Partida Rol por web

Tachi ha estado remando junto con Grog. Pese a que pueda parecer una muchacha delgada, en verdad es pura fibra y es una doncella realmente fuerte. Aunque sin duda, los brazos de Grog habrán de ser son los más poderosos del grupo

"La arena de la playa ha sido bañada por el agua, si. Pero eso no significa que no queden rastros que podamos seguir. Así que... manos a la obra" dice algo más animada "¿Puede alguno de vosotros, magos, darme una luz que me ayude?"

Tachi escucha los nombres de los héroes de la guerra. Tharlathos, el Venerado ¿Un héroe tan grande, aqui? No lo cree. Más que nada, porque de estar ellos involucrados, cualquier incendio habría sido sofocado en cuestión de segundos con el poder que cuentan las leyendas acerca de ellos.

Tachi con su excepcional habilidad en rastrear huellas y la increible percepción de Neithos y su lechuza Karom encuentran un rastro casi invisible para ojos inexpertos en la arena que se adentra unos pasos en el agua al final de la playa a la izquierda y desaparece en las rocas.

Tachi examina de cerca las piedras y encuentra un mecanismo oculto entre las piedras aunque no tiene suficiente fuerza así que le pide a Grog que le pegue con todas sus fuerzas, algo a lo que accede con encanto y las piedras empiezan a desmoronarse abriendo un pasadizo por el que poder entrar. El interior del pasadizo es completamente distinto, las paredes están decoradas con piedra tallada blanca y antorchas (que ahora están apagadas) y el suelo es de marmol blanco. El techo hace un arco que de cada ciertos metros se decora con vigas talladas en piedra y florituras.

El pasadizo parece no haber sido usado en siglos ya que está todo lleno de polvo, tanto que todavía guarda las huellas de los individuos que perseguis. Éstas huellas muestran claramente dos personas y a judgar por la distancia entre pisadas han empezado a correr nada más entrar a la cueva así que aceleráis el paso tambien. Tras caminar unos segundos encontráis en el suelo la capa negra que cubría una de las figuras aunque tras examinarla no tiene nada especial, es tan solo tela así que continuáis por el camino uno poco más hasta que se abre en una sala enorme.

A primera vista la sala parece un antiguo templo. A los lados se pueden contar 12 columnas blancas que llegan desde el suelo hasta el techo decoradas con oro, enormes candelabros en el techo, ahora apagados, y al final de la sala un atrio delante de un altar que está a los pies de la estatua de una mujer atada a un palo enorme con una espada en la mano y un corte en sus costillas. A sus lados hay dos puertas que están cerradas. Los pasos de las figuras desaparecen nada más entrar en la sala, aunque eso es porque el polvo tambíen ha desaparecido. No parece que este santuario haya sido usado recientemente así que sospechais que puede haber una magia que lo mantiene limpio.

Tachi, la eterna cosplayer exhibiscionista, se adueña de la capa. Ya descubrirá sus secretos en el futuro.

Y entonces encuentra a una moza que ha sido atacada (?) por un palo enorme que tiene una espada. Tachi se pone en guardia

"Chicos, cuidado ¡Los palos pueden atacar!" dice poneindose en guardia, y acercandose con cautela a la víctima, con la katana presta a defenderse, por si el palo anhela más sangre de chica.

"Parece que el mensaje está claro. Para seguir, habrá que derramar sangre de doncella sobre el altar. Menos mal que en el seminario para Paladines, nadie se fijó mucho en mi..." dice dejando claro que el grupo cuenta con un poco de sangre de doncella.

"Pero primero, revisemos rápidamente esto. Nuestros prófugos deben de sentirse muy seguros ahora"

Me había visto arrastrado a todo esto de una forma que ni siquiera yo sabía muy bien cómo, pero resulta que ahora estaba en una especie de santuario mágico que vete tú a saber qué tipo gente habría estado usando para vete tú a saber que culto.

- Bueno, ya que me habéis arrastrado hasta aquí os pregunto a ver que se supone que tenemos que hacer – dije mientras invocaba algo de luz para que la humana que había estado encabezando todo esto pudiese ver algo. “Genial, estamos siguiendo a una ciega”

Mientras miraba las estructuras y demás intenté recordad si algo de lo que veía me recordaba a algún texto histórico que hubiese leído mientras estaba con la maestra.

