Partida Rol por web

La otra monja de cabello rubio pone una mueca de disgusto -¡Yo lo que estoy es furiosa!, ¿como se atreven a largarse asi sin mas? El hermano Urzica y el hermano Petrica parecían buenas personas, ¿quien se iba a imaginar que serian capaces de largarse de ese modo y dejarnos aqui sabiendo las penurias que estamos pasando?- hace una pausa para tranquilizarse un poco - ¡Y por si fuera poco, el hermano Vasil ha perdido completamente la cabeza y el Diacono le ha encerrado en la Capilla de los Olvidados, y lleva allí casi un mes encerrado en una celda! a veces le escucho gritar en la noche, y se me pone la piel de gallina....- dice frotandose los brazos - ¡Apenas somos una docena de monjes en el monasterio ya! y eso contando con que no recibamos ninguna otra carta mas solicitando mas siervos de Dios para enviar a alguna de las iglesias del País! básicamente el Monasterio de Stelea es el centro eclesiástico que abastece al resto de Moth de sacerdotes, clérigos y monjas cuando lo necesitan. ¡Y últimamente la demanda es inmensa! ¿como vamos a abastecer a todo un País si nos podemos contar aquí con los dedos de una mano?- concluye muy enfadada

La hermana María se acerca a la hermana Steffania y le pone una mano en el hombro para que se calme -Les ruego disculpen a la hermana Steffania, esto esta siendo especialmente duro para ella, pues era muy cercana al hermano Petrica...- Stefannia pone un poco cara de susto y se ruboriza - Sin duda es una epoca complicada para el Monasterio pero no queremos inmiscuirles en nuestros asuntos banales...- se esfuerza por sonreir -...Por favor, coman, beban, disfruten de su estancia en Stelea. Nosotras iremos a preparar sus habitaciones y cuando terminen, volveremos y les acompañaremos a las mismas-

Me siento sin prestar mucha atención a otros que a las dos monjas, estas desaparciones podrían ser interesantes después de todo.

Me sirven el plato de caldo humeante se notaba que era de buen gusto, con pan para poder degustar hasta la última gota, inmediatamente comienzo a comer a pesar de lo caliente del plato, mi lengua ardía un poco pero mi infancia y juventud me ha enseñado que si no se come rápido es posible que no comas, intentando divagar mi mente del ardor comencé a pensar:

El tal Kilian este… el hombre aventurero de pocas palabras, se la pasa sobando su espada… acaso es tan confiado en sus habilidades como para distraer a los que se rodean y llamar atención a su arma… aunque, un hombre de su edad no puede ser ningún bufón si ha sobrevivido tanto tiempo será por algo… imagino, quizás ha tenido suerte hasta ahora… sería interesante si algún día lo veo combatir, ciertamente me intriga un montón.

Cuando volví a la mesa me di cuenta de que poco quedaba de la cena, aunque pude saborear el fondo con ese exquisito pan, y justo antes de terminar

“Sin duda es una epoca complicada para el Monasterio, pero no queremos inmiscuirles en nuestros asuntos banales...

...Por favor, coman, beban, disfruten de su estancia en Stelea. Nosotras iremos a preparar sus habitaciones y cuando terminen, volveremos y les acompañaremos a las mismas-“

Reteniendo las ganas de comerme el ultimo bocado de pan remojado en tan exquisito caldo no pude evitar decir:

Sritas, los asuntos banales son de mi interés siempre y cuando tengan una historia detrás que me llamen la atención, si no os molesta me gustaría saber un poco más, quién sabe quizás pueda ayudarlas.

El solo pensar en ver a algunos de estos aventureros con tan interesante armamento me agigantaba el hambre… espero que sea más que historias de monjes que huyeron en busca de mujeres o mejor lugar.

Ah, y perdonen pero ¿se podría repetir? Pregunto sin descaro levantando el plato de la mesa insinuando que no fue suficiente.

Alveco escucha atentamente todo lo que dicen las hermanas, casi por un momento se había olvidado de la comida, pero de repente le viene ese delicioso olor, ummm.... Alveco se fuerza a centrarse de nuevo en la conversación. -Hermana Steffania este caldo esta muy bueno, no sólo reconforta nuestros entumecidos cuerpos. Y la sonríe.

