Partida Rol por web

El grupo encabezado por Adama realiza un corto recorrido tras atravesar la doble compuerta presurizada de la bodega de carga de proa, pues se limitan a tomar el primer ascensor, subir una planta y encaminarse de nuevo hacia la parte delantera de la nave.

Y cuando entran en el Puente de Mando del AURORA encuentran una sala llena de gente que silencia de súbito el murmullo de sus conversaciones y les contempla expectante... en especial teniendo en cuenta que el comandante Adama ha traído consigo al peligroso terrorista que recogieron en la penitenciaría orbital de Himalia.

Justo tras entrar el pequeño grupo que acompañaba al comandante, irrumpe atropelladamente el Alferez Young, jadeante y con el cabello todavía mojado tras una ducha de vapor. De inmediato se aproxima a su superior discretamente y le susurra algunas palabras ahogadas, sin duda para disculparse por la tardanza...

El suboficial murmura algunas palabras al oído de Adama que sólo oyen los más cercanos:

- Señor, le ruego disculpe la interrupción, pero debo comunicarle algo importante y que creo no puede esperar -le dedica una elocuente mirada de frustración- Diversos sistemas menores de la nave están experimentando fallos recurrentes, de momento no he logrado encontrar nada aplicando los protocolos de seguridad ordinarios, la CPU principal está limpia... pero los sistemas de iluminación, de ventilación, de apertura de las puertas o de aspersión de las duchas... están experimentando disfunciones aparentemente al azar.

Poco a poco esto empezaba a llenarse como si fuera el camarote de los hermanos Marx, una vieja película que había visto una vez.

Vi la llegada de los doctores Kern y Kavanagh. Me quedé con su conversacion sobre los talentos y en especial con el nombre de Klaus Schmidt.

Luego me fijé rápidamente en la Consejera Wray, la cual no parecía estar en las mejores condiciones. No me pasó por alto que no cruzara ninguna palabra conmigo, e imaginaba que para los mas inteligentes y espabilados de la sala habrá pasado lo mismo.

Aunque claro siempre podía ser que estuviera molesta conmigo por algo.

-Si fuera eso ya me hubiera llamado a su cabina.

Por otra parte estaba la dupla de Bester y Lucy. Los agentes del ONUG. Apenas había hablado con Lucy, por lo que no conocia casi nada acerca de ella. Sin embargo Alfred Bester fue muy esclarecedor durante el tiempo que pasamos juntos en la guardia de vigilia.

Y de pronto entró por la puerta Rodney. Estaba segura de que había llegado tarde adrede. Una persona como él no se olvidaba de la hora. Correspondí a su sonrisa y añadí un.

-Doctor McKay.

Escuchaba los murmullos de las conversaciones sin intervenir en ellas, cuando vi llegar a Adama... y con él a un espécimen muy interesante. El famoso reo.

- Veamos si el León es tan fiero como se le pinta.

Asiento ante las palabras del oficial Young y dejo claro con la cabeza que dejaremos el tema para más tarde, muchos esperan el inicio de la puesta en común y prefiero tratar ese tema cuanto antes.

-Señores, gracias a todos por venir -digo saludando brevemente a los presentes- No nos andaremos con rodeos. El equipo científico presentará los datos que poseen sin que nadie les interrumpa y, a continuación, se les hará las preguntas pertinentes. 

Paso por alto el tema de Riddick pues no quiero hacer que sea el centro de atención. Para eso sólo le hace falta su reputación.

Bester se mantuvo quieto, a la espera mientras aquel lugar se llenaba cada vez más de gente. Algo le decía que aquello se asemejaba de alguna manera a un cartucho de pólvora, y todos tenían ganas de encender la mecha. La pregunta era ¿quien la encendería? Finalmente, Adama dio la orden de que comenzarían a exponer los científicos, y después, los demás harían las preguntas a lo que el agente de la ONUG asintió con la cabeza, confirmando que estaba de acuerdo con ello.

El paseo no es especialmente largo, tras traspasar la doble compuerta presurizada del hangar, subimos en un ascensor y atravesamos un pasillo hasta llegar a una puerta. En cuanto esta se abre, una multitud de voces atraviesan en umbral, diferentes conversaciones y posibles discusiones entre los diferentes miembros de la parte alta de la tripulación. Damos un par de pasos dentro del puente de mando de la nave, lo suficiente para poder permitirme ver a algún rostro conocido. Los agentes de la ONUG y la hiena están allí, además de otra ave carroñera. Sin ninguna duda están todos los "peces gordos" juntos en una misma pecera... una pena no tener algo bonito para darles y si hiciese tic-tac mejor.

