Partida Rol por web

Franco había bebido cantidades enormes de vitae esa noche, aún así su sed parecía haber aumentado. El embriagante sabor de Gorgo no tenía par y tuvo que hacer un esfuerzo para dejar de drenar a la criatura. Una vez arriba se quedó observándola, y Elizabeth aprovechó esa distracción para arrebatarle el libro, pasando muy cerca de él. Franco tomó la muñeca de la Tremere y acercó su rostro al de ella - No es el libro lo mas poderoso aquí, ni el misterio mas preciado, sino que Ella lo es. No me digas, Eli, que no te ha gustado su sabor tanto como a mi? No te gustaría compartir ese poder conmigo? - dijo acercando sus labios aún mas a los de ella. Luego la soltó entre sonrisas, olvidándose del libro, y se acercó a David, el otro vástago que había bebido. Puso su mano en su hombro - Y tú? Ese bonito rostro puede que cambie, puede que no, es un riesgo alto. Pero lo seguro es que jamás vivirás una experiencia como esa, la dejaras pasar?- su rostro se acercó al del La Sombra, pero se detuvo un par de centímetros antes de dónde había llegado con la Tremere. Luego saltó al pozo nuevamente, y desde allí habló a la Toreador - María, no has probado nada, no quieres acompañarme?- sus ojos estaban un tanto desorbitados, y sus labios empapados en la oscura y espesa sangre de Gorgo. El usualmente calmo rostro del Giovanni parecía un recuerdo, mientras sus colmillos ganaban protagonismo.

   A pesar de mi negativa a beber de Gorgo, mi Bestia tomó el control momentáneamente y sació su sed en la antigua vitae. Sin duda fue una experiencia única y requirió de todo mi autocontrol recuperar el dominio sobre mis actos. Por primera vez sentí el embriagador sabor de la vitae cainita, una sensación que siempre procuré evitar para no arriesgarme a someter mi voluntad a otro.

   La tentación estaba allí, y las palabras de Franco eran eco de los susurros de mi Bestia, pero rechacé la seductora oferta pues temí no ser capaz de contenerme una segunda vez. El comportamiento enardecido del Giovanni sugería que él aún era víctima de la euforia provocada por la poderosa vitae, sus intenciones se me antojaron claras. No puedo permitirlo..

   Invoqué un manto de oscuridad para cubrir a Franco y alejé de su alcance el cuerpo inerte de Gorgo valiéndome de las extensiones del abismo que aún lo sujetaban. -¡Franco, contrólate! Esperaba que él pudiese liberarse del trance pues no deseaba usar mis dones en contra de mis aliados, aunque no dudaría en detenerles si era necesario. Es demasiado peligroso..

La Toreador salió de las sombras acercándose al grupo mientras limpiaba un poco de sangre de sus mejillas... las limpiaba enérgicamente, una y otra vez. Sus ojos recorrían la sala de un lado para otro, sin parar. La habitual tranquilidad de María parecía rota. Un dejo de paranoia se podía observar en su mirada. 

La oferta de beber de Gorgo podía parecer  tentadora, de hecho lo era, pero la Toreador miró con repugnancia al ser, no se arriesgaría a perder su belleza por aquello.

- Doctor, doctor por favor, debe tranquilizarse... debe... debemos... tranquilizarnos, eso si.... Su mano derecha volvió a limpiar su mejilla una y otra vez.

Observó como David utilizaba sus artes nuevamente. Sus ojos se abrieron mas, de lo normal fascinada por aquella sombras que no podía entender. 

- Elizabeth! Mejor no te alejes, quizas te necesitemos...

La oscuridad cubrió al Giovanni en el fondo del pozo mientras escuchaba el sonido cuerpo de Gorgo arrastrarse en el piso bajo las artes del La Sombra. Las palabras de David resonaron, y luego las de María, ambas invitándolo a que regrese en sí. Podría haberlo hecho, pero el embriagante aroma de la sangre de esa bestia no tenía par, y menos aún la oportunidad que tenían delante - Que pasa, tienen miedo? No se dan cuenta que habrá un antes y un después ? Ni el mal nacido del Pontífice nos hará frente! Seremos miembros vitalicios del Consejo, Primogénitos y señores de nuestros clanes! Y habremos vengado la muerte de nuestra Príncipe- sus ojos brillaban de ambición e ira en medio de la oscuridad.

