Partida Rol por web

Al abrir la puerta mis ojos se abren sorprendida de que haya podido salir al exterior, por ahora sin problemas. Lo primero que veo es un flamante automóvil aparcado en las cercanías. Comprendo casi de inmediato que las llaves de vehículo que me traje quizás corresponden a ese auto. 

Miro para todos lados en busca de guardias que me impidan salir de ese lugar. Camino rápidamente, aprieto el botón para quitar cualquier alarma que pudiera perjudicarme con el sonoro ruido e introduzco la llave en la chapa.

Te acercas al coche cuando escuchas la inconfundible voz de Grigor, congelándote en el sitio. ¡¡¡Znayty dzherelo postrilu!!!

Tras unos instantes de estupor descubres que no era a tí pues oyes pasos de carrera y resoplidos que vienen del otro lado de la puerta de la izquierda. Oyes abrirse una puerta, otra, y los pasos se dejan de oír, alejándose...

"Esta es mi única oportunidad"

Giro la llave esperando que los cilindros ceden. Al entrar al auto me acomodo en el asiento del piloto y puedo sentir la comodidad del lujo de la marca. No cabía duda que este era el auto del doctor al cuál acababa de derramar los sesos por el suelo. Arrepentimiento no sentía, la verdad es que me había agradado en cierta medida, ya tendría tiempo de pensar en lo sucedido.

Hago arrancar el automóvil, saco el freno de mano y poco a poco aprieto el embriague para pasar el primer cambio rumbo a la libertad.

"¿Pero en qué diablos estoy pensando?"

Miro aquella puerta metálica que me impide salir de este lugar. Probablemente no puedo moverla por mi misma con la poca fuerza que tengo. Debe de haber algún mecanismo electrónico al cuál pueda acceder para poder abrir la puerta. Observo si es que hay algún tipo de oficina en donde pueda existir un botón para hacer funcionar la puerta. 

"Si la suerte sigue de mi lado, podré salir de aquí sin dañar aquella hermosa carrocería"

Me quedo mirando el automóvil.

Examinas el portón y constatas que es de apertura automática, aunque tiene un sistema de apertura manual que está bloqueado por una cerradura.

De repente, escuchas disparos que parecen provenir del otro lado de la puerta... ¡¡¡Algo está pasando ahí fuera!!!

Golpeo el portón con mi pie a modo de reclamo. Salir de aquí me está costando mucho trabajo y cada minuto que pasaba me ponía mas nerviosa. Mi ausencia en aquella sala de torturas y placer pronto me delataría.

Mientras buscaba la mejor manera de abrir el portón, me sobresalto al escuchar balazos. Me quedo un poco aturdida por el ruido y por el miedo. La verdad es que no sé a donde ir. Mi instinto de sobrevivir a esto me dice: "escóndete, escóndete donde puedas", y es lo que hago.

Corro hacia el automóvil y lo cierro. Lo enciendo y pretendo cruzar el portón a toda velocidad, debo salir de ahí.

Presa de la frustración golpeas el portón con un buen puntapié y tras oir los disparos te diriges al coche.

La puerta lateral se abre de golpe y aparece Grigor que, sorprendido, te mira sin poder dar crédito a lo que ve pero le dura poco pues inmediatamente te encañona con una escopeta mientras se acerca a ti dando grandes zancadas...

¡¡¡Quieta ahí, shorra!!!

Estaba en problemas, el grandote guardia iba hacia mi y con cara de pocos amigos. Anteriormente me había dado un golpe que aún recordaba y sabía que no dudaría en usar aquella escopeta que se viene acercando a mi rostro.

"-Cariño, déjame ir, vamos. ¿Quieres pasarlo bien conmigo? Podría hacer todo lo que haya en tus fantasías eróticas. Te trataría bien, como mereces. ¿Acaso no quieres probar este cuerpo?"

Mi intención era seducirle para que me dejara escapar y pasara por alto que estaba fuera de la pieza del placer y que estaba dentro del automóvil del doctor.

Tus intentos de seducir a Grigori son infructuosos, supones que el hecho de que se oigan tiros por las cercanías hace que no se le pase por la cabeza echar un polvo ahora mismo. Imperturbable se acerca a tí, encañonándote con la escopeta, te agarra del pelo y te gira, colocándose a tu espalda de manera que tu cuerpo se encuentra ahora mismo entre Grigori  la puerta por la que ha entrado.

Notas el frío cañón de la escopeta clavándose en tus lumbares...

"-Vale, vale"

Levanto mis manos en señal de que no pelearé. Claramente no quería enfrentarme al gigante ruso y menos teniendo las manos vacías. 

Realmente salir con vida de este lugar estaba lejos de la realidad. Esperaba aún que hubiera una esperanza en el futuro cercano. No quería que mis últimos momentos fuera mis ojos mirando hacia una pared fría y menos que se me destruyera la columna con un disparo de escopeta.

Apenas te da tiempo a decir Vale, vale cuando tres hombres irrumpen en la cochera disparando sus armas contra tí... Cierras los ojos al oír las estrepitosas detonaciones y caes de rodillas, sollozando. Al cesar los disparos, abres los ojos y ves a los tres hombres frente a ti, a unos metros, cuando caes en la cuenta de que Grigor ya no te abraza por detrás; al girar tu cabeza ves su cadáver con un tiro entre ceja y ceja por el que se derrama en un contante fluir una sangre roja, roja...

Parece que estos hombres te han salvado del ruso...