Una vez las hermanas nos dejan solos, comento lo que imagino que muchos están pensando. -Esta claro que la desaparición de 2 monjes a la vez puede ser debida a cuestiones mas terrenales. Alveco no puede evitar esbozar una sonrisa. -Quizás en busca del amor, o quizás ya lo habían encontrado el uno en el otro. Sin embargo que alguien pierda la cabeza es algo mas extraño para mí. Algo ha tenido suceder o algo ha visto que le ha hecho perder la cabeza. Aunque no creo que sea capaz de decirnos algo creo que deberíamos de hablar con él. 

Devoro con avidez todo lo que me ponen delante, pero no dejo de prestar atención a la conversación que mantienen las hermanas con los demás viajeros. Es la primera vez que alguien menciona de forma explícita dónde estamos.

¿Éste es el Monasterio de Stelea? ¿En Moth? ¿De verdad he llegado tan lejos?

Aunque un poco en shock, por fin soy consciente de dónde me encuentro sin tener que haberlo preguntado de forma explícita. No quería que los demás pensaran que estaba perdida.

A medida que voy llenando mi estómago, me voy encontrando más dispuesta a pensar y a colaborar.

Así que han desaparecido dos monjes y otro, que se ha vuelto loco, está encerrado. El tema parece interesar mucho al resto de viajeros.

Por primera vez, desde el encuentro en la puerta, me dispongo a hablar. Sin apartar la vista de mi plato y sin dirigirme a nadie en concreto.

-Si los desaparecidos han dejado aquí sus pertenencias, como dicen, habría que revisarlas. Si hay cosas de valor entre ellas, es menos probable que hayan desaparecido de forma voluntaria. ¿no?

Sritas, los asuntos banales son de mi interés siempre y cuando tengan una historia detrás que me llamen la atención, si no os molesta me gustaría saber un poco más, quién sabe quizás pueda ayudarlas.

María sonrie ante el ofrecimiento de Az y entrelaza las manos timidamente frente al pecho -Sois sin duda un hombre muy gentil, pero no hay mucho mas que contar al respecto... los hermanos Petrica y Urzica desparecieron juntos la misma noche...y nadie sabe mas nada de ellos hasta el momento- concluye encogiendose de hombros 

Ah, y perdonen pero ¿se podría repetir? Pregunto sin descaro levantando el plato de la mesa insinuando que no fue suficiente.

La joven Steffania se lanza hacia el puchero entusiasmada -¡Claro que puedes repetir, y todas las veces que quieras!- dice encantada de que disfrutes del caldo que ha preparado, y sonriendo te llena nuevamente el plato hasta arriba

Hermana Steffania este caldo esta muy bueno, no sólo reconforta nuestros entumecidos cuerpos. 

Stefannia sonrie de forma sincera -¡Muchas gracias por sus amables palabras! es agradable cocinar para alguien distinto al menos por una vez...- dice reconfortada, y te sirve un cazo mas

-Si los desaparecidos han dejado aquí sus pertenencias, como dicen, habría que revisarlas. Si hay cosas de valor entre ellas, es menos probable que hayan desaparecido de forma voluntaria. ¿no?

María mira pensativa a la muchacha -Lo cierto es que por lo que hemos podido ver, sus pertenencias están intactas, y ni siquiera sus camas parecen haber sido usadas aquella noche en la que desaparecieron... en cuanto al valor de las mismas...- sonríe con humildad y baja la mirada -...Los sacerdotes no portamos ningún objeto de valor a excepción de nuestras almas y nuestros corazones...- y cierra los ojos unos segundos como rezando

-Ahora si nos disculpan...- dice la hermana María y haciendo una reverencia, coge de la mano a la hermana Steffania y ambas salen de la sala para prepararos las habitaciones, dejandoos a solas.

 -Esta claro que la desaparición de 2 monjes a la vez puede ser debida a cuestiones mas terrenales. Alveco no puede evitar esbozar una sonrisa. -Quizás en busca del amor, o quizás ya lo habían encontrado el uno en el otro. Sin embargo que alguien pierda la cabeza es algo mas extraño para mí. Algo ha tenido suceder o algo ha visto que le ha hecho perder la cabeza. Aunque no creo que sea capaz de decirnos algo creo que deberíamos de hablar con él. 

La voz de Alveco resuena eco entre las paredes de piedra oscura...

