Partida Rol por web

El suelo fangoso era ahora el terreno a pisar y el único obstáculo aparente para llegar hasta Baba Yaga. La niebla comenzaba a hacerse más densa por momentos; normalmente su espesura era la normal en aquel clima pero desde que la oscuridad parecía haber vuelto a emerger de la tierra todo lo sobrenatural ahora tenía más poder.

Era fácil tener el vello erizado según se iba dejando atrás la balsa que os había permitido llegar hasta aquí, os sentíais continuamente observados ¿eran las criaturas que os estaban acechando?¿era quizás la propia Baba Yaga que sabía de antemano vuestra llegada?¿o es quizás algo peor?

Los mosquitos comenzaban a cebarse con vuestras perfectas pieles mientras su zumbido casi no dejaba escuchar con atención el entorno. Estabais tan concentrados en vuestro alrededor que casi habíais perdido la noción del tiempo ¿o era quizás un efecto adicional de la niebla?

Cualquiera que fuese vuestro pensamiento, nada ni nadie podría evitar que siguierais adelante. La choza de la bruja no debería estar demasiado lejos, lo sentíais hasta en los huesos...

Habían dejado la barca en tierra, lejos de la orilla para evitar que la subida de la marea se lo llevara. Esta vez se mantuvo muy cerca de Link, manteniendo una mano en su hombro mientras avanzaban por el oscuro lugar. Desde el momento que atravesaron la niebla, comenzó a sentir sus sentidos algo aletargados, notando muy pronto que no era capaz de discernir el paso del tiempo en aquel lugar. Cada sonido extraño la hacía levantar la cabeza y mirar en alguna dirección, sin poder ver nada allí. La sensación del suelo inestable en sus pies le desagradaba, y su mano comenzó a apretar con fuerza el hombro de su esposo. ¿Cómo sabrían donde encontrar a la bruja? El temor de quedarse atrapados en ese lugar sin poder regresar jamás comenzó a crecer en su pecho.

De pronto, una idea. -Detente un momento.- Pidió a Link en un susurro, y buscó el pequeño cofre que les había entregado la campesina, sacando la lámpara y sosteniéndola en alto con su mano libre. Tal vez con un poco de luz lograrían espantar esa incertidumbre que causaba la neblina.

Al llegar a la costa, dejaron su balsa en tierra para evitar inconvenientes, al volver la mirada observo aquel pantano que tanto los había esperado. Mientras caminaba se quedo cerca de zelda, en un principio sintió que no era  un lugar en el que no hubiese estado, sin embargo mientras más se adentraban, comenzó a percibir una sensación extraña, le recordaba aquellos lugares donde por más que caminaba no llegaba a ningún lado, ya fuera por una maldición que se había hecho por los guardianes del bosque, por una maldición, o simplemente quien supiera el camino sería quien no se perdiera, sea cual fuera la razón no podía estar tranquilo.

De repente zelda le pide que se detenga - ¿que ocurre? - le responde mientras observa como saca aquella linterna mágica - buena idea, quizá su flama mágica nos ilumine - cualquier cosa que los ayudara era bien recibida. 

Zelda, sin dudarlo, cogió el pequeño cofre para sacar a la luz una vela con la esperanza de que pudiese iluminar vuestro camino.

Continuasteis avanzando lentamente debido a que era muy fácil perderse, por fortuna encontrasteis la pista de que no estabais dando pasos de ciego o peor aún, ¡caminando en círculos!

Se trataba de una charca, bastante amplia como para ser rodeada. Parecía que teníais que atravesarla con mucho cuidado ya que, si pisabais con demasiada fuerza o brusquedad os podría tragar cual arena movediza...

Encontrar a Baba Yaga era algo que estaba costando más de lo pensado, pero el sacrificio era necesario.

La linterna iluminó un poco el camino, por un momento los insectos revoloteando lo habían distraido mucho, en verdad que hacía tiempo que no estaba directamente en un lugar así, sin embargo no era demasiado tiempo como para atrofiar sus sentido de orientación, al darse cuenta que el camino era solo amplio, se sintió más confiado y tomo a zelda de su mano - ten cuidado, no es muy difícil cuando le tomas el truco, pero eso no quiere decir que no sea peligroso - con facilidad comenzo a desplazarse sobre el pegajoso terreno, no era suficiente para deterner su determinación.

