Partida Rol por web

Sayuri parpadeó seguidamente un par de veces tras escuchar la propuesta. - ¿Te refieres con los chicos también..? - preguntó con un deje entre curiosidad y sorpresa. - ¿Eso estaría bien..? - preguntó mientras ladeaba la cabeza y se mesaba la barbilla, pensativa. Luego observó la chaqueta de uniforme de Miirei sobre la silla. 

- Ah, si seré boba. Olvidé lo más básico. Si duermes con el uniforme lo arrugarás, por no decir lo incómodo que sería. - dijo mientras se levantaba y se acercaba a una cómoda de madera abriendo uno de los cajones. - ¿Quieres que te deje un pijama? - añadió mientras sacaba un par de la cajonera.

El primero era celeste con pequeños topos color crema, camiseta de mangas largas y pantalón corto. El segundo tenía una camiseta con estampado de fresas, con los pantalones cortos de color amarillo pastel a juego con un par de lacitos rosas. Bastante sencillos, pero lindos.

- Voy a cambiarme en un segundito y vuelvo, ¿vale? Y úsalo sin problemas, ya verás que suave es, es de mis preferidos. - dijo sonriente mientras dejaba el pijama con fresas sobre su cama, y tomando el celeste se aproximó la puerta de la habitación. Además de cambiarse en el baño, aprovecharía también para lavarse los dientes.

Estaba acostumbrada al qué dirán y estar con hombres aunque de otra manera, y sus amigos masculinos eran como una familia con la que poder dormir bajo el mismo techo, incluso había intercambiado algunas noches con Kenichi de charla, su buen amigo. Pero sabía que Sayuri tenía más clase que ella y no cayó en que podría ponerla en un aprieto, por lo que simplemente sonrió avergonzada sin incidir más en el tema.

• Gracias.- No sabía cuántas veces se habían teñido sus mejillas de rojo, pero al ver que le cedían un pijama de la propia castaña y que lo llevaría puesto no podía evitar emocionarse de forma contenida.

Esperó a que desapareciera por la puerta del baño para coger el pijama y hundir el rostro en él, ahogando un grito ilusionada. Rápidamente se desvistió, dejando la ropa sobre la silla y la chaqueta, y colocándose el pantalón amarillo y la camiseta, tardando un poco más en esta al quedarle un poco pequeño al estar ajustada en el pecho. Era un pijama adorable y llevarlo puesto le hacía ver corazones imaginarios revoloteando a su alrededor y quitándole el sueño que tenía de golpe.

Al terminar se acercó a la puerta del baño y dio dos pequeños golpes, esperando su respuesta antes de abrir.

- ¿Se puede? – Quería limpiarse los dientes, pero no molestarla si se estaba cambiando. En caso de estar todavía ocupada apoyaría su espalda en la pared hasta que pudiera entrar.

Aún estaba terminando de vestirse cuando escuchó los suaves toques al otro lado de la puerta. Seguidos de la voz de Miirei. - Ah, voy. Un segundo ya salgo. - respondió colocándose la camiseta del pijama y terminando de doblar la ropa que llevaba antes puesta, sujetándola con un brazo para llevarla de vuelta al cuarto.

Echó un vistazo al cuarto de baño, y tomó de debajo del lavabo uno de los cepillos de dientes sin estrenar. Y seguidamente sacó una toalla mediana del mueblecito auxiliar que estaba justo al lado. Dejando ambos útiles a un lado del lavabo.

Con todo en orden, no hizo esperar más a la pelirrosa abriendo la puerta del baño. - Siento la espera. Todo tuyo. Si necesitas alguna cosa, ya sabes. - comentó mientras inclinaba ligeramente la cabeza, y salía del cuarto para dejarle paso, con una sonrisa se dirigió de vuelta al dormitorio. Procurando no hacer demasiado ruido para no molestar a su madre.

