Partida Rol por web

Tras un par de minutos que a vosotros se os hacen casi eternos y durante los cuales Manabu-sensei sigue con los brazos alzados hacia el cielo, los resultados de la votación comienzan a dibujarse sobre las nubes...

RESULTADOS DE LA VOTACIÓN

Aki Goro - 7%

Kazuma Murakami - 11%

Kenichi Nobunaga - 78%

Niimura Miirei - 2%

Sayuri Kurosawa - 2%

-¡Los dioses han hablado! - sentencia Manabu-sensei, bajando los brazos y mirándoos a todos vosotros. - ¿Eh? ¿Qué ocurre, niños y niñas? ¿Ha pasado algo? - dice medio riendo, ladeando su cabeza con la mano en la barbilla como si estuviera pensativo. Después se encoge de hombros, asintiendo. - ¡Bueno! ¡Ya tenemos los resultados! En último lugar están Miirei-chan y Sayuri-chan, empatadas pero no con un 0%, por lo que... ¡avanzáis dos casillas cada una! En tercer lugar tenemos a Aki-kun, que avanza tres casillas. En el segundo puesto está Kazuma-enamorado-kun, que avanza cuatro. ¡Y finalmente el "ganador" de la ronda, Kenichi-kun, que avanza cinco casillas!

Manabu-sensei os aplaude mientras avanzáis las casillas correspondientes y descubrís lo que hay escrito en cada una de ellas...

Aki Goro - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA PASAN LA TARDE ENCERRADOS EN SU HABITACIÓN. SU DEUDA SE QUEDA COMO ESTÁ."

Kazuma Murakami - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA HACEN UNA FIESTA DESCOMUNAL. SE LO PASAN GENIAL, PERO LOS INVITADOS DESTROZAN EL LOCAL... SU DEUDA AUMENTA 100.000 YENES."

Kenichi Nobunaga - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA SE ENCUENTRAN UN BILLETE EN EL BOLSILLO DE UN PANTALÓN VIEJO. ¡SU DEUDA SE REDUCE EN 100.000 YENES!"

Niimura Miirei - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA SON ATRACADOS A LA SALIDA DEL SUPERMERCADO. SU DEUDA AUMENTA 100.000 YENES."

Sayuri Kurosawa - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA TIENEN QUE PAGAR LOS IMPUESTOS DE UN PRODUCTO MUY CARO... ¡SU DEUDA AUMENTA 300.000 YENES!"

-¡Y ahora, niños y niñas...! - os dice Manabu-sensei, mirándoos. - ¿Tenéis algo que hablar, o continuamos directamente, hmmm?

- Perdona Manabu-sensei, ¿Y que hay de los rumores falsos, fácilmente demostrables, sobre mí? - pregunto con algo de curiosidad - Obviamente no tengo solo 9 dedos, y además está claro que es complétamente imposible que naciera con diez años.

Estoy forzando un avance extra en la partida, quizá sea la única forma de evitar que el juego se alargue demasiado, quizá es lo que todos necesitemos.

Aki, a cada instante más impasible y frío hasta ahora, veía sin embargo con cierto alboroto el desplomo de Kenichi. Se preguntaba si él mismo, a mostrarse tan temerario con Manabu, no había animado el lado oscuro en Kenichi a tomar la delantera.

En los ojos de Aki su amigo encontró todo el apoyo que estaba buscando.

Aki escuchó el comentario de Kazuma asintiendo con la cabeza. “Es cierto, Manabu-sensei. Recuérdate tus propias reglas, por favor. Si se puede demostrar que un rumor es falso, que fue une mentira, el quien la extendió pasa a la primera posición. En cuanto al rumor que eres mi doppelgaenger y desde luego tienes los mismos rasgos faciales, no se puede demostrar de otra forma que de esta: que te quites la máscara.”

