Partida Rol por web

Gaius se acarició el mentón, distraído.

—Hummm… entiendo. Ahora mismo no sé qué es mejor, si tratar de ganarnos su confianza para llegar hasta la Consejera o, si por el contrario, nos conviene más guardar las distancias. Tal vez podamos incluso ponerla en contra de Bester y la abominación que tiene por pupila y dejar que se desgasten entre ellos. Sea como sea, necesitamos buscar una manera de neutralizar el aparato del doctor McKay para que no vuelva a dejarte ciega.

De momento veamos que nos depara la llegada del tal Cole, se dijo contemplando con interés al capitán del carguero interceptado.  

El capitán Cole mantiene la mirada de sus interlocutores sin perder la entereza ni esa media sonrisa impertinente que baila siempre en sus labios… hasta que decide contestar, con un tono deliberadamente provocador:

- Así que este es el comandante Adama… no sé, le imaginaba más alto -musita como si hablase para sí mismo- Veo que tiene un estado mayor un tanto peculiar, repleto de “trajeados” que le asesoran en las decisiones cruciales. Claro, debí suponerlo.

Pasea la vista por todos los presentes y su sonrisa se hace más afilada.

- Y puestos a suponer, imagino que al menos será consciente de que no tiene nada consistente contra mí -asevera muy convencido- O al menos, nada con visos de prosperar cuando llegue a los tribunales. Esta nave militar ha ejercido un abuso de autoridad difícilmente justificable al abordar por la fuerza un carguero con todos los permisos en regla que simplemente se ha negado a detenerse para no perder todo su impulso de tránsito y retrasar nuestra llegada a los mercados.

Habla como si conociese muy bien los entresijos de la legislación comercial…

- Y no tenga dudas de que los abogados de la compañía para la que trabajo van a dejar diáfanamente claro que sus acciones en esta jornada han sido desproporcionadas, además de poner en peligro las vidas de mi gente -se regodea en esa odiosa sonrisilla- Además de cobrarle los costes del juicio, deberán afrontar una demanda por daños y perjuicios... y otra por lesiones, estoy seguro de que alguno de mis hombres habrá sufrido daños psicológicos por esta traumática experiencia. Cuando todo esto acabe, yo seguro que tendré otro trabajo y probablemente sea más rico que hoy… pero ya veremos si usted vuelve a estar al mando de una nave.

La verdad es que el Capitán Cole no me impresionaba en absoluto. Su cabeza brillaba con las luces del puente como un bola de navidad en un árbol iluminado.

- ¿En serio? Qué ingenioso…- pensé, bastante decepcionada, cuando Cole dijo que imaginaba a Adama mas alto.

Y entonces se dedicó a una largo bla, bla, bla, que no impresionaba a nadie. O al menos, esperaba que nadie en el puente fuera lo suficientemente estúpido como para que se sintiera impresionado.

- ¿Ha terminado, Capitán Cole? -le interpelé sin poder contenerme- Porque habla de los abogados de su "Compañía" como si fueran algo a temer. Pero no creo que conozca realmente a los de la Weltherrschaft Korporatsiya o la Weyland Yutani. Son auténticos tiburones, especialistas en encontrar recovecos legales para justificar literalmente lo que sea que convenga a sus intereses -le sonrío maliciosa- Por su bien, espero que todo en esa nave este tan limpio como dice. Por que si encontramos cualquier anomalía, la cual estoy segura que tiene, pues en las naves comerciales ya se sabe que a veces se hace la vista gorda... pues bien, en ese caso estos abogados que son verdaderos jaquetones hambrientos, le hundirán tan hondo que no podrá ni soñar con volver a salir a flote. Ya que como muy bien dice, el Capitan es el responsable de todo lo que hay en su nave -me paso la lengua por los labios como quién está ante un apetecible festín- Con suerte podrá capitanear su culo. Y eso si no acaba en la carcel. Estoy segura que tendría un gran éxito en las duchas.

Hago un alto para tomar aire, pero me doy cuenta de que todavía no he tenido bastante...

