Partida Rol por web

Tiempos Convulsos en Diez Ciudades

1. Trolls a las Puertas

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18/11/2019, 19:46
Nahyeeda

Nahyeeda no podía ponerse más roja.

—¡Yo no he dicho...! —protestó ante las palabras del canallita antes de cruzarse de brazos e ignorarle con todas sus fuerzas—. Ni en tus sueños.

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18/11/2019, 19:48
Helda Río Plateado

—¡Claro, claro! No voy a partir de inmediato. Me gustaría vender mis mercancías aquí, y comprar provisiones antes de salir de viaje. Saldré hacia Cumbre de Kelvin dentro de cinco días. Si en el intervalo de tiempo aún estáis interesados en el trabajo, por favor, dejadme un mensaje en la posada de La Comodidad de Kelvin, me alojaré de allí durante mi estancia en Bryn Shader —dijo, y alzó la mano a modo de despedida —. ¡Os dejo con vuestras cosas! ¡Divertíos!

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18/11/2019, 19:53
Nahyeeda

Nahyeeda era el tipo de persona que, simplemente, no sabía lidiar con la noción de que alguien podría ser amable con ella sin por ello adquirir una deuda hacia esa persona. De modo que cuando Lilandra dijo que debían conseguir pistachos para ella alzó las manos como si le estuvieran apuntando con una flecha.

—No, eso no será necesario. Estamos bien, de verdad.

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18/11/2019, 19:55
Narrador

Los trolls llevan:

- 3 Cotas de escamas grandes
- 3 Martillos de guerra grandes
- 3 Escudos pesados grandes
- Amuleto de hueso con runas talladas (sin identificar)


 

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19/11/2019, 12:52
Ramiel Gardeniere

Ramiel, que había ignorado a la mujer roja para hablar con Wido, no pudo evitar sonreír cuando la vio ponerse igual de roja que el resto de su aspecto. "En mis sueños pasan muchas cosas, Yeíta" pensó, pero no la miró, siguió a lo suyo. Como si nada.

-Bien, pues... -"Yo necesito dinero, la verdad" pensó, mientras Wido registraba un posible botín. Quizá, con un poco de suerte, podían sacar algunas monedas y no solo para comer, sino para pagar sus deudas. Pensó en la Portavoz, en las monedas que le había devuelto. Si hubiese sido más canalla, habría cogido esas monedas sin dudarlo. Pero no quería. No así-. ¿Qué tal si primero vamos a comprobar que todo va bien en la ciudad y después nos vamos a tomar algo a La Comodidad de Kelvin? Nos ponemos al día y me explicáis ¿cómo os habéis conocido? ¿Qué ha sido de ti desde que volviste a tierra firme, Wido? ¿Y qué has hecho tú este tiempo, Lilandra?

Miró a Nayheeda, invitándola a acompañarlos también, pero sonriéndole otra vez de forma personal. Solo por apretarle las tuercas un poco.

-Me instalé aquí hace más de un año, enseño esgrima en una academia a las mujeres de la ciudad -comentó-. ¿Y qué hace un cálido sol tan al norte? ¿De dónde eres? -preguntó a la maga.

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19/11/2019, 14:32
Wido Cuervo Blanco

¡Jajajajaja! - De nuevo un codazo golpeó el maltrecho cuerpo de Ramiel. - ¿Esgrima a las mujeres? - Soltó una nueva risotada. - ¡Eres un jodido bribón, Ramiel! - Siguió riendo de forma atronadora. - ¡Debes tener tu sable bien desgastado, canalla!

Nadie siguió la broma de Wido y Wido empezó a sentirse un tanto idiota. Lo cierto era que durante las últimas horas del viaje hacia Byrn Shander se había pasado un tanto con la bebida, de ahí su aliento etílico y ese abuso del alcohol, empezaba a hacerse notar. Wido decidió entonces callar y acabar de recoger los objetos que había encontrado en los chamuscados cuerpos de aquellas enormes bestias. Se guardó el amuleto en su mochila y cargó con el resto de trastos, al menos con todos los que pudo.

Tenemos que llevar todo ésto a un lugar en donde podamos venderlo. - Dijo Wido. - No sé si nos darán mucho por ello. No creo que haya mucha clientela de éste tamaño, pero solo por el metal, vale la pena intentar venderlo en alguna herrería o que se yo donde... - Observó a todos los presentes. - Creo que el amuleto es mágico. Podríamos identificarlo en algún lugar, a no ser que tú... - Le dijo a la mujer de fuego. - ...puedas hacerlo. De paso revisamos que todo esté en orden en la ciudad y una vez hecho todo eso... - Una sonrisa apareció en su rostro. - ¡Después nos corremos una buena juerga y nos contamos nuestras aburridas vidas! ¿Sí? - Les preguntó a sus viejos amigos, Ramiel y Lilandra.

