Partida Rol por web

Tomb of Annihilation

Epílogo

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14/07/2019, 18:28
Director

Syndra Silvane había muerto y esta vez nada podría devolverla a la vida, pues su alma había sido devorada por el Atropal. De vuelta a Puerto Nyanzaru, un gran funeral os espera en los dominios del Príncipe Mercante Wakanga O’tamu. Su cuerpo se encuentra en estado en espera de un entierro adecuado.

Artus Cimber no está dispuesto a separarse del Anillo del Invierno. Está justificadamente preocupado de que el anillo domine y controle a cualquier otro propietario. Además, Artus comenzaría a envejecer como un humano normal sin el anillo, y quiere vivir para siempre con su amada Alisanda.

Xandala, los Arpistas, los Zhentarim y los Gigantes de Hielo leales a Jarl Storvald no dejarán de buscar el Anillo del Invierno. Valindra Shadowmantle y los Magos Rojos de Thay tampoco dejarán pasar la oportunidad de tomar el anillo por la fuerza. Con o sin el anillo, Artus Cimber continuará esperando el regreso de Mezro mientras busca los medios para llegar o convocar a la ciudad de vuelta. Nada le importa más que reunirse con su esposa.

Dragonbait está ansioso por dejar atrás a Omu y esta aventura. Mientras Artus Cimber esté vivo, Dragonbait mantendrá su compromiso de ayudar a su amigo a encontrar la ciudad de Mezro.

Omu permanece en las garras del yuan-ti. Ras Nsi está más vivo que nunca ahora que los héroes han acabado con la Maldición de la Muerte.

La princesa Mwaxanaré quiere devolver a Omu su antigua gloria y construir allí un nuevo reino. Sin embargo, los Príncipes Mercantes de Puerto Nyanzaru no están dispuestos a respaldar su reclamo, y los yuan-ti no renunciarán a Omu sin luchar. Los sueños de Mwaxanaré podrían tardar años en hacerse realidad, si es que alguna vez lo hacen.

Las noticias de la destrucción del Traficante de Almas han incomodado a Valindra Shadowmantle. Llega a óidos de Szass Tam que su misión en Chult ha fracasado. Enfurecido por la interferencia de sus magos rojos, Szass Tam envíará nuevos operativos y poderosos no muertos para espiar a quienes han destruído el artefacto.

Acererak mantiene oculta su filacteria, y ni los dioses ni los hechizos pueden adivinar su ubicación.