- Y en cuanto a sus hombres, seguro que mas de uno está en posesión de armas prohibidas, así como posibles sustancias de uso recreativo que no son estrictamente legales cuando se está tripulando una nave... -una apuesta segura con esta gente- Así que le doy un consejo, y gratis: puede intentar ver quien la tiene mas larga, una lucha que perderá... o puede colaborar y salir con bien de este asunto. La colaboración será apreciada y agradecida.

¿Y por qué había intervenido? Primero, por que el tío me había parecido insufrible, tanta verborrea me aburría... Y segundo, por que mi trabajo era ser la mala, para que mi jefa no lo pareciera tanto.

Gaius alzó las cejas sorprendido ante el envite de la segunda de la consejera.

Vaya con la Vickers…

El informático volvió a acomodarse en su terminal y continuó contemplando en silencio el espectáculo que Cole ofrecía con su llegada. El tipo no parecía de los que se dejan amedrentar a la primera de cambio: ¿cómo respondería ante Vickers? ¿Tenía el Comandante algo que decir o permanecería sosteniendo la mirada al desafiante recién llegado? 

Si bien Gaius encontraba las diatribas legales soberanamente insulsas, al menos lo que pasaba en el puente era más interesante que las charlas de los marines en el comedor. Veamos a donde nos lleva esto, señor Cole...

—Tricia, querida, ¿qué puedes decirme del señor Cole? ¿Algo interesante de él en la Red? —le preguntó mentalmente a la IA mientras se acomodaba. Tal vez pudiera sacar algo en claro de aquella escaramuza. Algo con lo que lanzar una nueva distracción cuando fuera el momento adecuado. 

No puedo más que sonreír ante las palabras de Cole, un intento vano por parecer seguro ante el camino sin salida que ha optado. La intervención de Meredith es una falta de protocolo pero, a decir verdad, allana mi camino a la hora de responder al orgulloso y arrogante Cole.

- Señor Cole, yo imaginaba que usted era más inteligente, veo que ambos estábamos equivocados -comienzo atacando al hombre como respuesta a sus insultos- Como ya le ha expuesto la señorita Vickers creo que usted no sabe en medio de qué está metido. Además de todas las infracciones que ha enumerado y que seguro encontremos en su nave podemos añadir el desacato a una orden directa y otros asuntos que creo que interesarán a los tribunales, los cuales podrá presentar el comandante Kodai como testigo ante sus artimañas, su comercio ilegal y sus trapicheos. 

Doy un par de pasos hacia Cole y comienzo a andar paseando frente a él, observando el puesto de mando y a todos los que me rodean...

- Usted no puede ganar en un juicio justo, capitán Cole. Pero lo más peligroso para usted es que actualmente no existen los juicios justos. Se está enfrentando directamente a los mayores poderes de la humanidad, las corporaciones, aquellos que pueden crear leyes o saltárselas si es necesario. Permítame serle franco, está usted muy jodido. Ahora quiero que colabore y me cuente todo sobre la mercancía que lleva en la nave, donde la ha adquirido, sobre su parada en la estación minera donde estaba Kodai, respecto a su cambio de navío y respecto a la lanzadera que huyó antes de que abordáramos su nave -ordeno al hombre mientras me planto frente a él -Colabore si quiere mi colaboración...

Sin dejar de mirar al capitán doy una orden a mi primer oficial:

-Señor Tigh, acérquele un asiento y acomode a nuestro invitado.

Mis palabras solo tienen un fin, mostrar a Cole que él no tiene capacidad ni libertad en este momento...

La IA responde tras un lapso de tiempo sorprendentemente breve:

- Existen datos públicos acerca de su currículum profesional, sus inversiones financieras y algún pequeño conflicto marginal con la justicia, pero no es nada relevante... -explica, para ampliar diligentemente la información- Es un culo inquieto, como capitán mercante ha ido saltando de una compañía a otra con cierta frecuencia, siempre buscando las mejores condiciones laborales y el máximo beneficio... y lo cierto es que ha demostrado cierta habilidad invirtiendo sus ganancias en bolsa, hasta el punto de que está empezando a obtener mayor rendimiento a los dividendos de sus acciones que lo que supone su nómina en sí... yo diría que este hombre tiene intención de retirarse en los próximos años, para vivir de rentas.