Se sintió aliviada al darse cuenta que no estaban precisamente perdidos, aún cuando era difícil distinguir un árbol de otro. Cuando comenzaron a rodear la charca, la reina sintió sus pies resbalar sin remedio, a pesar que intentaba apoyar los pies en donde Link los iba poniendo. Tomó su mano, mirándolo un momento para asegurarle que estaba bien con media sonrisa, antes de volver a fijarse en donde iba pisando...

Fue un momento de descuido, pero no hizo falta más. Había intentado mantenerse atenta a donde pisaba, una mano sostenida a la de Link y la otra llevando la lámpara. El mismo nerviosismo que le causaba aquel lugar, que parecía llenarla de desesperanza incluso cuando la luz y el deseo de ver a Tetra de nuevo brillaban en su corazón, la hizo distraerse un momento, soltando la mano de su esposo para sostener la lámpara com ambas manos y mirar hacia atrás, queriendo estar segura que nada los seguía. Fue sólo un instante, un segundo. Y su pie resbaló de la raíz.

-¡Link!- Logró decir, al sentir como las aguas apresaban sus piernas y comenzaban a tirar de ella, queriendo llevarla al fondo de un abismo del cual no podría regresar. Sabía que mientras más se moviera, más rápido sería consumida por el mismo pantano al que había comenzado a temer, pero necesitaba alcanzar algo, necesitaba salir de allí. El agua llegó a su pecho, y pronto hasta su cuello; la reina cerró los ojos temiendo que ese fuera el final...

Tras un rato sus pies se acostumbraron al terreno, el olor húmedo era incómodo, pero fue solo un segundo que la mano de zelda se solto y aunque le parecio por un momento que no habría problema, recordo que ella nunca había estado en un lugar así, al escuchar que lo llamaba su esposa volteo y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba con agua hasta el cuello - ¡Zelda! - sin dudarlo se abalanzó sobre ella con su fuerza, la tomo del cuerpo y comenzó a sacarla lentamente  ya que debía de hacerlo con cuidado si no quería hundirse.

Al sacarla, le retiro le retiro el fango del rostro - ¿te encuentras bien? Ten cuidado por donde pisas, puede ser un poco engañoso al principio, por favor no te separes de mí - por un momento link sintió un gran temor, el de perder a su esposa en un descuido era algo que lo hizo sudar frío, no queria perder a su esposa e hija, la abrazo durante un momento y luego prosiguió agarrando fuertemente su mano mientras se dirigían al final del camino, y esta vez no la soltaría por nada del mundo. 

Tras un duro esfuerzo y con el sentimiento de que vuestra vida había estado en juego en más de una ocasión, lograsteis atravesar con éxito aquella charca cuya fuerza de succión la había convertido en una trampa admirable contra los intrusos.

Necesitasteis tomaros un pequeño respiro de unos cuantos segundos puesto que atravesar aquella distancia era tan forzoso como haber recorrido kilómetros de llanura.

Tras el tiempo necesario tan solo quedaba una opción: seguir avanzando.

La niebla ahora parecía ser menos densa ¡aquello era muy buena señal! pero todo cambió cuando un escalofrío recorrió vuestra espalda, la imagen de vuestro objetivo estaba a la vista y los próximos minutos iban a ser cruciales.

El momento había llegado.

Los reyes de Hyrule ascendieron por la escalera para llegar a la choza. Sabían que Baba Yaga estaría ahí y cada segundo perdido dudando podría significar poner en peligro a su hija.

Tan solo costó un pequeño esfuerzo el llegar hasta arriba, la entrada a la cabaña estaba cubierta por unas viejas telas que casi olían a muerte. Realmente el lugar era desagradable en todos los sentidos pero... ¿qué más daba si servía para obtener respuestas?

Tras retirar el velo de la entrada pudisteis ganar acceso a la sala principal de aquel hogar siniestro. Todo estaba repleto de calaveras de animales, velas a medio quemar y muchos artefactos que parecían ser mágicos ¿incluirá alguno maldito?

Lo sorprendente fue como tras escuchar un pequeño susurro del viento, toda iluminación existente se disipó... fue así cuando aquella a quien habíais venido a buscar reveló su apariencia..

- Os estaba esperando... oh jóvenes reyes de Hyrule - comentó la anciana bruja mientras se movía escurridiza entre las sombras. De repente notasteis que tras ustedes se materializaron dos asientos que podíais usar para descansar un poco vuestras doloridas espaldas.

