Partida Rol por web

La muchacha lo pilla desprevenido, no esperaba que fuese a acercársele. Siguió caminando junto a ella, con la mirada clavada en el suelo.

-Mi madre... me enviaron a recojer algunas frutas...-respondió monótono-escuché unos ruidos y me acerqué a investigar...

Kururu desvió la mirada hacia la muchacha que encabezaba el grupo, fijandose de nuevo en el "hada" que la acompañaba. Sus ojos permanecieron fijos en la criaturita voladora, aunque su atención seguía con Kara.

-Deberíais ser más cuidadosos... ¡Khu, khu!

Se pone delante de él para evitar que mire a la hada y siga mirándola a ella... Kara lo mira enfadada...

-Me estás mintiendo Kururu... dijiste que no podías venir con nosotros por que tus padres no estaban y tenías que ocuparte de la tienda...

Le da la espalda y se va corriendo para ponerse a hablar con los demás...

-Falare... a dónde nos llevas? - vuelve a sonreír.

Por un breve instante sus ojos se cruzaron con los de la muchacha. Acto seguido inclinó la cabeza, con la vista perdida en sus pies.

-¡Khuuuu, khu, khu, khu, khu...!-rió cubriendo su boca con una mano lánguida.

Kururu mantuvo el paso, dejando que la muchacha se adelantase a la cabeza del grupo. Permaneció detrás de la fila, con la cabeza medio ladeada y la vista perdida en el infinito.

-¡Ché...!-refunfuñó desdeñoso.

No comprendo lo que hablan la chica bonita rubia y uno de los muchachos pero yo miro a la escena con curiosidad desde mi posición, ahora detenida en medio del camino que lleva al Templo del Bosque.
Tras cruzar algunas palabras y mostrarse enfadada, la chica rubia cambia la expresión de la cara y se acerca a donde estoy yo para preguntarme a dónde les llevaba... En realidad solo les había querido alejar del peligro de aquellos monstruos. Nunca me había visto en tal conjetura pero no estaba del todo segura de que unos hylians pudieran entrar en el Templo. Era un lugar sagrado para nosotros, los kokiris... aunque bien mirado, si realmente había algo malo en el interior del mismo sería mejor estar acompañada...

Miro un momento a Nyx antes de responder sonriente:
- Yo... yo me dirigía al Templo del Bosque por orden de mi padre. Algo no va bien del todo allí, por lo visto... Por cierto, ¿cómo te llamas? - digo mirando a la chica rubia que parecía llevar más la voz cantante de aquel grupo.

El muchacho suspira iba caminando detrás del grupo despistado con las manos colocadas detrás de la cabeza y sin decir ninguna palabra ya que estaba más perdido que una sardina en la copa de un arbol, o al menos así se sentía, miraba al cielo sin prestar demasiada atención al grupo por lo que no se dió cuenta cuando éste se detuvo y continuó caminando por el borde del sendero hasta pasar por el lado de la chica que los había salvado.

Le dolía la espalda del garrotazo y tenía moratones y rasguños por todas partes <<Menuda mierda, a ver quien dice ahora en el pueblo que un montón de tíos feos se esconden en el bosque y que se habían cargado a Lager, los iban a estrangular los viejos>> Pensaba el chico cuando pasa junto a la otra sin percatarse de la pequeñaja que los había salvado hasta que se da cuenta de que había dejado de ver el bichejo que la cría llevaba revoloteando alrededor de su cabeza, momento en el cual se vuelve para observar atrás y ver que el grupo se había detenido mientras la que se había autollamado "Korori" permanecía mirando a los otros dos que parecían discutir sobre algún tema.

-

¿Eh? ¿Qué hacéis ahí parados?

-Pregunta ladeando la cabeza.

Linnet tiene el rostro ensombrecido, algo decaido. Lager habia caido ante los monstruos y, aunque habia acabado con ellos, era un final triste. Quizas por esto, no le presta mucha atencion a la situacion, o a quien les acaba de presentar. ¿Una Kokiri? En situacion normal, estaria sorprendida pero... la verdad tras el combate (y recibir los palos que han recibido), pues animicamente no estaba en su mejor momento. Pero lo cortse no quita lo valiente, y ella intenta ser bastante educada, aunque los otros Hylurians hubieran tomado la iniciativa:

-Me llamo Linnet... auch... aun me duele el cuerpo por los golpes de esos brutos..pobre Lagger...

Ups, eso último quizas no lo deberia haber dicho pero se le habia escapado.Estaba algo triste, no es que le quisiera hacer un feo a su anfitriona, o que la quisiera desdeñar pero.. ¿no era un poco una frivolidad el hacer como sino hubeira pasado nada? Le asombraba (en el mall sentido de la palabra) que los alli presentes dijeran nada... o quizas todo habia ido demasiado rapido...

Nyx llama la atención de Falare y le susurra al oído que el Gran Árbol Deku quiere ver a los chicos que ha salvado... En cientos de años, eso solo ha ocurrido una vez y fue cuando el Heroe del Tiempo vivía como un Kokiri bajo la protección del Gran Árbol.