Aunque sintiera un leve alivio al ver que todo aquel odio que desprendían sus compañeros, sobre todo Kenichi, había desaparecido momentáneamente, no podía evitar entristecerse por la bofetada que le había dado, notando todavía el escozor en la palma de su mano.- Era necesario.- No le gustaba llegar a ese límite, más con alguien con quién tantas cosas había compartido, pero los nervios de la próxima prueba y las misteriosas palabras de Manabu le retumbaban en la cabeza, sin poder sacárselas, y eso que ni siquiera iban por la mitad de ésta.

Inconscientemente buscó la mano de la morena, apretándola con fuerza contenida mientras le susurró.- No quería hacerlo. Lo siento.- Suspiró, nerviosa, esperando el veredicto de su compañera.

El gesto de Miirei le resultó totalmente inesperado. Casi no daba crédito a lo que acababa de presenciar, pero sin duda alguna había sido eficaz. La actitud agresiva de Kenichi cesó por completo, disculpándose ante ellos. Podía apreciarse por el tono de su voz lo afectado que estaba.

Sayuri escuchaba a su amigo hablar, pero este parecía evitar su mirada, por lo que Sayuri se limitó a guardar silencio, meditando sus palabras. Quería creerle, y no podía imaginarse cometiendo tales acusaciones... Pero en las últimas horas aquel comportamiento tan agresivo era algo a tener en cuenta. Es este maldito lugar, tenemos que perseverar. pensó convencida.

Tras aquello, Kazuma y Aki querían desmentir sus rumores para avanzar el juego, Sayuri les miró mientras se cruzaba de brazos. Quizás fuera la estrategia a seguir, aquel juego estaba causando demasiada presión en todos ellos, era insoportable.

Se quedó junto a Miirei, recuperando su rostro sereno. Aunque volvía a picarle la curiosidad sobre la identidad de Manabu.

Cuando sintió el apretón de la pelirrosa, buscó su mirada mientras su expresión se suavizaba. Negando levemente. - Tranquila, lograste calmarlo. Gracias.- respondió con voz suave, devolviéndole el gesto con la mano mientras pegaba su hombro al de su compañera, acercando su cabeza a la de Miirei en gesto cariñoso durante un instante antes de devolverle un poco el espacio, aunque sin soltar su mano.

-No tienes que recordarme las reglas a cada ronda, Aki-kun. - dice Manabu-sensei alzando un dedo frente al chico. - Sólo he preguntado si teníais algo que decir para que os pensarais muy bien si de verdad queríais sacar a relucir los falsos rumores. Parece ser que sí. - se responde, encogiéndose de hombros. Se acerca a Kazuma. - Bien, Kazuma-kun. Que yo recuerde el rumor decía que "Kazuma tiene nueve dedos en las manos", ¿no? Y nueve dedos... ¡tienes! Tienes uno extra además, diez en total, pero desde luego tienes por lo menos nueve. ¡Bien por ti, Kazuma-kun! - le dice alzando las manos con júbilo. Después las baja y clava su mirada en Kazuma, o al menos eso parece. Es difícil saber si Manabu-sensei te mira detrás de ese disfraz. - En cuanto al otro rumor... Era que "Kazuma nació con diez años", ¿verdad? Ese rumor es tan estúpido... - dice, ladeando su cabeza mientras mira a Kazuma. - ... Bien, por ésta vez lo dejaré pasar. El rumor es falso, y la persona que ha extendido el rumor es... ¡el mismo Kazuma-kun! - dice, alzando las manos. - Así que pasas al primer lugar, por delante de Kenichi-kun.

Manabu-sensei se hace a un lado para dejar pasar a Kazuma hasta la casilla 19, por delante de Kenichi. Cuando llega allí, el texto de su casilla se revela.

Kazuma Murakami - "EL ENCARGADO DEL BANCO SE EQUIVOCA AL HACER LAS CUENTAS SOBRE EL DINERO DE LAS PERSONAS QUE CAEN EN ESTA CASILLA. SU DEUDA SE REDUCE EN 500.000 YENES."