Miré a todo de lado a lado, y solo veía una cosa que importara en ese lugar: oro. No era un material que me interesara como tal, pero me serviría para comprar un buen armamento. Me acerqué a las columnas, mirando si eran adornos y era posible sacar el oro o si simplemente habían sido pintadas con el. Por desgracia era demasiado fino como para serparlo con mis manos, y dudaba que alguno de los allí presentes estuviera interesado en saquear un lugar sagrado.

Todo aquello estaba siendo extraño. Sabía que los humanos les gustaba mantener las cosas limpias, pero usar una magia que pudiera mantener un lugar abandonado limpio, la verdad, mas les habría valido usar esa magia para defenderlo. O hacer que no lo encontraran. Caminé en silencio, mirando todo, en busca de cualquier cosa que pudiera llevarme o que me llevará a algun otro lugar con tesoros.

Neithos fue comprobando la sala pacientemente, por si lograba encontrar alguna pista de como abrir la siguiente puerta. Tambien lanzó un hechizo de detección buscando algo magico en la sala

- Tiene que haber una manera, han logrado traspasar esta puerta de alguna manera

Felix alzó la mirada y observó aquella enorme sala o templo. Miró la altitud y admiró las columnas. Finalmente observó la estatua. Nada de todo eso le decía nada. Curioseó la estatua preguntándose cómo una mujer atada a un palo podía aun así sostener una espada. Era algo incongruente, pero tal vez tuviera algún sentido.

Mientras los demás buscaban por donde habían huido sus atacantes, si las puertas eran accesibles, si las columnas eran arañables o si la sangre ofrecida en sacrificio obraba milagros, el joven ojeó curioso el altar y la estatua. Tal vez buscando alguna inscripción donde explicara quién era esa mujer representada.

Recuperado gracias a descansar en mi robusta montura, decido bajar de ella y observar el templo que tan familiar me resultaba ya que todos los templos tenían algo de similitud entre ellos.

Antes de detenerme en la estatua me fije en que Grog no trama nada bueno..-Grog ni se te ocurra robar nada de un sitio sagrado, ya tendrás tiempo de llevarte las pertenencias de los que están huyendo-

Me detengo delante de la estatua ignorando a Tachi dejándolo todo perdido de sangre y comienzo a rezar delante de ella mientras pienso en las cosas que aprendí en mi antiguo templo.

Buscáis entre los aprendido en religión e historia y ambos llegáis a la misma conclusión, se trata de una diosa. 

Es la diosa de los pobres y oprimidos, pero está debajo del castillo de Nuevo Rondar y parece ser una estructura bastante antigua así que no es algo que haya pasado después de la destrucción del Dragón Albino.

La magia de la habitación parece antigua y poderosa y está centrada en la estatua. Cuando os acercáis a mirarla más de cerca no hay absolutamente nada extraño sobre ella, aunque os subáis encima no existe ningun peligro. La magia que emana está dedicada a preservar la sala no a atacar a extraños.

Grog se pega a las columnas cual humano borracho a la primera cosa con sensualidad pero por mucho que intenta sacar las filigranas de oro de las columnas parecen estar protegidas por magia, igual que el resto de artilugios de la sala. Hasta la vasija más pequeña situada en el suelo parece pesar toneladas.

El resto se mueven por la sala buscando pistas y tratando de descubrir trampas u objetos ocultos. Tachi se acerca a la puerta y gira el pomo haciendo que se abra sin ningún esfuerzo y mostrando el otro lado de la sala. Aunque inmediatamente adopta una postura de sigilo y hace señas para parar todo el ruido que se pueda generar.

La otra sala es igual de amplia pero más larga y al fondo hay un pequeño círculo iluminado solo con luz Lunar. Ésta sala repleta de estatuas más pequeñas y todas grotescas, personas mutiladas y en general muerte y tortura, formando un pasillo hasta la zona con luz y haciendo un pequeño círculo alrededor de este. En el centro de la luz se encuentran los 2 elfos que perseguís, ambos de tez oscura pero uno con pelo plateado y el otro con pelo azabache.

El de pelo plateado esta en el centro del círculo, dándoos la espalda, con los brazos hacia arriba extendidos y las palmas planas hacia el cielo. El otro elfo está sentado de rodillas justo delante de el aunque no os puede ver porque está con los ojos cerrados y sus manos juntas en posición de rezo, además podéis ver como su boca se abre y cierra, como si estuviera recitando algo.

