Partida Rol por web

Tachi pide ayuda a sus compañeros para descifrar unas runas escritas en un papiro aunque nadie es capaz de proveer ayuda. Mientras tanto Grog se pone al dia con su yo interior y Tome mantiene una charla relinchando con el caballo de manera bastante rara.

Tras un relajante ypacífico descanso de un cuarto de hora decidís que ya es hora de ponerse en marcha. Félix saca el mapa que os entrego el rey y usando el sol como brújula indica que camino seguir en linea recta sin pérdida hacia el bosque. Tras subirse a los caballos y el pony cabalgáis trotando hacia éste.

El sol está bien alto en el cielo cuando llegáis por fín al linde del bosque A primera vista todo parece normal aunque cuando intentáis entrar los caballos empezaron a desbocarse y pelear por no entrar, obligándoos a bajaros y dejarlos marchar a su voluntad, aunque como buenos caballos entrenados se fueron a pastar a un prado cercano.

 Al principio el bosque parece sano pero a medida que os adentráis empezáis a notar que la luz natural se apaga a pesar de haber pasado el mediodia hace un buen rato. Los árboles empiezan hacerse cada vez más grandes, con raices más gruesas que se enredan entre si dificultando el camino y alguno que otro produce un brillo verde lúgubre.

Tal y como os informó el Rey, no hay ningún tipo de fauna o flora alrededor, tan sólo los árboles, si es que se pueden calificar como tal, y de vez en cuando algún sonido de ramas crujiendo o el viento meciendo las pocas hojas que quedan en los árboles.

Tras caminar un rato dentro del bosque decidís parar y evaluar la situación ya que sin luz y sin ningún tipo de camino marcado perderse en el bosque es extremadamente fácil.

Felix comprendió pronto por qué los caballos no deseaban continuar. Ni querían ni podían. Aquel lugar pronto se tornaba oscuro y difícilmente franqueable. Totalmente lleno de gigantes arbóreos que ocultaban la luz y con enormes y gruesas raíces que asomaban y hacían el caminar complicado.

No obstante el joven no tenía demasiados problemas para avanzar y tuvo que detenerse con frecuencia para esperar a sus compañeros.

- No nos separemos - recomendaba con frecuencia. A saber que podrían encontrarse por ahí. El no ver animales, aparte de la rana parlante, no le tranquilizaba.

El caminar por aquel tipo de vegetación no le era extraño. En el bosque de Septentrión también había vegetaciones parecidas a esta, aunque ni tan intensas ni tan opresivas. Esto sin duda se escapaba de lo natural y rayaba lo sobrenatural.

Ante la falta de luz, Felix hizo un alto y murmuró unas palabras. Su escudo comenzó a brillar intensamente, arrojando luminosidad a su camino y a la lectura del mapa.

- Tsk, tsk - chasqueó la lengua meneando levemente la cabeza -. Me pregunto cómo han podido diseñar este mapa si no habría cartógrafo que pudiera pasar por aquí y hacer un plano decente del lugar - dijo mientras se encogía de hombros y se lo mostraba a sus compañeros. Después miró a los lados, se fijó en el musgo creciente en las cortezas, en la orografía del lugar y volvió a mirar el pergamino -. Yo diría que deberíamos continuar por...

Intente calmar a los caballos para que vinieran con nosotros pero me fue imposible, su instinto de supervivencia era mucho mayor a mis habilidades con los animales -maldición, nos podrían haber sido muy útiles aquí dentro..- así que tuvimos que adentrarnos sin ningún tipo de ayuda ni montura.

-Estas raíces son muy molestas para alguien de mi raza, con mi estatura y mi condición física me es difícil moverme por aquí- dije mientras las saltaba y analizaba.

-¿Grog te importaría llevarme en tu hombro?- le dije sonriendo.

Neithos cabalgaba sumido en sus pensamientos, silencioso mientras intentaba resolver una formula arcana que sabia que le iba a ser util.

Cuando sus compañeros de viaje pararon, volvió a concentrarse. Vaya si que esto ha empeorado, pensó mientras se bajaba de su caballo.