El mayor Tigh empuja sin demasiados miramientos a Cole para forzarle a sentarse en una de las sillas. Y a nadie en el puente se le pasa por alto que empuña su pistola en la mano diestra, detalle que por supuesto apacigua cualquier conato de rebeldía por parte del prisionero.

Entonces se vuelve hacia Gaeta y le tiende el arma reglamentaria...

- Teniente, le hago responsable de la custodia del reo a partir de este momento -dice mientras entrega la pistola con el seguro puesto- Con su permiso, comandante, abandono el puente para cumplir las órdenes que me ha indicado.

Y tras un saludo militar hacia Adama, se retira con paso vivo, como si estuviese deseando ocuparse de algo.

- Así que tienen una declaración de Kodai... -musita entre dientes el capitán de la nave mercante capturada, para luego mostrar una sonrisa despectiva- ¿Y esa es su mejor baza? No tiene nada sólido contra mí, ese hombre no es más que un anciano decrépito que sigue un código de comportamiento obsoleto y anacrónico, incapaz de adaptarse a los tiempos modernos...

Y se cruza de brazos, recostándose en la silla a la que ha sido confinado para adoptar una postura más cómoda. Su actitud obstruccionista no puede ser más evidente.

Camino hacia el hombre con tranquilidad mientras lo observo desde mi posición, más alta en todos los sentidos.

- El comandante Kodai es un veterano respetado por la ONUG y las corporaciones. Usted es un mercenario que ha cambiado con regularidad de patrón en la última década y que ha tenido la suerte de tener un contrato con la Kompania Mondordo, la cual seguro que no ve con buenos ojos sus trabajos fuera del acuerdo que tienen con usted -expongo a Cole con tranquilidad- Entonces, si no me equivoco, tenemos a dos veteranos comandantes y a dos cargos de las corporaciones, contra su palabra. La de un mercenario. ¿Acaso cree que tiene usted una mínima oportunidad de salir con bien de esta sin colaborar? -pregunto con seguridad, tratando que mi contrincante se dé cuenta de su situación.

- Cada hora que pase usted aquí, sin colaborar, se le irán sumando cargos a su acusación. Estoy seguro de que, cuanto más tarde usted en hablar, más cosas contra usted encontrarán los míos y más mercancías encautaremos. Por su expediente y la forma de obtener su pequeña fortuna, tengo la sensación de que no es un tipo estúpido, que no apuesta al caballo perdedor. Sea inteligente y cuéntenos todo -continuo abriéndole una alternativa- Hable antes de que lo hagan otros por usted y pierda la posibilidad de colaborar. Mis hombres ya han alcanzado a su lanzadera y están volviendo con su captura...

Interesante… muy interesante, se dijo pensativo el informático mientras se rascaba el mentón. No tanto la información en sí, sino por el modo en cómo Tricia se la exponía. Sí, definitivamente aquella Tricia comenzaba a parecerse a la de siempre. Puede que aún sonase un poco artificail a la hora de modular la voz o de proyectarla, pero desde luego empezaba a recuperar expresiones más humanas. No había olvidado quien era, volvía a tener una identidad característica y propia.

Habían sido unas horas agónicas, pero al fin todo volvía a la normalidad.

—Cómo me alegra escucharte decir eso, querida —le susurró esbozando una sonrisilla bobalicona. ¿Estaría recabando datos de sus funciones psicofísicas y endocrinas? No le cabía ninguna duda de que así era—. ¿Puedes profundizar en sus antecedentes? ¡Ah! Y si consiguieras averiguar en qué compañías está invirtiendo para ganar tanto dinero… nos vendría muy bien ahora mismo contar con esa información.

Tras la intervención de Vickers y, sobre todo, la de Adama, Smith comienza a sentirse más distendido, pareciera que en este ambiente, que se enrarecía por momentos, era donde comenzaba a sentirse más en su salsa. Y una sonrisa de hiena apareció en su rostro, pero intentó disimularla rascándose con la mano.

