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Toledo Nocturno: Una Capilla bajo la Piedra

ESCENA II - El Concilio de las Sombras

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02/01/2014, 14:41
Toledo Nocturno

Don Silvestre se adelantó e hizo una reverencia.

-Un placer volveros a ver, don Álvar. Quiero ofreceros mi gratitud por la Hospitalidad que brindáis -dijo con voz firme y a la vez carente de pleitesía.

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02/01/2014, 15:53
Amal bent Karim al-Warda

 Amal se acercó e hizo un gesto de reverencia. - Es un placer conocerle, señor. Ha sido un honor acompañar a su hija hasta aquí.- Al terminar de hablar dio un paso hacia atrás recuperando su anterior postura.

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03/01/2014, 13:30
Fonseca ibn Rashid

Fonseca se colocó a la derecha de don Silvestre, pero sí hincó la rodilla en tierra.

-Muestro mi gratitud por la Hospitalidad recibida.

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03/01/2014, 13:32
Toledo Nocturno

El caballero de las sienes plateadas fue presentando ante el Príncipe a los Guardianes templarios don Raimundo de Aquitania y a su Hijo don Jean-Michel, al Duque de Astorga don Pero Osorio-Jiménez y al Barón de Arosa don García de Rubio.

Una vez que la presentación hubo terminado, el Príncipe don Álvar, doña Leonor y el joven don Rodrigo desaparecieron tras la modesta puerta de la sacristía de la iglesia de Santiago.

Los Guardianes templarios y los caballeros don Pero y don García abandonaron el templo por la puerta principal.

Don Silvestre apartó a don Fonseca a una capilla lateral. El caballero de las sienes plateadas se quedó con Amal.

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03/01/2014, 13:42
Toledo Nocturno

La sacristía era un zulo claustrofobico abarrotado de relicarios, cruces de plata e imágenes sacras de madera policromada. Don Álvar notó las curiosas miradas de Leonor y Rodrigo, y se aprestó a explicarlo.

-Después de que Alfonso comprase la ciudad, esta iglesia sirve de almacén de reliquias hasta que el resto de mezquitas hayan sido consagradas a la fe de Cristo -explicó don Álvar-. No tienes nada de qué preocuparte, Hija, las reliquias son falsas.

-¿¿¿Comprada??? -se escandalizó don Rodrigo. Parecía como si la palabra fuese más hiriente que imponente la figura del Príncipe.

Don Álvar emitió una risotada sincera.

-Son éstas las reacciones de los mortales las que nunca preveo y siempre me divierten. Son tan... infantiles... -dejó de reir, pero su gesto seguía siendo risueño-. Joven, Toledo no se puede conquistar por la fuerza. Quizá tu señor padre te haya contado cómo el valeroso rey Alfonso cercenaba cabezas moras mientras entraba en la ciudad a lomos de su caballo blanco, pero en realidad el rey compró Toledo a cambio de Valencia -don Rodrigo no parecía convencido, pero se estaba dando cuenta de que había contrariado a un superior y eso no era nada caballeresco. Don Álvar lo notó, lo que hizo que se riera más-. Créeme chico, yo estaba allí. De hecho, el caballero que os ha dado la bienvenida fue el encargado de llevarle la cédula de cesión al rey moro, cédula que yo mismo redacté.

Don Álvar llenó dos copas con sangre y una con vino aguado. Todos bebieron de buena gana.

-Querida Leonor, ansiaba veros de nuevo. Vuestra llegaba no ha podido ser en mejor momento... y con una compañía tan extrañamente divertida. Creo que aquí hace falta una presentación y una explicación -le dijo con un movimiento de su mano hacia don Rodrigo.

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03/01/2014, 14:08
Toledo Nocturno

Amal se quedó a solas con el caballero de las sienes plateadas.