- Sé perfectamente para qué habéis venido... y lo mejor es que también sé que podré ayudaros... ¿no es maravilloso? - sonrió de manera siniestra. ¿Qué edad podría tener aquella mujer?¿un siglo?

- Dos grandes tesoros están perdidos... los dos igual de importantes son... uno para el pueblo y otro para el corazón... -

Se había refugiado unos momentos en los brazos de Link, recuperándose del terror a la muerte que por un momento le pareció cercana. Sin embargo se sobrepuso a ello, y siguiendo las indicaciones de su esposo continuó avanzando a su lado, pisando donde él pisara, hasta que por fin cruzaron aquella trampa mortal. Aún así no soltó la mano del héroe de Hyrule, sino que se sostuvo aún con fuerza a él, mientras se acercaban a la cabaña de lúgubre aspecto que había aparecido ante ellos.

Entrar en aquel lugar le causaba escalofríos, las telas y las sombras parecían esconder seres malignos que intentarían dañarlos si se descuidaban. Zelda se mantenía cerca de Link en todo momento, temiendo que intentaran separarlos. Fue entonces cuando la voz de la anciana bruja llegó a ellos. Sintió la silla a su espalda, y aunque dudó inicialmente, terminó por tomar asiento allí. Sabía que no podían descuidarse, que la mujer frente a ellos no era buena ni bondadosa, aunque si útil en ese momento de desesperación. -Si sabe donde está, por favor díganos como llegar a ellos.- Pidió la Reina, intentando que el nerviosismo y la pena no le hicieran quebrar su solemnidad.

El camino había sido largo, pero finalmente se encontraban ante la misteriosa choza, sus pies se habían llegado de agua y fango, su ropa escurría, con cuidado mayor sostuvo la mano de zelda con fuerza pars evitar cualquier otro problema - a partir de aquí las cosas pueden ser impredecibles, debemos cuidarnos entre nosotros - la miro a los ojos y subió por las escaleras.

Una vez adentro, una sensación extraña recorrió su cuerpo, era como estar en un viejo calabozo, el aire aunque era menos húmedo que el de afuera, era igualmente helado, o eso sintió. Las velas y los objetos malditos adornaban el lugar, sintió como zelda apretaba su mano con más fuerza, cualquiera se sentiria intimidado en un lugar así. De pronto las luces se apagaron y una figura oscura se presento frente a ellos, era la temible bruja, con desconfianza, pero acostumbrado, tomo asiento y escucho lo que dijo - así que usted es la famosa baba yaga, es un encuentro singular en verdad - hizo una breve pausa al escuchar que sabía lo que tanto buscaba con desesperación - en efecto, imagino que tiene una idea de donde se encuentran, el equilibrio tan delgado que rige nuestro reino y el mundo se encuentra en riesgo de entrar al cataclismo, pero me pregunto ¿necesita algo de nosotros a cambio de la información? - dijo devolbiendo una pequeña sonrisa, agradecía la amabilidad de aquella bruja, no era ni la primera ni la última vez que trataba con una, sin embargo, siempre ha sabido que todo tiene un precio. 

La decrépita bruja sonrió enseñando sus encías ennegrecidas.

Os observaba de manera inquietante en silencio, como analizando cada una de vuestras palabras, cada uno de vuestros movimientos.

- No hay más que ver vuestra mirada para saber que ardéis en deseos de encontrar aquello que buscáis... -volvió a sonreír.

- Os podré ofrecer respuestas sí... ¿por un precio? quizás no exactamente... puesto que la información necesaria para conseguir vuestro objetivo va más allá de las palabras... - comentó mientras empezaba a mirar a la reina Zelda con especial interés.

- Tanto la Trifuerza como vuestra inofensiva hija están en el mismo lugar... un lugar oscuro... donde la muerte dejó un hedor que fue sepultado por los escombros años atrás... - de repente empezó a esparcir unos polvos en el aire; dichos polvos comenzaron a tomar forma de manera mágica:

Aquella figura que duró en el aire tan solo unos segundos os transmitieron recuerdos oscuros del pasado ¿podía ser posible lo que estaba intentando indicar Baba Yaga?