Poco a poco todas las conversaciones se detienen, todos parecen haber encontrado un objetivo común para sus miradas: Yo. Casi me siento como si fuera una presentación en sociedad, como esas niñas ricas estúpidas, con todos los ojos clavados en mí, evaluándome incluso antes de que abra la boca. Fijándose en cómo me muevo o cómo me expreso... y no es cuestión de decepcionarles. Me perfilo ligeramente, simplemente unas pequeñas variaciones en mi pose, tal y como avanzamos, para hacerlas menos obvias, remarcando la parte más evidente de la situación, incluso aquí dentro, no me siento la presa ni de lejos. Observo al rebaño presente, sin desviar la mirada, soldados, agentes, ejecutivos, científicos. Todo lo que el dinero y el poder de dos MegaCorporaciones puede reunir. Y aun así, con todos sus títulos y pompa, se quedan clavados en el sitio al verme a mí... rodeado por dos guardias y con mi joyería, los grilletes magnéticos, en su sitio. Es sin duda algo gracioso, terriblemente gracioso... hasta el punto que no puedo evitar mostrar una sonrisa entre irónica y peligrosa. Al fin y al cabo, son sólo eso... ovejas.

Un suboficial se acerca y murmura unas palabras a Adama. Archivo lo que dice como datos de interés, aunque Adama prefiere dejarlo para más adelante. Parece ser que empieza la función.

Smith, en contra de cómo actuó en el pasado, está en un segundo plano, parece que prefiere esa posición en que resulta observador y no observado.

Mira con indisimulado desprecio al reo y observa la reacción de los presentes.

No se imaginan lo peligroso que es...

Observé detenidamente a los allí presentes, tomándome mi tiempo para comenzar la exposición. Lo bueno se hacia esperar, de eso no habia duda. Asi pues, alargué aquella expectación deliberadamente algunos segundos, esperando esi sí, que ni Kern ni Kavanagh fueran lo suficientemente estúpidos como para atreverse a atentar contra mi protagonismo en aquel asunto. Estaba claro que los presentes a quien querian escuchar, era a mí. El jefe científico a bordo. La eminencia. ¿Quién iba a perder el tiempo con dos mediocres como ellos?

Asi pues, finalmente, carraspeé ligeramente, mientras me colocaba en primera plana, de pie. Necesitaba mi espacio para gesticular, para poder moverme cómodo, para asegurarme de que todos y cada uno de ellos me estaba prestando la debida atención. Y entonces, sin mas, comencé con mi informe.

-Señoras y señores, como supongo que ya sabrán soy el doctor Rodney McKay. A continuacion pasaré a exponerles los resultados del informe que el comandante Adama encargó al cuerpo cientifico de esta nave. Les ruego presten toda su atención. - comencé, haciendo una pequeña pausa antes de entrar en materia.

- Se nos ha encargado estudiar –dije, eligiendo cuidadosamente aquel término, en lugar de investigar – la desaparición de un convoy minero compuesto por cuatro prospectores automatizados, procedentes de la explotación orbital de Mercurio y con destino a los astilleros de Caronte, en órbita de Plutón, donde se está construyendo el “Gift of God” – añadi, disponiéndome a realizar una aclaración totalmente inecesaria– Como saben, es la nave de tránsito que será enviada al sistema Tau-Ceti con 1750 colonos a bordo, cuidadosamente seleccionados entre lo mejor de la humanidad, y que estarán en hibernación durante los cerca de 90 años que se estima dure ese viaje.