-Mi señora, le hemos preparado una estancia bajo Valmadón. Se accede por la iglesia que ahora se llama del Cristo de la Luz. Está bajo tutelaje Hospitalario, así que deberá someterse a sus exigencias. Si no fuera de su agrado, siempre podría costearse un alojamiento en una de las mucha tabernas de la ciudad.

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03/01/2014, 14:25
Leonor Ramírez de Ucero

-Padre, os presento al caballero Don Rodrigo Pérez de Osorna. Ha tenido a bien acompañarnos durante este viaje,en el que Don Nuño y yo misma hemos comenzado su inicio en el conocimiento de la sangre. Padre, estoy segura de que Don Rodrigo será una gran adquisición para la sangre. Pero, no os preocupéis, no he hecho nada de lo que tengáis que arrepentiros.

Leonor miró a su padre, había ansiado duranto tanto tiempo este reencuentro que temía haber defraudado a su padre. Pero ella estaba convencida. Don Rodrigo sería un caballero fiel, por su código de honor caballeresco tanto por el encaprichamiento que había tenido con Leonor.

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03/01/2014, 17:09
Toledo Nocturno

Don Silvestre se llevó a Fonseca a la diminuta capilla de San Isidro. De fondo solo se escuchaba el rumor de la conversación entre Amal y el caballero de las sienes plateadas.

-Esta será nuestra última conversación hasta el Concilio. Toma ésto -le tendió un pequeño cofre- e instalaos en la ciudad, a poder ser extramuros. Intentad echar raíces aquí porque esto es solo el principio. El ejército permanecerá acantonado con los templarios en San Miguel. Cuando tengáis residencia, se moverán allí con vos. La rapidez es la clave.

Don Silvestre se dio media vuelta y salió del templo. Fonseca abrió el cofre y vio cuatro lingotes de metal de vellón. A juzgar por la pureza, habría el equivalente a mil vellones leoneses.

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03/01/2014, 17:26
Toledo Nocturno

Don Álvar se dirigió directamente hacia don Rodrigo.

-¿En qué circunstancias os hallábais cuando vuestros caminos se encontraron?

-Mi señor, nuestro cometido era escoltar al joven Muño Gómez de Saldaña hasta Toledo. Aquí sería nombrado escudero del rey por el mismísimo don Alfonso -respondió más mesurado el joven Sirviente.

Don Álvar miró centelleante a Leonor y esbozó una ligera sonrisa.

-El rey tiene numerosos escuderos, todos jóvenes imberbes de familias advenedizas, no necesita ningún escudero más. Pero lo que sí tiene son tres hijos y dos hijas. El infante Sancho tiene ahora cuatro años. Decidme don Rodrigo, ¿qué edad tiene el joven Saldaña?

Don Rodrigo se rascó la incipiente barba.

-No más de once años, excelencia. Quizá nueve o diez.

-Entonces dudo que tal escudero sea para su persona. Es bien sabido que don Alfonso tiene especial predilección por Saldaña. No en vano, allí se celebraron las nupcias con la reina. Don Rodrigo, ¿os ganásteis el aprecio del joven Saldaña? -pregunto el Príncipe.

-Si vuestra merced se refiere a si hay amistad entre nosotros, lamento deciros que amistad sería exagerar, pero sí que tenemos una relación cordial. Ambos somos unos apasionados de la espada.

Don Álvar sopesó la información.

-¿Cuál sería el movimiento adecuado, querida Leonor?

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04/01/2014, 09:50
Leonor Ramírez de Ucero

- Mi querido Padre, creo que la misión del joven Rodrigo es clara, volverá al puesto que le correspondía junto al joven escudero de Saldaña.- hizo una pequeña pausa para mirar a Don Rodrigo de forma tranquilizadora, - Eso sí, continuará en secreto su instrucción en el mundo de la sangre. Y desde su posición servirá y ayudará a la familia.

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04/01/2014, 13:16
Toledo Nocturno

Don Álvar asintió mientras que don Rodrigo empezaba a entender.