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19/11/2019, 15:32
Lilandra

Lilandra comenzó a caminar hacia el centro de la calle y los carromatos - Como dije, me encantará juntarme con ustedes y ponernos al día, pero ahora quiero ayudar con los heridos y luego debo reunirme con el portavoz de la ciudad. Los veré en la Comodidad de Kelvin cuando haya terminado. - dicho esto se acercó a la carreta donde habían viajado y tras asegurarse de que sus compañeros de viaje no habían recibido daño buscó a alguno de los guardias. 

- Podríais decirme a donde han trasladado a los heridos? Soy una sanadora de Lathander y quisiera ayudar en lo que pueda.

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21/11/2019, 09:40
Nahyeeda

Fue el turno de Nahyeeda de pagar a Ramiel con su misma moneda. La genasí de fuego ignoró su sonrisa personal y sus preguntas, como si no existiera, con tal fuerza que el espadachín pensó que tal vez se había vuelto invisible y mudo de golpe y porrazo. 

—Te acompaño, Lilandra —fue lo único que dijo, y acompañó a la Lathanderita sin despedirse siquiera. 

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21/11/2019, 09:52
Hengar Aesnvaard

Decidisteis separaros momentáneamente para que Lilandra pudiera hacer su labor de buena samaritana. Os despedisteis de ella y Ramiel hizo de Cicerone guiando a Wido hacia La Comodidad de Kelvin por una amplia avenida que recorría la villa de Noreste a Suroeste. El bárbaro parecía incapaz de moverse en línea recta, o de hablar de otra forma que no sea a gritos, o de darle efusivos empujones a su acompañante o, simplemente, de dejar de comportarse como un borracho. Ramiel parecía incapaz de dejar de sentirse abochornado, pero lo intentaba cada vez que veía pasar alguna bella muchachita.

Desembocaron en la amplia plaza del mercado, y vieron a un hombre alto y musculoso encadenado a un poste de madera en el centro de la misma. Tenía la piel blanca y los ojos claros típicos de un norteño, con cabellos de color castaño oscuro que colgaban por debajo de sus hombros. Había sido despojado de todas sus pertenencias, a excepción de un taparrabos de piel y un colgante fabricado con dos piezas de cuernos para parecer la cornamenta de un alce. Wido lo reconoció de inmediato, pues había sido un buen amigo en su infancia. El prisionero era Hengar Aensvaard, y aunque la gente de Bryn Shander seguía impasible realizando sus tareas, él alzaba su voz quebrada de tanto en cuanto, protestando, clamando su inocencia y pidiendo ser liberado. Aquellos que no se reían o escupían al bárbaro simplemente lo ignoraban.

A Hengar se le cambió la cara cuando vio aparecer a Wido.

—¡Wido, por favor, ayúdame! Vine aquí buscando ayuda para la tribu, y temo que sin ella perecerán. Si mi tribu cae, nada escudará a las gentes de Diez Ciudades de la ira de la Bruja de Hielo!

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21/11/2019, 10:05
Guardia

Te despediste de Wido y Ramiel y, acompañada de Nahyeeda, te dirigiste a donde había una pareja de guardias tratando de calmar a un hombre. El problema parecía ser que un troll se había colado en su tienda, arrasando todo a su paso.

—...te ruego que te calmes, Rierdon, hemos hecho todo lo que hemos podido...

—¿Y dónde estaba ese bastardo de Flaco para proteger mi tienda cuando hacía falta? —se quejaba el tal Rierdon.

El guardia lanzó un hondo suspiro y se giró cuando te vio venir.

—No hemos trasladado aún a los heridos a ninguna parte —admitió el guardia—. Todo ha sido muy rápido, pero si quieres ayudar yo te pediría que fueras a la caravana. Ellos han sufrido la peor parte del ataque. La ciudad...

—¿Cómo que la peor parte? —se siguió quejando Rierdon, e hizo un gesto elocuente hacia el desastre de su tienda—. ¿Y esto qué es?

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21/11/2019, 14:15
Wido Cuervo Blanco

Wido andaba distraído contando con todo lujo de detalles como había dedicado sus últimos nueve años de vida a descuartizar pieles verdes en las centenares de batallas vividas por tal de recuperar aquel pedazo de tierra, yermo para la mayoría, sagrado por los seguidores de Tempus. Alguien pronunció su nombre y éste se giró hacia el lugar del que procedía la voz. Sin duda era un norteño como el mismo. Un bárbaro como solía llamarlos la gente de ciudad.

