Partida Rol por web

No puedes creerlo. Hasta el punto de que por un instante dudas de tus sentidos. De si imaginas cosas, o si pudiera tratarse de una de esas perfectas imágenes proyectadas por Seis a través de la interacción del implante con tu nervio óptico. O tal vez otro holograma...

Pero no. Es real. Ella está allí. Y besando a otro. Además, a uno de los miebros de la tripulación que embarcarán contigo en ese Crucero Estelar que están acabando de acondicionar aquí al lado. Lo que para otros no es más que una rubia cañón a la que juzgan sólo por su imagen, felicitando a ese tal Youg por su último ligue, para tí es... es la mujer que más ha marcado tu pasado, la que ha dejado una huella indeleble en tu vida. La mujer perfecta. Aunque no tanto. Después de todo, ella te dejó. Y la perfección femenina es lo que tú mismo has recreado en tu implante. Es Seis. Aunque claro, ella es una Inteligencia Artificial, no una mujer real.

Durante unos angustiosos segundos dudas acerca de cómo comportarte, qué deberías hacer. Tal vez sería buena idea acercarte y saludar, con fría condescendencia, como viejos conocidos que se reencuentran por azar. Aunque no te apetece nada hacerlo en presencia de esta gente. En especial de ese Youg, que volverá a abrazarla y a besarla delante tuyo, tal vez explicándote cómo se conocieron y todo lo que han hecho juntos desde entonces...

Y para cuando quieres reaccionar, ella ya se ha dado la vuelta y ha desaparecido.

Guiados por el servicial alferez Moff, recorréis diferentes secciones de este inmenso astillero orbital, en el que al parecer se trabaja en múltiples proyectos simultáneamente.

Sin embargo, incluso en unas instalaciones de la envergadura de la Estación Orbital Nostromo es muy improbable que se lleve a cabo el reto de construir más de un Crucero Estelar de forma simultánea, simplemente porque supera la escala de cualquier Lanzadera o Prospector minero como mínimo en una proporción de cinco o hasta diez a uno. Y eso sólo en cuanto a dimensiones, sin entrar en las especificaciones que implica su reactor de fusión nuclear.

Para cuando llegáis al Dique nº2, en el que se está acabando de acondicionar el Crucero Estelar AURORA, además de los operarios de los astilleros que todavía están trabajando en los últimos detalles, allí ya se ha reunido una pequeña multitud de militares y civiles que parecen esperar el momento de embarcar.

Además, en este momento parece coincidir la llegada de un grupito de una decena de civiles, guiados por un miembro del cuerpo de seguridad de la Nostromo, con la de una unidad de seis marines coloniales, cuyo sargento se adelanta para saludar al que inmediatamente reconoce como el hombre al mando de todo esto.

Un hombre de color de aspecto imponente se planta ante otro de mayor edad y semblante serio, se cuadra ante él con un sonoro taconazo y le saluda con gesto marcial:

- Comandante William Adama, se presenta para servicio el Sargento Mayor Stacker Pentecost - por su expresión facial resulta evidente que ambos hombres ya se conocían previamente - El escuadrón Alfa está dispuesto para intervenir, señor - entonces relaja su tono y añade con tono afable - Es un placer volver a servir a sus órdenes.

El aludido sonríe levemente con camaradería, pero guarda las formas en su respuesta:

- Sean bienvenidos a bordo, Sargento Pentecost - echa una breve ojeada a los hombres que le acompañan y asiente satisfecho antes de ordenar - ¡Descansen!

Entonces se vuelve hacia el oficial de seguridad que les ha recibido a su llegada a la Estación Orbital Nostromo, que está justo al lado de Mr. Smith, el hombre de la corporación... y pregunta abiertamente:

- Teniente Motti, si hace el favor de darme una respuesta clara y concisa... ¿Cuánto falta realmente para que podamos tomar posesión de nuestra futura nave?

