Partida Rol por web

"Y exactamente ¿Que van a hacernos?"

(El liquido seria naranja no azul)

Una vez cambiados los científicos os hacen pasar a aquella sala que veíais escrupulosamente desde la ventana para anunciaros que vais a entrar en aquellas cápsulas como tanto temíais, vas a ser sometidos al mismo proceso que al que se estaba sometiendo aquel tip@ sumergido en el liquido naranja viscoso, lleno de cables agujas y tubos...

Os explican que vuestra sangre se va a purificar al nivel de los ancestrales, que vais a estar dotados de la sangre humana mas pura jamas existida y esto aumentara vuestros atributos mejorando vuestras capacidades humanasa los extremos de la perfección...Entráiss y sentís mucho, mucho dolor, respirais por la respiración artificial a travez de una mascarilla, las.agujas van penetrando en vuestra piel por todas partes del cuerpo, aquellas que quedaron libres de todas la ventosas que teníais para controlarvuestras constantes vitales, hasta que el anaranjado liquido llena por completo las cápsulas, fue entonces cuando vuestras mentes comenzaron viajar a través de recuerdos vividos y casi olvidados, mes lado con sucesos quizás futuros o inciertos, dioses nórdicos de antaños se presentan en ellos, viajáis en.las lagunas de la mente hacia un nuevo renacer...

Nota del director (Haced un post con los sentimientos encintrados antes de entrarvennla cápsula y como seria su vivencia y aceptación a lo que va a hacer, luego proseguid con el viaje mental, sed vosotrso mismos, sois libre de ccrear la obra maestra que deseéis y pone el.post para vuestros compañeros para que puedan disfrutar de vuestra narración)

Cuando me dicen eso, sólo puedo pensar un "Uy-uy uyyyyyy"

Sin embargo, lo que me dice el científico hace que me sienta EXHALTADO.

"¿Pura? ¿Sangre totalmente PURIFICADA? Loado sea el altísimo, y que os colme a todos nosotros, sus instrumentos para el mundo" Por supuesto, en mi mente estoy pensando en que estas maquinarias purgarán por completo hasta los restos del pecado original, de la manzana con la que Eva la tentadora corrompió a Adan,

Con una expresión casi Extática, me dejo guiar. Sólo pido que dejen mi relicario visible, para que pueda contemplarlo a través del cristal. Dudo que pueda verlo (¿Habeis intentado ver la superficie cuando nadais bajo el agua en una piscina?) pero me bastará saber que está ahi.

Aunque el dolor es tanto como el que pasan mis compañeros, lo recibo como una bendición, pensando en el martirio de cada uno de los santos del pasado y de su coraje.

Rafael no dijo ni una palabra mas, sabedor de que purificarian su cuerpo de cualquier resto de impureza, entro gustoso en aquella capsula y dejo que lo conectaran a mil cables y agujas. La mente controla el dolor y Rafael controlaba su mente, al menos al principio, pero la cosa cambio al poco de empezar el procedimiento.

Estaba en su casa, podia oler el relajante incienso, cuando de pronto un pequeño niño de unos 5 años se Acerco a el corriendo llamandolo papa y lanzándose a sus brazos.Rafael nunca habia visto crecer a su hijo, este murió junto con el resto de su fanilia el dia del nacimiento del pequeño por culpa de un Mutante, pero en aquel instante, en ese momento aquello que Rafael veía y sentia real. cogio a su hijo levantandolo en el aire con una sonrisa en su rostro, Feliz.

Por la puerta de la que habia salido el niño corriendo, apareció una mujer asiatica, de pelo negro, largo y liso, y con unos ojos marrones que transmitian serenidad, amor y Fuerza. Su Amada esposa se acercó sonriente y lo beso mientras este todavia sujetaba a su hijo con un brazo. Habia sido un dia largo, pero por fin estaba en su hogar con su familia.

Ahora estaba en la cocina, servía la mesa a sus invitados, junto con su mujer, eran sus padres y los de su esposa, que solo parecian tener ojos para el pequeño nieto, Rafael miraba con complicidad a su mujer y sonreia.

Una explosión, fuego, todo se quemaba, las llamas envolvían todo, Rafael no encontraba a su Familia . Unas sombras al otro lado del fuego, gritos, llantos, Rafael busca con su mirada, ve a su mujer con una katana en las manos su hijo esta detrás, las sombras se lanzan sobre ellos, Rafael corre, se lanza a través del fuego, nota las.mordeduras de este en su piel, el dolor lo inunda todo, pero el solo piensa en los suyos, ve los reflejos de una Katana moverse y sigue corriendo, pero no llega, nunca llega.