Al principio no le reconoció. Hacía mucho tiempo que no veía a ese rufían. La última vez que se cruzaron debió de ser nueve años atrás, cuando Ulrich llegó a la aldea y propuso a unos pocos que le acompañaran. Hengar estaba entre esos pocos que aceptó, pero antes de salir del campamento camino del frente, resbaló atravesando un puente que cruzaba un arroyo y se fracturó una pierna. Wido siempre sospechó que lo hizo aposta, pero nunca tuvo pruebas de ello. No había vuelto a saber de él.

¿Hengar? ¿Hengar Aesnvaad? - Preguntó un sonriente Wido. - ¿Eres tú fanfarrón hijo de puta? - Soltó una carcajada.

Si, Wido... - Respondió él. - ¡Ayúdame hombre!

- ¿El mismo Hengar Aesnvaad que de bien pequeño desapareció toda una noche y la aldea le estuvo buscando por todo hasta que amaneció en una porqueriza abrazado a una cerda? - Lanzó una nueva pregunta con una sonrisa socarrona en los labios.

¡Si, Wido, si...! - Dijo algo mosqueado el arrestado. - ¡Ese mismo Hengar!

- ¿El mismo Hengar Aesnvaad que al salir de la cabaña de Vornar se dejó su collar junto al lecho de la esposa de éste? - Insistió en sacar viejas anécdotas vergonzosas.

¡Qué si, joder! - Gritó enfurecido Hengar. - ¡El mismo, pero ayúdame ya! 

- Oh... - Dijo asombrado Wido. - Entonces caballero... disculpe pero no le conozco...

- ¡Joder Wido, déjate de mierdas ya! - Insistió lleno de rabia Hengar.

¡Jajajajajaja! - Rió a pierna suelta el bárbaro. - ¿Qué haces ahí subido, Hengar? ¿Qué diantre has hecho para que te encadenen? Se ve que no les gustas mucho a la gente de por aquí...

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21/11/2019, 16:06
Ramiel Gardeniere

Ramiel se frotó la cara con ambas manos, ocultando el rostro para evitar que lo reconociesen y lo relacionasen con el bocazas que tenía por compañero. De hecho, se fue alejando varios pasos hacia atrás y fingió mirar la mercancía de un puesto del mercado que no pensaba comprar. Mejor aún, se puso a flirtear con una joven que portaba flores en un cesto que pasó justo a su lado en ese momento, desentendiéndose completamente de Wido. Sin embargo, vigiló en todo momento que el bárbaro seguía centrado en lo suyo, antes de que pudiera percibir que Ramiel estaba con una chica, se despidió de ella con una sonrisa y la promesa de enseñarle esgrima en la academía.

Se acercó al bárbaro y se quedó en segundo plano, esperando a ver a dónde llegaba todo aquello.

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21/11/2019, 14:40
Lilandra

Lilandra asintió suando el guardia le señaló la caravana, algunos carros, el que traía sus cosas entre ellos, habían logrado ingresar lo suficiente en la ciudad como para que los Trolls no los tocaran. Había otros sin embargo que habían quedado a las puertas y no habían tenido esa suerte. - Ayudaré en lo que pueda. - dijo mientras obsevaba el local destruido por el troll.

- ¡Troscar! - gritó, y el artesano levantó la cabeza de lo que estaba haciendo, acercándose ante una seña de la Portadora del Alba - Cerciórate de que este edificio no esté en riesgo de caer y asegúrate de sacar cuaquier herido que haya dentro. Cuando termines evalúa los daños y calcula el costo de las reparaciones. 

Trish - Esta vez no necesitó gritar, la intendente se había acercado tan pronto como había llamado al artesano. - necesito que ayudes a los soldados a mover a los heridos menos graves fuera de las zonas de peligro inmediato. Fíjate si puedes hacerte una idea de lo que se ha perdido

Tristán, - dijo al novicio de Lathander que parecía haberse materializado a su lado - trae los enseres de sanación y atiende a los heridos más leves. Yo me encargaré de sanar a los más graves.

La voz de Lilandra era firme, las órdenes casi habían sonado como pedidos, y sin embargo las tres personas a las que las había dirigido se dedicaron a las tareas definidas por la clériga con premura.