A diferencia de Link, que parecía sentirse cómodo en aquella situación, como si no fuera la primera vez que se enfrentaba a algo así, la reina se encontraba bastante inquieta. No dejaba de mirar por el rabillo de sus ojos a todos lados, como si esperaba que la magia de la bruja hiciera efecto en algún momento, atrapándolos para siempre en aquella cabaña.

No le gustaba que aquella bruja se mostrara tan segura de saber lo que su esposo y ella estaban pensando, pero no podía contradecirla. Quizás ella fuera demasiado transparente en sus emociones, o era el extraño ambiente que los envolvía lo que hacía aflorar sus sentimientos más puros. Y aunque era el miedo y la confusión lo que más parecía acompañarla en el pantano oscuro, el amor por Tetra y por Hyrule era aún más poderoso, brillando en sus ojos como espejos del alma. Fue entonces cuando con palabras sin mucho sentido la bruja reveló quien había secuestrado a la princesa y a la Trifuerza. Un golpe seco resonó cuando Zelda se levantó, dejando caer la lámpara al suelo, cubriéndose los labios con las manos.

-N-n-no es posible...- Murmuró, mirando hacia Link, pensando que quizás ella había visto algo que no estaba allí. -Ganon...- Pareció pronunciar con miedo, como si decir el nombre podría invocarlo de nuevo.

Link estaba preparado para muchas cosas, traer un elixir, algún ingrediente, una joya mágica, incluso que la misma baba yaga decidiera luchar con ellos, sin embargo, aquella figura que se mostro ante ellos, esa figura que parecía tan borrosa y clara la vez, eso que de verdad era algo que no esperaba - es imposible - dice al levantarse de golpe de su silla casi al mismo tiempo que zelda, al observarla sabe que no ha sido solo su imaginación, esa expresión no podría haberla hecho de otra forma, la conocía muy bien. Sin duda la situación se había tornado tétrica de forma rápida - ¿acaso a regresado esta sombra del pasado a acecharnos una vez más? No le permitiré que le toque un solo pelo a tetra - dice mientras aprieta puños y dientes, sin duda le enfurecia la idea de que su preciosa tetra estuviera en manos de una criatura tan vil y malvada. 

La bruja carcajeó mientras los polvos terminaban de desvanecerse.

- Pobres chiquillos - dijo mientras recobraba la compostura.

- Mi mensaje es mucho más claro de lo que parece - os sonrió con picaresca.

- ¿Desde cuando matar un cuerpo significa acabar con el mal que hay encerrado en él? - aclaró, confirmando así vuestras peores sospechas: Ganon podría haber regresado a Hyrule.

- Ahora mi pregunta es... ¿qué precio estáis dispuestos a pagar para obtener lo necesario para salvar a vuestra hija... ¿eh? - se frotó las manos.

Lo que sugería aquella inquietante figura heló la sangre de la reina. Que el terrible mal que había sido Ganon viviera aún, no en cuerpo sino en espíritu, resultaba aterrador. Sin embargo eso generó una pregunta en ella.

-¿Por qué ahora? Si su espíritu no falleció aquel día, ¿por qué no hizo nada hasta ahora?- Preguntó en voz baja, pero suficientemente audible en el silencio de la cabaña. Saber que por tantos años la tranquilidad en Hyrule había sido una falacia, mientras la oscuridad se fortalecía a ojos vistas, silenciosa... Hubo un brillo de odio en los ojos de la reina, mientras miraba a Baba Yaga. Sólo un ser despreciable como ella podría regodearse ante aquella situación, y se llegó a preguntar incluso desde cuanto podía ella haber estado al tanto de lo que se cocía en la noche.

-Di tu precio, bruja.- Sonó la voz de Zelda, procurando que no temblara ni mostrara duda.

Por un momento se quedo en silencio, lo que decía la bruja tenía sentido - creí que el poder de la trifuerza y las armas sagradas, serían lo suficientemente poderosas para al menos sellar su espíritu - destruir espectros era posible, ¿pero era acaso que aquel mal era tan poderoso que logro sobrevivir eso?

Por un momento imagino el porque siendo una entidad maligna pudo entrar a la cámara de la trifuerza, siendo este un lugar sagrado - ¿a caso alguien lo habra ayudado? - murmuro link, pero eso no lo distrajo de la situación - imagino que rupias no es algo que quiera ¿que es lo que quiere? - su mente nunca se despego de esa idea, estaba preparado para el precio.