El fuego desaparece un terreno árido, totalmente calcinado se extiende a su alrededor, no queda nada. Rafael Mira el cielo rojizo, y cuando vuelve a mirar al suelo, una Katana en el suelo, el cuerpo calcinado de su mujer la sujeta, a su lado descansa también calcinado un pequeño niño, todoa su famila esta alli, muerta calcinada,pierna. A Rafael le fallan las piernas, cae al suelo incapaz de pronunciar palabra, con los ojos y la cara llena de lagrimas, sus quemaduras, las mordeduras del calor ahora son insignificantes, ha fallado a su familia, no ha podido protegerlos, es una verguenza.

Rafael coge la Katana de la mano de su mujer dispuesto a quitarse la vida y justo cuando va a atravesarse con ella esta resplandece dejandolo ciego durante unos segundos.

Delante de el aparece su suegro, su maestro, va vestido de ninja, pero poco a poco cambia de forma y se transforma en un guerrero de gran tamaño con Armadura, un Dios guerrero, fuerte y sabio.

-Rafael, debes luchar, Eres un guerrero, lucha contra las sombras, lucha contra los demonios, vengate, lucha hasta la muerte, y ganate un sitio a mi lado, junto con otros guerreros.- En ese instante junto a Odin una Valkiria aparece, una Hermosa Valkiria de rasgos asiaticos pelo oscuro, largo y liso. Su atuendo va cambiando poco a poco de una armadura a un Kimono japones mientras se acerca. Su Esposa Agarra sus manos mientras el sujeta la Katana. -Lucha, yo vendre a buscarte en tu muerte.- Su esposa volvió a retroceder adquiriendo nuevamente el aspecto de una Valkiria, y ella y Odin se desvanecieron en un cielo Azul.

La mente de Emiliani se mezcla. Por un lado están las plegarias, el esfuerzo, la voluntad. Su deseo de no mostrar el dolor. De no doblegarse a él.

Por otro lado, hay un tren de pensamientos, el cómo llegó a ser quien era.

Mi infancia.
Un niño un tanto conflictivo. Un "Bully" como le llamarían. Recuerdo las caras, los rostros. De como apalizaba a los empollones, de cuantas gafas he roto, de cuantos gorditos tiré al suelo porque me gustaba el ruido. De cuantas broncas oía del director, del cinturón de mi padre en mi cara. De como me desahogaba al dia siguiente de vuelta con los empollones.
Todo, un circulo vicioso.

Mi adolescencia.
Alumno del aprobado justo. "Podría mejorar". Los trabajos para casa, redacciones e investigaciones me los hacía algún empollón amedrentado que no se negaba a poner mi nombre en su tarea.
Y como chico malo que era, nunca me faltaban las chicas. Eran unos dias felices.
Hasta que llegó él. Gladstone Gander. Siempre parecía tener suerte. El muy hijoputa me arrebató el trono. Cuando me peleaba con él, siempre aparecia un vigilante. Cuando me contenia porque creia que habia uno, nunca miraba hacia mi... y acababa cobrando.
Al final, cuando estaba en mi peor momento, apareció un... vendedor. Mi cuerpo se ensució bastante

Mi juventud
En mi peorcísimo momento, expulsado del colegio, fuera de casa. Enganchado... Solo tenia ira, quería la cabeza de Gander... Y vi algo que me cambió la vida
Un poster del tito sam
El ejército me hizo un hombre. Y a base de odio. De todo mi odio, me tragaba mis palabras. Si me decian "Diez vueltas" las daba. Si me decian "Diez flexiones" daba veinte. Me convertí en una masa de músculos. Una con problemas de ira... El soldadito perfecto.

En el ejército
Aunque no me costó congeniar con el resto de los soldados (pues eran de la misma calaña que yo) solo podia decir que tenia un amigo: el padre Merrin. El párroco local, a quien le confesaba mis pecados y -muy de cuando en cuando- sus palabras me calmaban
Entonces un dia, en el rancho, vi las noticias... Gander. El hijodeputa de Gander, iba a ser el senador más joven del pais ¡hijo de puta!
Y en eso... pues se cortó la conexión. Lo acusaron a un ataque mutante. Uno que se cobró la vida del suertudo Gander
El padre Merrin también estaba enfadado. Juntos investigamos como pudimos... y sacamos la verdad.
Gander. ÉL era el puto mutante.

Los hábitos
Resultó que el compasivo padre compartía mi odio hacia los asquerosos y repugnantes mutis. Como ex-soldado, Él pidió reforzar mi entrenamiento, para sorpresa mia... se concedió.