Ante las palabras de la otra muchacha rubia me percato de que algunos de ellos están heridos, pero en el momento en que estoy a punto de dedicar algo de tiempo a intentar hacerles los primeros auxilios a los que tienen heridas de peor aspecto Nyx se acerca a mi oíd y me dice.
Como no estoy segura de que los oídos hylians puedan percibir el sonido de la voz de un ser tan pequeño, me limito a comunicárselo yo misma:
- Emmm... Bueno, sé que no nos conocemos... y no tengo ni la más remota idea de si conoceréis al Gran Árbol Deku, padre de nosotros los kokiris, pero mi hada acaba de informarme de que mi padre quiere veros, y eso es un grandísimo honor. - digo sonriendo ante tal perspectiva. Sólamente el Héroe del Tiempo, que se creía que era un Kokiri, ha tenido esa suerte en cientos de años.
¿Qué tendrán de especial este grupo de muchachos? pienso para mis adentros.
- Si me hacéis el favor... Le pediré que os sane las heridas al llegar frente a él. - digo empezando a andar con intención de que me sigan.

Kururu se giró levemente hacia Linnet cuando mencionó al recientemente difunto Lager. En su boca exhibía su sonrisa torcida en una mueca que parecía de desagrado o, tal vez, desconcierto...

Pero la sonrisa cínica no tardó a regresar, cuando la Kokiri mencionó aquel "grandiosísimo honor".

-¿El árbol Deku?, nunca he oído hablar de él... ¡khuuuu, khu, khu, khu, khu, khu!

El chico se cubrió la boca, repleta de los blancos dientes al descubierto, al tiempo que reía.

Linnet agradece las palabras de Falare, un buen reconstituyente seria lo suyo. Su ofrecimiento hace que esboce una pequeña sonrisa de agradecimiento y haga un esfuerzo para apartar de su atribulada mente lo que ha pasado hace poco rato. A ella le gustaba leer, pero de los kokiris sabia mas bien poco y menos quien era ese arbol Deiku... pronto lo averiguarian:

-Pues... gracias, aunque solo son magulladuras son molestas.. yo te seguire, Falare, es mas seguro que estarse quieto o cerca de donde rondan los monstruos...

Tiene que coger algo de confianza, ella lo era bastante, aunque solia confiar mas en ella misma que en los otros per se. La aldea seria mas solitaria sin Lager pues eran muy pocos y solo la falta de una persona se notaba mucho...pero habia cosas que la hyrulian no podia evitar, como por ejemplo, preguntar mucho y ser curiosa:

-Falare, hablanos un poco mas de lo kokiri y de vuestro padre... el arbol...¿Deku? Seguro que vosotros sabeis muchas cosas de nosotros y nosotros de vosotros poco...

Falare comienza a guiar a los amigos por los caminos trazados en el bosque cual laberinto y que solo ella sabe como desentrañar... hay árboles a un lado y a otro y se escucha una músiquita a veces débil a veces más fuerte...

El bosque parece bastante animado.

Se queda un poco pensativa... Le sonaba el nombre de Árbol Deku...

-mmm... es el gran árbol protector del bosque? No era también el guardián de una de las llaves que abría el reino de los dioses¿?*

-¿Uh?

Kururu se giró sorprendido hacia la muchacha.

-Vaya, ¿cómo sabes tú algo así?, ¡khu, khu!

Aquello era una sorpresa. No tenía a Kara por una muchacha tan entendida en aquellas cosas... en realidad no la tenía por una chica tan entendida en nada fuera de la aldea y, por supuesto, a ninguno de los que allí vivían. Su aldea estaba llena de ignorantes pueblerinos que no tenían conocimiento alguno fuera de los límites de su hogar.

Kururu se cubrió la boca con una mano al tiempo que reía nuevamente entre dientes, con su habitual sonrisa retorcida.

-¡Khuuuuu, khu, khu, khu...!

Deku? Reino de las llaves? Vaya... Kara sabia muchas cosas interesantes, quizas debiera hablar con ella mas tarde, por curiosidad y como seimpre estaba Kururu molestando. Esa era una muy buena palabra para definirle... "molesto". Siempre intentaba regatearle los precios... si fuera por el, no pagaria nada a nadie. Asi que, aparte de "molesto" era "tacaño" (y eso era muy suave y muy educado por su parte). Aun asi, esperaria la respuesta de Falare y luego veria que decir o hacer...

Mira mal a Kururu y se piensa un momento si responderle o no, pero ella es buena persona y aunque esté enfadada con él no puede evitar responder.

-Llegué a Ordon con 6 años... antes de vivir en la aldea vivía en la capital y en la escuela nos enseñaban muchas cosas... mitos, leyendas e historia eran cosas que aprendíamos allí...

Esa es otra muestra de que él solo se preocupa de sí mismo y que pasa de todos los que le rodean...

