Partida Rol por web

Cuando nos reunimos "de manera accidental" en la bodega de carga no puedo más que empezar con una disculpa:

- Siento mucho mis palabras en el camarote. Esta misión está tan envuelta en mentiras y puñaladas traperas que ya desconfío hasta de mi sombra. Pero sabiendo de lo que son capaces las corporaciones, veo muy normal que todo mi camarote esté lleno de dispositivos de escucha encubierta.

El peso de los años era obvio en mí pero, por alguna razón, lo que teníamos entre manos, lo que estábamos planeando a escondidas, me llenaba de vitalidad -Le voy a ser franco. Después de hablar con Riddick descubrí que las acciones de dicho sujeto fueron orquestadas por algunas de las corporaciones y él, sin saberlo, les ayudo en su cometido, justificando unas leyes y tácticas que restaban poder a su verdadero enemigo, la ONUG. Temo que ahora quieren hacer lo mismo, pero usando a otros peones, un grupo de mentes brillantes dirigidas por una cúpula supuestamente independiente y con un expediente inmaculado -comienzo mostrando al agente Bester mis sospechas para, a continuación, hablar de mis fines- Lo que parecen desconocer es que esto les puede explotar encima. Desde esta posición, agente Bester, podemos obtener información relativa a sus conspiraciones y mentiras, mostrando al mundo la verdadera cara de las corporaciones. Si, pese a ello, la humanidad no se rebelara contra sus opresores... podemos dar una oportunidad única a aquellos seleccionados para el Proyecto Tau-Ceti. Imagínese un gran grupo de individuos que, nada más despertar, vean un vídeo que muestre todas las atrocidades de las corporaciones y concluya con un mensaje claro, que las corporaciones están lejos de ellos, que ahora pueden elegir su propio destino ¿no sería una jugada maestra del destino que sus ansias por expandirse sean su perdición? -pregunto con cierta satisfacción, máxime al pensar a mi hijo y su familia. Mis descendientes, liberados del yugo de las corporaciones ¿que mejor regalo puede aportar un patriarca?

- Debemos trabajar en la sombra, reuniendo toda la información posible, tanto de todos los pasajeros como de los actos pasados y futuros de las corporaciones. Revelarles la verdad del ataque en Marte, la existencia de Mantycora. Por cierto ¿ha oído hablar de Cerberus? -pregunto a mi nuevo y, espero, fiel aliado- Tenemos que buscar apoyos entre las personas que, como nosotros, quieran dar un duro golpe a las corporaciones, restarles poder para devolvérselo a la humanidad.

Bester llegó exactamente diez minutos después de que abandonara el camarote del Comandante. Había pasado este tiempo paseando por los pasillos, visitando distintas dependencias con el único ánimo de hacer tiempo.

Al llegar, allí ya estaba Adama. Cerró la puerta tras él y camino a paso lento hasta donde estaba. - Comandante. - Le saludó, escuchando sus disculpas. El hombrecillo no tardó en levantar la enguantada mano, negando con ella. - No tiene que disculparse, Comandante. Fue un error no comprender lo ocurrido, por tanto también me veo en la obligación de excusarme. - Asintió ligeramente con la cabeza.

Tras dejar claro aquel asunto, se llevó las manos a la espalda, escuchando las palabras del viejo Comandante. El odio que sentía Riddick hacia las corporaciones, sumado a esta nueva información, le daba todo el sentido del mundo. Aquellas piezas comenzaban a encajar, y convertían a Riddick en un aliado potencial.

Pero la noticia de que las corporaciones ahora intentaban hacer lo mismo con ellos no le gustó tanto, y sabía de alguna forma que tenía razón. Ls coporaciones intentarían orquestarlo todo para cumplir su voluntad, y desde dentro era siempre dificil ver lo que ocurría. Pero saber que querían jugar con ellos era una ventaja, ahora podían anticiparse a sus acciones.

- Aún tengo fe en que el Ansia de Libertad de la Humanidad se imponga al miedo que las corporaciones intentan sembrar. Pero como bien dice, si esto no fuera posible, podríamos darle una última oportunidad a los que estan lejos de ellos. Al Proyecto Tau-Ceti. - Asentió con la cabeza, estando de acuerdo con él.