- ¿Que te ha traido tan al norte? - preguntó a Nahyeeda mientras caminaba hacia los carromatos volcados, buscando a los heridos más graves.

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22/11/2019, 12:49
Hengar Aesnvaard

—¡No he hecho nada, Wido, me han incriminado y me han dejado aquí para que muera a la intemperie! —aseguró Hengar antes de tener un acceso de tos que tenía muy mala pinta—. Esta gente se piensa que que las tribus Reghed somos las responsables de los ataques de las bestias y del duro tiempo invernal, ¡pero también han atacado nuestros campamentos! La Bruja de Hielo dirige el ataque. Hemos intentado acabar con ella, pero se desvanece en la nieve para aparecer unos pocos días más tarde durante el siguiente ataque. El Rey Jarund me ha enviado aquí a pedir ayuda, pero nadie me ha escuchado. ¡Wido, tenemos que encontrar ayuda o será demasiado tarde para nuestra gente!

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22/11/2019, 15:16
Wido Cuervo Blanco

Conozco a este tipo... - Le dijo entonces a un guardia que le estaba mirando con mala cara por hablar con el arrestado. - Es demasiado idiota como para haberse inventado esa paparruchada de historieta. Si dice que hay una bruja de hielo, es que la hay... - Miró a Hengar. No le gustaba verlo encadenado. Hacía mucho que no sabía de él, pero si que sabía que no era un mal tipo. - Conozco en persona al rey Jarund. Si le ha enviado es porque realmente necesitan esa ayuda. Jarund no es un idiota supersticioso. Algo ésta pasando y Hengar... - Señaló al tipo pelirrojo encadenado. - ...tiene la clave. ¿De qué se le acusa?

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22/11/2019, 19:10
Ciudadano

—¡Gracias señora, es muy amable, pero yo me apaño! —te dijo el dueño del establecimiento parando en seco a Troscar—. Lo único que quiero es recuperar mi dinero. Pagué a ese Flaco por protección, ¡y no estaba aquí cuando vinieron los trolls!

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22/11/2019, 19:16
Nahyeeda

Tristán y Trish se fueron a hacer lo que le pediste, mientras Nahyeeda se quedó a tu lado. Cuando le preguntaste qué hacía allí, la genasí de fuego se dio la vuelta y se colocó delante de ti.

—He venido aquí en misión para los Arpistas —dijo en tono confidencial —. Quizá puedas ayudarme, me han dicho que contacte con una sacerdotisa local de Lathander llamada Mishann. He pensado que como compartís religión, quizá me podrías ayudar a conseguir hablar con ella en privado.

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22/11/2019, 21:13
Lilandra

Lilandra asintió - Tengo que encontrarme con ella tan pronto como termine de atender a los heridos, si quieres puedes acompañarme y le pediré que te reciba... y quizá pueda ayudar en lo que te haya traido aquí - palmeó el brazo de la genasi e iba a abrazarla, pero recordó a tiempo lo que le pasaba a los que transgredían su espacio personal sin permiso - Me alegra mucho verte por aquí, ¿Sabes que ha sido de nuestros compañeros de correrías? Perdí contacto con todos cuando volví a Aguas Profundas.

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22/11/2019, 21:59
Nahyeeda

Nahyeeda abrió y cerró varias veces la boca, boqueando como un pez. Balbuceó antes de poder decir:

—¿Recuerdas a Aarun? —preguntó la genasí de fuego, en tono indeciso—. Él... él podría... a lo que me refiero es que...

Se rascó el mentón.

—Podrían haberlo asesinado. En Brynn Shander. Por eso estoy aquí —dijo, y miró en derredor como si buscara espías—. Hay una organización criminal procedente de Luskan haciendo de las suyas aquí. Aarun pensaba que había licántropos en sus filas y había escamoteado armas de plata en la ciudad.

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24/11/2019, 11:45
Ramiel Gardeniere

Ramiel se miraba las uñas con mucho interés, esperando a que terminara la bochornosa conversación, cuando el prisionero dijo alto que lo alertó. Escuchó con atención sus palabras, para estar seguro de que había oído bien.

-He visto a esa mujer -reveló-. En la entrada de la ciudad, detrás de los trolls. Llevaba una corona fabricada con los cuernos de un alce y se desvaneció como el polvo de la nieve. ¿Con quién tenemos que hablar para que lo liberen? Porque a lo mejor va a ser verdad que tiene información y lo tenéis aquí expuesto como un mono de feria. Y el ataque se podría haber evitado. Seguro que la Portavoz tiene algo que decir al respecto de cómo manejan la seguridad en su ciudad...