Partida Rol por web

-Bien -dijo Fonseca-, no nos demoraremos. Beltrán, convoca a doña Leonor y los suyos en la sala de arriba, y prepara velas y extiende el mapa. Sharid, ve con él y prepara tu caballo. Puede que tengas que avisar al resto.

Don Rodrigo sonrió ante las galantes palabras de doña Leonor. El afecto que él sentía por ella era más que evidente.

Es solo un niño, pero lucha como un hombre, pensó Leonor. Mejor, mucho mejor. Un perro viejo no aprende trucos nuevos.

Justo cuando el joven iba a hablar, llegó un hombre con marcado acento aragonés. Era un hombre de don Fonseca, el Sirviente de Madrid.

-Mi señora, mis señores -saludó con un leve gesto de cabeza-. Mi señor Fonseca y mi señora Amal os convocan en la sala alta para discutir lo que queda de viaje.

Don Nuño soltó un bufido de aprobación.

-Bien, muy bien. Cuanto menos tiempo estemos parados, mejor.

El veterano Lobo cogió al joven don Rodrigo por el hombro y lo encaminó escaleras arriba. Para don Nuño, el aprendizaje del caballero había comenzado. Doña Leonor entendió.

Si no lo convierto en mi Sirviente, don Nuño lo pondrá a disposición de los Leones de mi Padre. Sea como sea, Toledo sale ganando. Muy listo, don Nuño, muy listo.

Todos estaban alrededor de la larga mesa de roble oscuro. Las velas titilaban ténues y arrojaban sombras de ángulos grotescos. En una cabecera de la mesa estaba doña Leonor, con su capucha de lino negro siempre calada. En la otra cabecera se encontraba Amal, espada al cinto y sin velo. A un lado formaban don Nuño y don Rodrigo. Al otro, enfrente, don Fonseca, el caballero Beltrán y el sarraceno Sharid. En el centro de la mesa rectangular había un finísimo mapa de vitela sevillana en el que se representaban los dominios toledanos de los Guardianes.

Fonseca posó encima de Xadraque una pieza de bronce que representaba un águila mirando a poniente, y encima de Toledo otra pieza parecida, esta vez de un castillo.

-El camino más corto hasta Toledo -habló con voz grave don Nuño- es cabalgar hasta Hita, de ahí hasta la Yunquera y seguir el Xarama y el Tajo. Dentro de dos noches podríamos estar allí.

-Don Nuño -interrumpió don Fonseca-, la ruta que planteáis os lleva demasiado al sur. Sabemos bien que en la zona de Hita son frecuentes las razias andalusíes. Además, hemos sufrido un ataque de Garous, pareciera como si cada vez se aventurasen más fuera de los bosques. No podemos separarnos del camino grande y de las ciudades. Propongo seguir el curso del Henares y del Xarama hasta Alcalá, y de ahí hacer día en Madrid, donde mi Señor os proporcionará hospicio y comodidad. De ahí vuestras mercedes pueden ir hasta Toledo por los campos de La Sagra. Es una ruta más larga, pero es la más segura.

En la sala alta se hizo un silencio reflexivo. Todo el mundo, incluso aquellos que no sabía leer o interpretar un mapa, tenían los ojos clavados en el trozo de vitela multicolor.

-Yo propongo una mezcla de ambas rutas -intervino don Rodrigo con su voz infantil-. Podemos ir hasta Yunquera y bajar hasta Toledo por los ríos, pero en vez de atravesar los campos de Hita, podemos dar un rodeo por el norte, por Humanes -don Rodrigo trazaba la ruta con el dedo sobre el mapa-. Así no nos acercamos al sur, como bien dice don Fonseca.

-Aún así -intervino el caballero aragonés Beltrán-, la zona al sur de Titulcia apenas está controlada por el rey Alfonso, y es frecuentemente arrasada por los bandidos de la frontera. He visto obrar a estos asesinos y os aseguro que no querréis toparon con ellos.

Se volvió a hacer otro silencio, esta vez más espeso que el anterior.