Cuando vi que por la puerta que había abierto la humana se encontraban los dos hombres rezando no pude contener mis ganas de ir a atacarlos, pero sin poder mágico más que para hacer un par de luces y mis habilidades de combate reducidas no tendría mucha oportunidad contra ellos, así que decidí entrar a intentar escuchar que decían.

Lo que más atención me llamaba es que nos hubiesen atacado para luego correr y empezar a rezar en un templo de  Tulis ¿Y que pintaba un templo bajo tierra? No entendía nada.

Me deslicé por debajo de las piernas de la ninja y luego me quedé en un rincón oscuro para escuchar que tenían que decir.

Tachi maldice. Se maldice a si misma

"Si tan solo hubiera completado mi entrenamiento... Si de verdad fuese una Paladina, podría saber si esto es realmente algo malvado o si es algo siniestro"

Con todo, mira al noble y sabio Kingnomo y al misterioso erudito Félix. Encogiendose de hombros y como preguntando con sus gestos "¿Son REALMENTE algo malvado?"

Se coloca la máscara, e imitando al buen Tome, se acerca hacia los conjuradores. Pero en este caso avanza con precaución, atenta donde pisa y donde se mueve, pues no quiere activar una trampa ni sabotear a los compañeros.

Felix, tras avanzar por ese museo de estatuas grotescas y desagradables, pudo divisar, por primera vez, a los dos elfos de manera nítida y su piel oscura.

- Elfos oscuros - afirmó -. ¿Ese tal Tharlatos era un elfo oscuro? - preguntó extrañado al hablarse de él como un héroe pese a que todos decían que los elfos oscuros solían ser malvados. Y lo que es, estos, no parecían hacer nada bueno en un extraño ritual.

- No me gusta eso. Yo lo interrumpiría - afirmó el joven que no veía momento de frenar aquello y más a unos individuos que habían conjurado viles no-muertos para causarles graves daños.

Mientras decía eso, Felix conjuró un hechizo.

Vi a las 2 personas rezar en ese circulo, entonces me di cuenta de lo que era, estaban rezando a la diosa Tulis de los pobres y oprimidos.

-No es de extrañar ver construcciones sagradas debajo de tierra, algunas personas tenían que esconder su fe ya que no siempre estaba bien visto- dije en voz baja para que no se percataran de que estábamos ahí. -Tome, Tachi, enteraros de lo que están tramando- me senté sin apartar la mirada de esos dos ya yo que no era el mas adecuado para acechar entre las sombras.

Tome y Tachi se acercan con cautela y sigilo para escuchar y ver mejor lo que hacen aunque su estrategia se ve echada por los suelos cuando Félix saca 3 pequeñas piedras del bolsillo y conjura en ellas un hechizo para que salgan disparadas como balas contra el elfo que les da la espalda.

Para vuestra sorpresa las balas se ven bloqueadas por algún tipo de hechizo defensivo que provoca unas chispas por cada piedra que llega hasta él y hace que se desvanezcan. El elfo arrodillado abre los ojos y mira hacia el cielo para decir en voz alta y grave:

- ...Am'nalar de godren!

Cuando termina un viento huracanado se levanta del círculo iluminado haciendo que tengáis que esforzaros para que no salir volando, aunque tome no tiene la misma suerte y sale volando cual pañuelo para estamparse contra la pared de atrás aunque no hay mucha distancia asi que no se hace ningún daño físico, moralmente quizás algo de humillación.

Cuando el viento termina y podéis volver a mirar con calma una columna de luz se levanta desde la base del templo hacia el cielo iluminando con intensidad la sala. De dentro de ella los dos elfos salen y sacan de su cinto unas dagas, preparados para combatir. Los elfos son altos, jóvenes de aspecto pero no muy fornidos, de ojos marrones y sin ninguna marca o signo identificativo de sectas u otras organizaciones.

- Ta uma il-anade mani lle uma mesil, lye moota sinome naa done - exclama uno de ellos antes de prepararse para la batalla.

Las frases están habladas en un élfico algo rústico, desde luego no es sylvano. Traducidas a grosso modo dicen:

- "Ilumina nuestro camino!"

Y:

- "Da igual qué hagáis, nuestro trabajo ya está hecho".