-¡Bien por ti, Kazuma-kun! - repite Manabu-sensei al verlo, alzando los brazos. Finalmente los baja y se dirige a Aki. - Bien, ahora... Aki-kun, ¿verdad? El rumor era... "Aki es un doppelganger, su cuerpo y personalidad son físicamente desdoblados. Aki es Manabu-sensei, Manabu-sensei es Aki. Tienen exactamente la misma cara y los mismos rasgos faciales." Ji, ji. - dice, mirando fijamente al chico. - ¿De verdad quieres declarar el rumor como falso, Aki-kun? - se cruza de brazos, ladeando la cabeza como dudando. - Dices que la única forma de demostrar que el rumor es falso es... ¡quitarme mi cabeza, nada menos! - dice, llevándose las manos a su enorme cabeza. - Ah, pero... yo no soy el que tiene que demostrar que el rumor es falso, Aki-kun. Los que tenéis que demostrarlo sois vosotros. Así que... ¡adelante, ve a por ello! - dice, pero una pequeña risa escapa entre sus dientes. - Ah, pero eso de intentar quitarle el uniforme de trabajo al presentador de la prueba, osea yo... no, no estaría bien, nada bien. Yo lo consideraría incluso un ataque, ¿sabes? Intentar arrebatarme mi uniforme... sí, sin duda impediría el correcto funcionamiento del juego. - asiente, convencido. - ... Y qué suerte la mía, soy yo el que decide cuándo una acción impide el correcto funcionamiento de esta prueba y tengo permiso para aplicar un castigo al respecto...

Es el colmo del cinismo. - digo torciendo el gesto. - En verdad eres despreciable Manabu-sensei.

Yo declaro que el rumor sobre la violación es falso y tengo como probarlo, pues desde hace ya buen tiempo no voy a ningún lugar a menos que estén mis amigos presentes. - digo interponiéndome entre Aki y Manabu, negandon con la cabeza.

No voy a permitir que los lastimes. - pienso mientras le bloqueo el paso a Manabu y a Aki.

El sujeto de debajo de la máscara es bueno luchando ya lo había demostrado cuando lo ataqué al inicio de toda esta locura.

“Tranquilo, Kenichi”, negó Aki con la cabeza mostrando una gran calma. “Ya he visto como es esquivo nuestro Manabu-sensei. Y ya sé”, agregó dirigiéndose directamente al último, “que no tiene ningún sentido discutir contigo. Tú no sólo controlas las reglas, pero eres las reglas. Las reglas, soy yo, Manabu-sensei. El juego, soy yo. Podemos hacer cualquier cosa, pero nunca podremos prevaler contra ti. He aquí la verdad amarga.” Hesitó algunos momentos antes de seguir: “Sólo quiero que sepas una cosa – que la sepáis vosotros”, alzó la mirada al cielo postizo. “No es un rumor que mi familia es de la yakuza. Ni tampoco que se teme por las venganzas crueles que se gaste.” Pareció reprimir un escalofrío. “De hecho, ya tengo cierta lástima de vosotros, a pesar de todo… incluso de ti, Manabu-sensei”, miró nuevamente al muñeco absurdo. “No tenéis ni idea de en lo que os habéis metido...”

Volviéndose a sus amigos, dijo en voz baja: “Ya lo sabéis. He podido ocultároslo durante todo este tiempo que nos conocemos. Por favor, recordaos que no soy mi familia… aunque no puedo impedir que hagan lo que hagan… Por favor, no me juzguéis por mi familia!” Bajó la cabeza, y se calló un instante. Luego, levantándola de nuevo en dirección del cielo artificial, dijo en el tono de una constatación simple e irreparable: “Ya han acabado vuestras vidas. Ya… podéis consideraros muertos… Ojalá, ojalá de verdad que pueda deciros otra cosa, pero el hecho es: será una muerte lenta...”

Ahora fijó sus ojos en el suelo; de todo su aspecto emanaba la tranquilidad absoluta del abatimiento completo.  

He logrado avanzar y reducir mi deuda, aunque eso se algo que ya no me preocupa. Acabar la partida, llegar al final del tablero cuanto antes, me parece que Aki y Kenichi comienzan a perder la razón, ya llevan un rato intentando reventar las reglas del juego.

