Salón:

Cava (Bodega en el sótano) 

El doctor y su sire en el pasado es amante del buen vino

Biblioteca:

((la mayoría de los libros que se encuentran allí son fruto de la curiosidad, estudios e investigaciones del doctor, de Damien y a veces de Antonelli, ella guarda los libros que eran propiedad de su sire en la base de la biblioteca, en un suelo falso e imaginemos que las cortinas son guindas por favor xD))

((el piano de cola solo es tocado por Antonelli, en la casa nadie mas lo toca, aunque a veces Damien puede estar dispuesto a tocar con ella))

Oficina del buen doctor

((ahora sabemos porque no pasa por ella, si esta claro que es del gusto de Antonelli)) 

una copia barata de la antigua de su sire

Al día siguiente:

Había leído con profunda atención la información sobre mi nuevo “dominio”, aunque si era sincera conmigo misma, tras pensarlo mucho me sentía en guardia contra todo y contra todos, es imposible confiar en una situación como esta, cierro los ojos intentando darle cordura a la situación, y darle vueltas a las palabras de Matías, su simple nombre estremece mi alma de un modo inexacto, una sola noche ha bastado para preocuparme, una noche ha bastado para desesperar mi alma hasta casi verlo como un peligro.... cosa que me aterra, no quiero que sea un enemigo, quiero seguir queriéndole y confiar en él... en la medida de lo posible..., me he calmado es cierto y puedo pensar con claridad, y sé, que si pidió mi presencia en la reunión es porque me valora… pero el sabor a humillación no termina de abandonar mi mente ahora que estoy sola y no pienso en el respeto que le tengo sino que veo como su figura se difumina con la de Antonio... 

“por favor no” pienso mientras cierro los ojos e imitando a los mortales, mi pecho sube y baja de manera acompasada, no puedo faltar al Eliseo, pero no puedo ir así y lo sé, la práctica no sirve y sacudida comienzo a ir de un lado a otro en el despacho de Lucas, por supuesto no está aquí dentro… está abajo con los demás buscando comprender mi mal humor,  avanzo tres paso hasta llegar a la ventana, desde donde veo en silencio, el patio y la piscina, es absurdo y soy consciente de ello, debo actuar y actuar pronto… pero antes deseo quitarme de encima esta suerte de paranoia… este instinto que no hace ningún bien a mi alma, "ha cambiado, las cosas han cambiado y lo sé... lo sé, no me haría daño"

Mirando por la ventana y relajándome con el paso de los minutos con la vista pienso, lenta y rápida, sé que debo pensar bien.

El barrio de barracas es un dominio con potencial, bastante potencial… mirando me vuelvo al reloj que está en una de las paredes, tengo una cita y no debo llegar tarde… “Quizás conversar con María me haga bien” es un pensamiento pálido, y tonto, claro, confiar en él sería una locura… pero deseo hablar con alguien seguir sola aquí va a enloquecerme.  

Vuelvo al escritorio donde descansa culpable la carpeta con los datos del dominio, población, geografía, suerte… todo, menos lo que quiero saber.

“maldita sea” con un gesto sereno tomo la carpeta, y trazando una ligera curva voy en dirección a la puerta del despacho, de donde salgo en dirección a mi habitación, creo que me cambiare de traje… ¿Qué debería llevar a la jabonería?.

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Por cuanto, la noche de la cita con la senescal: 

-antes de su cita con Matías , claro-

Forme una sonrisa mientras cruzaba las puertas en dirección a la senescal Mercedes Moreno, estaba mucho más calmada y la mente la tenía más fría, mientras avanzaba en su dirección.

-Buenas noches, senescal- incline ligera y graciosamente la cabeza antes de toparme con sus ojos, momento en el que puse una expresión de serena atención para ella- espero no haber llegado demasiado pronto- dije con voz dulce, aunque realmente… no era eso lo que importaba en aquella cita, pero ambas teníamos manías por las teatralidades mortales y no podíamos hacer mucho al respecto.  

Enero de 2013

Al entrar al despacho de Mercedes (no utilizaba el de Alexandria que seguía cerrado con llave) pudiste ver que en la decoración abundaba la madera, era un estilo elegante pero no recargado. Tenía una cantidad impresionante de libros y la biblioteca se prolongaba en un pequeño entrepiso arriba.

