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Toledo Nocturno: Una Capilla bajo la Piedra

ESCENA I - Una carta de Toledo

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29/10/2013, 01:35
Toledo Nocturno

Amal y Noche ascendieron los Montes Ibéricos por el valle del río Jalón. Oyeron campanas a lo lejos, campanas pequeñas de iglesia pequeña. Detrás de una retuerta del camino apareció Saviñán con su pequeña parroquia, su célebre posada y poco más. Saviñán era el oasis y la salvación de las caravanas y de las familias que se echaban al camino, pues hacía cima en aquella cruel subida.

Descendieron y el paisaje boscoso y pardo dio paso a estepa y campo de cultivo. Desde aquellas lomas se podía ver a lo lejos la gran ciudad de Calatayud, con sus luces siempre encendidas y su ancha muralla. Amal sabía que allí gobernaba Ahmed ibn Karim, uno de sus numerosos Hermanos en la Sangre, pero le parecía prudente intentar recorrer más camino y perder el menor tiempo posible en saludos y formalidades.

Si no llego a tiempo a Sigüenza, quizá pudiera hacer día en Medinaceli, donde gobierna mi Hermana Sarwa, pensó dubitativa.

Recortó la distancia que la separaba de Calatayud con rapidez y, como temía, se encontró las puertas cerradas. Decidió bordear la ciudad por el norte antes que vadear el profundo y ancho Jalón por el sur.

Dejada atrás Calatayud, volvió al camino junto al Jalón y sus campos a medio cosechar. El camino era recto y llano hasta que llegó a las estribaciones de la sierra de Armantes, un conjunto de colinas onduladas, de tierra parda y pinos verdes, con pasos estrechos y sombríos. Perfectos para una emboscada... de nuevo..., pensó Amal. Pero aquella vez la fortuna le sonrió, pues antes de que se diera cuenta, ella y Noche ya estaban poniendo rumbo a Ariza.

Aunque de la sierra de Armantes a Ariza había poca distancia, los huesos de Amal crujían y sentía los músculos tensos por el esfuerzo. Rodeó apenas sin perder tiempo Alhama y llegó al vado del río Deza, que desaguaba media legua más al sur en el Jalón. Paró, desmontó y estiró las piernas. Noche agradeció la parada con un relicho y fue como loca a beber agua. La temperatura caía y el animal estaba sudando. Amal la cepilló, la secó bien y partieron.

Llegaron a Ariza, pueblo pequeño de muralla baja y puerta débil. Rodear la población por el norte no le llevó mucho tiempo. Justo cuando iba a coger el camino de nuevo, la puerta de poniente se abrió y salieron cabalgando al menos veinte jinetes. La polvareda que levantaban apenas dejaba ver tras ellos. Allí donde el camino lo permitía iban en formación de cruz griega de cinco cuarteles: cuatro hombres ataviados con cota de malla oscura y cota de armas más oscura aún en el centro; cuatro hombres en vanguardia con corceles árabes, pequeños y ligeros; cuatro hombres en retaguardia vestidos de cuero duro y desgastado; y en sendos flancos, sendos grupos de cuatro vestidos de lana oscura. Uno de los de vanguardia llevaba un pendón de Castilla por un lado y por el otro el pendón del Clan de los Guardianes: un águila mirando a poniente con el lema "Morte Ascendo".

Uno de los del centro la vio e hizo parar a toda la comitiva.

-Somos hombres de Castilla -le gritó a Amal para hacerse oír por encima de los piafidos de los caballos-. ¿Eres amigo o enemigo?

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29/10/2013, 12:46
Amal bent Karim al-Warda

      En ese momento la joven habría querido que nadie la viera pero era demasiado tarde... - Otro contratiempo - pensó. No tenía más opciones que responder a la voz grave del caballero que la había interceptado. Observando atentamente vio el emblema de los Guardianes en una bandera ondeante, ese detalle le restó un poco de temor. Aún así seguía vigilante, ya había tenido bastante con los hombres lobo...

     Acicalando sus ropajes volvió la vista hacia los caballeros y respondió - Amigo.

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29/10/2013, 13:16
Leonor Ramírez de Ucero

-Será para mí un honor que nos acompañéis en este viaje Don Rodrigo.Seguro que es usted de gran ayuda para el caballero Nuño, y también para mí, añadió con una leve sonrisa mientras miraba fijamente a las ojos a Rodrigo, -Don Nuño es bastante parco en palabras y será para mí un grato placer poder conversar con un caballero castellano.