El oficial de seguridad le ofrece una sonrisa de compromiso, sin dejar de mirar de reojo a Mr. Smith, consulta nerviosamente la PDA que lleva en las manos y deja ir un audible suspiro antes de contestar:

- Según acaban de registrar nuestros operarios, las modificaciones han sido completadas y la AURORA puede entrar en servicio dentro del plazo comprometido - habla aceleradamente, presa del nerviosismo, algo comprensible teniendo en cuenta que si cualquier cosa no sale a plena satisfacción del alto directivo de la corporación que tiene a su lado se juega el puesto - Y eso, a falta del servicio de limpieza que debe estár trabajando a bordo en estos mismos momentos... ¡Quiere decir ahora mismo!

Da un respetuoso paso atrás para franquear el paso al Comandante Adama y añade:

- La nave está en sus manos, Comandante.

Oído esto, el veterano oficial se vuelve lentamente hacia la nave que tiene a sus espaldas, el Crucero Estelar que deberá comandar... y comenta con media sonrisa dibujada en su avejentado rostro, dejando a un lado los convencionalismos:

- En ese caso, damas y caballeros, creo que ya va siendo hora de que tomemos posesión del AURORA... vayan pasando, debemos conocer el que será nuestro hogar.

Y cuando empieza a abrir la marcha, le susurra unas palabras a otro experimentado militar que tiene a su diestra:

- Saúl, tú y Pentecost id supervisando y comprobad la identidad de cualquiera que acceda a bordo, dejad un puesto de guardia permanente que controle el acceso a la nave hasta que hayamos despegado de esta Estacion Orbital... luego quiero que O´Brien y Henderson hagan una inspección a fondo hasta del último rincón de mi nave - lo cortés no quita lo valiente, ni lo cordial la prudencia.

La nave que tenéis ante vosotros es uno de los modelos de Crucero Estelar de Combate más avanzados nunca construidos, fruto de los espectaculares avances tecnológicos experimentados en los últimos años de colonización espacial, en particular desde el hito que supuso el lanzamiento del Xin Xiwang (Nueva Esperanza) en el Proyecto Alfa Centauri. La filtración de los revolucionarios diseños desarrollados por la Corporación Yitong Tianxià asiática ha supuesto un salto de décadas con respecto a todos los modelos previos. Nadie imaginaba lo punteros y eficaces que podían llegar a ser los ingenieros aeronáuticos chinos de hace cuarenta años, pero la fiabilidad de sus arriesgadas soluciones està avalada con la certeza del éxito de su empresa colonizadora. Ahora los Cruceros Estelares son más pequeños y veloces, están casi completamente automatizados y pueden operar con una tripulación que es casi una cuarta parte de la dotación tradicional. Y el ahorro en compartimentos para la tripulación y en el privativo coste del soporte vital redunda en una autonomía impensable hace apenas veinte años.

Apenas estáis acabando de subir la rampa de la cubierta inferior para dirigiros al ascensor cuando un hombrecillo desaseado os sale al paso de espaldas, mientras arrastra un carro de limpieza:

- Todavía no hemos acabado de recoger toda la mierda que han dejado los montadores, cuando ya está entrando más gente para estorbar - se va quejando por lo bajo, aunque es obvio que ha oído vuestros pasos - Siempre es lo mismo, nadie sabe apreciar nuestro trabajo... si no fuera por el seguro médico, enviaría este put...

Entonces alza la vista y ve todos esos uniformes y trajes ejecutivos.

- Eeeeee... - se traga sus palabras, para luego alzar la voz llamando a alguien - ¡Parker, creo que llegan los jefes!

Y al cabo de un momento aparece un enorme hombre de color limpiándose la grasa de las manos en un paño mugriento mientras masca chicle con la boca abierta y farfulla:

- ¿Qué coño dices tú ahora? Si todavía debe falt... - igual que su compañero, casi se da de bruces con vosotros e interrumpe bruscamente su frase, quedando unos instantes en silencio hasta que logra reaccionar - Estooo... no esperábamos a nadie tan pronto, señor... señora... señores todos... - se lía de mala manera con el protocolo - Digoooo.... que nos han dicho que nos presentemos ante el Jefe Henderson cuando acabemos - consigue ubicarse al fin - Pero aún nos falta bastante para acabar aquí...