- Tengo por seguro que muchos desearán unirse a esta causa, sólo deben superar su miedo a las corporaciones. Comenzaré a reunir información, interrogar al personal y elaborar una lista de posibles colaboradores. - Una tarea larga y complicada, sin duda. Pero mucho más necesaria de lo que había sido jamás.

Cuando preguntó por Cerberus, ese nombre me hizo guardar un segundo de silencio. No, todo lo que conocía por Cerberus era el perro mitologico de tres cabezas que guardaba el reino de los muertos. - Ese nombre no me dice nada. Sobre Mantycora será más difícil trabajar, pero sobre Marte tal vez sea más... sencillo. Hay más información y al ser de dominio público, nadie se extrañaría sobre una reinvestigación, sobretodo si acabamos marchando hasta Marte. -

- Estoy de acuerdo con usted, debemos tratar de luchar con las corporaciones en igualdad de condiciones pero, si no fuera posible, nos guardaremos la carta de sembrar una nueva civilización libre de su yugo -repito a Bester, dejando muy claras mis intenciones e ideales -debemos caminar con cuidado, no sabemos detrás de que rostro se encuentran los fieles a las corporaciones, a su dinero y poder. Por ahora solo le tengo a usted y, en parte, al invitado de Smith, Riddick.

Tras zanjar dicho tema me dispongo a abordar el siguiente punto, de gran importancia- Cerberus es una supuesta red terrorista con un gran poder, estrategia y métodos. O, al menos, eso es lo que se supone que es. La creación de la organización Mantycora por las corporaciones, creo que por la WY, supondría la respuesta a esta teórica red criminal. El Brigada Rogers le podrá informar mejor y, la verdad, me gustaría contar con él. Por lo que he visto es un hombre de importantes valores, algo que parece tenemos en común.

Me crujo los dedos detrás de la espalda, enderezando esta en el proceso -Creo que nuestros objetivos son claros, buscar a los infiltrados en la nave y neutralizarlos, razón por la que he mandado construir un par de celdas, forjar nuevas alianzas con pasajeros de la nave, empezando por Rogers, e investigar todo lo posible sobre Mantycora, Cerberus y el incidente de Marte. Riddick nos ayudará a esto último en cuanto tenga ocasión de encontrar a viejos colaboradores o archivos.

El hombrecillo de la ONUG asintió con la cabeza cuando el Comandante hizo la corta lista de aquella nueva asociación contra las compañias. Riddick sería un gran activo sin duda, a pesar de las reservas que pudiera tener Bester sobre él. Había mirado a sus ojos y había visto odio e ira, y tras escuchar las palabras de Adama compendría hacia qué o quién iba dirigida aquella ira. Sería un buen activo en aquella campaña contra las corporaciones.

Y cerrado aquello, escuchó lo que era Cerberus. Una red terrorista de gran alcance y poder. Aquello planteaba muchas más dudas, como por ejemplo si Cerberus obraba con sus propios intereses, o contra los de las corporaciones. Si eran aliados circustanciales o todo lo contrario, mortales enemigos. Aunque si Cerberus se enfrentaba a Mantycora, de mano de las corporaciones, por ahora -y solo por ahora- el enemigo de mi enemigo sería mi amigo.

Giró la cabeza hacia Adama cuando mencionó a Rogers. Él también había pensado en Rogers como un potencial aliado, aunque por supuesto, aún quedaba investigar cuál era su verdadera lealtad. Odiaba tener que desconfiar de todo el mundo, pero era la única manera de asegurarse que todos eran de confianza.

- Bien. -acabó por decir tras dejarle hablar- Interrogaré a Rogers. Necesitaré que sea... privado para poder hacerle preguntas más... ambiguas. En cuanto a Cerberus y Mantycora será mucho más delicado. Buscaré alguna manera de que la tripulación comience a preguntarse qué son estas dos cosas. Es más fácil hacer un interrogatorio encubierto cuando todo el mundo se hace la misma pregunta, que cuando nadie lo sabe. -

Asiento ante la estrategia de Bester. Él está más acostumbrado a tratar con este tipo de asuntos políticos, de engaño y subterfugio. 

El Brigada Rogers sabe más que yo de Cerberus y Mantycora, tal vez esa información te sirva para establecer un mejor contacto con él -aconsejo a Bester- Nos encontraremos de nuevo aquí, en tres días, tres horas después de la actual. Hablaremos de si hemos descubierto algo. Tenga cuidado Bester, estamos jugando a un juego complejo y peligroso, pero creo que no me equivoco al afirmar que podemos mejorar el futuro de la humanidad si tenemos éxito.