Se detuvo un momento a mirar la luna, esperaba hacer un cálculo aproximado de la hora que sería, - Caballeros, lamento que esta conversación no pueda durar más, pero tuvimos que partir de forma inesperada y no tenemos previsto un alojamiento por lo que necesitamos llegar a nuestro destino con tiempo suficiente para encontrarlo.Además, aún estoy un poco preocupada por lo que dijistéis de los lobos, ¿les importaría que continuásemos ya con nuestro viaje?

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29/10/2013, 13:33
Toledo Nocturno

-Partamos -ordenó don Martín.

Don Rodrigo se puso en pie y sonrió infantilmente miestras montaba en su percherón veteado. Debajo que esa capa de cortesía y de esa cota de malla no había más que un niño con ganas de aventura.

Sebastián y don Rodrigo iban al frente. Detrás de ellos cabalgaban don Martín y don Fernando; los dos caballeros parecían tener la misma edad. A sus espaldas iban el joven duque Muño Gómez y el vetusto caballero Diego Lanzapartida. A retaguardia se mantenían doña Leonor y el caballero Nuño.

Llegaron pronto a la zona que llamaban Navapalos, de casas bajas de adobe y pequeña parroquia de piedra clara. A veinte pasos del umbral de la parroquia corría manso el Duero, empequeñecido por los meses estivales. Cruzaron el vado con cuidado y volvieron a poner los caballos a galope tendido.

Sebastián eligió el camino del valle. Aunque era más sombrío y empinado, era mucho más corto que la calzada que construyeran los romanos siglos atrás. Si el caballero Nuño estuvo en desacuerdo con el plan, ni lo mencionó ni hizo gesto alguno. Atravesaron las negras colinas y la luna se plantó encima del valle. Aunque habían recortado bastante tiempo por el bosque, Leonor calculó que llegarían a Sigüenza casi al amanecer. Ese "casi" no sabía lo grande o pequeño que podría ser, y le preocupaba bastante.

Tenían por delante el valle de Tiermes, Atienza al fondo y, peligrosamente más al sureste, Sigüenza.

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29/10/2013, 14:19
Director

Tirada de dados genérica:

Motivos: Tiermes; Cantidad 2; Caras D20; Modificador +1; Desglosar Sí; Marcar como oculta

Motivos: Tarancueña; Cantidad 1; Caras D20; Modificador +1; Desglosar Sí; Marcar como oculta

Motivos: Atienza; Cantidad 1; Caras D20; Modificador +1; Desglosar Sí; Marcar como oculta

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29/10/2013, 14:21
Nuño de Liébana
- Tiradas (3)
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29/10/2013, 14:23
Director

Tirada correspondiente a los seis caballeros de Castilla.

- Tiradas (3)
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29/10/2013, 15:46
Fonseca ibn Rashid

El caballero de cota de malla la miró extrañado, arreó a su percherón y se acercó a Amal. La aprensión del hombre fue en aumento cuando comprobó que Amal era musulmana.

-No busco importunaos, mi señora, pero no alcanzo a comprender el motivo que lleva a una mujer mudéjar a cabalgar sola, por la noche nada menos y con una espada a la cintura. Al menos decidme vuestro nombre, de dónde venís y cuál es vuestro destino. Quizá podáis cabalgar con nosotros.

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29/10/2013, 23:14
Amal bent Karim al-Warda

   Mi nombre es Amal bent Karim al-Warda. Me dirijo hacia Sigüenza por asuntos personales de importancia y ya voy retrasada. - dentro de sí esperaba que el caballero no la importunara más y así poder continuar su camino.

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29/10/2013, 23:42
Fonseca ibn Rashid

-¿Bent Karim decís, la Rosa Negra? -preguntó perplejo el jinete- ¿El Sultán Karim de Zaragoza, de los Guardianes? ¿Sois su Chiquilla?