Y... en este momento repaso la historia de Emiliani que está escrita y me doy cuenta de que no se parece en nada a esto... ¡A reescribir!

La mente de Emiliani se mezcla. Por un lado están las plegarias, el esfuerzo, la voluntad. Su deseo de no mostrar el dolor. De no doblegarse a él.

Por otro lado, hay un tren de pensamientos, el cómo llegó a ser quien era.

El unico mutante bueno
Es el mutante muerto

Sólo asi podremos ayudar a los demás. A la pobre gente inocente

No era muy partidario de que nos encerraran en un tubo, lleno de un líquido naranja y tener que respirar a través de una máscara. Que si, que éramos los elegidos para participar en el proyecto que nos convertiría en un arma definitiva para acabar con todos los mutantes y, porqué no, con cualquier USI que se nos pusiera a tiro. Pero preferiría no meterme en el tubo.

El nivel del líquido empezó a subir a un ritmo constante, mientras tenía la mirada fija en el laboratorio. Iba notando como mi cuerpo se iba recubriendo, incluso levanté la cabeza cuando llegó al nivel del cuello, pero acabé cubierto por completo y sumido en un profundo letargo.

Las imágenes eran algo confusas, a menudo se mezclaban entre ellas dando lugar a algo sin sentido. Quizás fuera por los nervios con los que había entrado en el tanque o porque hacía mucho que no aclaraba mis ideas. Desconozco cuanto tiempo estuve encerrado allí, pero para mi fue mucho, casi como si hubiera vivido una vida entera.

Hace mucho calor, casi asfixiante, a lo lejos se ve un gran fulgor y resuena un constante golpe seco, metal contra metal. Me acerqué al fondo, de donde provenía la luz y los golpes. CLANK CLANK clank. Sentía como que aquello era algo habitual, casi como si hubiese sido mi rutina durante mucho tiempo, prácticamente desde que tengo uso de razón. Un hombre recio, de ancha espalda y enormes brazos, casi como troncos de árboles, aporreaba una hoja de hierro incandescente con un mazo ennegrecido. CLANK CLANK clank. Dos fuertes, uno débil. Era un movimiento rítmico, en el que no fallaba ninguna repetición. Con cada mazazo la hoja desprendía pequeñas chispas o, más bien, pequeñas esquirlas de metal al rojo vivo. CLANK CLANK clank.

El rítmico repique cesó de repente y fue sustituido con el ruido de el agua en ebullición. El vapor ascendió rápidamente e igual de rápido desapareció.

-El secreto para forjar una buena espada consiste en templarla al fuego y enfriarla lo más rápido posible, por eso usamos la nieve y el hielo de las montañas -por fin pude ver la cara del herrero. De mandíbula ancha y piel curtida, adornada por una barba descuidada que creía más larga en algunos lados. Para adornarlo todo, un parche tapaba uno de sus ojos, aunque podía verse una cicatriz que sobresalía-. Sino lo hacemos así, la hoja se rompe al primer impacto -agarró una hoja con su mano desnuda, golpeó el yunque con ella y se rompió en varios fragmentos-. De la misma manera tiene que templarse un guerrero, no sólo necesita fuerza bruta, hay otros aspectos que también tiene que desarrollar...

El graznido de un cuervo fue lo último que resonó antes de que todo se pusiera oscuro.

Las ruinas de una ciudad se alzaban ahora delante de mí. Sentía un fuerte dolor en el pecho y en el hombro. Corría sin saber a donde ir, estaba asustado, con la sensación de que alguien me estaba siguiendo. Unas carcajadas y unas burlas podía oírse a lo lejos, incluso algunos disparos. No me habían dado, por lo que aún podía seguir corriendo pero... ¿a dónde? No había un sólo lugar en el que ocultarse, no al menos en el esqueleto de lo que había sido una grandiosa urbe.

Al doblar la esquina me encuentro con un tiroteo en plena calle, un grupo a cada lado de una carretera que separaba ambos bandos. Los disparos provenían de todas direcciones y lo más probable es que alguna bala perdida me acabara alcanzando. Me agaché todo lo que pude, me protegí la cabeza con ambos brazos y corrí tanto como me permitían las piernas, sólo quería salir de allí, llegar a algún lugar seguro, y poder descansar. No quería ser un héroe, sólo vivir mi vida, poder ver un nuevo amanecer y correr para poder ver el siguiente.

Una figura oculta entre las sombras me hace señas para que acuda con ella. En este justo momento no me importaba quien fuera, siempre que pudiera sacarme de aquel caos de balas. Descendimos por una trampilla camuflada entre tanta basura y las escaleras seguían hasta lo más profundo de la tierra. No llegué a saber a donde conducían, un golpe en la nuca me dejó seco.