En la clásica linea de Bester, el pequeño hombrecillo asintió con la cabeza para confirmar las palabras del Comandante. Rogers podría ser una valiosa fuente de información, además parecía integro y de convicciones similares a las suyas, lo que podría convertirlo en un potencial aliado... solo debía andar con cuidado, ver cual era su verdadera lealtad y a partir de ahí, ofrecerle un punto de confianza si realmente se lo merecía.

Además, estaba aquella cuestión, Mantycora... que había vuelto a él después de tanto tiempo. No podía más que sentir curiosidad en desvelar que era aquello que tantos habían protegido con tanto celo.

- El riesgo merece la pena, Comandante. Por un futuro donde los pájaros puedan volar. - Acabó por decir solo para darse la vuelta, y marchar de allí. Tenía muchas cosas que hacer, y muy poco tiempo.

Bester entró en la bodega de carga de vuelta junto a Steve. Resultaba imposible, al menos por la actitud y formas de Bester, saber si había ido bien o no la conversación con el soldado. Se limitó a entrar con aquella diminuta sonrisa imperecedera mientras estudiaba su alrededor con aire distraido -o eso parecía dar a entender- y se giró hacia Riddick.

- Ahora me gustaría hablar con usted, Riddick. -

Seguía dando vueltas alrededor del saco sin perder el ritmo de los movimientos, a un ritmo medio, ni demasiado rápido ni demasiado lento. Ejercitando los músculos que mas podrían haber sufrido por la posición en la que había estado atrapado hasta no hacia demasiado rato. Durante uno de los giros veo volver al loquero con el soldadito, y reduzco aun mas el ritmo hasta detenerlo cuando se acerca hasta a mi. Asiento ante su petición mientras mi mirada se desvía hacia Rogers, unicamente durante una fracción de segundo para ver cual es su reacción. ¿Dejara el perrito guardián de serlo o por el contrario habrá aceptado lo que le haya dicho el agente? Sin esperar ninguna confirmación, me acerco hasta colocarme a la altura del agente y seguirlo a donde quiera ir, callado y atento a las palabras que me tenga reservadas.

Saludo a los guardias al entrar en la bodega.

- Muchas gracias, sargento Pentecost... Soldados - añado con una inclinación de cabeza hacia Matthew y Ford. - Confío en que no haya habido ningún problema. - Miro a Riddick. Si lo hubiera habido alguno de los presentes probablemente no estaría aquí. - Pueden retirarse, yo me hago cargo... Y recuerden que les debo una ronda cuando pisemos tierra.

Espero a que se retiren mientras me vuelvo hacia Riddick.

- Confío en que le haya sentado bien el ejercicio - le digo recogiendo los guantes y dejándolos colocados. Por un momento pienso descolgar el saco, pero será bueno que los hombres vengan aquí a entrenar un poco y desfogarse, así que finalmente decido dejarlo allí.

Haciendo caso omiso a la mirada interrogante de Riddick, me echo ligeramente a un lado esperando a que el agente Bester decida qué hacer, aunque ahora mismo tenemos la bodega para nosotros solos.

- Siéntese, Riddick. Hágame este favor. Disfruto más cuando todos los interlocutores estan sentados. - Dicho esto, el menudo hombre se agenció una silla para tomar asiento en ella, quitándose los guantes para dejarlos sobre una mesa, al igual que las cartas que sacaba, y dejaba sobre la misma. - Steve nos acompañará. Espero que eso no sea inconveniente. - Miró a Steve. - Y puede intervenir, si lo desea... no será necesario que se quede ahí, de pie como un mero observador. - Y su mirada volvió hacia Riddick.

- Bien, me gustaría hacerle algunas preguntas. La primera es... ¿Cómo habría matado a todos los guardias que le estaban vigilando mientras Steve y yo hablabamos? - Su tono de voz, totalmente carente de emoción, tan carente de entonación o intención, tampoco pareció destacar aquella pregunta, pues su actitud era tan tranquila como si le hubiera preguntado sobre la comida de la nave.