A la vez que echaba a caminar de nuevo me dediqué a mantenerme cerca de la muchacha que se había interesado en saber algo más de mi raza y mi padre para ir contándole algunas pocas cositas por el camino, que me sabía de memoria por suerte para todos.
Aquel bosque era un complicado laberinto en que mucha gente se había perdido montones de veces, y no era de extrañar. Percatándome de que algunos de los muchachos se quedaban algo atrás hablando de leyendas, alcé la voz todo lo que pude para dar un aviso:
- ¡Este lugar es un laberinto! Os sugiero que no perdáis de vista ninguno al resto y en especial a mi u os perderéis sin remedio y... dudo que si eso sucede, podáis salir vivos de este sitio. - digo seria deteniéndome y mirando hacia atrás, asegurándome de que todos me han oído y entendido.

Una vez hecho esto, me giro y sigo caminando, a paso ligero pero sin correr, mientras hablo con la chica llamada Linnet:
- Los kokiris... siempre hemos vivido aquí en el Bosque, protegidos por el Gran Árbol, aunque no siempre ha sido el mismo árbol. Hace muchos años un poder maligno se apoderó del anterior Gran Árbol y el héroe del tiempo logró hacer crecer otro nuevo, que es mi padre. Nuestra vida es sencilla, no salimos de nuestro hogar y gracias a ello no solemos tener problemas, pero tampoco podemos salir de aquí. Somos niños, niños eternos aunque tengamos más edad y conocimientos que cualquier hylian de vuestras ciudades.

Sobre los hylians no sé demasiado, solamente lo que Padre me ha contado con los años y alguno que otro que he podido ver perdido por aquí donde estamos ahora. Supongo que al fin y al cabo sois igual que nosotros salvo por el hecho de que vuestro crecimiento no se ve estancado ni afectado.

No se estaba enterando de nada, no era tan inteligente como para entender a que se refería con arbol yo no se que... y con toda aquella historia de los korori así que se limita a asentir como si fuese inteligente y entendiera del tema aún a saber que lo único que había entendido era que aquél lugar era un laberinto así que fijó los ojos en la pequeñaja que les había sacado del hervidero de tíos feos dispuesto a no perderla de vista en todo el camino y si la perdía pensar en como en contrarla.

Suspira sin decir nada más para mantener colocadas las manos tras la cabeza aún dando vueltas a lo que había ocurrido en el otro lugar y a la razón del porqué aquellos tipos atacaban su casa, o se acercaban cuando menos tanto a ella, quien sabía cuál era su extraño objetivo, lo que si tenía claro una cosa, no eran buenos, nada buenos.

Reinició la marcha tras el grupo, procurando mantener  una distancia constante para no terminar cumpliendo el mal augurio de la Kokiri. Aquello se estaba poniendo cada vez más interesante, tal vez allí, en el corazón del mundo de los niños eternos, dieran con alguna clase de tesoro o maravilla... si las leyendas e historias eran ciertas, puede que con el tal Deku descubriesen alguna que otra riqueza.

-No quisiera alarmaros... -dijo con un tono de absoluta falsa preocupación-pero cabe la posibilidad de que esas criaturas de antes ataquen nuestra aldea y si nadie va a advertirles es muy posible que terminen reduciéndola a cenizas... ¡Khu, khu, khu, khu!

A Kururu le importaba un pimiento moron la aldea, Lager o quien fuera (siempre que no fuera el mismo). Entendia que Kara le mirara mal, que le lanzara una mirada fulminante... el hylian siempre metia cizaña, para el los aldeanos eran una mera forma de conseguir dinero... Linnet solo se limitaba a ignorar (solo a veces, aquella risita la ponia nerviosa) peor ¿como se podia ser tan insensible?y lo peor ¿como se podia ser tan cínico? Todos eran conscientes que la aldea corria peligro pero se ocuparian de ello, de dar aviso despues de hablar con el Arbol Deku (pudiera como pudiera hablar un arbol):

-Entonces si que es un gran honor que nos guies hasta el Arbol Deku... pero es que bueno, me cuesta imaginarme un arbol con cara y boca que habla...esto, bueno quiero decir que como va hablar sino tiene boca... porque si os cuenta cosas tiene que hablar, de una manera o otra...

Agradecia la deferencia, atencion y paciencia de Falare, era como minimo, reconfortante, casi mejor actitud que cierto Hyrulian masculino que empezaba su nombre por K.... Aunque ahora se habia hablado, pues quizas se hubiera dejado llevar un poco por la imaginacion o prejuicios...esperaba que Falare no se lo tomara a mal, pero penso en el mote, niños eternos, eterna juventud...vaya aquello si que debia ser genial, vivir por siempre, otra cosa es que no pensara en la parte mala, vivir en el mismo sitio por mucho tiempo.

Después de haber pasado lo que parece un largo tiempo caminando por el bosque laberíntico salís a un saliente en la pared y al acercaros al borde podéis apreciar un pequeño pueblecito parecido a Ordon, hecho en su totalidad de madera y con un lago y un riachuelo parecidos a los que hay en la aldea Hylian. Si no fuera por que está situada en un sitio mas cerrado, parecería una copia de la aldea.

En la aldea Kokiri se pueden ver niños correteando por ahí y atendiendo sus tiendas parecidas a las de Kururu.