Una vez allí, colocó su ropa dentro del cesto para poder lavarla mañana. Cogiendo su cepillo del pelo de la cómoda, procedió a cepillarse la melena antes de dormir. Sujetándola en dos coletas para evitar que se enredase durante la noche. Luego volvió a guardarlo en su sitio, y se metió en la cama. Aunque incorporada, para poder esperar a que Miirei volviese.

Cuando finalmente termináis de asearos, llega el momento de que os metáis en la cama. En el momento en que lo hacéis, las dos suspiráis interiormente. Sabíais que estabais cansadas, sí, pero no os habéis dado cuenta de hasta qué punto llegaba vuestro agotamiento hasta el momento en que os habéis tumbado. Vuestro cuerpo comienza a relajarse, al menos en parte, y aunque vuestra mente sigue en marcha pensando en todas las cosas que han pasado y todas las que podrían pasar... al final os quedáis dormidas sin poder remediarlo, y más rápido de lo que esperabais. Todo de puro cansancio, aquí no está Manabu para dormiros con ayuda de la organización... ¿o sí?

La mañana siguiente llega antes de lo que ninguna de las dos pudiera haber deseado. El despertador de la habitación de Sayuri seguía activo y ninguna se acordó anoche de desactivar la alarma... pero, ¿para qué levantaros ya? Es pronto y, además, es sábado. ¿Qué podríais tener que hacer? Aparte de consultar los mensajes que os han llegado al móvil, a juzgar por las luces de "mensaje recibido" que emiten. Pero en serio, ¿no preferís dormir?

Hacía frío y el viento de la playa al amanecer, a pesar de ser precioso a la vista, no dejaba sino un rastro de entumecimiento en los huesos unido a los nervios que tenía. Se frotaba las manos y cambiaba el peso de los pies una y otra vez mirando al horizonte, donde las tranquilas aguas se mecían con el salto de los delfines, sin hacerla preguntar por qué había en esa época del año en especial.

Escuchó la voz de Sayuri a su espalda, notando que su corazón bombeaba una y otra vez, resonando en sus oídos y amenazando con salirse por la boca. Apretó las manos antes de girarse y verla allí, tan deslumbrante como siempre.

- Sa-sayuri, yo… - Las palabras se cortaban con el continuo tartamudeo de mi lengua incapaz de soltar los sentimientos que tanto tiempo había ocultado.- ¡Yo te, yo te…!

Antes de que pudiera confesarse sintió una sombra que las recubría por completo, obligándola a alzar la cabeza. No podía creer lo que veía, un Manabu gigante caminando sobre las aguas que eclipsaba cualquier sol.

Miirei no sabía muy bien si aquello era una amenaza o una ilusión causada por la sangre que le había subido a la cabeza, pero un Kenichi volador imitando a Superman al grito de “Cuidaré a mis amigos” se enfrentó a Manabu. Aquella extraña escena le recordaba a la película de Godzilla pero de bajo presupuesto. Negó varias veces con la cabeza mientras cogía las manos de Sayuri y se disponía a confesarle de nuevo.

- Lo siento, quería decirte que desde la primera vez que te vi nunca he tenido a nadie como tú, por eso yo te…

Otra distracción. Aki apareció a nuestro lado susurrando que todo esto era una manipulación de la organización, que la playa era un decorado y Manabu el enemigo a combatir.

Miirei empezaba a cabrearse por tantas interrupciones pero por suerte Kazuma, quien siempre se quedaba a un lado callado, prefirió mantener su rol fijo y pasar desapercibido, únicamente asintiendo de vez en cuando.

Su idílica confesión se fue a la literalmente mierda. Entre los insultos varios que escuchaba de Kenichi y las tonterías de Aki acabó explotando con un grito…

El despertador sonó en el mejor momento del ¿sueño? ¿pesadilla? Intentó apagar la alarma tanteando el terreno con la mano sin éxito, rindiéndose al final para meter la cabeza bajo las mantas. Estaba demasiado a gusto y quería volver al comienzo del sueño, donde todo era perfecto.