-Don Rodrigo, acércate al joven Saldaña. A buen seguro que la Corte le pondrá un maestro de armas, y ese será vos, no tenga duda -la cara del joven se iluminó-. Cada anochecer deberá encontrarse con doña Leonor para seguir con su instrucción en la Sangre. Vos nos sois alguien muy valioso, don Rodrigo, espero que esté a la altura de lo que se le encomienda.

Don Rodrigo puso un rictus serio, medio genuino, medio aprendido en los libros de caballería.

-Por supuesto, Excelencia, no os defraudaré.

Don Álvar se levantó de la silla de enea y acompañó al joven hasta la puerta de la sacristía.

-Tome esta moneda y vaya al hospicio de Kalim, un mozárabe negro que lleva su negocio cerca del zoco de las bestias. Con esto tendrá todo lo que necesite durante una semana.

Don Rodrigo se marchó y el Príncipe volvió a sentarse junto a Leonor.

-Tengo que decir que tu llegada... mejor dicho, todo lo relacionado con la forma de llegar, me ha sorprendido -comenzó don Álvar-. Primero os presentáis dentro de la cohorte de Silvestre, después lo del joven Rodrigo... Querida Hija, necesito que me cuentes todo con detalle. Nuestros enemigos son más osados con cada noche que pasa, y cualquier detalle ignaorado puede ser nuestra perdición.

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04/01/2014, 16:04
Amal bent Karim al-Warda
Sólo para el director

- Le agradezco el gesto - dijo en un tono cortés. - Si gusta, querría que mis compañeros de viaje no se hospedaran muy lejos de mi, y gozaran de unos alojamientos dignos- dijo refiriéndose a Fonseca y sus acompañantes.

 

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04/01/2014, 16:57
Toledo Nocturno

-Don Fonseca ahora es responsabilidad de don Silvestre, y los soldados de éste son responsabilidad del Temple. Comodidades no les van a faltar. Sois vos quien está en esta ciudad sola, por eso, por mandato del Príncipe Álvar Fáñez, os damos hospedaje en Valmardón.

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05/01/2014, 22:11
Amal bent Karim al-Warda
Sólo para el director

- Estoy muy agradecida, no me malinterpreteis, sólo quería asegurarme. Si gusta, ¿podríais acompañarme a mis aposentos? - Amal estaba impaciente por recorrer las calles de la mítica ciudad.

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06/01/2014, 11:17
Fonseca ibn Rashid
Sólo para el director

Fonseca asintió y se giró rápidamente con el cofre bajo el brazo.

Echar raíces le había dicho Don Silvestre. Eso era algo serio, pues para los inmortales el tiempo avanzaba de forma mucho más lenta. Ahora tomaría un decanso, hasta el amanecer, y entonces saldría a recorrer la zona al sur de la ciudad, tras el pequeño valle a través del cual discurría el río, donde tenía entendido había haciendas con una buena parcela y tierras para cultivar. Sería perfecto para mantener oculto y ocupado a un pequeño ejército.

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06/01/2014, 22:04
Leonor Ramírez de Ucero

- El viaje comenzó tranquilo, pero enseguida Don Nuño captó la presencia de perros, este hecho me hizo pensar en que tal vez debiéramos ampliar la comitiva, esos sarnosos no se atreverían con un grupo numeroso. Asi que cuando encontramos al grupo de Don Rodrigo decidí que era bueno viajar con ellos durante la noche y aprovecharnos del refugio que nos proporcionaron en la iglesia de Santa María, en Atienza. En este punto Don Rodrigo estaba claramente encaprichado de mí y decidí aprovechar esta baza para que nos acompañase,desde el principio me pareció útil el hecho de que tuviese conocimientos con la espada, pues con los perros nunca se sabe...

