Partida Rol por web

Lannister fue el primero en encender una bengala y alumbrar el lugar. Descendían todos en fila, como si fuesen hormigas, pero visto desde abajo, Lannister pensó algo mucho peor. si alguien de arriba resbalaba, todos los que estaban por debajo caerían también. En silencio, deseó haber ido el último.

Thalassa vio a Lannister encender una bengala y pensó "menos mal. No sé qué idiota cerraría la compuerta pero sin luces estaremos todos muertos". Ahora que podía ver, miró hacia arriba y vio como Victoria cuidaba de Langley y pensó que ojalá ninguna de ellas (y los demás) resbalase o "nos arrastrará a todos".

Lentamente, continuó con el descenso, adaptándose al ritmo del soldado.

El descenso estaba realizándose con dificultad, lentamente para evitar caer y bajo el convencimiento de que al menos, en poco tiempo, todos estarían a salvo en la famosa base nazi. El frío era mucho más soportable allí dentro y la luminosidad, aunque escasa, era más que suficiente para mantenerles atentos.

Pero en breve, todos recordarían las palabras del difunto capitán Mayers:

La zona ha sido catalogada como Peligrosa, puesto que el calentamiento global ha creado que una sección no muy alejada de la misma haya empezado a fracturarse. En otras palabras, existe un riesgo inminente de hundimiento.

Un temblor sacudió el conducto, un temblor que hizo vibrar aquella sección lateralmente, provocando que a muchos les resbalase el pie o la mano en el momento de asirse a los escalones, amenazando con ello el frágil equilibrio que mantenían.  Además, no se trataba de algo puntual, sino que aquel esfuerzo se prolongó durante no menos de diez segundos. Aunque el pequeño grupo aún no lo sabía, la zona en la cual estaba enclavada la base estaba empezando a seccionarse del resto del continente helado, arrastrada por las toneladas de hielo que se dirigían hacia el mar sin apenas encontrar resistencia.

El temblor pilló a Scart encargándose de Henricks, pero logró soportar perfectamente el temblor agarrándose con fuerza a la escalerilla.

Henricks iba con Scart, así que pegó su cuerpo a la escalera y logró soportar el temblor mientras cerraba los ojos para evitar que el hielo le cayese en los ojos. Desde que había empezado aquella misión, todo habían sido malas noticias. Su pierna rota colgaba inerte en el vacío mientras Henricks deseaba no haber sido escogido para aquello.