Con todo el cansancio acumulado, sumado a la incomparable sensación de poder dormir de nuevo en tu cama, recuperando algo de normalidad después del infierno por el que habían pasado. Lograron que no recordase si había conseguido aguantar despierta la noche anterior hasta el regreso de Miirei para darle las buenas noches, o el sueño se impuso. 

Estaba medio abrazada a su almohada cuando un sonido agudo y familiar hizo que abriese un ojo, seguido de un pequeño gruñido lastimoso. Ugh, no me puedo creer que lo olvidase.. 

Con un único movimiento, preciso y letal, consiguió silenciar el despertador. Miró la fecha en su móvil y rodó los ojos mientras se cubría la cara con un brazo evitando la molesta luz. No tenía fuerzas para salir de la cama. Metió el móvil de nuevo bajo la almohada y echó un vistazo hacia el futón del suelo.

Miirei se había hecho bolita entre las mantas, a lo que la morena esbozó una sonrisa divertida. Esperaba que el despertador no hubiera sido suficiente para despertarla. Porque ella pensaba seguir durmiendo, al menos una hora más. Era demasiado temprano para andar por ahí, aunque cuando lo hiciese iría derechita a la ducha. 

Y así lo hizo, volviendo a acurrucarse mientras cerraba los ojos, remoloneando como debía hacerse en sábado.  Esos mensajes son problema de la Sayuri del futuro. Y ahora.. ¡Buenas noches!

El poder del despertador no es suficiente como para sacaros de vuestro reposo tras estos días de locura en los Juegos de la Amistad. Aunque soñáis con algunas de las cosas que habéis vivido dentro de los Juegos, lo cierto es que aún así descansáis y os sentís muy a gusto tumbadas... así que decidís dormir un poco más. ¿Cuánto? Que decida otro, vosotras tenéis sueño.

Pasan cuatro horas en las que no os enteráis de nada, simplemente estáis dormidas. La madre de Sayuri ha pasado por el cuarto de su hija para despertarla, o simplemente para comprobar que sigue ahí, pero al ver que seguís durmiendo parece que ha decidido dejaros descansar un poco más. Un poco... o bastante.

Ya casi es mediodía cuando Miirei despierta. Ella es la primera, Sayuri todavía está dormida. ¿Ahora qué?

Intentó recuperar el sueño perdido para terminar lo que empezó pero si lo había logrado ya no lo recordaba, era un momento en negro donde el cansancio y la pereza reinaban. Al despertarse no supo qué hora ni tampoco le importaba, incluso se olvidó durante unos segundos que debían urdir un plan para rescatar a sus amigos, sólo notó la sangre subir a la cabeza cuando abrió los ojos y la vio plácidamente dormida, a su lado.

Se escondió bajo las mantas aunque dejó un pequeño hueco donde asomarse y contemplarla. Era hermosa, el sereno rostro de la morena le transmitía la paz que necesitaba y, aunque era tentador, pensó en sacarle una foto para guardar siempre consigo ese dulce momento.- No, no quiero que se despierte por el flash o el sonido.- Prefirió capturar una imagen mental de ella, sacándole una tierna sonrisa.

Con cuidado se quitó las mantas y se incorporó sobre la cama, intentando levantarse sin hacer ruido para no despertarla y, así, poder dirigirse al baño con el móvil en la mano. Abrió la puerta con cuidado, echando cada dos por tres un vistazo a su compañera para asegurarse de que seguía profundamente dormida.

Al entrar en el baño cerró la puerta y miró su móvil aprovechando la intimidad que aquél pequeño habitáculo de cuatro paredes le daba, mirando las llamadas perdidas con más detenimiento y mandándole un breve mensaje a su madre.

Estoy bien.

No necesitaba decir más con ella, lo suficiente para que supiera que estaba viva pero sin entrar en detalles, centrándose después en el resto de mensajes.

La mañana avanza, y Sayuri despierta también. Después de vivir la experiencia que habéis vivido se os hace extraño, pero poco a poco comenzáis a asumir que éste va a ser un día normal, sin pruebas ni juegos que tensen vuestra amistad con vuestros compañeros. Eso sí, hoy no podréis poneros en contacto con Kenichi, Kazuma o Aki, ya que ellos siguen dentro de los Juegos de la Amistad. Y aunque lo intentéis... parece que siguen sin tener cobertura.