Salió literalmente de las sombras y se plantó al lado de Cole. Mirándole desde arriba, con superioridad. Entonces dedicó también una mirada a Adama y, sonriendo al ceñudo Comandante, comenzó a hablarle.

- Permítame contradecirle Comandante. El señor Cole en un hombre muy listo... si señor. Si no, no habría llegado a donde está ¿no es cierto? -dijo como una obviedad.

Se gira entonces hacia Cole, puede percibir una gran fortaleza interna dentro de ese hombre ¿será por honor? ¿por fidelidad? se dijo, para hacerse una gracia a sí mismo.

- Señor cole, ¿sabe una cosa? que me aburro... -dice poniéndole la mano sobre el hombro, como haciéndose el amigo- Verá, en esta nave tengo un montón de tiempo libre. Seguro que usted ya debe saber que para no volverse loco en el espacio, más vale buscarse buenas diversiones ¿no?

Volvió a escrutar la mirada de Cole. Parecía que, al menos, ahora tenía toda su atención, quizá estaba ligeramente desconcertado... o sentía curiosidad, no sabría definirlo con claridad, pero daba igual.

- Y entonces me he dicho... ¡vamos a jugar! Y me he puesto a mirar los índices de la BGI*, -era evidente que estaba disfrutando, movía las manos con rapidez y hablaba con elocuencia, haciendo vivir a los presentes sus palabras- Y veo las empresas de Armas... las Biotecnológicas... Alimentación... Transporte Espacial... La verdad es que no sabía en donde invertir... No sé si usted me sugeriría alguna empresa en concreto... -le dice mirándole de frente. Cole entonces iza una ceja pero sigue mudo, pareciera incluso que se dibuja una sonrisa en su rostro...

Se debe estar divirtiendo. Mejor, mejor.

- ¿No? Pues bien, al final me he decidido por una cuyo nombre me ha parecido simpático ¿Sabe cuál es?

Adama parece que está a punto de intervenir, pero Smith le hace un gesto con el dedo, como pidiéndole sólo un segundo más, que le es concedido no sin disgusto.

- Pues la Naval Nirikoshi, que cotiza como PROHYDROS S.A. -y comenta- ¡Mira la NN, esa me ha hecho gracia!

Entonces se gira poco a poco de nuevo hacia Cole. A éste se le ha borrado del rostro la sonrisilla que tenía desde el principio, diríase que mudó hasta el color de la cara. Smith, que como hiena que es disfruta intensamente de las cacerías en las que participa, acababa de morder a su presa por el cuello... a una presa desprevenida... esas sabían mejor...

Se acerca a Cole. se le pone de frente y le observa con una mirada ahora gélida, desafiante, sin alma. - He comprado la empresa hace media hora y me he puesto cachondo como nuevo presidente ¿Y sabe cual ha sido mi primera orden? Paralizar públicamente todos los contratos existentes... sin previo aviso no se va a mover ni una hormiga en la sede de Nagoya hasta que yo lo diga... ¿Sabe cual ha sido la consecuencia de tal orden? ¿Quiere saber cómo ha reaccionado la Bolsa? Pues mire...

Enseña su tableta al sudoroso Cole, que abre los ojos como platos al observar el gráfico. Si las miradas matasen, Smith caería fulminado en ese mismo instante.

- Un 28,8%, han bajado el valor de las acciones un 28%... en sólo media hora... ¡Qué mala decisión estratégica!, ¿no le parece?

Smith desenfunda su dedo acusador y se lo pone en el pecho como pistola.