- Chicos, las reglas del juego son las reglas y están para cumplirlas, lo que deberíamos haber aceptado desde el principio es que Manabu-sensei posee el control del juego y jugamos con sus normas, enfadarnos, revolvernos, cabrearnos sobremanera, intentar lastimarle lo único que hará será darles diversión a ellos y a nosotros desestabilizarnos cada vez más - digo algo molesto -. Comprendo lo injusto que es que las reglas vayan y vengan, parezca que se cambien, pero este es un juego hecho para despedazarnos, lo sabíais desde el principio, dejad de quejaros al arbitro y comenzad a jugar el partido, solo de esta forma ganaremos, incluso teniendo al arbitro en nuestra contra - concluyo.

Tengo que esperar, a que se resuelva el rumor de Kenichi. Se que no es capaz de hacer semejante cosa, pero esta prueba está mostrando a un Kenichi poco deportivo, y ya no se que pensar. Quizá Kenichi cometiera un error, alguna vez, quizá hubiera aprendido de ese error, esté arrepentido y aprenda a evitar caer de nuevo en el error. Y el tranquilo Aki, intentando hacer daño a alguien, de forma gratuita, jamás me lo hubiera imaginado. Me duele más que estén dejando atrás los que yo creía sus principios y su forma de ser habitual, por comportamientos tan beligerantes, aunque está claro que la situación está crispándonos a todos.

Se alegró tener en Sayuri un gran apoyo, correspondiéndola a sus muestras de cariño con una sincera y agradecida sonrisa mientras dejaba que los chicos contrarrestaran los rumores, pero esta vez quería contribuir con su amigo.

Manabu-Sensei, Ken-Chan no sería capaz de algo así.- Miró al chico, respondiendo al perdón que pedía y, por una vez, devolviéndole la protección de los rumores que tantas veces él le había protegido.- Confío en ti.- Y de verdad quería hacerlo, por todas las charlas que habían compartido o las veces que había necesitado a alguien y allí estaba. Ahora él necesitaba a una amiga, y no le diría lo contrario.

Suavizando el rostro escuchó a Aki, sorprendiéndose más por la claridad con la que hablaba que por el hecho de que su familia fuera de los yakuza. Siempre había admirado la franqueza del chico, el ser capaz de decir lo que pensaba sin poner barreras de mentiras, algo que ella abusaba con demasiada frecuencia.

Por otro lado Kazuma se adelantó a lo que todos pensaban, haciendo que mirara la caseta de los rumores.

Kazuma tiene razón. Todavía queda mucha prueba, más de la mitad.- Sonrió al grupo, intentando aparentar estar despreocupada, aunque en sus ojos podía leerse parte del cansancio acumulado.- Tenemos que trabajar juntos.

-¿Eeeeh...? ¿Pero qué clase de justificación es esa, Kenichi-kun? - pregunta Manabu-sensei con un claro tono de decepción, tan claro que es casi teatral. De hecho, suspira encogiéndose de hombros y negando con la cabeza. - "Yo no hice esto porque siempre voy con mis amigos y mis amigos no me han visto hacer esto"... ¿De verdad? Hasta vosotros tenéis que reconocer que es una excusa muy barata, niños y niñas. Kenichi-kun, es imposible que estés constantemente en compañía de alguno de tus amigos aquí presentes y, aunque así fuese, la persona con la que estuvieras podría mentir por ti. ¡Nadie aceptaría un testimonio así en un juicio! - dice, con una risita y negando con la cabeza. - Por otra parte...

Manabu-sensei pone las manos tras la espalda y, haciendo como que piensa en algo importante, se aleja un poco de vosotros para después girarse y miraros, asintiendo.