Mercedes estaba sentada en una de las poltronas frente al sillón, lucía menos tensa que la noche de la reunión y eso se traslucía en su vestuario y en su porte; llevaba una camisa blanca de gasa con volados en el cuello, que llevaba desabrochada dos botones, y un pantalón de vestir negro con rayas grises muy finas. Calzaba zapatos de tango, contra todo pronóstico de comodidad; algunas vástagos son tan coquetas como cuando eran mortales.

Al verte se puso de pie y se acercó a ti con las manos extendidas, te dio un beso en la mejilla según la costumbre local y pasó su mano por tu espalda para guiarte hacia el centro de la estancia -Antonelli, llegas justo a tiempo -dijo tratando de despejar cualquier duda que pudieras tener sobre el horario -Veo que traes tu carpeta, supongo que quieres hablar sobre su contenido -te señaló la poltrona tapizada en brocato negro frente a la suya -¿Empezamos?

Tras el agradable saludo sonreí mientras me guiaba hacía la poltrona, y escuchaba sus palabras, en silencio supe reconocer que se veía hermosa, con gracia sonreí, muchas cosas me eran hermosas desde que llegara a Buenos Aires, era el único modo en que podía mantenerme en aquel lugar, en silencio baje los ojos a la carpeta que se había mantenido en mis manos como una suerte de cuchillo del que no había querido deshacerme.

-En realidad no estaba segura de sí traerla o no, considere que sería lo más efectivo hacerlo- conteste con una sonrisa clásica, con respecto a la carpeta tras sentarme en la poltrona, aquel día había optado por un vestido gris de cuello drapeado y manga larga, que llegaba un par de dedos por encima de la rodilla, con el cambio de las épocas era cada vez más difícil evitar los pantalones, pero yo siempre prefería los vestidos, fuesen cuales fuesen, me gustaban más, y por supuesto… me veía mucho mejor en ellos- pero es verdad que quiero hablar del dominio que se me ha dado… en realidad no he estado muy informada al respecto de él y entenderá que me encuentre un poco …- busque la palabra- confundida con respecto al control de este, más allá de los centros psiquiátricos no había mirado antes- sonreí a modo de disculpa, me molestaba en cierto modo tener que confesar aquello- por ello deseaba saber si había algún interés particular en un área específica de Barracas- aunque mi sonrisa era serena, por mi parte no podía evitar pensar que debía haber algo más.

-Oh, ya veo -musitó la toreador y te observó tomar asiento frente suyo con una sonrisa cortés. Escuchó tus inquietudes parpadeando varias veces, palabras contenidas como quien dice, esperando pacientemente a que expusieras tus dudas -No te ofusques, Antonelli -intentó calmarte con un tono maternal muy extraño para un vástago -Eres joven en la sangre y está contemplada tu inexperiencia en el nombramiento y en el dominio que se te ha dado -explicó e hizo un giro con su mano acompañando sus palabras -Mi consejo sería que te enfocaras en la vigilancia del borde con el conurbano sur (el límite con Avellaneda), si bien no se ha registrado actividad sabbat en esa zona no sería extraño que quisieran escapar por el puente Victorino La Plaza hacia Avellaneda, si es que no lo han hecho aún, o viceversa: mandar exploradores por allí o por otro punto de la costa del Riachuelo. Más allá de eso... Puedes dedicarte a tus psiquiátricos como quieras -reposó ambas manos en los finales de los apoyabrazos. -Tengo a tus assamitas a disposición para cuando quieras convocarlos -te anunció recordándote que no podías escaparte de ellos. -A menos que quieras vigilar al sabbat tú sola.

Ladee la cabeza, escuchándola hablar, cuando aquel “no te ofusques” llego a mis oídos parpadeando un poco mientras la escuchaba “juventud” aquello en cierta medida podría aliviar a cualquiera, aunque por supuesto guardara un peso un poco más grande de lo que mi orgullo habría pensado, uní mis manos –la una sobre la otra-  sobre la carpeta, que descansaba en mis rodillas mientras la escuchaba hablar atentamente tomando nota de lo dicho por ella, estaban allí, entonces.

-Comprendo, veré de mantener vistos esos puntos- conteste lentamente escuchando lo demás, exploradores... 