El día sigue su curso, y al final Miirei tiene que volver de regreso a su casa. Ya lleva bastante tiempo fuera, y la madre de Sayuri querrá pasar tiempo con su hija y viceversa, ¿no? Al final, con las cosas del día a día, casi olvidáis las cosas por las que habéis pasado... al menos hasta que recibís el mensaje en el móvil. Se trata de un mensaje multimedia, con un vídeo insertado. El remitente es desconocido, pero en el momento en que presionáis el botón de Play...

~ El Manabuloso Resumen del Tercer Juego ~
~ Por Manabu, el amigo de los niños ~

"¡Saludos, mis queridas niñas Sayuri-chan y Miirei-chan! ¡Ha pasado mucho tiempo!"

El vídeo muestra a Manabu en su ropa original, dirigiéndose a la cámara y dando una vuelta sobre sí mismo con alegría mientras habla. Todo esto amenizado con lo que parece ser una canción infantil de fondo.

"¡El Tercer Juego ha terminado, y yo he tenido el detalle de haceros un bonito resumen en vídeo para que podáis disfrutarlo y comentarlo!"

Manabu señala a la cámara.

"¡Ah, y eso no es todo! ¡También tendréis la oportunidad de participar en una encuesta al final del vídeo! Y cuando digo oportunidad quiero decir, por supuesto, obligación. ¡No olvidéis responder a este mensaje con la respuesta de la encuesta!"

Manabu vuelve a dar una vuelta sobre sí mismo y a extender los brazos frente a la cámara en lo que seguro que él considera una pose de lo más divertida.

"¡No os entretengo más! ¡Disfrutad del vídeo!"

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La imagen del vídeo cambia, y la música termina. Ahora el vídeo muestra lo que parece ser el interior de un frondoso bosque verde y salvaje, rodeado de montañas.

La cámara se mueve, avanzando por el bosque, y acaba llegando a lo que parece ser un claro. En ese momento aparece un texto en pantalla...

El plano cambia, y de repente en el claro del bosque se encuentran Aki, Kenichi y Kazuma.

Pero no están solos. Frente a ellos hay otro grupo de chicos, cinco concretamente...

Y con ellos está Manabu, aunque de nuevo vestido de una forma curiosa. Es el primero que habla en el vídeo.

"Éstos chicos de aquí son el equipo al cual os enfrentaréis en el Escondite de la Amistad. Dejad que lo diga directamente... ¡este juego va a ser una batalla campal!"

La secuencia se corta y pasa a enfocar a otra persona. Parece que Manabu ha escogido lo que él considera que son los fragmentos más importantes o interesantes de la conversación...

"Uno de nuestros amigos tenía una deuda, así que estamos participando en los Juegos de la Amistad para saldarla."

"Así que ESO es lo que hubiera sucedido si no hubiéramos llegado los cinco al mismo tiempo a la meta... Fue un poco complicado, pero ahora me alegro de que llegáramos los cinco. Tenemos muchas más posibilidades de ganar que ellos."

El vídeo vuelve a sufrir un salto.

"Cada uno de los equipos debe escoger a uno de sus jugadores para que se esconda en este hermoso bosque que os hemos preparado. El resto de jugadores del equipo serán los encargados de buscar a la persona escondida del equipo rival. Fácil, ¿verdad? ¡El equipo que primero encuentre a la persona escondida del equipo contrario será el ganador!"

Y un nuevo corte. Parece que la explicación sigue en marcha, pero sólo Kazuma está escuchándola. Kenichi y Aki se han apartado y cuchichean entre ellos.

"Chicos, lo mejor es esperar a ver cual es la explicación completa, no hagamos planes antes de tiempo, recordad que nos frustrará cualquier intento de "salirnos de su norma" así que intentemos jugar con sus reglas, si no queremos caer en la frustración, ellos son más, pero no mejores."