- Como es usual, los prospectores mineros viajaban sin una tripulación humana, para abaratar costes y optimizar al máximo el espacio de carga en cada una de las naves, evitando así destinar recursos al soporte vital y la crioestasis – la típica mentalidad utilitaria que se ha impuesto en la carrera espacial del siglo XXIII – Su carga consiste en 200.000 TM de mineral de hierro refinado, equivalente al grueso de la producción de toda la Cuenca de Calodis durante seis meses – comenté, para intentar dar a todo el mundo una pequeña nocion de las proporciones de la pérdida, de un modo que fuera comprensible para sus seguramente limitadas mentes – Se calcula que si el cargamento no lograse ser recuperado, podría retrasar el avance del Proyecto Tau-Ceti en casi un año…

- Las naves siguen un plan de vuelo pre-establecido y van equipadas con una baliza que transmite de forma continuada su posición al centro de control, ubicado en el Cinturón Orbital Terrestre – hasta aquí todo parece perfectamente seguro, no puedes perder algo que supervisas permanentemente durante todo su recorrido – El problema radica en que cuando se interrumpió el contacto las cuatro naves del convoy estaban ya más allá de la órbita de Marte, en una zona del espacio que dista cerca de 15 minutos/luz de la Tierra. Pero eso no es todo, claro. Como es lógico, para cuando desde el puesto de control se detectó la interrupción de la señal, se puso en marcha el sistema de radiotelescopios Phased Array para barrer toda esa zona del espacio e intentar localizarlos… pero eso supone cerca de otro cuarto de hora, hasta que la señal emitida llega a la zona delimitada – comente con cierto disgusto – Y la cuestión es que para cuando se realizó ese escaneo detallado de la zona... bueno, no se pudo encontrar nada en aquel área del espacio. Simplemente, el convoy minero ya no estaba allí.

- Deben entender que los radiotelescopios no pueden estar apuntando permanentemente a todos los puntos del espacio -resalto la obviedad- y que entre que se dio la orden y estuvieron realmente operativos, transcurrió algún que otro minuto adicional… eso supone algo más de media hora en total – consciente de que es un tema técnico que puede escapar a los profanos, me tomo la molestia de explicarme – Estoy intentando decir, en definitiva, que las naves no tenían por qué estar exactamente donde se interrumpió el contacto. De hecho, si siguieron avanzando a la velocidad que llevaban, eso supone una franja de espacio cercana a los 70.000 Km en el vacío… dentro de un arco trazado por las posibles modificaciones del rumbo, aunque tampoco podían haber realizado un viraje muy brusco para no comprometer la integridad de las naves – activo una rutina del holoproyector del puente de mando, que en el acto dibuja un cono con su vértice justo ante las coordenadas del espacio que marcan la ubicación del convoy cuando se interrumpió todo contacto – Y eso es, me temo, mucho espacio para investigar…

Y, en aquel punto hice una pequeña pausa mirando a mi alrededor, asegurándome de que todos y cada uno de los presentes supieran exactamente de qué estaba hablando... antes de continuar con aquel "pero" mayúsculo que pugnaba por salir de mis labios.

Escuché con detenimiento las explicaciones de McKay. La verdad es que eran un poco largas, pero por lo menos las hizo fácilmente entendibles para los no expertos.

-Con permiso. Una información muy bien expuesta, Doctor McKay. Hay una dato que me ha llamado mucho la atención. Lo primero, el valor del cargamento. Y no hablo solamente del valor económico -hice una pausa- sino del valor estratégico de retrasar el proyecto de Tau-Ceti un año. El segundo, que las naves no llevan tripulación. A lo que me refiero con esto, será entendido en el tercer punto. Que es el retardo lógico que sufren los radiotelescopios de búsqueda. ¿Y si en vez de haber sido destruidos, el convoy fue asaltado?. Desactivaron la seguridad de la nave, además de la baliza... y se llevaron las naves a otro sitio. Estoy segura de que para cualquier grupo mínimamente competente, averiguar el tiempo de reacción de los radiofaros seria bastante sencillo. Y planificar un secuestro sobre naves que no tienen tripulación en ese lapso de tiempo seria muy factible para un equipo de asalto bien preparado.

¿Se han encontrado algún tipo de restos? Es que soy de la opinión que si hay algo mejor que destruir 200.000 TM de mineral... es quedárselas.

Mire a McKay esperando una respuesta a mis preguntas. Tal vez le había interrumpido. Aunque esperaba que no fuera así. Pero en vista del incomodo silencio que había en la sala, opté por exponer mi teoría.

Uno de los científicos se abre paso para poder colocarse en una posición donde todos puedan verle y oírle. Se le nota que en este acto es el actor principal y saborea cada segundo de ese mismo hecho. Se mueve buscando la unión perfecta entre la grandilocuencia y la explicación del tema a tratar. Sólo intenta que todos se den cuenta de algo que es muy importante para él: lo inteligente que es. Aun así hay que añadir, en su favor, que usa las menos palabras técnicas posibles, para facilitar la comprensión de lo que explica. Y eso es un punto. Me centro en los detalles más importantes y probablemente el que más me sorprende es la cantidad de mineral desaparecido, la hiena dijo un cargamento de piedras, no especificó volumen ni peso. Y ambos son detalles muy importantes, vistas las cantidades que acaban de mencionar.