“a disposición”

 -Si, por supuesto… los assamitas- dije con suavidad un segundo después  sonreí ligeramente, los assamitas eran un asunto delicado, pero debía ser cuidadosa con ello, Matías ya me había dicho que no hiciera nada sola, no podía endeudarme con nadie, los assamitas eran la única opción viable, y además, yo estaba actuando para el principado, o al menos eso me había dicho a mi misma todo el camino, no tengo el menor deseo de vigilar sola, soy consciente de lo peligroso que sería pero ah… tengo que contestarle a Mercedes- no lo he olvidado, he pensado que podría patrullar con ellos, pero tengo que mirar antes un horario y hablar con ellos…    le agradezco que me lo recordara, por supuesto, es un alivio saber que están a disposición, creo que los llamare pronto mi señora, para poder contar con sus servicios de manera efectiva, dudo mucho ser una amenaza verdadera por mi misma- sonreí a modo de disculpa- ¿debo suponer que lo mejor es contactar con Julieta para poder llamarlos a mi lado? –pregunte y aunque tranquila, también sabía que no permitiría que Damien estuviera cerca de esas... 

Mercedes te observa y registra cada pequeño movimiento que haces leyéndote, sus ojos relampaguean y sus labios borravino se ensanchan en una sonrisa -Oh, no, no hace falta -musita llevándose una mano al rostro -Uno de ellos ya está aquí -camina elegantemente hasta la puerta y la abre -Ismael -llama sin que puedas evitarlo, a los pocos segundos una figura aparece en la puerta y un vástago entra a la habitación, saluda a ambas con una reverencia y hace el famoso saludo tocándose la frente, los labios y el corazón con los dedos de una mano en señal de “mis pensamientos, mis palabras y mi corazón están a vuestro servicio”.

-Ella es Antonelli, la vástago a quien debes responder y custodiar -le anuncia, luego te mira -Antonelli, él es Ismael -los presenta.

El vástago te saluda -Es un honor estar a vuestro servicio.
 

“¿uno…esta… aquí?” elevo los ojos, siguiéndola con ellos en su camino hacia la puerta y llama al vástago en cuestión, al tiempo que mi rostro se muestra tan bello y tranquilo como siempre mis manos se colocan sobre el final de los apoyabrazos y me levanto, ¿Cómo que está aquí? De nada servirá detenerla “¿oh porque no me quede callada? vamos, no pierdas el control” pienso mientras mi gesto de serenidad cambia transformándose en una leve sonrisa, observo al recién llegado con tenue curiosidad sin perderme la presentación, sin perder vista de su saludo…

-Igualmente es un placer conocerte Ismael- inclino muy levemente la cabeza con los ojos llenos de dulzura y cierta impresión, como estudiando un regalo que me han hecho, avanzo un paso en su dirección, y luego miro a la senescal, ¿no pensara en que saldré ahora con él o sí?... vuelvo a mirar a Ismael – Tal y como la senescal ha dicho, soy Antonelli y… mi persona queda a tu cuidado – extiendo la mano esperando que él la estreche a modo de saludo- espero poder llevar una buena relación contigo- sonrió suavemente y mi tono es tranquilo y amable, sin demostrar ni por un momento a la bestia que se remueve dentro mío y que estudia al nuevo cazador… el peligro se acerca… pero son assamitas – y con tu compañero.

Recuperando mi mano y mirándole mis labios forman una sonrisa leve… muy leve, tengo una pregunta en la punta de los labios que no puede ser dicha con la senescal presente “tranquila, el zorro ve la nueva compañía, así que debe ocultar la pata lastimada o… algo malo pasara”

-Espero verlos mañana en el Höllen Ritter* está en barracas en ** -sonrió suavemente, señalando la galería de mi propiedad  –a las ocho de la noche, mi criado los recibirá –comento- de ese modo podre discutir con ustedes sobre su… trabajo – aunque mi voz es amable, también tiene el mismo fondo de orden que en ocasiones escuchaba en mi sire, aparto los ojos lentamente de él y espero que la senescal le ordene que puede retirarse -creo que eso es... todo senescal- sonrio.... no lo soporto más tiempo. 

Durante tu saludo hacia tu nuevo guardaespaldas puedes ver que él te evalúa de arriba a abajo disimuladamente, quizás buscando debilidades o señas particulares, tal vez analizando tus palabras y tus gestos. Asiente ante tus palabras y sonríe cortésmente con los labios cerrados. -La cuidaré con mi no-vida si es necesario -dice y no puedes distinguir ni un solo rastro de mentira en sus palabras. -Mañana iremos a ese lugar para verla, cuente con nosotros -te asegura.

La Senescal apunta luego que sí, efectivamente es todo por el momento y que puedes retirarte. Te asegura que ha sido un placer recibirte y que no dudes en contactarla para consultas o dudas.