- Sé de sus intereses en la NN, Cole -desvela al desorientado público- Y de usted depende que la empresa quiebre, que se desplome, que no valga literalmente nada... -dice lentamente, para que cale en la mente de su adversario- Con lo que por tanto, usted lo perdería todo... los ahorros de toda una vida de largos y solitarios viajes interplanetarios, ahorrando como una hormiguita e invirtiendo con tesón. Debe ser muy dificil hacer una pequeña fortuna empezando casi desde cero, no creo que le apetezca volver a la casilla de salida a su edad. Apuesto a que pensaba jubilarse en pocos años para disfrutar de una vida desahogada. Una pena que ese sueño se esté desvaneciendo mientras hablamos -añade con refinada crueldad- O bueno, si colabora puede que esa empresa en la que tantas esperanzas había puesto logre remontar... y puede que aun le salga algún contrato inesperado, por ejemplo un fabuloso nuevo encargo de la Weyland-Yutani.

La cara de James Cole es un verdadero poema. Mientras Smith está radiante...

- Así que ya está respondiendo al Comandante Adama lo que le ha preguntado ahora mismo o... -pone el dedo sobre el gráfico descendente de la NN y lo continúa en dirección al suelo, haciendo como si se estampase contra éste al final - Bueno, ¿he sido suficientemente claro?

Se yerge en toda su estatura, que tampoco es mucha, se atusa el traje y pone las manos con las palmas abiertas hacia arriba...

- Usted mismo... pero cada segundo cuenta, Cole, cada segundo.

La voz de Tricia resuena de nuevo en tu mente:

- Según los registros mercantiles, James Cole es propietario de un 27% de las acciones de la planta PROHYDROS S.A. con un valor de mercado cercano a los 120.000 créditos. No está nada mal para un capitán de la flota mercante, dentro de poco podría retirarse para vivir cómodamente en alguna lujosa estación orbital... como Elysium, sin ir más lejos. Podríais haber sido vecinos -comenta con cierta superficialidad- Se trata de una empresa fabricante de Propulsores de Hidrógeno que abastece los astilleros orbitales de la Estación Nostromo, de hecho los motores accesorios del AURORA han sido facturados por ellos. Sus productos son muy competitivos.

Hace un alto, mientras Smith desarrolla su numerito.

- Aunque creo que mi información llega con algo de retraso -y añade- Ese Smith es como una barracuda, disfruta con la sangre... aunque en su caso adopte la forma de inversiones bursátiles.

El hombre de hielo se derrite a ojos vista, su expresión aparentemente impasible se ve demudada, empalideciendo mientras perlas de sudor brotan en su frente... y toda su firmeza se desvanece.

Alza una mano hacia la PDA que le muestra Smith, pero sin atreverse a tocarla...

- ¡Detenga eso, por lo que más quiera! -gime llevado por la más absoluta desesperación- Son los frutos del trabajo de toda una vida... mi jubilación depende de eso, mi futuro...

Parece que la victoria del cruel ejecutivo es total. Este hombre hará todo lo que le digan.

La intervención de Smith no me agrada en absoluto. Es obvio que ha conseguido lograr la total disposición de James Cole pero las herramientas usadas para romper el silencio del Capitán me parecen indeseables. Ver como juegan con todo lo logrado por un hombre, aunque sea de la calaña de Cole, me duele en el alma. 

Tengo que tomar cartas en el asunto. Pero antes necesitamos respuestas.

- Capitán Cole, tendrá lo que pide -afirmo colocándome al lado de la hiena- Pero antes tendrá que responder a unas preguntas. Cuénteme sobre sus tratos con Kodai y con terceros. Hábleme de sus patrones, los oficiales y los extraoficiales, además de detallarnos todos los trabajos que le han encargado. Cuénteme de donde ha sacado toda la carga de su nave. Infórmeme de la identidad de los tripulantes de la lanzadera que salió de la Valentina Tereshkova, las razones que tenían para huir y lo que hacían en su nave. Y dígame qué oculta en esa vieja estación orbital a la que se dirigían. Responda, dígame todo lo que sepa y todo lo que me pueda interesar aunque no se lo esté preguntando directamente. Hasta que no quede plenamente satisfecho, el señor Smith no tomará las riendas de dicha empresa -concluyo de esa manera el interrogatorio, buscando que el capitán de más información que lo preguntado.