Hizo una pequeña pausa, pensando si estaba pasando algo por alto, -Seguimos sin problemas hasta Xadraque, donde nos encontramos con Doña Amal, que viajaba acompañada de Fonseca y otros jinetes. desde el principio no he creiido que pudiésemos confiar en ellos, ella se calló de manera deliberada que habían sufrido un encuentro con perros, y que habían vivido para contarlo. No me gustan, pero el grupo se hacía más grande y si volvía a haber un ataque eso aumenta las posibilidades de supervivencia. Además, el tal Fonseca, al parecer es un iniciado de Don Silvestre y de su chiquillo, y nos ofreció refugio.

-De Don Moncada lo único que puedo decir es que me pareció irrespetuoso y maleducado. Sin duda se encuentra ebrio de poder, un ser absorvido por su posición.

Y así padre, es como ha transcurrido nuestro viaje.EL hecho de que viajemos en la comitiva de Don Silvestrew no tiene nada que ver con simpatías o servicialidades, sino con formar parte de un grupo numeroso durante el viaje, sin necesidad de derrochar el dinero comprando jinetes.

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08/01/2014, 14:29
Toledo Nocturno

Don Álvar escuchó atentamente el relato de Leonor, pero no hizo ninguna pregunta, solo se limitó a asimilar la información. Cuando ella hubo acabado, se levantó, la tomó por las manos, la alzó de la quebradiza silla y la llevó contra una pared repleta de muebles. Con un simple gesto retiró lo que parecía un pesado bargueño de encina y abrió una trampilla metálica que estaba en el suelo.

-Lo que me has contado será de mucha ayuda, sobre todo tu impresión sobre Moncada. Ahora idos por este pasadizo. Abajo os encontraréis con un caballero y él os conducirá hasta mi refugio. Por desgracia tengo otros asuntos que atender, así que mañana seguiremos hablando, si a mi señora le place.

Don Álvar le selló un beso en la frente y Leonor se remangó el vestido y descendió. Llevaba tres escalones cuando el Príncipe volvió a hablar.

-Por cierto, el caballero de ahí abajo... intentad no mostrar sorpresa.

La trampilla se cerró y la oscuridad se hizo total. Al poco tiempo, el caballero que había abajo encendió una luz que sirvió a Leonor como guía. Siguió descendiendo hasta que, efectivamente, había alguien allí.

Era una persona pequeña, arqueada hacia delante, completamente calva y vestida con cota de armas de un color indefinido. Leonor se acercó más y el caballero subió la lámpara hasta la altura de sus ojos. Sin duda, aquella criatura era un Cazador, un Nosferatu, un Leproso...

La nariz se le hundía grotescamente en el rostro, haciendo destacar sus ya de por sí ojos saltones. Sostenerle la mirada a aquel Vástago era todo un reto.

El caballero Leproso hundió su rodilla derecha en el barro.

-Mi señora -comenzó a hablar con una voz retumbante y rota-, mi nombre es Carucedo, si a vuestra merced le parece bien.

Carucedo alzó más el candil y la miró a los ojos y, extrañamente, detrás de ella.

-Tengo tres preguntas para vos -continuó mientras seguía inspeccionando el lugar-. ¿Dónde nacísteis?, ¿qué podéis decirme de la hija mortal de don Álvar? y ¿cuáles fueron las palabras con las que don Álvar os recibió en la Sangre?

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08/01/2014, 16:11
Toledo Nocturno

Un joven paje esperaba a Amal en la entrada de la iglesia de Santiago. Iba vestido con una túnica parda y la cruz blanca del Hospital en el pecho. El chico no tendría más de siete años, y era a todas luces mortal. Sus ojos se pusieron como platos al ver a la joven Guardiana. Parecía como si nunca hubiera visto a alguien tan hermoso, a alguien tan diferente o ambas cosas al mismo tiempo.

