Partida Rol por web

El vasto bosque de los elfos se extiende hasta el lejano horizonte y más allá...

Tras un día de camino, llegáis al linde del gran bosque que, según los kóbolds, está habitado por elfos. Desde el suelo es imposible conocer su inmensidad, de modo que águila y semiángel alzan el vuelo, tratando de encontrar alguna estructura desde el linde, desde el aire....

Y todo lo que alcanzan a ver es un mar virgen de bosque y verdor, hasta donde se pierde el horizonte, tanto al sur como al sureste y suroeste... el bosque lo cubre todo, y, estén donde estén los elfos, su ciudad es imposible de ver desde aquí, o está demasiado lejos.

El espectáculo es impresionante, y por más que os alzáis no veis donde termina semejante bosque, que probablemente sea tan grande como Bosque Alto o Cormanzhor... y tan antiguo.

Según los kóbolds, debíais seguir al suroeste, pero no parece que haya nada en esa dirección... tampoco en ninguna otra, a al menos dos días de camino desde el linde... podéis seguir sus indicaciones o buscar orientación por vuestra cuenta...

Es muy bello y muy grande... parece ser que los elfos cuidan bien de este bosque les comenta contenta a Asdrul y a Suloth cuando finalmente vuelven Nos será difícil encontrarlos pero si encontramos a algún animal podremos preguntarle... así que intentad no asustar a los animales de presa ehhh... nada de perseguir ardillas ni conejos que sinó no podré hablar con ninguno.. prosigue en tonto medio serio medio burlón.

 El caballero se muestra reservado, oteando el infinito horizonte, surcando las corrientes de aire.

 Al final deciden descender para comentar la ruta a seguir. Cuando llegan junto a las fieras el paladín comenta.

 - Será un avance lento, al ritmo que podaís seguir vosotros, pues será mejor que, por lo menos yo, vaya volando para no retrasar la marcha del grupo.

 Ante el comentario d ela dama élfica, el paladín asiente.

Está bieeen....
Responde Asdrul a Lía Habla con algún animalejo, que pronto tendré que cazar

Más serio, Suloth habla de 'trabajo' también

Será cuestión de seguir algún rastro, cuando los animales nos hayan dicho por dónde rondan elfos. Mera cuestión de olfato.

Ninguno de los animales de esta parte del bosque sabe nada de elfos en muchos kilómetros a la redonda, al menos, y eres la primera elfa que ven. Deben estar bastante mas adentro del bosque para que los animales, al moverse no hayan coincidido con ellos nunca.

Los animales de esta zona nunca habían visto antes a un elfo, debemos estar muy lejos aún. Tengo un conjuro que nos podría ayudar a localizarlos, nos diría dónde se encuentran... pero el problema es que para eso debemos estar a menos de 12 millas y creo que ahora mismo nos encontramos más lejos. De momento habrá que fiarse de los kóbolt y seguir hacia el suroeste...

 Sir Gaenos asiente.

 - Es probable que estén en una parte profunda del bosque, pues de esta forma no estarían demasiado lejos de los lindes de este.- Dice el caballero mirando los árboles cercanos y la hufanosa vegetación.- En marcha.

El inmenso bosque se extiende durante casi dos días, sin que ningún otro animal haya nunca oído hablar de elfos... sus árboles son cada vez más impresionantes  y grandes, del tipo que podían verse en la profundidad de bosques como Cormanzhor o Bosque Alto... inmensos, señoriales....

Sin embargo, para Lía, falta una sensación familiar y agradable en este bosque. Una música que no oían sus oídos, si no que la hacía vibrar, el 'pulso del bosque', la sensación que la hacía saber si el lugar estaba sano, amenazado, o bien protegido... y podían ser unas notas apacibles o inquietantes, o tristes... sin embargo, el bosque guardaba completo silencio en ese aspecto. Era inquietante...
¿Podría tratarse de la falta de magia...? Quién sabe...
Finalmente, al caer la noche del segundo día, una lechuza habla a Lía, diciéndola que sí ha visto elfos en sus grandes 'montañas de piedras pequeñas', (probablemente edificios grandes) y os orienta un poco mejor, aunque os queda otro día de caminata, para seguir el paso de los animales, y alcanzar el lugar.

Seguís andando durante otro día y parte de la noche, en la que el bosque permanece igual de inmenso e inalterable, sano y virgen... y pasáis la noche de reposo bajo las altísimas ramas, sintiéndoos pequeños en un lugar que parece hecho para gigantes.

Al amanecer, con los primeros rayos de sol rompiendo entre las ramas, y con la fría bruma matinal, alzáis el primer vuelo de reconocimiento del día, viendo, hacia el sureste, dos grandes y majestuosas contrucciones, fundidas con el bosque....

Ya estamos cerca y es precioso... dice contenta a Asdrul y Suloth cuando vuelven al suelo. Solo unas cuantas millas más al sureste se queda pensativa unos instantes quizás deberíamos ir con cuidado, sin hacer demasiado ruido, somos un grupo... extraño.. sonríe y nos podrían tomar por enemigos.. aunque viendo como cuidan del bosque, no creo que fuera a ser así...

 El caballero contempla en silencio los lejanos edificios.

 Una vez a bajo, junto a Suloth y Asdrul, el caballero también comenta.

 - Rescordad de que este mundo es distinto y haremos bien en olvidarnos de los prejuicios. Esos elfos a lso que vamosa ver no tienen por que ser como los de las comunidades de Faerún.

Sí, esos kóbold no eran muy normales.... Ríe por lo bajo

Cierto, pero apreseurémonos o se nos hará de noche antes de llegar y si llegamos con la oscuridad seguro que son más recelosos cuando habla se le nota bastante emocionada con la idea de ver a los elfos

Seguís a pie en dirección a aquellos edificios, y a media mañana, Lía descubre algunos de los enormes árbols que han sido ligeramente modificados en las copas para poder servir de puesto de vigilancia, pero no se ve a nadie en ellos. Aunque el bosque sigue en silencio para Lía, la sensación de ser observados, en cuanto descubrís esos disimulados escondrijos, comienza a ser constante.
 
Es al mediodía, cuando un elfo a caballo, de aspecto estirado y serio, aparece ante vosotros, a paso ligero, a unos cincuenta metros. Él y su corcel estaban ocultos tras uno de los enormes árboles.

El elfo muestra una expresión seria, y alza la mano en un gesto que es fácilmente reconocible como la orden de 'preparad las flechas' entre los oficiales arqueros. Si bajara la mano apuntando hacia vosotros, sería una orden de disparo.
Habla un élfico muy correcto, y su voz suena imperativa y poco acostumbrada a oír negativas.

¡Alto ahí, forasteros, en nombre de la Guardia Forestal! Estáis entrando en terreno prohibido, y no se toleran intrusos... Mira un tanto mejor a los extraños ¡De ningún tipo! ¡A menos que tengáis una invitación, marchaos por donde vinisteis!

Mira a los ojos a ambos y a vuestros animales, y muy especialmente a Gaenos... al cruzar su mirada con la del paladín, frunce el ceño, molesto.

 El paladín deja que sea Lía, la dama élfica, quien interactúe con el que parece un porta voz élfico, que ha vendo a comunicarles lo que sea. No sé por qué pero creo que este jinete no viene a darnos la bienvenida.

 El caballero va con su equipo a la espalda, igual que el escudo, y la maza en su asidero en el cinturón.

Estos soldados han aparecido de algunas ramas altas, perfectamente camuflados con el entorno. Podéis ver a unos cinco apuntándoos, pero es probable que hayan unos cuantos más. Echan miradas continuas hacia el oficial montado.