Partida Rol por web

Todo le había salido bien a Link, pero Zelda dudaba si era gracias a su experiencia o a mera fortuna.
Cuando sacó el boomerang ella le señaló que se lo guardara. - Yo ya tengo mi arco, es más útil para ti.

Al salir de la estancia Zelda fue la primera en hablar.
- Ahora elegiré yo los pasillos, la buena suerte no dura siempre. - Dijo con tono de reproche mientras le miraba de reojo sonriente. - Pero ve delante, aún no me recuperé del todo de lo que me hizo esa bruja.
Alzó la vela y comenzó a andar despacio por el pasillo justo detrás de Link indicándole por donde avanzar mediante señas. Ambos continuaron caminando juntos, pendientes de cualquier detalle y de cualquier ruido.
 

Los pasillos continuaban, parecían eternos. La mazmorra seguía en completo silencio y ellos no tenían la intención de romperlo. Pero ya habían armado un estruendo importante cuando abrieron la sala y escaparon los murciélagos, quien se encontrara oculto entre esos muros ya debería saber que se encontraban allí.

Zelda casi hubiera preferido escuchar a monstruos por la zona, al menos sabía a qué ceñirse y hacia donde no ir. Seguía pendiente de los detalles, pero la monotonía de los pasillos hacía que su atención bajara. 
"Estas esperas son peores que enfrentarme a cualquier cosa"

Link obedeció en silencio y guardó el bumerán mientras avanzaba delante de Zelda. Pese a llevar un buen tramo, los pasillos seguían sinuosos e infinitos, como si no tuvieran fin. “¿Será debido a algún tipo de hechizo que nos hace dar vueltas eternas?” –pensó deteniéndose durante unos segundos para volver la vista hacia atrás y luego al frente por si veía algo extraño o que le llamara la atención. 

No había enemigos en el camino, algo que sin duda le sorprendía. O estaban ocultos a la espera de atacar, o se encontraban en otra galería. Quizá incluso ya no quedaban verdaderos enemigos en la mazmorra. Como fuera, no podían hacer otra cosa que no fuese recorrer aquellos pasillos. 

Mientras avanzabais atentos por el silencio de los corredores, un inesperado chirrido os alertó por completo.

No sabíais cómo ni porqué, pero alguien había activado algo.

Un leve tic tac como de un reloj viejo comenzó a sonar, provenía de debajo de vuestros pies y su ritmo era capaz de poner nervioso incluso al más centrado de los guerreros.

En un abrir y cerrar de ojos se pudo observar como de las baldosas que pisaban vuestros pies unos pequeños orificios aparecían en escena ¿cuál era su cometido? aún era incierto, pero quizás lo más seguro era correr a toda velocidad para dejarlos atrás y pisar de nuevo "baldosas seguras".

Pudieron escuchar como un extraño mecanismo se puso en marcha, el sonido provenía del suelo.
- "¿Fuimos nosotros o alguien lo accionó?"
Zelda bajó la vela para iluminar el suelo y pudo ver como empezaban a aparecer pequeños orificios. No se detuvo a comprobar qué era eso, estaba claro que no era buena señal. 
- ¡Corre, es una trampa!

Corrió lo más deprisa que podía a o largo del pasillo, esperaba que en algún momento el suelo volviera a ser normal y que no fuera demasiado tarde para huir de esa trampa. Los pinchos comenzaban a emerger del suelo, bajo sus propios píes, a pesar del tiempo que habían estado ocultos estaban asombrosamente afilados o eran rápidos o igual no lo contaban.

Un ruido surgido de la nada resonó por el pasillo y según parecía, provenía del suelo. Al igual que Zelda, Link miró hacia abajo para ver de qué se trataba. Instantes después, el suelo comenzó a resquebrajarse, dibujándose siluetas  puntiagudas en forma de pinchos en lo que antes eran las baldosas. Se apresuró a salir corriendo tan rápido como le fue posible sin mirar atrás, avanzando a grandes zancadas para llegar a una zona estable. “Maldición, estaba siendo el paseo demasiado tranquilo…” –pensó sin bajar el ritmo, hasta que resbaló y empezó a temerse lo peor...

Link comprobó como uno de los afilados pinchos le hirió en la pierna ya que cayó justo en uno de los orificios de salida. Por fortuna tuvo la suerte de no posar puntos vitales frente a la punzante amenaza de lo contrario aquella travesía hubiese resultado fatal.

Ahora tan solo quedaba terminar de salir de aquella sala en un último sprint ya que lamentarse ahora de las heridas costaría un tiempo del que no se dispone para sobrevivir a la trampa.

¿Cómo he sido tan torpe? –se preguntaba constantemente cuando uno de los afilados pinchos atravesó su pierna y un dolor agudo recorrió todo su cuerpo. No parecía ser una herida demasiado preocupante, pero notaba el daño igualmente.  Esgrimió un gesto de dolor apretando los dientes y avanzó con la mayor rapidez que le permitían sus piernas, aunque ahora tuviera una evidente cojera. Después tendría tiempo para inspeccionar la herida, puesto que la trampa seguía activa y cualquier contratiempo podría significar una lesión fatal.