El pequeño la guió por entre el arrabal de Santiago. Cruzaron un lodazal que al parecer era producto de desagüe y encararon una cuesta de piedras terrible. Serpentearon entre las casas bajas hasta que la puerta de Valmardón los frenó en seco. El chico se acercó a una poterna y dio dos golpes. Un postigo se abrió y aparecieron dos ojos escrutadores.

-Soy yo -dijo lacónicamente el paje.

La poterna se abrió y ambos se metieron en lo que parecía ser la casa del portazgo. La estancia estaba débilmente iluminada y parecía como si el portazgo no viviera allí. Cruzaron la casa de punta a punta y bajaron por unas escaleras. Amal comprendió que estaban bajo la puerta. Recorrieron un estrecho pasillo húmedo con olor a moho hasta llegar a una puerta gruesa de madera reforzada con cerchas de metal.

El paje le dio un puntapié a la pesada puerta y abrió un caballero de San Juan, que le hizo una leve reverencia. El paje le instó a Amal a que la siguiera por un laberinto de cuevas y pasadizos hasta llegar a una estancia circular con cuatro puertas. El chico se sacó una gruesa llave de latón y se la tendió a Amal.

-Éstas son sus estancias y aquí tiene su llave. Mis estancias son éstas -señaló hacia la puerta contigua-. Si necesitase salir al exterior, llamadme. Es casi imposible salir sin ayuda y muy fácil perderse. Cuando necesite algo de comer, pídaselo al caballero de la puerta.

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08/01/2014, 21:57
Leonor Ramírez de Ucero

Doña Leonor trató de mostrarse impasible cuando vió el rostro de Carucedo, si su padre la había advertido a ese respecto seguramente mostrar algún tipo de expresión de desagrado le traería problemas con aquel vampiro.

-Mi nombre es Leonor, nací en el castillo de Ucero.- dijo con un tono cortante, de mi madre, Doña Beatriz, podría contaros muchas cosas, la mayoría de ellas, como que su aroma favorito es el del azahar fresco bajo el rocío de la mañana, os resultarían totalmente inutiles. Y las palabras exactas de mi padre fueron "Ad umbras vos pertinere, Puellam". Espero que mis respuestas os resulten satisfactorias. dió por finalizada así su intervención, no estaba acostumbrada  a que la interrogasen.

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08/01/2014, 22:13
Toledo Nocturno

Carucedo bajó el candil.

-Muy bien -dijo con su voz quejumbrosa y profunda, impropia de aquel cuerpo pequeño-. Comprendedme, debía asegurarme que realmente érais vos. No es la primera vez que alguien intenta acceder al refugio del Príncipe, y las maneras han sido bastantes... imaginativas.

El Cazador giró sobre sus talones y comenzó a andar. Leonor lo siguió instintivamente. Perderse por aquellos túneles era una sentencia de muerte segura. Giraron, subieron, bajaron, volvieron a subir... incluso vadearon un pequeño arroyo subterráneo. Tras un esquinazo, como por embrujo, apareció una puerta de roble labrada reforzada con tiras metálicas. El Cazador llamó y alguien desde dentro abrió.

-Santo y seña -dijo una voz tras la puerta.

-Vivar Minaya -respondió Carucedo, que se volvió hacia Leonor-. Vivar Minaya es el santo y seña, doña Leonor, le convendría acordarse.

Ambos entraron al refugio. La puerta estaba ingeniosamente intengrada en el lateral de una barrica de barro empotrada en una pared. Unas escalerillas subían hasta la boca del contenedor. Subieron y Leonor vio que estaban en una bogeda. El hombre que había abierto era alto y atlético, de pelo corto y barba descuidada, Vástago sin duda, ataviado a la usanza de don Nuño.

-Ya me encargo yo desde aquí, Carucedo -dijo-. Mi nombre es Gutierro y soy el alférez de la Primera Bandera de los Leones. Es un placer darle la bienvenida, doña Leonor de Ucero, al Palacio de don Álvar. Si me acompaña, le mostraré sus aposentos.