- Y tu, hechicera, puedes ver la verdad de mis palabras o también te acobardas?- dijo desafiante, mientras se movió en silencio, guiado por el olor inconfundible de Gorgo.

   Lo que temía se cumplía, al menos uno de ellos había caído presa de la tentación. María parecía estar bien por el momento al igual de Elizabeth pero temía que la tremeré encontrase oportuna la ocasión para escalar el rígido sistema de La Capilla.

   Negué con un movimiento de cabeza al escuchar las palabras de Franco. No es el miedo lo que me detiene, es mi propia elección.. Aunque hubiese querido expresarlo en voz alta no revelaría mi posición al enloquecido vástago. Lamento que hayamos llegado a esto..

   El cuerpo empalado continuó siendo desplazado por las silenciosas sombras.

   A diferencia de las cainitas, el manto de oscuridad no afectaba mi visión en lo más mínimo, yo veía al Giovanni con absoluta nitidez. Él actuaba de una forma que podía amenazar la estabilidad de La Torre, algo que no podía permitir considerando la constante amenaza que La Espada representaba. Además, su comportamiento revelaba que no estaba preparado para el poder que la vitae de Gorgo le otorgaría.

   Con determinación, nacida en mi firme voluntad de no permitir que arriesgasen el futuro principado de Mercedes, traté de inmovilizar a Franco para darle la oportunidad de recuperar el control sobre sí mismo. O al menos evitar que tenga éxito..

La tremere hubiera sentido un escalofrío si hubiera podido: "hechicera", Franco la había llamado hechicera... Hacía siglos que nadie la llamaba así y esa simple palabra le hizo recordar una vez más su origen, algo que nadie podía saber ni su clan ni la Torre, pero suficiente como para ahuyentar de su mente la posibilidad de arrebatar el poder tan bruscamente.

Recurrió a los conocimientos racionales y científicos, tan propios de esta era, que había aprendido desde que había despertado y se paró junto al pozo firme: -Franco, esta no es la manera. Contrólate -alzó la voz. Sin duda el giovanni estaba fuera de sí y ese era un contratiempo inesperado -Estás basándote en suposiciones, no tienes hechos concretos que te demuestren que tus lucubraciones son ciertas... -sostuvo -No sabes si la sangre de Gorgo te dará lo que deseas si la diabolizas, es un ser creado con un solo fin: la destrucción. Quizás al beber su alma te conviertas en un autómata servil, ¿Has pensado en ello? ¿Estarías dispuesto a perder tu libertad, tu posibilidad de elegir? -trató de razonar.

Luego miró a  David que había logrado sacar el cuerpo de Gorgo del agujero dejando solo a Franco debajo -Creo que quizás debas llevarlo de regreso a su cripta, María Malena y yo llevaremos a la niktuku a una azotea antes de que sea demasiado tarde -manifestó y buscó la mirada de la toreador -O puedes alejarte con Gorgo y nosotras tartaremos de hacer volver a en sí al señor Noble.

María Malena escuchaba a la tremere, que estaba asomada al borde del pozo, tratando de razonar con el giovanni mientras David lograba sacar el cuerpo de Gorgo de la fosa.

Luego la magi miró a David -Creo que quizás debas llevarlo de regreso a su cripta, María Malena y yo llevaremos a la niktuku a una azotea antes de que sea demasiado tarde -manifestó y buscó la mirada de la toreador -O puedes alejarte con Gorgo y nosotras tartaremos de hacer volver a en sí al señor Noble.

El Giovanni trató en vano de alcanzar el cuerpo de la antigua criatura, su olfato, aunque potente, no podía rastrear el olor de la bestia que parecía haber sido tragada por el abismo. Sus sentidos lo traicionaban, solo pudo escuchar la voz de la Tremere. Su tono era severo y distante, sin embargo sus palabras tenían buen juicio, y por sobre todo dieron en la clave de lo único que él valoraba más que el poder, la libertad.

Por décadas había logrado crecer en posición e influencia sin ceder un ápice de la libertad que había sabido ganarse, y esa era su fortaleza frente a cualquier otro miembro del consejo, él era libre. La sola idea de ser dominado, incluso parcialmente, hizo que su cuerpo se retorciera y su interior mas profundo se revelara ante la idea de absorber el alma de esa criatura. Poco a podo, Franco volvió en sí, se puso de pie y limpió su traje en la oscuridad del pozo, y luego habló con calma - Gracias a los tres, han defendido lo que mas aprecio, se han comportado como miembros de mi familia. Les aseguro que no olvidaré lo que acabaron de hacer- dijo, y buscó a ciegas la pared del pozo para treparse e incorporarse.