Zelda vio resbalar a Link y el corazón le dio un vuelco, pero ni siquiera le dio tiempo de prestarle ayuda. Se había levantado rápidamente por sí mismo y ambos continuaron corriendo a lo largo del pasillo. Cuando consiguieron estar a salvo Zelda preocupada se acuclilló frente a Link para comprobar su herida.

- ¿Estás bien? No tienes buen aspecto.

Por fortuna, parecía que no era grave.

- ¿Crees que puedes continuar? Vamos, ahora iré yo por delante.

Tras darle un beso, se adelantó unos pasos.

Tras dejar atrás la trampa, continuasteis avanzando esta vez siendo liderados por la reina Zelda.

Los pasillos hacían muchos giros bruscos tanto a izquierda como a derecha lo que os hacía plantearos en que punto de la mazmorra estabais ya ¿habría alguna salida cerca?¿y la TriFuerza?¿dónde estaría escondida?

De repente vuestros pasos se detuvieron en cuanto un extraño sonido retumbó por todo el lugar. Era algo metálico, como de una pesada armadura... aquel sonido fue acompañado por el relinchar de... ¿un caballo? 

No estabais solos... de eso no había duda alguna.

Unos cuantos pasos más adelante, manteniendo el sigilo que la situación requería, pudisteis ver de primera mano quién o qué era lo que producía dicho sonido...

Aquella visión estremeció a Link porque reconoció al instante de qué se trataba. Era Rebonack, un jinete al que creyó dar muerte en el pasado mientras recorría los Palacios de Hyrule para despertar a Zelda del hechizo del sueño eterno...

¿Cómo había podido revivir?¿Y porqué allí?

-Mi aspecto en estos instantes no importa. No podemos detenernos, y menos por una herida así –espetó mordisqueándose el labio con rabia hasta el punto de que casi se abrió una nueva herida.

Link continuó caminando detrás de Zelda, rezagado. No perdía detalle de los múltiples pasillos y bifurcaciones; cada uno llevaría a otra retahíla de pasillos con trampas, tesoros y quién sabe qué clase de enigmas. De repente, un ruido metálico provocó que se parara en seco. “¿Se ha activado otra trampa?” –reflexionó mirando el suelo, el cual no parecía mostrar ningún cambio. Entonces fue cuando escuchó algo más, un relincho, muy similar al de un caballo. ¿Había un caballo allí abajo?

 Avanzaron agazapados a la pared, hasta llegar al origen de aquel ruido que se interponía en su camino. “No puede ser… ¿Rebonack?”. No cabía duda alguna, aquella criatura con la que tuvo que lidiar en el pasado en los Palacios de Hyrule, volvía a estar entre los vivos. Y a buen seguro que no iba a apartarse y permitirles pasar como si nada. Sin embargo, aún no les había visto, lo que le permitía intentar un ataque sorpresa. Cogió el bumerán, dio un salto para impulsarse y lo lanzó en su dirección con todas sus fuerzas.

Zelda fué la guía esta vez, los pasillos giraban y continuaban pero sin una sola habitación, aquello le intranquilizaba.
"Quien diseñó esto lo hizo precisamente para confundir a quien quisiera entrar." 

Frente a cada cambio de sentido, se detenía y se agazapaba tras el muro para poder asomarse con cautela por si les esperaba algún peligro pero como siempre no había nada más que otro largo pasillo. Aquel lugar le desesperaba, su hija podría estar sufriendo por alguna parte de ese lugar y ellos no eran capaces de dejar de recorrer pasillos eternos. 

Continuaron la marcha, despacio por la cautela pero sin pausa, hasta que un ruido metálico le obligó a detenerse, miró de reojo a Link que por como comprobaba el suelo parecía haberlo escuchado también. Estuvo apunto de preguntarle sobre cuál creía que era el origen del sonido, pero se escuchó un relincho.  "¿Un caballo? y por el sonido metálico bien podría ser un caballero."

Sacó su arco y ambos continuaron con cautela para intentar ver a su enemigo antes de que les descubriera, cuando lograron asomarse allí les esperaba un imponente caballero, debían aprovechar el factor de estar a distancia, ya que aparentemente parecía estar armado solo para cuerpo a cuerpo. Vio a Link sacar el boomerang, él debió pensar lo mismo, Zelda asintió y tenso el arco para salir a la vez que él. "Vamos allá"

Rebonack no tuvo tiempo siquiera para reaccionar pues el bumerán golpeó con violencia su yelmo provocando que cayera de bruces contra el suelo, momento en el cual Zelda encontró una rendija en su pesada armadura y el certero flechazo acabó con el otrora caballero. Link dedicó una ligera sonrisa de satisfacción a su esposa por la compenetración y simultaneidad de sus ataques. No le habían dado la más mínima oportunidad a su enemigo. “Esto debemos hacer con quien se cruce en nuestro camino.”