A la noche siguiente, en el Höllen Ritter

Apenas ingresas al bar, en una mesa del fondo se encuentran los dos assamitas esperándote: reconoces a Ismael y puedes observar al otro, un vástago con apariencia más seria y menos viva aún que Ismael, de ojos oscuros y cabeza completamente afeitada, su fisonomía te hizo recordar extrañamente a las estatuas del antiguo Egipto. Al verte se pusieron de pie dispuestos a saludarte.

El ideal de un bar-arte siempre me había resultado extraño, entre otras cosas porque la descripción más exacta que se me ocurría era una suerte de club privado en la que los artistas y sus mecenas pululaban por allí, en la que los “artistas” buscaban mentes complejas con las cuales pudiesen entenderse, y otros modos.

El bar en este aspecto daba pie a eso, y más, era amplio dividido en tres estancias principales, una de ellas la que me hallaba yo misma, tenía casi al fondo una barra de bar en la que los habituales recién llegados comenzaban a solicitar sus pedidos, de reojo pude adivinar en la otra sala, algo más oscura y amueblada con mesas y sillones separados daban el amiente para sostener esas discusiones existenciales o comenzar a discutir los precios de alguna obra en especial, el segundo piso era un salón que siempre parecía estar a media luz... las “obras” un contado número de cuadros y ciertos trabajos más complicados estaban colocados estratégicamente en todo el bar, la mayoría en venta, era un trabajo más bien simple que los encargados realizaban con perfección , y una terraza que invitaba a encantarse con las luces de la ciudad, donde la mayoría seguía en lo suyo, la música de fondo me provoco una sonrisa ligera mientras avanzaba, paso a paso sobre el suelo de madera en dirección a los Assamitas; una mesa tranquila, sin que llamen la atención, a menos que expresemos la frialdad del compañero de Ismael llego hasta ellos formulando una sonrisa que casi suena a bienvenida.

-Buenas noches, espero no haberos hecho esperar demasiado, el tráfico de la ciudad cada día resulta más insostenible…  – comento a modo de saludo, es una mesa alejada y no creo que alguien vaya a prestarnos atención ni importunarnos, yo en cambio los observo con tranquilidad, le sonrio a Ismael y luego observo a su compañero –no nos han presentado aún –miro al compañero de Ismael -¿Cuál es su nombre? … a mí me llaman Antonelli entre los nuestros, aunque ya lo sabe- sonrió y le observo esperando su repuesta mientras estudio lo que puedo ver de él -Sentemonos por favor, la noche no es lo suficientemente larga- me acomodo frente a ellos y los observo.

-Perdonen si soy indiscreta, pero necesito saber esto ¿han trabajado antes juntos? 

Ambos vástagos te observan mientras te acercas y hablan entre ellos, cuando te presentas Ismael realiza un reverencia y su compañero también -Mi nombre es Rashid, encantado de conocerla -se presenta -Contestando a su pregunta, no, no hemos trabajado juntos antes, pero iremos complementando nuestras habilidades con los patrullajes.

Ismael mira en derredor disfrutando de las obras de arte que están exhibidas, cuando Rashid termina de hablar te pregunta -¿Le gusta el arte? Tenía entendido que era cosa de los toreador... -luego se sonríe de lado, sin conciencia de si ha dicho algo ofensivo o no -¿Cuáles son las tareas que piensa asignarnos y cuál es la extensión del su dominio señora?

Presto atención a las palabras de Rashid, que habla con seriedad, el informe de que no han trabajado juntos hace que le observe atenta, ante lo que le dice a continuación asiento levemente.

-Comprendo -

Posteriormente Ismael abre la boca y mis ojos relampaguean levemente al tiempo que formo una sonrisa con los labios, un poco sorprendida pero entendiendo que lo mejor es tomar las cosas importantes.

-Me gusta el arte, es cierto, es agradable de ver –asiento tranquilamente sobre el arte, mientras un pensamiento cruza mi mente: la tendencia a dejar el arte para los toreador es muy triste, paso a su frase- Pasemos a lo importante, el dominio que se me ha asignado es el barrio de Barracas, cuya extensión es de  7,9 km², su deber en primer lugar son los patrullajes a fin de evitar la presencia del Sabbat y si existiera indicios–explico -- dentro del mismo comunicarmelo o eliminar dicha presencia si les es posible, aunque prefiero tener conocimiento antés de tomarse una decisiónde ese tipo, los acompañare esta noche en vuestro reconocimiento, a fin de que observen el área y saquen sus propias conclusiones, que espero me comuniquen, mi experiencia en estos casos es limitada, podría decirse… con el sabbat–termino de hablar con un gesto serio, mi sonrisa desaparecio despues de decir "importante", no me agrada hacer esto pero es una necesidad, antes de ponerme pensativa y comentar