Me acerco a donde esta el agente y al igual que él busco una silla para así poder sentarme. Es un hombre que sin duda me inspira mas respeto que la mayoría de los presentes, concederle esa nimiedad que es sentarme no supone un problema. Una vez tengo la silla busco la posición contraria a la suya, quiero poder ver bien a mi interlocutor. Se que es difícil que exprese algo que no desee, o mas aun, que no desee que yo descubra, pero eso no quita que sea interesante intentar leerle y estudiarlo. Parece ser que Rogers ha decidido que no me va a dejar solo con el agente, sera por la broma de antes cuando aun estaba encadenado, la verdad es que es indiferente. Bester mira a Rogers antes de devolverme a mi la mirada y comenzar su interrogatorio, de nuevo. Estoy a nada de lanzar un suspiro de hastío, vale que quiera preguntar pero es necesario siempre darle ese aire de interrogatorio... tal vez a otros les asuste, a mi no y la verdad encuentro absurda la necesidad... aun así supongo que tendrá su sentido.

Sin embargo, la primera pregunta me obliga a entrecerrar ligeramente los ojos, mientras una ya más que típica sonrisa irónica asoma sutilmente en mis labios. Le miro a él y después a Rogers, percatándome de que ha esperado a que se retiraran los hombres antes de formular tan intensa pregunta. - ¿Matarlos? - Hago un gesto pensativo. Sin duda, lo difícil no hubiera sido matarlos, sino hacerlo sin que sonase la alarma. - Lo primero que podría decirle es que están muy confiados, demasiado. - Levanto mis manos enseñando mis preciosas joyas. - Creen que esto me convierte automáticamente en un inútil a su lado, creen que su entrenamiento militar les proporcionara la ventaja adicional. Sus ordenes son claras y si intento romperlas correrán a impedirlo... - Sonrió siendo mas agresivo. - Ese simple hecho me da la ventaja suficiente para provocar la situación que necesito. - Me encojo de hombros. - Si hubiera intentado desenganchar el saco o ellos hubieran pensado que estaba a punto de coger la cadena del mismo, para usarla como arma, hubieran intervenido. Es lo que se les ha ordenado hacer. El tipo que estaba detrás mio siente una amplia necesidad de demostrar que es mas duro que yo. Cada gesto, cada palabra así lo indica. Seria el que mas fácil picaría A poco que me resistiera, el mas joven saltaría para salvar a su amigo mientras el oficial aparece, solo habría que esperar a que este se haya distanciado lo suficiente para estar seguro de que tardara unos pocos segundos mas que el joven en llegar. Eso me daría la ventaja justa para acabar con el primero y recibir acto seguido al segundo... después de eso solo quedaría Pentecost. - Dudo que haga falta añadir nada mas, son buenos, son militares pero creo que ahora mismo el único que esta a mi altura en un combate individual es Rogers. - ¿Responde eso a su pregunta?

Asiento a las palabras de Bester y tomo asiento junto a ellos. Pese a todo, me abstengo de comentar nada mientras escucho con atención a Riddick. Su plan podría haber funcionado en circunstancias normales, pero se basa en suponer un error humano, que el sargento se mantendría lo suficientemente alejado como para no llegar a tiempo de intervenir, y en que a pesar de esos grilletes sería lo suficientemente hábil como para acabar con un soldado entrenado antes de que su compañero llegue en su ayuda. Sin embargo, actuando suficientemente rápido y bajo las hipótesis que plantea, si Ford hubiera estado ligeramente descuidado o algo bajo de forma, podría haber tenido éxito. Aunque, de todas formas, lo primero que hubiera hecho el sargento Pentecost era dar la alarma, por lo que no es esa la táctica que yo habría escogido para escapar en este caso.

La explicación de Riddick no inmuta su semblante, no parece preocupado, ni parece tener la más mínima intención de avisar a los guardias de sus errores. Desde el momento en el que lo vio, Bester comprendió las capas más superficiales del pensamiento de Riddick, y según hablaba más comprendía. Aguardó pacientemente, como hombre de costumbres, a que terminara su explicación. Tenía por seguro que lo mejor se lo reservaba, incluso tenía ciertas nociones de que posiblemente, su forma de actuar habría sido sutilmente diferente.