Tras un discurso mas bien largo se detiene, repaso mentalmente la frase y me doy cuenta de que aún no ha terminado su intervención. Quiere dejar a la sala en suspense, antes de dar la noticia realmente importante. Sonrío con malicia. Sí, sin ninguna duda la humanidad no ha cambiado nada en estos últimos cinco años.

La sala lleva todo este tiempo en el mayor de los silencios, sin duda el doctor McKay sabe como atraer la atención cuando de un tema científico se trata. Todos están absortos con el científico jefe, que vive su gran momento. Mas de pronto una de las mujeres de la nave, una rubia, rompe el silencio que se ha formado en la sala. Hace una buena pregunta... pero que me suena redundante. ¿No estamos aquí justamente porque alguien se las ha quedado? Aún así no puedo mas que coincidir con su ultima apreciación, un grupo preparado, listo y motivado seria perfectamente capaz de tomar esos prospectores y hacerlos desaparecer en mitad de la nada, con algo de ayuda y de magia. Una magia que conozco muy bien.

Desvió mi mirada al suelo un momento, y al levantara me doy cuenta de una verdad. Una que había pasado por alto al querer mostrarme antes ante el rebaño. Puede que todos estén en la misma sala, puede que digan que comparten objetivos, pero es mentira, aparte del objetivo obvio de esta misión... cada uno tiene sus propios planes. De ahí que las palabras de la rubia tengan un significado importante para mí. Parece ser que, después de todo, vaya a serme realmente útil estar en esta sala... jugando a ser civilizado.

Smith miró a Vickers con cierto desagrado, llevaba mucho tiempo esperando el informe y esa mujer, simplemente empezaba a hacer preguntas que perfectamente podrían ser formuladas al final de la exposición de McKay.

-Señora Vickers, ¿Qué tal si dejamos las preguntas para el final de la exposición de nuestro científico jefe?

Carraspeo buscando el silencio de todos los presentes, evitando posibles conflictos o debates enfrentados entre las distintas corporaciones u otro agentes. Mi mirada no se mueve ni un centímetro del rostro del doctor McKay, que parece sentirse muy orgulloso y cómodo siendo el centro de atención -Me sumo a lo dicho por la señorita Vickers, doctor McKay, yo no lo habría explicado mejor, aunque no desconozco ninguno de esos datos. Creo que todos hemos tenido tiempo de sobra para asimilarlo todo, puede continuar -mis palabras, aunque educadas, no ocultan mi rechazo a la forma de actuar del científico, con una soberbia mayor que la propia nave en la que nos encontramos. El pequeño corte que le he dado espero que sea lo suficiente como para que se centre en dar la información y deje para otro momento el impresionar a Vickers.

El doctor Baltar miró receloso al terrorista cuando entró en la sala. ¿Qué podían pretender el almirante y los corporativos al traer abordo a semejante elemento?

No tuvo mucho tiempo de reflexionar sobre ello pues Rodney comenzó enseguida con su informe. Gaius escuchó con fingida serenidad la información que poco a poco les iba proporcionando el jefe científico. Una información que por supuesto él ya conocía, a la que McKay le había añadido su propia dosis de dramatismo y grandilocuencia.

Muy bien, Rodney, estamos en una misión de locos rodeados de dementes -pensaba mientras observaba fijamente a su colega- ¿qué más tienes que decirnos?

Gaius estuvo tentado durante un breve instante de decirle a Seis –a Tricia, se obligó a pensar- que hiciese un barrido por la sala, en busca de novedades en la secretaria de Mr Smith o de la PDA del propio ejecutivo. Y quién sabía, quizás hasta Young o Bester llevasen algo encima digno de registrar mientras escuchaban a McKay.

No obstante el informático desechó rápidamente la idea. Estaba evitando el contacto directo con Seis –con Tricia- deliberadamente. Al menos hasta que estuviese seguro de sus intenciones y de la dirección de sus actitudes... si es que algo como ella era capaz de tenerlas.  