El capitán James Cole aprieta los dientes y os lanza una mirada llena de rencor, pero se ve obligado a admitir su derrota:

- De acuerdo, ustedes ganan, colaboraré con todo lo que me pidan -escupe con rabia- Reconozco que cometí un terrible error al pensar que alguien podría enfrentarse a las mega-corporaciones, estar fuera de su alcance... porque cuando la Weiland-Yutani y la Weltherrschaft Korporatsiya unen sus fuerzas son capaces de acabar con todo lo que se interponga, siempre te van a pillar, por muy bien que juegues tus cartas. Son más fuertes que cualquier otra cosa en este mundo… ¿Es eso lo que querían oír? ¡Pues ya lo tienen, maldita sea!

Menea la cabeza con resignación, mientras lanza miradas de reojo a la PDA que Smith todavía sostiene entre las manos, mostrando la continua caída en bolsa de la empresa en la que había invertido todos sus ahorros y sus esperanzas de futuro… ¡el sueño de una vida mejor!

- Pero no entiendo por qué me han escogido como blanco de su atención, soy un pez muy pequeño en este estanque -se lamenta- De todos modos, les proporcionaré toda la información que quieran con tal de que quiten su maldita bota de mi cuello -asegura fervientemente, con angustia en la voz- Kodai no es más que un viejo estirado que nos mira por encima del hombro mientras deja perder todos los buenos negocios que pasan ante sus narices, es como si no le importase nada… aunque al menos se mantiene apartado y no estorba –responde a la primera pregunta de Adama- Pero yo siempre he intentado sacar tajada cuando se presenta la oportunidad, hace mucho que tengo contacto con elementos del crimen organizado en diferentes sectores, nunca me he implicado directamente en sus delitos pero blanquean su dinero a través de nuestro comercio interplanetario, aunque siempre hemos trabajado a una escala relativamente baja… -ofrece una respuesta tras otra, sin dejar de mirar de reojo la información bursátil en la pantalla de Smith- Mi carga es legal, mineral de hierro, olivinio y piroxenos, la mayor parte procede de la explotación de Palas pero también hemos recogido una buena cantidad proporcionada por nuestros socios en esa estación orbital por la que ha preguntado, deduzco que de alguna forma ya la han descubierto, aunque me sorprende porque la mantienen oculta de los sensores de largo alcance gracias a la distorsión que genera el propio cinturón de asteroides -continua sus explicaciones- Se trata de la base de operaciones de Kaiju, uno de los capos locales… rescató esa estación del desguace remolcándola desde una órbita inestable de Júpiter en la que había sido abandonada tras desmantelarla, pero como se pueden imaginar todavía era relativamente funcional, hubo muchos sobornos por medio. La llaman Olvido, porque se considera perdida, destruida… y ya no consta en ningún registro oficial.

Toda una revelación, una estación orbital que no es conocida por el gobierno del ONUG ni por las principales corporaciones, y que sin duda opera como nexo de las operaciones de contrabando en este sector del sistema.

- La lanzadera que hemos enviado cuando ustedes iniciaron nuestra persecución les lleva agua y oxígeno para el soporte vital, son subproductos que se obtienen en la explotación minera de Palas, como en tantas otras prospecciones mineras -justifica- Necesitan esos suministros para seguir operativos, por eso no pudimos acelerar sin arriesgarnos a enviarlos, para cumplir nuestra parte del acuerdo. A cambio de esos recursos ellos negocian con muchas cosas: contrabando, licores, drogas, prostitución, juego… todo lo que puedas necesitar en este apartado rincón del espacio. Si puede convertirse en una fuente de negocio, ellos lo proporcionan... al precio adecuado. Hacen mucho más llevadera la solitaria existencia de los mineros de asteroides -esa estación orbital fantasma debe ser todo un antro de perdición- A bordo de la lanzadera sólo iba su piloto, un tal Santana, un tipejo escurridizo que tiene una habilidad endiablada para ocultarse entre los asteroides sin que nadie pueda seguirle. Aunque por lo visto, no es tan bueno como asegura…

Sin duda os está proporcionando una gran cantidad de información que en otras circunstancias os hubiera sido realmente difícil obtener.