El Oficial Técnico se abre paso educadamente entre vuestra pequeña multitud para plantarse ante ellos:

- Yo soy Henderson - se presenta - Y supongo que vosotros sois el personal asistente para el mantenimiento ¿Parker y Brett, no? - sin aguardar a su respuesta se hace cargo de la situación - Bien, pues ahora dejad lo que estéis haciendo y acompañadme, quiero hacer una inspección de toda la nave para poder empezar a planificar el trabajo... empezando por una buena limpieza de los conductos de ventilación, ahí acaba metiéndose de todo, podéis creerme...

Y acompañado de sus dos ayudantes se dirige a las escalerillas de mano para dejar paso libre al resto...

Por fin llegamos a la estación Orbital Nostromo. Por fortuna Wray dejo las cosas claras y el resto del viaje se hizo mas agradable.

Pocas veces me impresionaba por algo, pero tenia que reconocer que el hangar era inmenso y te hacia tener una sensación de pequeñez. Mientras avanzamos contemplamos como todo era enorme, a una escala que no había visto nunca.

Al poco de andar, un oficial de seguridad se nos acerco. El cual no tardo en ganarse una acerada mirada mia por su broma sobre los Wekos. Después de que se presentara saque una pequeña libreta de mi bolsillo. Era raro en un mundo tan tecnológico pero disfrutaba mucho del tacto del papel aunque fuera un mero sucedanio del de verdad, pero su tacto y el de mi lápiz eran mucho mas agradables que cualquier fría tableta.

-Alferez Moff numero Tk-421. Comente en bajo para mi mientras anotaba con gesto severo. Era algo que no fallaba. Si tenia dos dedos de frente, e imaginaba que asi fuera, sabria que era la asistenta de Wray, y que si una importante miembro de la Wk tomaba tu nombre y numero... no era buena señal. La verdad es que no tenia mayor intención que hacer que tuviera la urgencia de ir al servicio mas cercano.

Para su mayor desdicha nos comento los problemas sobre la armadura de combate, pero unas rápidas palabras de Wray le hicieron agilizar mucho el trabajo.

Acompañados por el Alferez recorrimos parte de la estación.

-Es enormemente grande. Pensé para mi.

Cuando llegamos al dique numero dos ya estaban acondicionando el Aurora. Allí esperando había una multitud de civiles y militares.

Había un hombre de color de planta imponente y bastante actractivo hablando con otro mas mayor.

Al parecer eran los militares encargados. Demasiados Señor y firmes y descansen para mi. Ventajas de no ser militar. Aunque mi situación solía ser mas rígida que si lo fuera.

-Al menos no tengo que decir si Señor a todo...

Mientras esperaba miraba la nave, la verdad es que era una maravilla tecnológica. Estando el Doctor Mckay cerca, decidí hablar con el.

-Doctor

pero cuando iba a hablar un caterva de operarios aparecieron. Y comenzaron a hablar de la nave y de recoger mierda.

- Espero que podamos embarcar pronto.

Un tipo fornido y con ese aire inconfundible de quién ha pasado media existencia en el ejército se aproxima al Sargento Pentecost y se cuadra ante él, mientras saluda marcialmente:

- Cabo Mayor Quaritch, señor - se presenta - Tengo entendido que mi Exoesqueleto de Combate Armaggedon sustituye al segundo escuadrón en la dotación de marines de esta nave...

Vuelve la cabeza sucintamente hacia el hombre de color que le acompaña, mostrando al hacerlo las terribles cicatrices que marcan su rostro, y añade:

- Y este es mi técnico especialista, Ben Sysko.

El aludido saluda también al modo militar, pero como lo hacen los veteranos, reduciendo el gesto a la mínima expresión:

- Señor - sonríe de medio lado y puntualiza - Técnico especialista dedicado exclusivamente al Armaggedon, no voy a tocar nada más... ni vamos a tolerar que ningún otro le ponga las manos encima a nuestro "niño".