-He tomado una decisión, niños y niñas. No os va a gustar, ¡pero es lo que hay! - dice, encogiéndose de hombros. - Lleváis varias rondas escribiendo en las tarjetas rumores absurdos o imposibles que pueden demostrarse falsos usando el sentido común. Y ese no es el objetivo de la prueba, así que... - abre los brazos como un júbilo. - A partir de ahora escribir rumores que sean evidentemente falsos será considerado una forma de obstrucción de esta prueba, por lo que aquel que los escriba recibirá una gran penalización. ¡Ni más ni menos que... multiplicar por dos su deuda! - dice, y baja las manos para señalaros con un dedo. - Para dejarlo claro, me refiero a rumores del estilo "Kazuma nació con diez años", "Aki es un doppelganger" o "Kenichi tiene varios brazos en vez de sólo dos". ¡Por suerte, el criterio lo pongo yo!

Tras eso ríe durante unos segundos y después se encoge de hombros.

-¡No me miréis así, niños y niñas! ¡Os lo habéis buscado vosotros mismos! - asegura, y luego abre los brazos. - ¡Pero para que veáis que no soy tan mala persona, os daré una pista... sobre la naturaleza de la siguiente prueba! - dice, bajando los brazos y señalándoos. - Y es que de hecho... ¡la siguiente prueba tiene que ver con la "naturaleza"! Y como dato adicional... ¡es TOTALMENTE IMPOSIBLE que una sola persona supere por sí sola la tercera prueba! - ríe. - Si yo fuera vosotros... ¡me aseguraría de que al menos dos personas llegasen juntas a la meta!

Vuelve a reír un poco y luego ladea la cabeza, interrogante.

-Bueno... ¿seguimos?

Un momento, Manabu-sensei, si mi palabra no vale y la suya no se sustenta en prueba alguna, ¿Acaso no significa eso que Usted tampoco tiene como probar que el rumor sobre mi es verdad?

Por tanto, al no existir pruebas de la veracidad de un hecho, eso no lo convierte en una mera conjetura carente de todo asidero, lo que a su vez podría denominarse una falacia y como tal es algo que puede parecer cierto, pero que a la vez resulta falso.

Por no decir que quien alega un hecho debe probarlo y dado que ninguno de mis amigos es capaz de escribir algo así sobre mi, eso sólo deja como autores del rumor a las personas que se encuentran detrás de Usted, quienes a su vez son incapaces de probar la veracidad de sus palabras, dando como resultado que el postulado al no sustentarse en pruebas verificables no es más que una mera hipótesis que jamás será verificada, lo que nos llevaría a asumir que es total y absolutamente falsa. - digo hablando casi sin detenerme para tomar aire, pero lo suficientemente pausado como para que todos escuchen mi discurso.

Sabía que esas semanas en el club de debates servirían de algo algún día. - digo mientras intento recuperar el aire. - En resúmen, si nadie puede probar la veracidad de los rumores, todos estos deben considerarse falsos, por lo que solicito se me permita avanzar a la misma casilla que Kasuma cumpliendo las reglas del juego.

-¿... Eres tonto, Kenichi-kun? - ríe Manabu-sensei en voz alta. - ¡Claro que no puedo probarlo, ni falta que me hace! ¿Acaso no sabes lo que es un rumor? - dice, señalándolo. - Por definición, un rumor es una información no comprobada que la gente dice o cuenta. ¿No está comprobado? ¡Estupendo, entonces! Éste es el juego de los rumores, no el juego de las verdades comprobadas. - se encoge de hombros. - Os damos la posibilidad de demostrar la falsedad de un rumor, pero eso no significa que si no puede probarse falso tengamos que descartarlo. Además, si se llegara a demostrar falso no avanzarías tú a la parte frontal del tablero... ¡sino la persona que escribió el rumor! - sonríe. - Que puedo asegurarte que no he sido yo ni nadie de la organización de los juegos.

Bueno si tu lo dices.... Yo no creo que ninguno de mis amigos me vaya a difamar así. - digo con total seguridad.

Es más yo creo que todas las tarjetas que supuestamente lees, están en blanco y que escondes un audífono bajo tu máscara, a través del cual tus jefes te indican lo que debes decir. - sentencio cruzado de brazos.