Luego, cuando David sacó a Gorgo y Elizabeth recomendó que se separasen, él intervino nuevamente - No será necesario, David debe encargarse del tercer Rey Mago esta noche, y si es de modo definitivo será mejor. Vayamos todos a destruir a Gorgo antes que amanezca, y Gerónimo puede acercarnos a la bóveda de Recoleta después, allí podremos descansar seguros junto al Oráculo - dijo, sabiendo que su guardaespaldas lo esperaba en el auto a pocos metros del parque y que el oráculo podría hacerlos desaparecer de un modo efectivo. Su voz parecía haber recobrado la calma, al menos de momento, mientras juntaba las estacas que habían quedado dispersas y tomaba su bolso con los instrumentos que había traído - Nicanor, guíanos hacia la salida- dijo en voz baja a su espectro, confiando en que él podría consultar a los espíritus que yacían en ese antiguo cementerio para dar con el camino mas corto y seguro para llegar a la superficie a tiempo.

Franco, como era de costumbre hizo muestra de una templanza excepcional. Muy pocos habrían podido frenarse ante semejante tentación. La Toreador pareció relajarse... al menos internamente. Sus ojos seguían moviéndose por toda la sala, mientras intentaba limpiarse una sangre ya inexistente de sus labios.

- Mejor, mejor salgamos de esta lugar con ese bicho cuanto antes. Terminemos con esto. 

Las palabras del Giovanni resonaron en su cabeza. Aquella noche habian peleado codo a codo, sin dudas aquel pequeño grupo creaba lazos nuevos. El futuro de la cuidad dependía en gran parte de ello.

Con algunas reticencias todos emprendieron el camino de salida siguiendo a Franco, que seguía a su vez a Nicanor. Volvieron a cruzar los mismos (ahora) familiares pasajes que al principio, incluidos los túneles en los que los pedazos de los muertos vivos aniquilados seguían descomponiéndose.

Cuando llegaron al antiguo desagüe el nivel del agua había subido y tuvieron que tomar un camino alternativo, Franco (y Nicanor) guiaron al grupo por otra serie de túneles hasta que detrás de una oxidada puerta de grueso metal salieron al conocido paisaje de los subterráneos. Desandaron su camino hacia Recoleta y, al igual que hacía unas noches, Franco volvió a dominar al guardia de la entrada para que los dejara pasar; nadie andaba por la calle a esas horas salvo algunos borrachos que solo vieron en los vástagos a otro grupo de borrachos cargando a un amigo desmayado. El mago antitribu que David quería dejar con no-vida, quizás para que testificara frente a Mercedes, fue discretamente trasladado por un brazo del Abismo de David.

Al llegar a la cripta familiar de Franco subieron a Gorgo al techo y la dejaron allí a su suerte para que el sol terminara de cumplir su labor sobre ella y pusieron al mago restante en un nicho, pues seguía inmovilizado con la estaca. Finalmente pudieron descansar y reponerse de la tensión de cargar con semejantes seres a plena vista, aunque fuera por unas pocas cuadras... La mascarada se podría haber roto muy fácilmente en aquellos momentos pero los habían sorteado con soltura.

El Oráculo los felicitó por cumplir con su misión y les aseguró que finalmente la ciudad y el mundo estaban a salvo de peligros mágicos, de momento. Hablarían al caer el sol, de momento no había tiempo para hacer sociales.

Al salir el sol los vástagos cayeron inmediatamente en el sueño de los no-muertos, sin embargo, en el borde de la vigilia y el sueño profundo oyeron un grito desgarrador y animal, un sonido gutural y poderoso que indicó que los rayos de Febo ya habían acabado con la grotesca niktuku.

   Luego de que Franco recuperase el dominio sobre sí, comenzamos el regreso. Él fungió como guía mientras yo me encargué de transportar los cuerpos estacados de los vástagos que aún no habían encontrado su muerte final, una labor sencilla gracias a la disciplina de mi Clan y al poder que la antigua vitae recientemente consumida otorgó  a mis capacidades.

   Marchamos sin detenernos, impulsados por el siempre presente temor al amanecer pues, aunque sus rayos no nos alcanzarían bajo tierra, quedaríamos indefensos hasta la noche siguiente y lo que resultaba aún más peligroso, no podríamos defender nuestra preciada carga.