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30/10/2013, 09:40
Leonor Ramírez de Ucero
- Tiradas (3)
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31/10/2013, 12:44
Toledo Nocturno

El valle de Tiermes parecía interminable con su pista de tierra dura y seca por el verano. Se entablaron diálogos fluidos y en algunos casos cómicos, pero la presencia de Leonor parecía mantener el decoro sobre mínimos. Al parecer el tal don Martín fue escudero del rey Alfonso en su juventud, y él mismo le otorgó las espuelas y lo invistió caballero. Lo mismo parecía que lo iba a ocurrir al joven Muño Gómez, aunque Leonor no tenía claro si el chico realmente lo quería.

-Estamos a una hora de Atienza, mi señora Leonor -dijo el veternano Diego Lanzapartida-. Allí pasaremos lo poco que resta de noche y partiremos antes de que suene la Tercia. Nuestro lugar de reposo suele ser la sacristía de la iglesia de Santa María. Al contrario que el castellano del castillo, el sacristán es un hombre honrado y temeroso de Dios. Si vos necesita descanso durante el día, el padre Durán se lo proporcionará.

Lo que siguió fue una interminable cháchara de don Diego acerca de las disputas entre el castellano de Atienza y don Martín.

El Tiermes se abrió y dejó paso a un páramo solitario e infinito veteado en la lejanía de cerros testigo. Uno de aquellos era Atienza y su forminable castillo en forma de navío de guerra. En vez de dirigirse directamente a la puerta de levante, el grupo viró hacia el norte, entre el castillo y la ciudad. Subieron una ligera cuesta y llegaron a lo que parecía ser la iglesia de Santa María. En el cementerio anexo alguien paleaba rítmicamente.

-¡Padre Durán! -saludó don Martín desde la distancia.

Un hombre que más bien parecía un carnicero que un hombre de Dios salió de la tumba que estaba cavando, se arremangó los bajos de la sotana y salió a la superficie. Dejó la pala sobre el carro en el que yacía el cadáver y se fue a saludar a los recién llegados.

-Buenos... buenas noches, supongo -respondió.

-¿Qué hace a estas horas enterrando a alguien? ¿No debería estar durmiendo?

-Algún desgraciado lo ha dejado aquí, en la puerta de la iglesia, hace una hora. Cuando he ido a abrir solo he visto la polvareda de su caballo, por allí -el padre Durán señaló por el camino en el que habían llegado-. Si no los conociera tan bien, juraría que le han dado muerte en el castillo.

Los caballeros se acercaron al destartalado carro y corrieron la mortaja del cadáver. Aún no había aparecido el rigor mortis, pero estaba visiblemente agarrotado. Era un chico joven, de la edad de Muño y probablemente sirviente. Tenía la garganta abierta y amoratada, con algunas punciones casi en la nuca. La sangre ya se había coagulado alderedor de la espantosa herida y por todo el pecho. El padre Durán volvió a poner la mortaja en su sitio, consternado.

-¿Queréis que hagamos algo al respecto? -murmuró duramente don Martín.

-¿Y qué vas a hacer? -las palabras del sacristán apestaban a resignación.

Durante un momento todos callaron hasta que don Rodrigo habló.

-Padre Durán, os presento a don Muño Gómez, futuro duque de Saldaña; esta hermosa dama castellana que véis es doña Leonor, mujer de Dios, y su acompañante es don Nuño. Ambos y yo pasaremos el día aquí, si no le parece mal. La señora sufre con la luz del día.

-Por supuesto, querida, la sacristía es toda vuestra. Prepararé la capilla de San Isidro para los caballeros.

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31/10/2013, 12:47
Amal bent Karim al-Warda

  Amal quedó pensativa... Después de la emboscada de los hombres lobo no le vendría mal un poco de ayuda. - En efecto, es mi padre - respondió firmemente.- ¿Hacia dónde os dirigíais vos?

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31/10/2013, 13:37
Fonseca ibn Rashid

-Somos Sirvientes de la Sangre de la Sombra, mi señora. Juramos lealtad a nuestro Señor el padre Ambrosio de Moncada, que nos ha convocado en Madrid. Si nuestros caminos coinciden, será un honor cabalgar con vuestra merced y darle protección durante el día.

Por fin un poco de suerte, pensó Amal.

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31/10/2013, 14:44
Amal bent Karim al-Warda

   - Será un honor también para mi- Amal se volvió a montar en Noche y se reincorporó al grupo de caballeros. -Esperemos que el viaje vaya como la seda, no puedo retrasarme más- pensó la joven.

