranquilidad, como ha dicho el Gran Árbol Deku...

Algo no va bien en el Templo.

Al poco de entrar en los Bosques Perdidos por petición del Gran Árbol noto una sensación extraña y me detengo. Diferente al resto de ocasiones que he hecho el mismo recorrido y un escalofrío que me recorre la espalda desde la nuca hasta la cintura me hace sentir mal... Miro a Nyx sin ocultar mi preoupación y mis sensaciones aunque es más que probable que ella misma también esté sintiendo que, efectivamente, algo no va bien.

Espero a que mi hada de el consentimiento de seguir adelante antes de volver a andar más adentro.

Falare está a punto de llegar al Templo del Bosque por el camino secreto que solo los protectores de éste saben. Desde allí ya se puede oír como algo no anda bien... gritos de criaturas malvadas resuenan en el aire...

Al llegar al lateral del Templo, se puede ver en la balconada como un grupo de hylians están siendo rodeados por esas criaturas malvadas...

Sin pensarlo ni un momento, Falare los llama para que la sigan.

-Rápido! Por aquí!

Los chicos la siguen sin pensárselo mucho....

Se adentran un poco en el camino secreto... los seres del mal no les seguirán allí.

Aún respirando agitadamente tras la carrerita para huir de aquellos seres malvados que estaban acorralando a un grupo de muchachos hylians, los cuales no dudan demasiado antes de seguirme por el camino secreto que lleva al Templo del Bosque.
¿Estáis bien? - pregunto dirigiéndome al grupo con aire preocupado.- Me... mi nombre es Falare, soy la protectora de este Templo.

Tras mirarles me doy cuenta de que la mayoría de los muchachos y muchachas me miran algo asombrados ahora que ha pasado el susto. Es lógico, supongo, los kokiris no somos fáciles de ver...

Caminaba tras la fila, con la cabeza ladeada hacia atrás contemplando el lugar donde había tenido lugar el asalto de los Bulbins y el desafortunado incidente de Lager. Pero pronto su atención volvió de nuevo al frente de la fila, a la muchacha que encabezaba la marcha, guiándolos lejos del peligro. ¿Una Kokiri?, no tenía ni idea de que los hubiese en aquél bosque. Aunque también es cierto que tampoco sabía nada de los Bulbins, ¿acaso planeaban una invasión...?

El muchacho permaneció en silencio, limitándose a seguir los pasos de los demás.

<<Joder>> El rostro del chico se había visto completamente desfigurado en una mueca asustada cuando tras la alegría de haber abatido al enemigo que tenía frente a él había visto como todos aquellos bichejos se habrían paso por la boca del tunel debajo de ellos jadeando y murmurando entre sí. <<¡¿Qué se supone qué....?!>> Sus pensamientos se ven interrumpidos por la aparición de una cría de manera que ni siquiera tuvo tiempo de comentarle nada a sus compañeros.

Salieron corriendo detrás del personajillo para salir de nuevo al bosque, se quedó mirando a la niña embelesado por su extrañeza, normalmente le llamaban la atención las cosas raras como aquella así que no pudo hacer otra cosa que alargar la mano y rozar la punta de las orejas de la muchacha para dar un salto atrás sorprendido.

-Chi... ¡Chicos!- Dice mirándola con los ojos muy abiertos-¡Es de verdad!

Kara sigue corriendo a los demás hasta llegar a un pequeño pasaje escondido a la vista de aquellos que no saben donde está... después de correr un poco más, para un poco y se da cuenta de que su salvadora es una niña.

-Es... es... es una monada!!!

Y después ve a algo brillante revoloteando por la cabeza de Farale.

-Y esa cosa brillante también! Quiero una!!!

-¡Khuuu, khuu, khukhukhu...!

Tras el grupo Kururu miraba con una sonrisa torcida a la pequeña figura alada que revoloteaba en torno a la Kokiri, con la cabeza inclinada ligeramente. Su mano se frotaba el labio inferior, en actitud pensativa.

-Que cosa tan curiosa tienes ahí... ¿qué es?-preguntó con voz susurrante a la muchacha-dime una cosa, tú no eres de la aldea, ¿verdad?, ¿vives en el bosque?, ¿qué edad tienes?, ¿y tus padres?, ¿eres una niña eterna?, ¡khuuukhukhukhuhku...!

Abro los ojos de par en par al escuchar las reacciones de los jóvenes, sé que son hylians pues sus orejas puntiagudas (como las mías) los delatan.
Son guapos... y más mayores que yo... aunque seguramente solo en apriencia por lo visto, pienso mirándolos de uno en uno a la par que hablan.

Cita:

- ¡Eh! ¡Sí, soy de verdad! - exclamo algo nerviosa. ¿Acaso parezco un espejismo tal vez?

Reculo hacia atrás ligeramente al sentirme de pronto abrumada ante tal reacción de aquellos a quienes acabo de salvar el pellejo.
Noto que Nyx revolotea nerviosa a mi alrededor, supongo que se habrá llevado un susto al ver a aquellos monstruos que iban a atacar al grupo, y no es para menos en verdad.

Cita:

Cita:

- Esta cosa brillante es un hada. Es MI hada. - digo un poco tajante ante las palabras de la muchacha rubia.- Me acompaña desde que nací, solo los kokiris tenemos hadas protectoras...

Miro seguidamente al último chico que ha hablado haciéndome un sinfín de preguntas e intento responder a lo obvio:
- Soy... soy una kokiri. ¿Niña eterna? ¿Así se nos conoce? - pregunto sorprendida ante semejante descripción de los míos y de mí misma. No me gusta demasiado, no me considero ya tan niña.- Vivo aquí en el Bosque y no tengo más padre que el Gran Árbol. ¿Mi edad? Bueno... ustedes dirán qué edad creen que tengo...

De modo que sí se trataba de una Kokiri. Jamás antes había topado con uno de los duyos, aunque no era de extrañar dado que nunca antes se había internado tanto en el bosque. Lo único que sabía sobre ellos era gracias a algún que otro manuscrito que había leído tiempo atrás en sus viajes al exterior junto a sus padres o, más comunmente, por los rumores e historias que circulaban en la aldea.

Y esa pequeña hada... que cosa tan curiosa, ¿había dicho que cada uno de ellos tenía su propia hada?, ¿para qué?, ¿de qué les servían...? Aquello podría tratarse de una gran oportunidad en el mundo mercantil. Si diesen con esas hadas y las comercializasen...

-¡khuuuu, khu, khu, khu, khu!

Kara escucha atentamente la explicación mientras avanzan por ese camino resguardado de miradas indiscretas... se respira paz en ese sitio. Se acerca a Kururu y sonríe..

-Creía que dijiste que no vendrías con nosotros... por que cambiaste de opinión?