Pero tenía por seguro que aquel hombre que estaba delante suyo, jamás pondría todas sus cartas sobre la mesa. Y era eso lo que hacía que hacia que tuviera su gracia, aquella evasión, aquellas capas de pensamiento, aquel pensamiento paralelo. - No, pero será suficiente. - Contestó brevemente, dibujando una pequeña sonrisa, mientras comenzaba a pasar cartas una a una boca abajo, como si estuviera buscando una de ellas... teniendo en cuenta que estaban boca abajo.

- Anticipación a reacciones pre-condicionadas. - Resumió su estrategia, con un tono que casi parecía alabarla. - Pero dándome por satisfecho con su respuesta y situando que solo con este ataque inicial habría eliminado a la mitad de la dotación militar mi pregunta real podría resumirse en... ¿Por qué no? - Por qué no lo había hecho. Quizás aquella pregunta tenía un poco -bastante- más de profundidad de lo que pudiera parecer, de lo que el mero morbo pudiera sugerir. Había una cuestión real, una cuestión de su verdadera motivación.

La carta, el Rey de Rombos. No fue una carta aleatoria, ni mucho menos. Pero para saber eso, uno debería ser un verdadero experto en materia de equilibrio o tener un escaner de rayos-X. En uno de los laterales de la carta hay un pequeño alambre dentro del naipe. Esto hace que la carta pierda equilibrio, pero por lo demás es imperceptible.

Bester escucha y estudia cada palabra y gesto que hago, estoy completamente seguro de ello. Soy capaz de entrever un sencillo gesto de satisfacción, como si mis palabras únicamente le confirmaran una realidad que el ya conocía de inicio. No me sorprendo por sus capacidades de deducción, sí por lo demás. Al fin y al cabo todos los presentes en esta nave piensan que mataría por el simple placer de hacerlo, mientras que este hombre ha estudiado previamente mi pasado, ha preguntado y escuchando mis palabras, únicamente debo haber confirmado una teoría suya. Juega con sus cartas hasta presentarme una delante mío, o más bien dejarme ver el reverso, que no la figura de la misma. Miro la carta y a él, pero son sus palabras las que realmente atraen mi atención, solo soy capaz de concebir una persona a la cual supondría no solo un beneficio matar, sino además una satisfacción... solo una, y este hombre me está diciendo que sabe quién es.

Si creí que sus palabras no podían sorprenderme más, este hombrecillo lo consigue. Ladeo ligeramente la cabeza para observarle aún más detenidamente, cuando de pronto me presenta el rey de rombos. Alargo la mano para coger la carta y mirarla. ¿Un regalo? ¿Está dispuesto a entregarme a quien yo creo, como si fuera un regalo? Sé que desea mi colaboración en algo y tras creer entender lo que me está dando como muestra de buena voluntad, no puedo más que sentirme intrigado sobre qué quiere exactamente de mí.

El agente se levanta, quedándose un momento parado mientras me indica que quiere que piense una cuestión. Las palabras que me dirige sin duda me son conocidas, no solo las entiendo, sino que hace mucho que obtuve beneficio a ellas. Ni siquiera necesito pensar una respuesta, como miembro de una organización como la MNM y sabiendo de lo limitado de nuestros recursos, todo hombre con dos dedos de frente sabe que el conjunto, el todo que forma con sus hermanos y hermanas, es mayor que la suma individual de cada parte. El individuo es fuerte, pero el conjunto lo es más.

Mi voz grave deja de tener el tono irónico al que están acostumbrados mientras contesto al agente, antes de irse. - Conozco la cuestión, hace mucho que saqué provecho de ella. En mi caso puedo decir que el todo siempre supone más que las partes individuales que la componen... siempre y cuando todas ellas decidan, al menos, usar una cantidad significativa de su individualidad para remar en la misma dirección que los demás. - Sin embargo una vez he contestado, veo esa sonrisa tan suya. La pregunta en sí tenía trampa, lo sé. Mi respuesta es únicamente un pensamiento derivado de mis experiencias previas... pero la cuestión de si diversos individuos, con diferentes objetivos, pueden llegar a remar en una sola dirección para beneficio común... eso ya es otro tema. Dependería de los individuos y de los objetivos. Aunque algo me dice que el bueno del loquero ya ha conseguido lo que quería y la verdad, por primera vez no puedo decir que eso me moleste.

Bester se cruzó de brazos, esperando a su pupila en el interior de la bodega para que entrara y le explicara lo que había descubierto en su ausencia.