"Muy bien, escuchemos, pero como no me deje comer, lo mato."

Otro corte.

"En este juego hay algunas cosas que podéis hacer y otras que no. Vamos a empezar por las cosas que están prohibidas, si os parece. ¡Prohibición número uno: atacar a tus enemigos! ¡Queda terminantemente prohibido usar la violencia contra miembros del equipo rival para que revelen la ubicación de la persona de su equipo que se está escondiendo, para que se inclinen a nuestro favor o, en general, para cualquier fin! En resumen, ¡la violencia está totalmente prohibida! 

¡Prohibición número dos: la persona que se está escondiendo no puede cambiar de ubicación! Una vez se haya escondido, esta persona no puede cambiar de escondite. Debe permanecer en el mismo lugar hasta que termine la partida. En caso de que alguien rompa las reglas, la deuda de su equipo se duplicará automáticamente y el equipo quedará eliminado del juego."

Otro corte.

"¡Uno: estar en contacto! Cada uno de los participantes de esta prueba recibirá un teléfono móvil que le permitirá estar en contacto con el resto de participantes de la prueba, sean de su equipo o no. Podéis hablar entre vosotros siempre que queráis. ¡Dos: comer! Una vez comience la prueba podréis comer hasta hartaros de esa mesa de ahí."

Y otro corte.

"¡Tres: rendirse! Los jugadores que tengan que permanecer escondidos son los que peor lo van a pasar en esta prueba, seguro... estarán solos, aburridos, sin poder moverse... ¡su papel es cualquier cosa menos divertido! Así que les proporcionaremos un dispositivo con un botón que llamaremos "el botón de la rendición"."

Y otro más.

"¡Cuatro: cambiar de bando!"

Uno más.

"Lo único que tiene que hacer la persona que quiera cambiar de bando es venir a verme en compañía de un miembro del equipo rival que apoye este cambio. Basta con informarme de ello. ¡Pensadlo bien, porque luego no podréis volver a vuestro equipo original!"

Otro corte, aunque esta vez no es Manabu el que aparece en pantalla.

"Sargento Manabu, yo seré la persona quien se esconde."

"Y yo."

Un nuevo corte, y esta vez se ve al chico de las gafas que sale corriendo del claro con uno de sus compañeros, seguramente para esconderse. Por su lado, se ve a Aki también corriendo, aunque en solitario. La imagen muestra después al chico de las gafas metiéndose en una cueva, y a Aki tumbándose en la hierba.

Un nuevo corte, y...

"¡A partir de ahora da comienzo el Escondite de la Amistad!"

Una musiquilla comienza a sonar de fondo mientras se muestran imágenes de todos los participantes separándose para comenzar a buscar por el bosque. Veis a Kazuma acercándose a un río, mientras que Kenichi se adentra en la vegetación. También veis un bichito posarse en la nariz de Aki y éste espantándolo, con risas enlatadas de fondo.

Después la escena cambia y muestra a Kenichi, a quien está siguiendo un miembro del equipo contrario.

"¿Qué ocurre contigo idiota? ¿Estás buscando novio o acaso tienes miedo de perderte en el bosque y quieres que te tome de la mano mientras te echas a llorar como el marica que eres? Si es lo primero mejor busca en otro lado.

Sin embargo, si es lo segundo, pues tampoco tengo tiempo para ello, porque tengo que buscar a una rata cobarde que se mea en los pantalones y le encanta andar de sopla pollas.

Y, por si no lo has entendido, hablo de ese subnormal amigo tuyo con cara de imbecil."

Se escucha el sonido de exclamaciones de sorpresa de gente, aunque son claramente voces enlatadas. La imagen vuelve a cambiar. Kazuma parece estar charlando amistosamente con un chico del equipo contrario.

"¿Sabéis quien de vosotros es el que necesita liquidez? A mí me da igual quien de mis amigos necesitasen el dinero, pero se que no todo el mundo está de acuerdo."