- No sé qué más quieren que les cuente, en la Valentina Tereshkova no van a encontrar nada que me implique, no llevo drogas ni nada prohibido, nosotros lavamos dinero para ellos a cambio de un porcentaje de los beneficios, pero no me he metido en nada más turbio que eso para no arriesgarme a atraer una atención indeseada -se lamenta- Les digo la verdad, no sé por qué la han tomado conmigo cuando no soy nadie en este negocio. Vayan a por Kaiju si quieren, pero por favor, no arruinen la cotización de PROHYDROS, he invertido en ella las ganancias de toda mi vida… yo no soy importante, no tienen ninguna necesidad real de arruinarme…

No puedo evitar tener el estómago encogido y sentirme realmente mal ante lo que estoy haciendo. 

Si, Cole es escoria, un delincuente sin escrúpulos que se salta las leyes siempre que pueda sacar provecho. Pero este no es el modo de tratarle, aún menos sabiendo que tampoco parece ser de los que aprietan el gatillo con facilidad. Esto tiene que acabar...

- Gracias por su colaboración Cole -respondo de forma educada pese a saber que ese hombre debe odiarme- Quiero que me diga exactamente lo que recogió esta vez en dicha estación y que, más tarde, me elabore un pequeño informe de todo el material recogido en el último año.

Tras terminar con Cole me giro hacia el resto de los presentes:

- Si alguien quiere hacerle más preguntas al Capitán Cole, este es el momento. Si nadie las hace, habremos llegado al punto de dejar de arruinarle...

Smith parece que ha acabado de relamerse tras el festín que se ha dado, pero ante la invitación de Adama, no duda en preguntar algo que le ronda por la cabeza tras la reciente interrupción de las comunicaciones.

- Cole, -le escupe con indisimulado desprecio- ¿Están armados en esa estación? ¿Tiene algún tipo de destacamento militar de defensa? -le dice mientras repiquetea en su tableta y nota la vibración que le recorre el cuerpo proporcionándole un inevitable placer. El poder, desde luego, actúa como afrodisíaco en este desalmado.

- ¿Alguna vez ha visto naves con logos de compañias como Mondordo o cualquier otra en la estación o sus alrededores?

Se gira sobre sí mismo, parece que quiere aprovechar la circunstancia de poder preguntar. Puede que más adelante no la tenga, aunque podría darse el caso de que sí, a fin de cuentas él es el nuevo "presidente" de la NN y James Cole un accionista... Esa retorcida idea le hizo sonreir de forma más nociva todavía, parece que se ha quitado la máscara.

- ¿Y sobre los terroristas del MNM? ¿Tienen relación con esa estación oculta?

- Haga memoria, señor Cole, haga memoria y piense que el tiempo corre... Cualquier información que nos ayude puede acabar beneficiándole, créame.

No puede evitar ver como Cole sigue la tableta con la vista... y percibe cómo le odia.

El capitán Cole aprieta los dientes con rabia, viendo como Smith se regodea haciendo preguntas y alargando su agonía financiera, pero no le queda otro remedio que contestar dócilmente:

- Kaiju es un señor del crimen local, un mafioso, así que por supuesto que tiene matones armados a su servicio -responde con acritud- Pero no podría considerárseles un ejército, dos o tres de ellos son unas malas bestias... pero los demás son simples delincuentes menores con equipo de segunda.

Intenta dar cumplida satisfacción a todo cuanto se le ha requerido para que esto acabe lo antes posible...

- Yo mismo trabajo actualmente para la Kompania Mondordo, así que por supuesto que he visto algunos de nuestros prospectores por allí, pero deben entender que aquello es un núcleo independiente que trabaja al margen de las corporaciones, es el verdadero libre mercado. -personal civil y delincuentes trabajando por su propio beneficio, pero fuera del amparo de las megacorporaciones... sin duda una idea peligrosa y harto desagradable para los representantes corporativos- Por otra parte, estoy seguro de que no tienen ninguna relación con grupos terroristas: no sería bueno para el negocio.

Alza la vista implorante ante el hombre trajeado y suplica:

- Ahora, por lo que más quiera, detenga esto de una vez...