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31/10/2013, 15:09
Toledo Nocturno

A Amal le cedieron el centro de la formación en cruz griega. El sonido de las 84 herraduras amartillando el suelo era aterrador y fascinante.

-Mi nombre es Fonseca, de la familia Rashid, Sirviente de Sangre del padre Moncada -dijo el capitán mientras galopaban hacia un cañón profundo y rojizo-. Deberíamos pasar el día en Sigüenza. Allí, mi familia mortal tiene fincas y terrenos en abundancia.

Perfecto, pensó Amal.

Cruzaron una zona de cañones y gargantas hasta llegar al otro lado, donde se veían las luces de Medinaceli en lo alto de una colina negra.

-Mandaré a un hombre a que se presente ante la Emir... -titubeó don Fonseca al darse cuenta de la relación de parentesco entre Amal y Sarwa- su Hermana en la Sangre...

Un caballero del grupo central se desvió hacia el norte y se perdió en la oscuridad mientras que el resto enfilaba hacia poniente, hacia Sigüenza. La vega del Jalón era ya historia pasada, ahora se encontraban en páramos sombríos y secos salpicados de bosques de pinos. Hubieron recorrido un par de leguas desde el cruce con Medinaceli cuando uno de los guerreros árabes de vanguardia gritó algo. El sonido del viento y de los cascos amortiguó la palabra, pero la palabra, a voz en grito, se fue difundiendo entre los jinetes.

-¡¡¡Alkalb!!! -gritó don Fonseca.

-¡Otro más por retaguardia! -gritó un caballero aragonés a sus espaldas.

-¡Son cuatro, son cuatro! -gritó un joven castellano de voz infantil.

Amal vio a los dos lobos con los que ya había entablado batalla, que les cortaban el paso por la derecha. Un licántropo enorme y grotesco, parecido a un oso, los perseguía enérgicamente por detrás. Por la izquierda corría otro lobo, el doble de grande que los otros dos lobos más pequeños.

-¿Perros en los pinares? -se preguntó en voz alta el caballero Fonseca-. Nos han tenido que seguir el rastro desde el Jalón, maldita sea... Mi señora, el mando os corresponde a vos.

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31/10/2013, 17:25
Amal bent Karim al-Warda

   - ¡No puede ser! - bramó al cielo la joven Amal - ¡Colocaos en posición, protegeos los unos a los otros! ¡Sacad vuestras sombras! ¡Cegádlos!

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31/10/2013, 18:32
Fonseca ibn Rashid

-Solo somos Sirvientes -dijo Fonseca-, ninguno de nosotros tiene tanto poder. Si os parece bien, creo que deberíamos regresar a Medinaceli bajo la protección de su Hermana, y rezar para que los caballos aguanten. Solo somos cinco contra uno y Sigüenza está demasiado lejos.

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01/11/2013, 18:30
Leonor Ramírez de Ucero

Al fin se hallaban lejos del peligro de la terrible luz diurna,por fin Leonor tuvo un ligero descanso, de no saber perfectamente que aquello no era posible habrái jurado que le dolían los músculos por la tensión del viaje y el nerviosismo por la cercanía de la Prima.

-Padre Durán, gracias por su amabilidad. Lo cierto es que ya temía que no encontrásemos ningún lugar de descanso antes del alba.Es muy bondadoso por su parte ofrecerse a acogernos durante el día, debido a mi enfermedad NECESITO UN LUGAR OSCURO EN EL QUE NADIE ME MOLESTE DURANTE MI DESCANSO.

- Tiradas (1)
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01/11/2013, 18:48
Toledo Nocturno

Leonor notó cómo su orden no solo calaba en el padre Durán, sino en el resto de los acompañantes, incluído don Nuño.

El horizonte de levante aún no clareaba, pero faltaba poco. Los cantos de las golondrinas así lo sugerían. La comitiva entró en la iglesia y todos se jenuflexionaron ante la imagen de la Virgen María. Los hombres se acomodaron en la pequeña capilla de San Isidro, mientras que Leonor y Nuño entraron en la sacristía. Era una estancia pequeña y espartana, de muebles claros y bastos, pero no del todo carente de comodidad. Nuño atrancó la puerta y las ventanas y se hizo la oscuridad. El sopor los llamó.