- Dejame mirar el mapa, le dijo a Felix. Deberiamos estar por aqui, hummm. Miro a las copas de los arboles que les impedia ver el sol. Mnnnn, se giró hacia su compañero, Garra, sube a las copas de los arboles e indicame en que dirección esta el sol.

Miró rapidamente el mapa adivinando la dirección, por la hora que es el sol deberia estar en esta dirección, le dijo telepaticamente a Garra. Sube arriba y dime en que dirección esta

Vi como el caballo se alejaba, sin fuerzas ni para gritar algun improperio, con los ojos perdidos en el horizonte. Llevaba todo el viaje aguantando criticas de todos y cada uno de los momentos de mi vida, desde consejos culinarios hasta recomendaciones de entretenimiento de pareja. Sin duda estaba mejor sin escuchar aquello.

-Claro, lo que sea-agarré al gnomo de la cabeza y lo coloqué sobre mi hombro, a tiempo que borraba la oscuridad de mis ojos y hacia que me cubriera el cuerpo, haciendo que todo me pesara menos, y esperé a que alguien dijera algo mientras aquello me recordaba la vez que se me olvido añadir pimienta al cocido de aventurero.

La carta del rey no decía gran cosa. La verdad, siendo un rey el que la había escrito me esperaba que escribiese algo más que una línea, la diplomacia no parecía ser lo suyo. Pensaba mientras me guardaba la carta por si necesitaba usarla en un futuro.

Cuando llegamos a la zona del bosque las monturas se negaron a continuar, cosa que más o menos entendía, pues habiendo vivido toda mi vida en un bosque entendía que a este le pasaba algo malo.

- Montura, si esperas a mi regreso haré que se te recompense en el castillo con buena comida y un sitio mejor en el establo. – comuniqué al pequeño caballo con intención de que se quedase a la espera de mi regreso. Me daba igual que estuviese algo alejado del bosque siempre y cuando viniese a mi cuando lo llamase. – Silbaré dos veces cuando quiera que vengas, mientras tanto puedes irte, ocultarte o hacer lo que sea que hacen los caballos.

Me pregunto cómo han podido diseñar este mapa si no habría cartógrafo que pudiera pasar por aquí y hacer un plano decente del lugar.

- Seguramente porque cuando hicieron el mapa la zona no estaría contaminada – contesté la pregunta tonta que hizo el druida. Por eso no me gustaban, se creían los hombres más sabios por repetir lo que decían los ancianos pero luego no sabían utilizar la cabeza.

Eché un ojo al mapa mientras intentaba comprar con lo que tenía delante de mí para intentar ubicarme yo también. Si no sabíamos dónde estábamos iba a ser complicado saber hacia dónde caminar.

Vaya con el sapo hablador, pensó el joven ante su contestación agachando la cabeza para mirar al batracio con el ceño fruncido. Tal vez tenga razón, sin embargo...

- Me extrañaría. Estas cosas no crecen así en dos días, por muy malditas que estén. Necesitan años, muchos años. Y el mapa pretende llevarnos a la guarida de los cultistas. Y si mal no entendí esos se establecieron allí hace no muchos tiempos. Después de la Guerra de Azula. ¿Dos, tres años? - argumentó negando con la cabeza. Las fechas no concordaban.

Supongo que lo habrán hecho con magia de adivinación. Por eso de la inexactitud. La visión que te da un conjuro es muy distinta a la que se ve cuando estás en un lugar físicamente, dedujo.

- Bien. Por aquí - indicó ya que de todos los presentes parecía tener las ideas más claras sobre cómo y por donde seguir avanzando.

Tachi intenta pelear contra la maleza. Aunque le cuesta horrores el moverse, el resistirse a las enmarañadas ramas, hierbas y hiedras que se le apelmazan en las piernas al caminar. Como una trampa.

"Cht... Yo y mi mania de ir con sandalias ¡Tendría que haberme puesto unas botas de plomo!" piensa tras llevarse otro cortecillo al pisar fuerte unos ramajos.

"Creo que simplemente han señalado el mejor lugar para esconderse copiando de un mapa antiguo. O como bien deciis, la magia de adivinación. Si esto no es natural ¿Creeis que es un embrujo, una nigromancia o creeis que puede ser ¡AU! algo peor?"