-Ya hemos dado consejo -repuso don Nuño-, que sean las señoras Guardianas quienes decidan nuestro devenir. Señores, dejémoslas a solas, estarán cansadas de la palabrería de los hombres.

Caballeros y Sirvientes abandonaron la sala, dejando a Leonor y a Amal a cada lado de la mesa.

  Amal se quedó pensativa mirando el mapa - Creo que el camino que ha planteado Fonseca es el que más me complace. Es mejor que tardemos un poco más y lleguemos de una pieza. ¿Qué opináis vos?- dijo Amal mirando a Leonor.

-Lo cierto es que la ruta que había pensado en un principio se asemeja más a la que planteó Don Rodrigo, pero si vuestro Fonseca puede proporcionar descanso seguro en Madrid creo que deberíamos aprovecharlo.¿Vos confíais plenamente en su criterio?Si es asó no tengo más que añadir, no es mi intención toparme con esos rastreros perros si puedo evitarlo.

Hizo una pequeña pausa, tal vez esperando la respuesta de su interlocutora tal vez embutida en sus pensamientos,por cierto,comentó al salir de su ensimismamiento pasados unos segundos,- ¿como no me dijistéis que os habíais enfrentado a ellos por el camino? Eso le interesaba realmente, ¿con que propósito Amal se había callado esa información?

-Lo cierto es que la ruta que había pensado en un principio se asemeja más a la que planteó Don Rodrigo, pero si vuestro Fonseca puede proporcionar descanso seguro en Madrid creo que deberíamos aprovecharlo.¿Vos confíais plenamente en su criterio?Si es así no tengo más que añadir, no es mi intención toparme con esos rastreros perros si puedo evitarlo.

Vos confíad en quién queráis, que yo de momento os mantendré bien vigilados a vos y a vuestro Fonseca, él quiere parar en casa de su señor, del cual, por cierto, no sabemos nada,y Doña Amal se caya un ataque Garou, aquí sin duda pasa algo de lo que no he sido informada.

Hizo una pequeña pausa, tal vez esperando la respuesta de su interlocutora tal vez embutida en sus pensamientos,por cierto,comentó al salir de su ensimismamiento pasados unos segundos,- ¿como no me dijistéis que os habíais enfrentado a ellos por el camino? Eso le interesaba realmente, ¿con que propósito Amal se había callado esa información?

- No pensaba que pudiera aportar nada esa información, mi primer encuentro fue el fatal desenlace de mi mala decisión de partir sola. Salimos vivos gracias a Alá. Mientras evitemos los bosques y los caminos aislados, evitaremos a esas bestias.- Amal esperó al gesto fde Leonor, esperando haber saciado su curiosidad.

-¿ y conseguísteis escapar vos sola de semejante encuentro?, vaya, sois toda una caja de sorpresas... comentó Leonor con interés, ¿como, en el nombre de Dios había podido escapar esa mujer de un enfrentamiento con garous?, había algo que no contaba.... -En cambio Don Nuño y yo tuvimos un camino tranquilo. Estoy de acuerdo con vos,comentó tajante,-si nos alejamos de los bosques no los encontraremos. Además no creo que se atrevan con un grupo grande...
 

  - Deberíamos informar al resto de acompañantes de la ruta que hemos decidido seguir. Comencemos a disponerlo todo y partamos cuanto antes.- Al terminar de hablar recordó que aún tenía que enviar la carta a su padre por lo que se excusó de Leonor y fue a entregar el manuscrito para su envío.

Amal y Leonor informaron al resto de sus acompañantes de los planes de la noche siguiente, que prepararon la partida.

6 de agosto de 1138. Castillo de Xadraque.

A cada Vástago del castillo le fue ofrecido un mortal como cena. La hospitalidad de aquel bastión Guardián estaba siendo exquisita.

Cuando Amal, doña Leonor y don Nuño se reunieron en la barbacana, los 15 hombres de Fonseca estaban ya formados y pertrechados. El joven don Rodrigo se les unió con su habitual galante sonrisa.

-Mi Señor, el padre Moncada, está ya avisado de nuestra llegada que, si todo va bien, será con las primeras luces de la mañana -dijo don Fonseca.