Es una lástima que se tengan que ir… aunque nunca antes me habían hecho la cama, me pregunto cómo será…

Intento comer lo más rápido que puedo sin perder la compostura me levanto, y coloco mi plato sucio en el fregadero pero me detengo unos segundos

2 Monjes sin armas, sin llevarse ningún tipo de raciones ni pertenencias salen en uno de los lugares más inhóspitos que he visto… dejando atrás mujeres hermosas, mmm no suena razonable para mí.

Habiendo dejado el plato me dirijo a la puerta, pero antes de cruzarla me detengo: Oh, disculpen, buen provecho compañeros, no se ustedes pero esto cada vez se pone más interesante. digo marchandome del comedor

Y me dirijo a las habitaciones a buscar a alguna de las hermanas puesto que tengo un interés grande en aprender eso que llaman hacer camas… como esclavo nunca tuve una cama.

Te diriges en busca del lugar en donde se alojan vuestros aposentos para esa noche, y la verdad es que en ese momento te percatas de lo grande que es la iglesia en realidad. A pesar del lamentable estado en el que se encuentra puedes ver que practicamente todas las estancias parecen usarse, ya que ves sombras moviendose en la luz que se filtra por debajo de las puertas.

En tu busqueda, te encuentras cara a cara con otro monje, un hombre joven de unos treinta y tantos que se para y te mira con rostro serio... 

.....

Veo a este hombre de cierto porte el cual no parece muy contento de verme, sin mucho que ocultar le digo:

Buenas noches, me llaman Valentine digo en tono amigable. busco a las hermanas María y Esteffania quienes me enseñarían mis aposentos para la noche pero... debido al gran tamaño de su iglesia creo que me he perdido, ¿sabrá usted donde puedo encontrarles?

El hombre te observa pero no contesta

.........

En ese momento la hermana María aparece de uno de los pasillos laterales

-¡Oh vaya...- dice con rostro misericordioso -...os ruego disculpeis al hermano Ashran pero no puede hablar-

Hace una pequeña pausa hasta ponerse a vuestro lado -El hermano Ashran perdió la lengua siendo muy pequeño y como es evidente, no puede pronunciar palabra alguna...- afirma con tristeza

-La hermana Steffania esta terminando de acomodar el resto de habitaciones, si me acompaña, le mostraré los suyos...- dice con una sonrisa y una leve reverencia

......

Entiendo, muchas gracias de igual forma Ashran. (Acompaño a la hermana incomodamente)

He visto suficientes discapacitados en mi linea de trabajo como para no ver a alguien dos veces que ha sido mutilado o nació de esa manera

Hermana María, perdón pero, no la busqué para que me enseñara mis aposentos, sino a hacer mi cama... verá soy amante de aprender a hacer las cosas y debido a mi antigua vida, pues nunca tuve una cama hasta hoy, y me gustaría aprender a hacerla para que ustedes no la hagan por mi.

Durante el camino a la habitación (No se que tan lejos es) 

¿Hace cuanto que están aquí?, ¿acaso nacieron y se criaron aquí o son enviadas desde otras partes?

No puedo evitar esbozar una ligera sonrisa al imaginar que todo este revuelo fuera debido sencillamente a que dos monjes enamorados no pudieron soportar la presión de sus vidas de retiro espiritual y recato cristiano. "Sería maravilloso que sencillamente se hubieran fugado juntos, la verdad", comento tranquilamente cuando se alejan las dos hermanas, dejándonos solos para disfrutar de la cena caliente. "Pero les aconsejo dormir esta noche con un ojo abierto y otro cerrado. Ninguno de nosotros parece un monje, pero en nuestras ropas de dormir podrían confundirnos con uno y secuestrarnos también, ¿no?"

Hundo la cuchara en el plato de caldo humeante, degustándola con deleite. ¿Cuántos días hará desde que cené algo en condiciones?

Una vez calmada mi ansia inicial, empiezo a reducir la velocidad a la que voy comiendo. Tras escuchar a Kilian, empiezo a preocuparme. No me gusta nada la idea de no poder dormir tranquila. Más aún cuando sospecho que la desaparición de los monjes no fue voluntaria. Tengo que responder a Kilian.

-Yo no creo que se hayan fugado sin más. ¿Dónde van a ir por estas tierras? ¿Y sin sus pertenencias?

Aprovecho que no hay nadie del monasterio con nosotros en este momento.

-Deberíamos vigilar nuestra estancia en este sitio, mientras dure.