"Nosotros sí que lo sabemos, claro. Por eso estamos aquí.Nuestro amigo nos pidió ayuda, y se la estamos prestando. Es lo que hacen los amigos. Aunque no esperaba que tuviéramos que enfrentarnos a otro grupo en una situación parecida a la nuestra... Lo siento, pero no podemos perder."

La imagen vuelve a cambiar a Kenichi. Parece la misma conversación que antes.

"Maldita suerte la mía me toco el llorica cobarde incapaz de defender a sus amigos, en fin, si crees que voy a dejar que me sigas eres más idiota de lo que creí.

Sabes, las reglas me impiden atacarte, pero no me prohíben defenderme de ti o de tus amigos, lo que quiere decir que el primero de ustedes que se pase de listo va a recibir tal golpiza que probablemente no se levante.

Estoy deseando golpear a alguien desde hace un buen tiempo, así que, por favor dame un motivo para hacerlo.

Por cierto como se llama tu colega, ese con cara de idiota que se supone que está escondiendo. De seguro tiene un nombre idiota como Miroku, Hiroku, Hikuro o Hiraku, un nombre digno de un perdedor subnormal odiado por sus padres descendiente de traidores y cobardes, muy probablemente hasta fue abandonado por sus padres y se dedica a vender su cuerpo por las noches a ancianos adinerados para tener algo que llevarse a la boca.

Si debe ser un sopla pollas de los buenos, de seguro es él, el infeliz que los metió en este juego insano, gracias a su ambición tú y los demás miembros de tu grupo están metidos en este lío.

El chico que tiene frente a él, mientras tanto, no dice una sola palabra y aguanta impasible todo lo que dice Kenichi... 

Las siguientes imágenes se suceden, y son de Kenichi y Kazuma caminando por el bosque, cerca del río, mirando las copas de los árboles, hablando por teléfono... Multitud de imágenes en las que el tiempo se va sucediendo, haciéndose de noche poco a poco.

De repente aparece la imagen del chico de gafas escondido en la cueva, hablando por teléfono.

"...creerá que ha sido un accidente."

La imagen cambia, y de pronto se muestra a alguien subido a un árbol, atento a alguien que está abajo buscando. El chico que está en el árbol es uno de los del equipo contrario.

Y el chico que está abajo no es otro que Kenichi.

Kenichi parece que está buscando en las copas de los árboles de la zona, como si supiese que hay alguien ahí escondido. Al final llega al árbol donde el chico de naranja está subido, y cuando mira hacia arriba...

El chico de naranja, subido a una de las ramas del árbol, simplemente se deja caer. No salta directamente, sino que se deja caer con todo su peso por delante contra Kenichi, que recibe el impacto y queda sin aliento, tendido en el suelo bajo el chico.

Kenichi recupera el aliento pronto, pero parece dolorido y casi sin aire, medio ido por el golpe que ha recibido y con el otro chico usando su cuerpo para mantenerlo pegado al suelo. Escucháis al chico decir que ha sido un accidente, aunque lo veis presionar aún con más fuerza a Kenichi debajo de él y ofrecerle el teléfono para que llame a su compañero escondido y le diga que salga de su escondite para ayudarle.

Kenichi se niega.

La escena cambia y muestra a dos chicos del equipo contrario peleándose, agarrándose entre ellos y casi pegándose a puñetazo limpio.

Kazuma los observa impasible durante unos segundos, y luego se cuela en una cueva cercana... donde encuentra finalmente al chico escondido de las gafas.

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El vídeo vuelve a cortar su imagen, pero en este momento aparece de nuevo el Manabu con su vestimenta original, muy animado mirando a cámara.

"¡Y eso ha sido todo! ¡Habéis ganado! ¡Bieeeen!"

Manabu alza las manos con alegría.

"¡Enhorabuena, vuestra deuda está casi saldada! ¡Buen trabajo escaqueándoos de la Tercera prueba Miirei-chan y Sayuri-chan!"

Manabu da una vuelta sobre sí mismo y luego señala a cámara.

"¡Pronto recibiréis nuevas instrucciones, pero recordad que no podéis hablar con nadie de esto, ¿eh?! ¡Sed buenas chicas! ¡Nos vemos!"