Sep, mientras trataba de avanzar, una rama traviesa la ha golpeado en alguna parte de su anatomia. Es como si estuviera escrito que tuviera que pasar.

"Maese Neithos..." dice acercándosele en un momento en que esten vadeando el ramaje "Se que lo mismo puede parecer un poco fuera de lugar, pero ¿Podría asistirme con una cuestión?"

"Es por si es capaz de entender un cierto tipo de runas y escrituras. Forma parte de un legado que tengo, y no tengo manera de discernir que es"

A ojos de una profana como ella, parecen enteramente runas, o quizá algun tipo de escritura diferente al alfabeto común.
Pero claro, Tachi ha demostrado más de una vez que lo que tiene de buen corazón y entusiasmo, le falta de brillantez y de estudios ¡Lo mismo es simplemente escritura élfica!

No merecía la pena discutir con el druida de la topografía del lugar, tampoco me iba a poner a decirle que el terreno no suele cambiar mucho en 20, 30 o 50 años, y de que dudaba que los magos de la torre a la que teníamos que ir fuesen tan poderosos.

En vez de eso decidí seguir a la ninja, pues parecía que se orientaba bastante mejor que nosotros, aunque su torpeza hacía que fuese varios metros por detrás de ella, si se caía en un agujero o activaba alguna trampa no quería estar cerca.

- Inamen kadak – dije mientras me ponía en marcha.

El boque entero vibra con magia así que tu detectar magia no consigue darte ningún dato.

Tu gran instinto de supervivencia es capaz de advertirte que hay ciertas plantas venenosas en los alrededores, es casi un milagro que no hayáis tocado una todavía.

Las plantas son de color verde muy oscuro con motas moradas, crecen de las ramas más bajas de los árboles y sus hojas tienen forma de sierra por las esquinas, fácilmente reconocibles.

El mapa del bosque está bastante desactualizado, probablemente fuera dibujado mucho antes de los cambios tan dramáticos que se presentan ahora pero para Felix que ha estado viviendo casi toda su vida en bosques es más que suficiente para orientarse.

Tachi está acostumbrada a encontrar minúsculos rastros por su entrenamiento ninja y rápidamente avista una serie de huellas casi imperceptibles al ojo humano que llevan en una dirección concreta, que concuerda con la dirección de Felix así que lo comentan con el resto del grupo y os ponéis en marcha.

A medida que avanzáis hacia el interior el aire se empieza a cargar y os cuesta repirar, la luz natural se hace cada vez más y más ténue hasta que casi no queda otra luz que la que desprender los árboles y la flora empieza a hacerse muy muy espesa. Tras unos minutos caminando Felix que avanza en cabeza por poder desenvolverse tan bien entre las gruesas ramas se para en seco y os hace unos ademanes para que paréis y estéis en silencio.

Unos crujidos empiezan a sonar en la distancia, que se hacen cada vez más fuertes a medida que se acercan hasta detenerse en seco justo delante vuestro. A unos 20 metros de distancia unos ojos amarillos aparecen entre la maleza antes de revelar enorme lobo gris, fácilmente más grande que vuestros caballos, de pelaje espeso y sedoso que da unos pasos e inclina la cabeza y las patas enseñando los colmillos en aspecto de combate.

Tachi se queda quieta, y detiene al grupo, alzando el brazo (Aunque si Tome la está siguiendo tan de cerca... lo mismo termina chocandose con el culito de la ninja, si es que va distraido ¿Quien sabe?)
Con todo, su expresión es seria como nunca. Aplasta una ramajo salvaje con su pértiga, con precaución de no tocar las peligrosas espinas. Y entonces corta el sarmiento.

"Debemos de tener cuidado. Hay un sinfín de plantas venenosas. ¡Es casi un milagro que no hayáis tocado una todavía!"

"Las plantas son de color verde muy oscuro con motas moradas, crecen de las ramas más bajas de los árboles y sus hojas tienen forma de sierra por las esquinas, fácilmente reconocibles." dice alzando la rama que ha cortado, dejando ver claramente los detalles.

La primera regla de sobrevivir a una trampa es saber que hay una trampa, así sabes que debes prepararte. Pero claro, ahora viene la segunda regla ¿Cómo nos preparamos?