Cuando desperté estaba amarrado a una silla, y por más que intentaba forcejear para librarme mis músculos no me respondían.

-Tranquilo, no te va a doler... bueno, si, te dolerá, pero podría ser peor. Podría matarte y no lo estoy haciendo... -era un tipo con un tic en ambos ojos, cada uno parpadeaba a destiempo, lo que le daba una extraña mueca a esa cara contrahecha. Llevaba una bata, supongo que de doctor, llena de sangre y rasgones-. Pronto esto no será más que una pesadilla, tendrás un nuevo propósito en tu vida y no correrás como un pollo sin cabeza... shhh -se puso un dedo mugriento en los labios mientras con la otra mano agarraba un hierro al rojo y me lo acercaba al hombro. Caí desplomado ante tanto dolor-.

La hoja se rompe... podría matarte... CLANK CLANK clank... te dolerá... fuerza bruta... templar un guerrero... no te va a doler... no te va a doler... no te va a doler... un nuevo propósito en tu vida.

Leido

Tras sentir los pinchazos en todo su cuerpo y perder la conciencia, Zack vio a un hombre canoso y barbón, enorme y fornido, vigoroso y ensangrentado. Llevaba un parche en su ojo derecho, estaba envuelto en una pesada armadura y llevaba en sus manos una lanza y una espada de aquellas que se creían perdidas en la confusa historia de la humanidad. De alguna forma sabía quien era. Conocía su nombre, o al menos lo intuía.

La presencia del anciano era tan cuativante e intrigante que el soldado moderno no pudo siquiera percatarse del lugar en el que se encontraba.

Eran los restos de un campo de batalla. Uno con el que ya estaba bastante familiarizado. Los desoladores paisajes del desierto no le eran ajenos ni menos los baños de sangre como el que había pasado recientemente en el lugar donde se desarrollaba la escena que estaba observando. En ellos había pasado muchos meses a solas buscando la forma de volver a casa con vida para ver a quien le quitaba el sueño. A alguien que ya no estaba con él por culpa de los mutantes y sus asedios contra la pureza humana. Por este motivo no dudó en entrar al proyecto y a la cápsula sin decir palabra. Sin siquiera buscar respuesta a las incontables preguntas que le bombardeaban.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un desgarrador grito de dolor. El Padre de Todo estaba ejecutando a un prisionero de una forma que nunca antes había visto. Más que una ejecución, parecía un ritual. El filo de su espada atravesó la parte posterior de las costillas del desgraciado y las abrió hacia atrás. Eran... ¿alas? Eso era lo que aparentaban al menos desde el ángulo que estaba viendo Zack. Lo que siguió le arrancó una mueca de dolor al soldado aunque sabía que no era él quien estaba sufriendo el cruel castigo: el anciano había sacado una sucia bolsa de entre sus ataduras y había vaciado el contenido en los agujeros que le había abierto a su víctima. Blanca y cristalina sal.

El pobre se retorcía como una babosa.

En medio de los gritos escuchó por primera vez la grave y estruendosa voz de Odín, quien había quitado su mirada de encima del patético cadáver que estaba creando para enfocarla en él. El curioso mortal.

- Sóis un humano. Sóis perfección. No busquéis venganza. No es tu dignidad la que han agredido. Buscad justicia... porque es la sangre de vuestra casta la que ha sido derramada. - vociferó antes de presionar con la enorme planta de su pie a su víctima justo en medio de las alas. - Diferéncialas y acábalas, pues en mis ejércitos no hay lugar para estas águilas. - concluyó, antes de que toda la escena se fuera a negro.

Lo primero fue mirar desconfiado el tanque. ¿Purificar la sangre? Sonaba demasiado bien. Aunque no tenía la más mínima idea de esos asunto podía ser verdad, pero nunca me había gustado ser un conejillo de indias.

Bufé.

Miré durante un momento a los demás y sacudí la cabeza. Vamos, ¡Hail Pure! ¿Que otra cosa podía hacer?, en modo alguno dudar ni retrasarme. Mi corazón pertenecía a la causa de la humanidad y si tenía que ser así...bueno las alternativas seguramente pasarían por una sumaria ejecucción y la búsqueda de un sustituto para mi lugar.

No por ello dejaba de tener dudas y sentir un hormigueo desagradable.

Desconfianza.

El dolor y al ahogo inundaron mi cuerpo una vez insertados los tubos y las agujas. Una vez me ví envuelto en el resplandor naranja que se pegaba a mi piel como gelatina. No podía dejar de repetir unas palabras a modo de mantra tratando de alejar el agobio, el zumbido imperceptible y la electrizante y sostenida punzada por toda la piel y aún adentro. Sobrevive.

