Partida Rol por web

 El caballero aguanta el castigo inflingido por los rayos del dragón, pero cuando va a arremeter contra la figura reptiliana, ve como esa recupera su figura original. Sin más ceremonias, el caballero castiga al heraldo de Talos. Aún sintiendo el ardiente enemigo que le ataca por detrás.

 Sin querer dar tiempo al talosita de recuperarse el cabalero lo asalta de nuevo con poderosos golpes, procurando dejar el elemental a su flanco escudado.

Gaenos protégete!! intenta avisar con un grito asustado a su compañero va a lanzar un conjuro de muerte!! tras avisarle se dirige al talosiano Aquí y ahora juro que acabaremos contigo activando en el proceso la magia especial de su arco antes de disparar.

El elemental es más rápido que Gaenos, y no deja que el caballero se defienda adecuadamente contra él, atacándole con sus zarpas de llamas. Aunque consigue acertarle dos fuertes golpes, sus protecciones sagradas logran que no acabe realmente ardiendo. Sin duda está aguantando un buen castigo.

Lía, haciendo gala de la conocida habilidad de los elfos para el tiro con arco, saca su obra de arte de maestros elfos fabricantes de arcos mientras avisa a su compañero, y  carga el arco una y otra vez, disparando contra el enemigo. Las tres flechas aciertan, bendecidas por la puntería de Mielikki, aunque ciertamente el dios de las tormentas le concede su favor a Zarack, pues sólo una de las flechas consigue acertar con tino como para atravesar su armadura, y aún así, tampoco le hace mucho daño.

Gaenos, alertado por su compañera, se apremia en evitar que su enloquecido enemigo acabe con él con un solo hechizo. Sin duda se la está jugando a una carta, pues en lugar de curarse y protegerse, ataca.
Un fuerte mazazo sacude a Zarack, arruinándole el hechizo inmediatamente. Gaenos, en el interior de su yelmo, suspira mientras sigue golpe tras golpe acosando a Zarack, que finalmente recibe otro golpe cuando la maza de Gaenos se ilumina con energía sagrada, y golpea con fuerza y precisión.

Viéndose prácticamente muerto, el Talosiano se pone completamente a la defensiva, golpeado y magullado. Rayos eléctricos sacuden su cuerpo, mientras acude a toda la Fé que puede para salvar su vida. O la usa ahora o no la usará jamás...
¡¡De... Defiéndeme, maldito!! ¡Cúbreme!

La ferocidad del oso es inusitada, golpeando al elemental con ambas garras. El feroz elemental se retuerce de dolor. Sin embargo, el pobre animal está en las últimas, cubierto de llamas, prácticamente inmolándose en este combate.

El lobo gruñe furioso, pero Asdrul no le deja alejarse, para que no vaya a atacar a Gaenos y socorrer a su amo.

Lía concéntrate...recuerda lo que te enseñaron.. primero apuntar y luego soltar.. piensa antes de disparar una nueva salva de flechas contra Zarack

 Aguantando el castigo que recibía, lleno de determinación y resolución para exterminar la amenaza que represetaba la presencia de Talos en ete mundo, el caballero se lanza de nuevo en pos de su heraldo.

 Manteniéndose a la zaga del malherido talosiano, el caballero le descarga de nuevo la maza cargada con el resplandor de la bondad Lathander.

 - Serás redimido por tus maldades, talosiano.- Dice alto y claro el caballero, con gran convencimiento.

De nuevo, el más rápido es el elemental de fuego, que intenta abrasar de nuevo a Gaenos, pero fallando increíble y estrepitosamente todos sus ataques, para respiro del caballero...

El siguiente en actuar es Zarack, quien se rodea de un escudo eléctrico y se hinchan sus músculos, tornándose su piel marrón. Es obviamente algún efecto protector y fortalecedor. Ya que no ha pronunciado palabras mágicas, debe estar saqueando su reserva de Fé.

El oso, malherido, no logra atinar sus golpes al elemental, aunque las llamas siguen consumiéndole, y gime entre agonía y rabia.

Lía por poco no acierta a Gaenos con una de sus flechas, pero finalmente al menos una de ellas consigue herir a Zarack. No de gravedad, pero le recuerda que la druida... sigue ahí.

Gaenos, por su parte, acierta tres de sus demoledores golpes contra el Talosiano, llevándose una desagradable sorpresa: un arco eléctrico sale del escudo de Zarack y le suelta tres poderosas descargas... aunque la naturaleza Celestial de Gaenos le salva de sufrir daños muchísimo mayores. Quien los ha sufrido es Zarack, que cae al suelo de rodillas, aún vivo... apenas pudiendo sostenerse para no caer de cara al suelo llameante.  

Zarack sangra profusamente y apenas se sostiene. Las graves heridas internas provocan que escupa sangre al hablar, y es probable que solo su reciente endurecimiento mediante la fé le hayan salvado milagrosamente la vida.

Bor... *Gorgotea sangre* Bor favor... be habéis... bencido... *Tose y se inclina, no pudiendo aguantarse de rodillas, a punto de caer al suelo* Gle...bencia... baladín...

Hizo verdaderos esfuerzos por mirar a través del casco de Gaenos

Glebencia....

Era su última esperanza...

 El caballero se alza ante el caído talosiano, con la maza armada lista para ser empleada. Permanece erguido, sereno, resisitendo el dolor.

 - Di a tú esbirro que se detenga, ya.- Dice refiriendose al elemental.- Y ahora, si quieres conservar tu vida, Zarack, reniega de Talos, destruye tu símbulo de Talos reniega de su maldad, así te dejaré vivir para que puedas reconstruir los que has destruido, y puedas caminar por un camino de paz y bondad.

 Las palabras del paladín están excentas de orgullo o sobervia, ni de resentimiento, parecen salidas de un puro deseo de ayudar.

No creo que vaya a cambiar... dice seria mientras continúa apuntando a Zarack con su arco es una simple estratagema para mantenerse con vida... cierta rabia contenida se nota bullendo en su interior No podemos fiarnos... si dejamos que se recupere volverá a intentar acabar con nosotros...