Primero en un tono indescifrable, Aki recita: “Bueno, Manabu-sensei, ya sabemos que tú eres el Dios aquí, que nosotros somos nadie y nada, que si ganamos, será por tu decisión, que si perdemos, será también por la tuya, y que nada, pero nada que podríamos hacer pueda cambiar esto. Ya lo has mostrado más que una vez cambiando repentinamente las reglas cuando por una vez nos han ido bien… Entonces, Manabu-sensei, y tus colaboradores, disfrutad de vuestro poder absoluto...” Sus ojos se vuelven algo vidriosos, húmedos… “Disfrutad de él mientras que dure… Ya sabéis lo que os toca esperar.”

Mira esta vez a Manabu con profunda lástima, sin el más leve signo de triunfo, más bien viéndose él mismo humillado – qué mirada, de compasión y vergüenza llena! “Os he avisado”, agrega en un hilo de voz. “Lo habréis querido. Vendrán a por vosotros y...” De súbito se estremece, el cuerpo recorrido por un escalofrío.

Aparta la mirada y se calla.

Me estoy preguntando cuanto tiempo más nos van a dejar seguir con las trolas increíbles, cuando de repente Manabu da el siguiente paso.

- Ya me estaba comenzando a preguntar cuanto tiempo duraría la tontería de los rumores difíciles de creer, Manabu-sensei - le digo cuando acaba de hablar -. Chicos, deberíamos trabajar en equipo para lograr acabar más de uno este juego, aunque ya sabéis lo que puede pasar en ese caso, quizá cambien las reglas para favorecer su juego, pero debemos intentarlo para superar la prueba tantos como podamos, todos juntos a poder ser, no me sentiría bien dejando a gente atrás jugando solos en algo que el dice que es tan complicado de ganar.

-¡Fantástico entonces, niños y niñas! - dice Manabu-sensei dando una palmada en el aire e ignorando la gran mayoría de cosas que estáis diciendo. - ¡Veo que no hay ninguna pregunta ni queja más! Siendo así, ¡pasemos a la quinta ronda! - dice, señalando la cabaña de los rumores. - ¡Adelante, id pasando adentro!

“Oh, Manabu-sensei… verás que puedo también ser creativo sin poner disparates...” Aki entró primero en la casita, tal vez por sustraerse a las miradas de sus amigos, aunque ellos, como buenos compañeros que eran, habían tenido la delicadeza de no comentar el lastre pesando sobre su alma por la implicación de su familia en el mundo de la criminalidad organizada, y brutalmente organizada. Se veía bastante alicaído, pero, sin embargo, recto como siempre.

Salió tras un minuto. “He escrito que he obtenido muchas de mis buenas notas sólo copiando a los mejores de la clase, sobre todo a Sayuri. Esto es algo que no puede descartar de primera vista el sentido común, entonces, el rumor es conforme con el nuevo criterio de Manabu-sensei. Sin embargo, espero que me conozcáis bastante para saber que es falso.” 

Muy bien mi turno. - digo con el ánimo bastante bajo mientras camino hacia la caseta de los rumores con paso lento y desgarbado.

Al salir me dejo caer al suelo. 

He puesto que le robé la novia al capitán del club de Judo, aunque todos saben que fue al revés. - digo torciendo el gesto, para luego sentarme en el suelo, mientras le hago señales a mis amigos para que se acerquen.

Chicos, creo que para que esto funcione, lo mejor es que sean los demás quienes cuestionen la veracidad de los rumores y no uno mismo. - comento casi en un susurro.

Aki aprueba la idea de su amigo y responde en la misma voz baja: “Por cierto, tienes razón, Kenichi. De verdad me siento algo atontado…” Se enjuga la frente. Sus ojos aún están vidriosos. “Luego dudaré de tu rumor. Digo: me parece falso, y basta, y Manabu tendrá que verificarlo, y si es falso, avanzarás tú por haber puesto el rumor. Al menos hasta ahora Manabu no nos ha prohibido de poner rumores falsos sobre nosotros mismos, sólo esto: que no sean absurdos o imposibles, que los rechace el sentido común... Pero di, ¿he comprendido bien tu intención?”