- Sargento Pentecost -responde el militar de color, haciendo el gesto propio de su oficio- Un placer Cabo... Ben... -continúa mostrando su respeto al primero por su rango y con una mayor familiaridad al técnico- No os preocupéis chicos, vuestro niño está a buen recaudo y solo vosotros lo haréis gritar y le limpiaréis los pañales tras la batalla -añade jocoso ante el comentario del técnico.

El soldado Greer, ubicado justo detrás de su sargento, contempló boquiabierto al Cabo Mayor Quartrich. 

¿Este nota es nuestro jodido segundo escuadrón? ¿Nos cambian una escuadra entera por un jodido cyborg?, se dijo incrédulo el soldado. Es cierto que una armadura podía resultar jodidamente útil en una confrontación directa, pero dudaba que un sólo efectivo (porque el bocazas que le acompaña estaba claro que no contaba) pudiese suplir a una escuadra entera por muy bien equipado que estuviera. 

Primero nos quitan el puto gimnasio y ahora esto, pensó amargado. 

Recordó entonces dónde estaba (y cuál era su lugar) y por primera vez en mucho tiempo, Ronald Greer cerró el pico, tratando en vano de guardar la compostura. 

Cuando veo a los recién llegados presentándose ante Pentecost, decido acercarme a ellos para ir conociendo cuanto antes a todos aquellos que estarán bajo mis órdenes.

El piloto del exoesqueleto no es más que otra máquina de matar, perfecto para su oficio, fatídico fuera de él. Y el hombre de color parece más un civil o un ingeniero que un soldado, aunque se nota que ha servido en la Armada.

- Comandante Adama -digo nada más llegar a su lado- Bienvenidos a la estación... y a la que será nuestro hogar en las próximas semanas, el Aurora -mi mirada viaja hasta la gloriosa nave, un claro ejemplo del avance de la humanidad y de lo que se puede construir con los recursos apropiados.

No vuelve a presentarse, consciente de que el Comandante ya ha tenido ocasión de escucharle

- Señor - saludando al modo militar - con permiso...

El Cabo se dispuso a "abordar" la nave, impaciente por comprobar las instalaciones del Aurora, aunque esperando en el acceso a la Consejera Wray.

Sysko pone cara de circunstancias y excusa a Quaritch:

- Discuple a Miles, comandante Adama - comenta con una sonrisa de compromiso - Cuando la Wk nos contrató le asignaron la protección personal de la consejera Wray durante este viaje - informa - Y siempre ha sido muy celoso de sus funciones...

Luego amplía su sonrisa y trata de socializar.

- Cuando serví en la Armada Espacial, hace ya más de diez años, alcancé el rango de Cabo antes de licenciarme - aclara a los militares - Pero siempre dentro del Cuerpo Técnico, lo mío es trastear con la maquinaria... aunque ahora mi socio Quaritch y yo trabajemos en el sector privado.

Es decir que son mercenarios. Y probablemente el exoesqueleto Armaggedon sea su propiedad conjunta, de ahí viene eso de la "asociación".

Nuestra llegada parecio coincidir con la de un grupo de civiles, escoltado por algun personal militar. Me cuadré mientras nuestro sargento se presentaba ante el comandante Adama, a quien salude tal y como el protocolo requeria, dejando que fuera mi superior quien intercambiara aquellas palabras de presentación con el comandante.

Por mi parte, me dediqué a estudiar a aquel grupito que acababa de llegar, en especial a aquel cabo que acompañaba al grupo que no tardó en dejarnos claro por qué eramos un solo escuadrón, y no dos.

¿En serio? ¿Ahora nos sustituyen a todos por un solo tipo con una armadura grande?

No pude evitar mostrarme sorprendido. Aun asi, guarde silencio, esperando a que el sargento nos diera paso hacia el interior de la nave. Cada vez tenia mas preguntas, a las que intentaría encontrar una respuesta en cuanto estuviéramos a bordo de la nave.