Todavía no se han extinguido los ecos de la voz del Dr. McKay cuando resuena otra que parece servirle de contrapunto. Es la del Dr. Peter Kavanagh, que se diría estaba esperando agazapado como un animal al acecho, a que surgiese su oportunidad:

- De hecho sí había algo que podíamos hacer desde aquí -contradice a su superior- Programé un protocolo de búsqueda en la unidad central de nuestro flamante laboratorio científico, que estaba siendo desaprovechada, para que recogiese datos durante los cuatro meses de tránsito en que estuvimos en crioestasis, viajando hasta la órbita de Júpiter -intenta apuntarse un tanto- El mismo programa ha estado cotejando los datos recogidos acerca de la radiación de fondo espacial con los registros de varios observatorios de referencia… y eso me permitirá descartar la posibilidad de cualquier interferencia no conocida en los datos que recojamos -parece muy orgulloso de su pequeño logro- Ningún efecto inesperado, como tormentas solares o colisiones de meteoritos que liberasen grandes cantidades de polvo espacial en un área significativa del espacio, van a entorpecer ahora los datos de nuestros registros…

Y se queda en silencio, como esperando el reconocimiento público a su iniciativa, aunque se le ve lanzar algunas miradas nerviosas en dirección a Rodney McKay…

Escucho a todos los presentes sin desviar un momento la mirada de mi acompañante, sabiendo que él no es el único capaz de extraer información por las palabras y los movimientos corporales de la gente.

Hago un ligero gesto de disgusto al escuchar a McKay. Datos y más datos; cómo se nota que es un científico. Pero, con toda la capacidad de cálculo que tienen disponible deberían haber podido fijar algo más las localizaciones más probables del carguero. Tal vez no sepan dónde estaba la nave desaparecida 30 minutos después de que dejase de emitir, pero sí pueden saber dónde no estaba. Sin duda eso debe reducir las posibilidades. ¡Maldita sea! L4 y L5 están cada uno en una punta del sistema, si no son capaces de discernir en qué dirección ha ido, la llevamos clara.

Encima está el pequeño detalle de que la nave ha podido seguir volando durante otros cuatro meses, ya que si su destino estaba en la órbita de Plutón, sin duda tiene autonomía para ello. El otro doctor, que ni siquiera se ha presentado y no tengo intención de desviar mi atención de Riddick para leer su nombre, interviene ligeramente dubitativo. Parece que su idea no estaba del todo aprobada por su gente, pero vuelve a exponerla como un científico cualquiera. ¿No saben simplificar para ahorrar detalles que no sean relevantes a los que desconocemos los pormenores de su trabajo? Supongo que ha estado revisando datos de "observatorios de referencia", lo que quiera que eso signifique, pero ¿le han pedido datos de radares y telescopios a las estaciones de Wk y W-Y en toda la zona? Son los primeros interesados en que esto aparezca y alguien ha tenido que ver a ese carguero en todo este tiempo. Además, igual que antes, la ausencia de datos debería imponer ciertas restricciones a las rutas posibles.

No tengo ni idea de determinación orbital, astrofísica o temas similares, pero si están buscando algo que parece tener intención de esconderse de todas las observaciones del sistema solar, esta gente haría bien en preguntar a cualquiera de los soldados de la nave. Seguro que cuando eran cadetes se escaparon más de una vez de las zonas de entrenamiento para ir al bar más próximo, así que es probable que tengan más de una idea de cómo esconderse para evitar a los guardias, cuando parar, por dónde seguir avanzando... y cuando conviene más quedarse en los barracones de al lado para montar la juerga en casa en vez de salir a buscarla fuera.

La explicación que el egocéntrico doctor acaba de darnos no me sorprendía pues había recibido con anterioridad esos mismos datos de boca de la secretaria de Smith, aunque de manera más escueta y directa. El comentario del doctor Kavanagh si me parece digno de admiración pero, a la par, un acto arriesgado pues parece haber realizado dicho experimento sin el consentimiento del jefe de laboratorio.

- Gracias doctor McKay por su explicación -agradezco al hombre cargado de soberbia pues prefiero no dejarle en evidencia ante el resto -Doctor Kavanagh, le agradezco su iniciativa y le animo a presentar los datos que su programa ha permitido descartar y mantener.

Observo la decena de puntos que parpadean frente a nosotros y, sin dirigirme a nadie en particular, doy una orden clara -Quiero toda la información que se pueda recoger de cada uno de nuestros posibles objetivos.