   Al salir de los túneles disfruté nuevamente del aire fresco, claramente no me molestaban los lugares oscuros pero sí la idea de seguir avanzando rodeados de inmundicia y desperdicios. Permanecí atento durante el resto del trayecto, buscando cualquier posible peligro que nos asechase o algún transeúnte demasiado curios, más nadie se interpuso en nuestro camino, incluso parecía que nos protegía un manto de ofuscación. Tal vez Fray Tomás aún tiene ases bajo la manga..

   En la cripta de los Noble volví a experimentar la sensación de estar siendo observado, algo a lo que estaba habituado y que experimentaba al estudiar El Abismo por lo que no me resultaba incomodo o desagradable. Una vez llegamos al techo, deposité finalmente el cuerpo de Gorgo sobre la fría superficie. -Pronto dejaras de existir, sotzcora. Me regocijo no por tu muerte sino porque finalmente recuperaras la libertad que Absimiliard te robó milenios atrás.

   Después retrocedí unos pasos y observé el horizonte, todos los vástagos sabíamos instintivamente cuando se acercaba el amanecer, pero dudo que otro clan le odiase tanto como el Lasombra. La luz del amanecer. Esa luz fría, fría aún siendo verano.. La frase, recientemente leída, vino a mi mente sin proponerlo.

   Finalmente disipé los brazos sombríos, permitiéndoles volver al lugar del que provenían. Pronto ofreceré una nueva sombra a ese reino y fortaleceré mi derecho sobre él.. Planeaba llevar a cabo el interrogatorio en cuanto despertase y luego eliminar la amenaza del anti-tribu.

   El inexorable tiempo continuaba su marcha y Franco, nos ofreció sus aposentos para resguardarnos. Agradecido por su gesto, escribí un corto mensaje destinado a Liam con la intención de evitar que enviase un escuadrón de seguridad en mi búsqueda: “Todo bien, padrino. La tertulia se prolongó más de lo calculado. Dormiré aquí.”

   -Que el día sea corto, para ustedes, señoras. Luego de dedicar a María y a Elizabeth una sonrisa y una inclinación leve, estreché la mano del doctor. -Franco. Faltó poco para que gritase “We did it!”, pero logré contenerme aunque seguramente podía notarse mi entusiasmo.

    Cuando mis ojos se cerraban al mundo de los vivos, escuché el grito agónico. Gorgo, la que aúlla en la luz..

Nicanor resultó ser un gran aliado, el proyecto que durante décadas llevaba en secreto había dado algunos frutos, y aquél espíritu era uno de los mas valiosos y fieles al Nigromante. El Giovanni fue quien guió al grupo por el antiguo cementerio de Parque Patricios, por la red de subterráneos y finalmente por el cementerio de la Recoleta, dónde la bóveda de su familia guardaba al Oráculo Nosferatu.

El último Rey Mago yacía estacado en uno de los ataúdes que alguna vez usó para practicar el arte prohibido de su Clan, en una noche mas sería víctima de David, los La Sombra tenían una cuenta pendiente entre ellos, pero una cosas estaba clara para el Giovanni, solo su amigo iba a sobrevivir una vez saldada. El Oráculo se mostró conforme con el grupo, tanto en la destrucción de los lunáticos satanistas como en la destrucción de la niktuku, y Franco de repente se dio cuenta que en esa sala estaba el nuevo gobierno de la ciudad, tres altos exponentes de tres grandes clanes que podían ser los primogénitos de cada uno de ellos, el Tremere, el Toreador y el Nosferatu, y junto a ellos los dos consejeros mas importantes que ese consejo había contado alguna vez, el La Sombra y el Giovanni. Tal vez Mercedez llegase a darse cuenta que este bloque aliado sería su soporte para continuar su gobernación, tal vez lo nombrara Canciller, como esperaba. - Que descansen este día, no tienen nada que temer, el manto de Fray Tomás nos cubre, espectros aliados vigilan la bóveda y mis guardias están en la superficie, podemos recuperarnos este día. Lo que hemos hecho es histórico y a la vez debe permanecer en secreto, solo pienso hablarlo con Mercedes y sugerirle que lo maneje con discreción - se dirigió a un féretro vacío y luego se dio vuelta y miró a los cuatro cainitas que estaban con él - Hemos demostrado que en equipo podemos lograr lo que nos propongamos, incluso vencer a un niktuku, y nos hemos protegido aún arriesgando nuestra existencia, en un gesto de confianza sin precedentes en el Consejo por venir. Os propongo algo para que lo piensen mientras descansan, os propongo un pacto de sangre entre nosotros, para que esta alianza perdure por siempre, al mando de esta hermosa ciudad- era una osadía su propuesta, algo impensado para nadie ajeno a su Clan, solo tenía la influencia de su Sire en sus venas y además disfrutaba de la plena libertad que había sabido ganarse, sin embargo, esos vástagos eran en cierto aspectos su nueva familia y gobernarían por siglos esa ciudad, bajo esa mirada Franco veía con buenos ojos estrechar sus lazos mas allá. 

