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Tinieblas del Curso Solar

Prólogo: Los Cuatro

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09/03/2009, 21:02
Director

Érase que se era, en un lugar muy lejano, un país formado por cuatro islas que giraban en derredor del Remolino del Tiempo, acompañando al sol en su movimiento.

Por esto, cada isla permanecía eternamente bañada por la luz de la misma manera.

Así pues, en el reino de Valbasia el sol siempre se encontraba en su fase más temprana, el amanecer. Mientras que en Solamne, el majestuoso reino del Sol Resplandeciente, siempre parecía mediodía ser. En Belesia, el crepúsculo era el rey de sus cielos, medio ocultando al sol tras sus colinas cual excitante velo. Por último, el cuarto reino, distinto a los anteriores, era el de Lumnade, un lugar únicamente bañado por la luz de la luna y las estrellas, de escarpados montes y profundas cuevas, donde el sonido del viento resuella y resuella.

En este páramo encrespado engalanado de doradas estrellas, una ancestral hechicera leyó con certeza en ellas que pronto el destino de los habitantes de las cuatro islas cambiaría. Que un enorme poder del remolino surgiría, para el caballero más valiente y de mayor osadía.

Hete aquí, que de cada uno de estos reinos fue mandado su mejor y más audaz guerrero:

De las selvas de Valbasia, Alahamda fue la elegida, por su hermosura y pureza, por ser doncella querida y sacerdotisa divina. Del refulgente Solamne, Famid fue su campeón; príncipe fuerte y gallardo, guerrero de gran valor. De Belesia un caballero al remolino enfrentó, Leoreèn era su nombre, gran jinete, buen cetrero y cazador. Con semblante plateado Aurende se les unió, nieta de la elfa hechicera que la profecía atisbó, bruja de artes oscuras pero limpio corazón.

Fueron pues los elegidos en barcos hasta el remolino.

Poco se sabe de lo que allí aconteció. El barco fue destrozado, nadie de la tripulación sobrevivió. Los Cuatro jamás contaron cuál fue su gran aventura, ni las pruebas a las que se hubieron de enfrentar, pero cierto es que Famid volvió con un objeto de gran valor: Un Orbe de hilos de oro, contenedor de la luz del sol. Un objeto destinado a llevar buena fortuna y prosperidad a los elfos de la isla de Solamne.

También las gentes de Valbasia y Belesia recibieron parte de la dicha de la esfera. Alegrándose y festejando el regreso de sus campeones bien amados, y la victoria del príncipe de un reino hermano.

No obstante, en el reino de Lumnade, nada hubo que festejar. Ya que el brillo de la esfera su cielo vino a aclarar, su luna empalideció y a sus estrellas eclipsó. Además de que poco a poco a sus reyes enfermó…

Frustrados por esta reciente debilidad, el pueblo entero se levantó, exigiéndole a Solamne del tesoro devolución.

El rey no cedió. La isla entera le secundó.

Valbasia y Belesia decidieron apoyar al reino del Sol Resplandeciente. Ganando la enemistad del reino de Lumnade y de sus gentes.

Pronto se desató una guerra muy dura. Una lucha que aún perdura…