Kelgar siguió a la hermana Maria, la cual los llevó a un comedor donde les esperaba pan caliente y un caldo, el cual otra hermana llamada Steffania les sirvió.
El Haufmano no se andó con ceremonias y comenzó a devorar la cena servida, comiendo con un visible hambre.
Agradeció la comida con una sonrisa algo forzada y un cumplido a su manera.
Muy bueno todo, ahora entiendo porqué el Diácono está como está. aludiendo al sobrepeso del hombre.

Entonces sus compañeros comenzaron a preguntar sobre los problemas que el lider del monasterio había dicho, y que resultaron ser la desaparición de dos hermanos.
Kelgar vació otro plato de caldo mientras escuchaba las preguntas y respuestas, hasta que las dos hermanas se marcharon a preparar las habitaciones donde iban a alojarse.
El norteño dejó el plato donde estaba y habló después.
Sin duda es extraño, pero ¿no es este el lugar más extraño de toda Gaia? preguntó, quitándole hierro al asunto.
Si hay un secuestrador de monjes, tiene bastante mal gusto. Ahora en serio, creo que es la posibilidad más lógica. Pues dos monjes devotos a su fe, en un lugar donde no hay nada a leguas de viaje, ¿para qué iban a fugarse? preguntó, mirando alternativamente a sus acompañantes de cena.

A mi me intriga el loco ese que dicen tener encerrado. No es muy normal enloquecer de la noche al día... quizás sería interesante visitarlo. dejó caer, revelando sus intenciones.

Bueno, ya que nos han dado de comer y esas chicas me han alegrado la vista, creo que les echaré una mano. Ni que sea por esta noche. dijo finalmente, dejando claro que esa noche estaría alerta ante lo que pudiera suceder.

Alveco termina educadamente la comida y como tampoco esta acostumbrado a que le sirvan decide ir en busca su habitación. -Habrá que estar atentos a ver como discurre la noche, si me disculpan yo tampoco puedo dejar que otros hagan el trabajo por mí. 

Sin embargo las intenciones de Alveco son otras, por el camino trata de buscar al Hermano Tómas, su estado seguro que le hará soltarse mas de la lengua.

Hermana María, perdón pero, no la busqué para que me enseñara mis aposentos, sino a hacer mi cama... verá soy amante de aprender a hacer las cosas y debido a mi antigua vida, pues nunca tuve una cama hasta hoy, y me gustaría aprender a hacerla para que ustedes no la hagan por mi.

Durante el camino a la habitación (No se que tan lejos es) 

¿Hace cuanto que están aquí?, ¿acaso nacieron y se criaron aquí o son enviadas desde otras partes?

La hermana María escucha tus preguntas mientras camina dirigiendose al otro lado de la iglesia, por lo que teneis que cruzar la descomunal sala de oraciones central -Bueno...yo llevo aquí casi toda la vida, aunque no nací en Moth, mi lugar de origen es Gabrielle, al sur del País, y creo que la hermana Stefannia es Abelense...- dice pensativa, como intentando recordar -...pensandolo bien, casi ninguno somos de Moth, incluso el Díacono es de Argos, si no recuerdo mal...- finalmente llegais a una puerta que da acceso a unos pasillos con puertas a ambos lados, allí esta la hermana Steffania saliendo de unas y entrando en otras de forma precipitada, preparando todo lo necesario para que tengais un comodo descanso esa noche -¡Vaya, que prisa se han dado, ya casi esta todo listo!- dice guiñando un ojo

Si das un vistazo al interior de alguna de las habitaciones, son mas bien pequeñas, con una ventana que da a la oscuridad del exterior, un camastro sencillo, un pequeño mueble de cajones para guardar algo con un discreto candelabro sobre él, y porsupuesto, un crucifijo de madera muy detallado sobre la cama.

-Esta será la vuestra...- dice María señalando al cuarto en el que te encuentras

-Ire a avisar a los demas de que ya esta todo listo- dice Stefannia marchandose

Salís los dos casi al mismo tiempo (Alveco y Kelgar) en busca de algunas de las monjas que os recibieron para ayudarlas, pero en la enorme y descomunal sala de oraciones principal, solo veis a un monje joven,  apoyado en una columna cercana, tiene el rostro serio y la mirada clavada en vuestra presencia, pero no pronuncia palabra alguna...