Una vez en el ataúd cerró sus ojos, el rostro del Baali le vino a la mente junto con los recuerdos que extrajo de él, de repente se sobrevino el del Yamsky y el de Ernestina, sus días estaban contados también. El amanecer se hizo oír como pocas veces, un grito desesperado invadió el lugar, y supo que con él se iba la promesa de un poder inimaginable, pero estaba satisfecho, había elegido la libertad, con ella habría tiempo para construir un poder similar, y no estaba solo para lograrlo.

Volver de la batalla, con la victoria aun fresca, siempre fue una de las sensaciones mas intensas que vivió la Toreador. Ese día era aun mas fuerte. El logro había sido algo histórico. Habían dado caza ni mas ni menos que a un Nictuku. Muy pocos podían preciarse de aquello, si es que realmente existía alguien realmente. Aquellos bravos guerreros tendrían historias que contar...

Las palabras de Franco cerraban aquel día. Su seguridad sobre el futuro Consejo nunca había cavilado. Quizás esa fe, estaba sustentada sobre una realidad. La Toreador asintió con la cabeza, el pacto de sangre era algo que se debía pensar seriamente.

Hacía timepo que no dormía fuera de sus dominios. Demasiado tiempo. Se hecho se vio tentado de volver a la Jabonería, pero ya era tarde, Febo asomaba, como relataba la marcha de aquel lejano 3 de febrero... Quedaba poco de noche por delante. 

María aprovechó los ultimos minutos para acercarse a hablar con Fray Tomas...

Una vez todos se estaban acomodando para dormir, María aprovechó la soledad para acercarse al viejo Nosfi.

- Fray Tomas, me gustaría hacerle una pregunta. Se que ud nos ha observado durante mucho tiempo.  Se sentó delante del poderoso Nosferatu. MAs alla de toda rivalidad de clanes, María respetaba la edad y el conocimiento. Tengo el don de una memoria muy, muy clara. Pero hay un evento del que no puedo recordar mucho. Quizás... Dudó en preguntarle, pero ya estaba allí. Quizás sea un tontería, pero puede que ud recuerde algo...

Hizo sonar su cuello, enderezó su espalda, y parecío busca en el archivo de su mente hasta que encontró lo que buscaba, un fragmento del diario de Alexandria.

"Agosto de 1952.

El sheriff me asegura que Rolando vio la muerte definitiva en la redada de noches atrás, pero cuando le he preguntado quién lo ejecutó no supo responderme: voy a decidir creerle, ya que el incendio arrasó aquel refugio nefasto hasta los cimientos. Es extraño cuando sucede la muerte de un enemigo tan acérrimo, se siente un vacío inexplicable... Y ahora tengo una decisión muy delicada entre manos: aceptar o no el obsequio que su partida me ha dejado. El obsequio insiste en que será fiel a nuestra causa y ha dado pruebas para ser aceptado, pero creo que consultaré con Calixta porque no todas las noches se permite a un no-muerto de esta clase entrar en la Camarilla. El aporte del punto de vista de su sangre, sin embargo, es demasiado atractivo para dejarlo pasar... Hay una vocecita en mi interior que me llama a hacer de esto un experimento personal y social, dentro de la sociedad de los no-muertos claro. Sería interesante ver sus resultados".

El antiguo vástago levanta hacia ti sus ojos blancos y estás casi segura de que te ve de alguna forma. Une sus manos delante de sí y te pregunta -¿Qué es lo que quieres saber María Malena, en qué puedo serte útil?

María asintió y recitó el párrafo que había llegado a su cabeza. - Recuerda quien fue Rolando? Por alguna extraña razón no lo recuerdo... Hizo una pausa. Y este... obsequio. Alguien nuevo en la ciudad por esos dias?