Ahora, tenían que continuar con la caminata, estaba siendo una ardua tarea encontrar un rastro o alguna pista que les condujera a la Trifuerza o a Tetra. Sin embargo, no podían cesar en la búsqueda, no hasta que todo volviera a la normalidad.

Ambos se descubrieron a la vez, pero Link se adelantó en el ataque. Zelda decidió esperar un poco para disparar buscando algún punto débil. - "mejor un disparo certero que mucha cantidad con poca precisión".
El boomerang fue directo a su cabeza, haciéndolo caer y eso les dio una oportunidad.

El golpe de la armadura contra el suelo produjo un estruendo ensordecedor, que hasta asustó a su propio caballo el cual corrió hasta el otro extremo de la sala. Rebonack herido y aturdido por el golpe se levantó lentamente sirviéndose como apoyo el mango de la justa, la armadura parecía hacerle la tarea aún más difícil.

Zelda continuó con el arco tensado, buscando donde disparar hasta que lo vio claro. El disparo fue directo a un pequeño hueco entre la hombrera y el peto, por la parte inferior del brazo. El caballero había cometido un error al apoyarse en la justa para levantarse, había dejado ese hueco a la vista y desprotegido. La flecha mágica directamente sobre su carne fue letal.
Todo resultó rápido y satisfactorio, se lanzaron mutuamente una mirada cómplice - Gran golpe con el boomerang, desde luego eres tú quien debe llevarlo, sino no se como hubiéramos salido de esta.

Mientras Link se adelantaba a continuar el camino, Zelda intentó dar unos pasos hacia el caballo que se encontraba inquieto en el otro extremo de la sala pero les rehuía, no parecía peligroso así que decidió dejarlo tranquilo.

Con ánimos renovados continuaron su camino, habían acabado con un temible enemigo en cuestión de segundos y ninguno de los dos eran capaces de disimular el orgullo. Pero tal vez solo tuvieron suerte así que no podían bajar la guardia. Link que tras la lucha no parecía sentir para nada la herida de la pierna fue el que encabezó la marcha en esa ocasión.
 

Tras superar el nuevo desafío, avanzar se mantenía como la única opción para poder sacar algo en claro.

Esta vez parecía que había que tomar una decisión ¿por qué?

Una bifurcación separaba la exploración de la mazmorra en dos posibles caminos.

¿Decidirán los reyes tomar el de la izquierda?¿Será el de la derecha?¿o preferirán separarse?

Zelda observó los 2 posibles caminos, de cada uno parecía provenir una luz de diferente color. Debían decidir por cual ir. 
¿y si uno les llevaba a Tetra y el otro a la Trifuerza? ¿o directamente hacia Ganon?
Miró de reojo a Link que también parecía meditar en silencio las posibilidades.
- ¿Por cuál vamos? creo que no deberíamos separarnos.

Tenía la corazonada de que debían de ir hacia la derecha, pero estaba visto que que ella no estaba siendo muy acertada en la mazmorra, todo funcionaba al contrario de como ella creía. Así que cambió su decisión.
- Podríamos ir hacia la izquierda, siempre podremos volver camino atrás si nos arrepentimos. - Se asomó para inspeccionar mejor ambos caminos. - Siempre y cuando no salgan pinchos del suelo, de las paredes o se caiga el suelo.
 

Tras haber derrotado a Rebonack con suma facilidad, se había instalado en él una ligera sensación de euforia. Sentía que si se mantenían juntos, lograrían superar todos los obstáculos que se presentaran en la aventura. Y nuevamente, tenían que tomar una decisión. Dos caminos diferentes, dos destinos ¿similares? Intentó escuchar algo pero más allá de sus respiraciones el silencio allí abajo era sepulcral. Zelda tomó la iniciativa y sugirió explorar el camino de la izquierda, del cual una tenue luz púrpura quedaba proyectada en sus paredes; al contrario que su homónimo, este carecía de estalactitas.

-Estoy de acuerdo, vayamos por la izquierda. Siempre y cuando no tengas esos pensamientos tan negativos –murmuró con ironía guiñando un ojo a su cónyuge.

Los reyes decidieron elegir el camino de la izquierda para continuar su avance en busca de respuestas.

Tras cruzar varios pasadizos de decoración inexistente y con un claro efecto de abandono, un peculiar sonido hizo que extremar las precauciones fuese la opción más sensata.

Varios metros más adelante, el sonido zig-zagueante desconcertó por completo a los héroes de Hyrule que comprobaron expectantes como justo delante de ellos había una trampa activada a simple vista, una trampa que bloqueaba su camino.

Hojas oscilantes y con un ritmo irregular, giraban de un lado para otro amenazando con cortar en pedazos a aquel que no supiese avanzar con la suficiente cautela y a la vez destreza ¿merecía la pena tanto riesgo?