"No conozco el nombre de la planta, pero me suena que algunos maestros la usaban para hacer sus golpes más letales. Mi señor Félix... ¿Es posible que esta zarza mortal sea autóctona de este bosque?"

Está contando eso, la importancia del veneno, cuando de pronto ve al lobo. El peligroso lobo.
Por institno, prefiere quedarse quieta antes de sacar su arma "¿Acaso no se supone que no habia ningun animal en este bosque?"

Felix caminó de un sitio para otro, orientándose y avanzando hacia la zona que el mapa señalaba. Tuvo que detenerse en diversas ocasiones para no dejar atrás al resto de sus compañeros, recordando que ellos no tenían su facilidad para moverse por un bosque.

Tachi se retrasaba continuamente, mirando diversas hierbas y plantas, tratando de querer ver alguna que fuera tóxica o venenosa. A saber si las querría emplear para sus actividades. Lo detuvo en numerosas ocasiones, preguntándole por tal o cual planta.

- Eso es un Diente de León, bueno para las erupciones cutáneas. Eso es una Margarita, en infusión buen digestivo y carminativo. Eso es Árnica, excelente para contusiones e inflamaciones... - fue enumerando cada vez que la joven se le acercaba con una nueva "letal" planta. Finalmente pareció haber encontrado algo parecido a lo que buscaba.

- Eso es Belladona y... - se interrumpió sintiéndose observado y levantando la vista, viendo al enorme lobo situado a una veintena de metros -... y creo que hay cosas más tóxicas y letales ahora mismo - informó centrándose en la amenaza peluda.

Creyó oír susurrar para sí misma a la ninja sobre la nula habitabilidad animal del bosque. Y era verdad: era el primer animal que veían. Pero claro, en un bosque alterado, sobrenatural, no podían encontrarse sino un monstruoso animal sobrenatural.

Felix observó detenidamente al animal y susurró a los suyos.

- Preparaos, por si acaso. Probablemente nos ataque - musitó al grupo.

La marcha no iba mal, si no teníamos en cuenta que la ninja se paraba cada dos por tres a mirar las flores llevábamos un ritmo decente, por lo menos el druida servía para algo.

Aunque de pronto todos pararon. Casi choco contra Tachi, aunque pude evitarlo. Aunque cuando dijeron que había un lobo justo delante no pude evitar avanzar. Apoye mi mano sobre el culo de la ninja como si de una pared se tratase (¿una pared curva?) para sobrepasarla y ver mejor la situación.

Primero quería comprobar de qué tipo de lobo se trataba, al fin y al cabo, si era un lobo normal podría hablar con él, y hasta preguntarle indicaciones. Pero antes tenía que estar seguro de un par de cosas.

No hice mucho caso a Tachi y su estudio de toda la flora que encontraba, pero si me llamo la atención lo que nos encontramos a escasos metros nuestros, un enorme lobo (ya de por si los lobos parecen enormes en comparación de los gnomos, pero este incluso era aun mas grande de lo normal). Baje del hombro de Grog deslizándome como una oruga por su brazo.

-¡No le ataquéis! Dejadme a mi, creo que puedo calmar al lobo, incluso puede que nos ayude.- levanto los dos brazos hacia el cielo mientras conjuro unas palabras y me acerco un poco mas hacia el.

-!Deus adiuva me tranquillum lupus!-

Neithos escuchó las palabras de Kinogmo y se concentró, Vale, maese Konogmo te dejo la oportunidad a ti, luego me toca a mi, pensó mientras tamborileaba nervioso sus dedos en su baston mi observaba con cuidado al enorme lobo.

Mejor estar preparado por si se mueve, lair da nara thorn, comenzó a recordar un conjuro por si lo necesitase

Miré aquella situación. Un lobo donde se supone que no hay vida, en medio de toda aquella muerte, y ademas del tamaño de un caballo. Dos opciones, o nos atacaba o era  uno de esos espiritus protectores del bosque (Por algo se llamaría el bosque del Lobo Gris). En cualquier caso, me daba igual. Esperaba que quisiera pelea y así pudiera cocinarlo. Nunca había comido carne de un protector del bosque. Saqué el arma y me preparé para pelear, si era necesario.