-Por cierto, la senescal ha recomendado concentrar cierto grado de la vigilancia en el borde con el conurbano sur, el límite con Avellaneda- comienzo a hablar claramente– es verdad que si bien no se ha registrado actividad Sabbat en esa zona no sería extraño que quisieran escapar por el puente Victorino La Plaza hacia Avellaneda o la otra posibilidad: mandar exploradores por allí o por otro punto de la costa del Riachuelo –explico recordando lo dicho por la senescal y luego explicando- y debo decir que ambas posibilidades no son agradables, no tengo el más mínimo deseo de tener a la otra secta en mi dominio – “y nuestra política, y mi posición, si se comete un error será mi fin como arpía” callo y dejo que el peso de las palabras caigan, sé que su honor depende de hacer bien su trabajo y espero que eso sea suficiente para ellos, por mi parte concentro mi atención en el asunto… -¿tienen alguna duda? 

-Perfecto, para empezar con esta información bastará -los ves sacar a ambos unos teléfonos celulares y buscar mapas de tu territorio y otra información importante. Rashid saca un móvil extra y te explica -Este es un móvil descartable con el que se podrá comunicar con nosotros y solo con nosotros, en caso de emergencia -te lo alcanza y sus ojos oscuros te inspeccionan -Solo tiene que marcar uno para hablar con Ismael, dos para hablar conmigo y cero para llamarnos a ambos y que nosotros rastreemos su posición.

-Además del Sabbat ¿Hay avistamiento de alguna otra clase de criatura que debamos tener en cuenta? -pregunta Ismael súbitamente -¿Hay arreglos con la policía local? 

-Lo recordare -asiento recibiendo el móvil, rozando por error su mano  y observándolo -el movil, claro - ¿la comunicación funciona por ambos lados? - pregunto un segundo antes de mirar de vuelta a Rashid, aquel solo con nosotros en caso de emergencia me inquieta un poco ... nada de usarlos para preguntar si les gusta el color del mantel entonces... mantengo mi expresión tranquila, aunque dudo que sea eso lo que el inspecciona en mi al mirarme, y presto atención a Ismael, ¡cierto! se me olvidaba, pobre Franco, me lo ven y se convierte en arena por mi olvido. 

-Si Ismael -asiento seriamente- en segundo lugar, es necesario tener cierta vigilancia a ver si hay algún avistamiento de miembros del clan nosferatu, debido a su desaparición la existencia de alguno en la ciudad, la simple posibilidad implicaría tener a ese miembro bajo vigilancia, y si vieran a alguno ... debería ser entregado a la decisión de la senescal - explico- es posible también que otro tipo de criatura pueda ser avistada, si notan algo raro que no tenga demasiado que ver con los otros dos puntos ... comuniquenmelo de inmediato -me expreso seriamente, esperando no haberme enredado. 

-En cuanto a la policía local, me temo que aun no se tienen seguridad sobre ningún arreglo, si algo cambia se los comunicare -expreso tranquilamente, recordándome tener que hablar con Roger para ver si había algún modo de lograr un arreglo, que él entiende del asunto, como ex militar. 

-El teléfono funciona para ambos extremos de la comunicación, sí -te indica el muchacho -Mi compañero es algo extremista, si desea comunicarse con nosotros para consultarnos detalles o pedidos específicos también podrá hacerlo por esta vía. Solo tiene la característica de ser más "discreta" que una línea normal y desechable -te explicó y miro a Rashid reprendiéndolo un tanto, este se encogió de hombros y miró hacia un lado.

-No soy extremista, soy serio con mi trabajo -alude el calvo y se pasa la mano por la cabeza afeitada, puedes ver los músculos marcados bajo la ropa veraniega, estaban en forma antes de ser abrazados y estarían así por siempre, las féminas del lugar ya les habían echado un ojo sin duda. Ambos tomaron nota del procedimiento en caso de encontrar nosferatus u otra criatura y luego Rashid dijo -Bueno, si no hay ninguna otra indicación entonces sería bueno que comenzáramos el patrullaje, si usted lo cree conveniente, señorita Antonelli -había respeto en sus palabras pero cierta también cierta dosis de altanería que no se te pasó por alto.