Y abandoné aquel lugar estrecho y en confinamiento. Ante mí se erguía una inconmensurable llanura hasta donde no alcanza la vista. Una tundra, dura, solitaria, envuelta en una ventisca que azotaba todo mi cuerpo. Pero aún así sentía el calor del vino caliente recorriendo todo mi interior. El mundo podía enviarme sus más crueles intenciones que el hogar y la protección nacían de mí mismo.

Solos.

Estamos solos y a merced del mundo. Pero si resistimos los suficiente seremos la viga que sostenga el hogar de todos.

Unidad.
 

De pronto despertáis de tal extraño sueño, aun conectados a todos aquellos tubos y respirando por la respiración asistida, notáis como el liquido viscoso y anaranjado comienza a ser drenado, en un par de minutos están los tanques totalmente vacíos, varios científicos se acercan para ayudaros a quitaros todos aquellos artefactos para que pudieseis salir...

Una vez fuera os cuesta un poco adaptaros al nuevo pero no olvidado entorno, instantes después sentís una grata sensación de bienestar y poder recorriendo por vuestras venas, realmente es gratificante como os sentís,  tanto que pensáis que ahora nada puede deteneros, ¿Hasta donde alcanzaran ahora vuestras nuevas virtudes...?

Comenzáis a probaros, levantáis cosas mas pesadas que antes no era posible, saltos y acrobacias inimaginables para vuestro antiguo yo... 

Os encontráis solos en una sala de descanso tras marcharse los científicos, los cuales hacen promesa de regresar para haceros unas pruebas y análisis de comprobación...

Me siento nuevo. Me siento invigorado, libre de las toxinas. Libre del pecado.

Mi cuerpo, mi alma... limpios. Mi corazón, mis músculos. Al límite.
Un verdadero humano. Libre de la mancha de la impiedad

"La sociedad, la forma de vida en la ciudad es más insalubre, más perezosa y cruel. Nuestra piel, nuestro cuerpo, se habrá debilitado con los años. Sin embargo, la estancia en estos tubos ha hecho que me sienta más joven, más brillante que nunca. Tus células han absorbido su radiación, fortaleciendo tus músculos, tu piel, tus sentidos.

Ahora siento que la gravedad de la Tierra es menor y la atmósfera es mucho más rica. Aquí te me siento más fuerte de lo que jamás habría imaginado. La única manera de saber cuánto es poner a prueba nuestros límites."

todo esto, lo digo totalmente fascinado, casi extasiado. Tenía claro que de convertirme en un mutante, habría preferido lanzarme al fuego purificador, pero llevarme al máximo potencial humano... es un regalo.

Cuando miráis a vuestro compañero Baltar os fijáis de que le falta un brazo...

"¿B-Baltar?" digo sorprendido "Lo lamento" digo apenado, viendo su brazo.

Me planteo que puede haber pasado: Desde heridas, hasta (Zeus no lo quiera) que su brazo estuviera tan infectado que el tratamiento se lo hubiera extirpado, igual que ha extirpado las toxinas de nuestro cuerpo.

Es un gran hombre, uno por el que no me importaría jugarme el cuello, y que de hecho él salvó el mio. Verle mutilado es algo que me hiere en lo más profundo.

La sensación al extraer el tubo por el que estábamos respirando fue igual de desagradable que cuando entró, pero al menos había acabado todo aquello. No podía decir con seguridad el tiempo que habíamos estado allí dentro, ¿días? ¿semanas? ¿horas?.

Cuando todo el líquido se había filtrado y la cápsula estaba completamente vacía, la puerta se abrío, dando paso de nuevo al mundo real. Me sentía raro, muy raro. No fui capaz de contener el desayuno en el estómago y vomité en el suelo. Cuando fui a limpiarme la boca, me di cuenta de lo que había pasado dentro del tubo. Donde antes había estado mi brazo izquierdo, ahora había poco más que un muñón que colgaba del hombro.

Al contrario de lo que todo el mundo pudiera pensar, no estaba enfadado ni decepcionado con aquello. Solté un profundo suspiro, casi de alivio, mientras me llevaba la mano al muñón y lo tanteaba para comprobar que no había ninguna pérdida más.

-No tienes nada que lamentar, santurrón... hay heridas de las que ni con un remiendo te recuperas. Era cuestión de tiempo que acabara así. Además, ahora somos parte del proyecto Odín, completamente puros. El tener un brazo menos sólo le dará más emoción -y sonrío-.