Manabu se despide saludando a cámara y la imagen funde a negro... Pero un momento, parece que aún queda algo más.

Las letras aparecen en pantalla justo antes de que la imagen del chico de naranja dejándose caer sobre Kenichi a propósito del árbol comience a repetirse en bucle mientras se escucha la voz de Manabu.

"¡Bienvenidas a la Encuesta, Miirei-chan y Sayuri-chan! Se trata de una encuesta muy sencilla, dejad que os lo explique..."

La imagen cambia a cuando Manabu vestido de militar estaba explicando las normas.

"Seguramente recordéis la primera de las normas del Escondite de la Amistad... ¿verdad? Si no es así, dejaré que la escuchéis de nuevo."

"¡Prohibición número uno: atacar a tus enemigos! ¡Queda terminantemente prohibido usar la violencia contra miembros del equipo rival para que revelen la ubicación de la persona de su equipo que se está escondiendo, para que se inclinen a nuestro favor o, en general, para cualquier fin! En resumen, ¡la violencia está totalmente prohibida!"

La imagen vuelve a cambiar ahora al chico de naranja dejándose caer sobre Kenichi, en bucle.

"¡Ya lo habéis oído! La primera de las normas implica que no se puede usar la violencia contra los miembros del equipo rival, pero... ¡la Organización de los Juegos ha encontrado de nuevo un vacío legal!"

La imagen hace un pequeño zoom en el chico de naranja.

"Como veis, este chico, cuyo nombre es Tetsuya-kun, no usa exactamente la violencia sobre Kenichi-kun... no lo está golpeando, no lo está atacando... ¡sólo se deja caer! Por eso la prueba ha terminado y no hemos podido decirle nada al respecto. ¡Pero la Organización sigue sin estar del todo satisfecha con la situación!"

La imagen cambia a Kenichi recibiendo la caída del chico sobre su cuerpo, quedándose sin aire y claramente con dolor.

"¡Por eso queríamos pediros vuestra opinión! Esta encuesta se la estamos haciendo a varios grupos de participantes de los Juegos de la Amistad... ¡pero vuestra opinión es de las máaaaaaaaaaas importantes de todas!"

La imagen muestra de nuevo a Manabu extendiendo los brazos mientras alarga la palabra "más", y luego señala a cámara.

"¡Así que esa es la encuesta! Teniendo en cuenta que la primera norma prohíbe usar la violencia contra los miembros del equipo rival, y teniendo en cuenta que Tetsuya-kun sólo se dejó caer sobre Kenichi-kun... ¿creéis que su acto es penalizable?"

Manabu se aparta un poco de pantalla apresuradamente, a tiempo para dejar ver en pantalla un texto.

El vídeo termina, esta vez sí, con Manabu asomando la cabeza y despidiéndose agitando su mano frente a la cámara...

Una vez en su casa y después de haber saludado a su nada preocupada madre, Miirei se encerro en su habitación para por un momento respirar y pensar en todo lo ocurrido... pero por desgracia, tan solo podía pensar en la cara dormida de Sayuri mientras sus mejillas enrojecían poco a poco. Quería recordar ese momento toda su vida: la primera vez que dormió junto a Sayuri, la primera vez que vió a Sayuri antes de despertar.

Pero por desgracia, todo eso tenía que acabar. Aquel mensaje que abrió Miirei esperandose lo peor, contenía un monton de golpes que hizo que la sonrisa de la pelirrosa se fuera en un segundo. - Kenichi... Aki... Kazuma... Lo siento - decía mientras veía todo el video de principio a fin llegando a la conclusión de un par de cosas:

-¿Manabu nos mintió? Esa prueba no parece dura - hablaba consigo misma para tratar de buscarle logica a todo le video - Además había comida y... Bueno... igual lo decía por todos los chicos y... - Su cara se sorprendió al ver como uno del equipo rival cayó encima de Kenichi - ¡Kenichi! Mierda... no puede ser verdad. Espero que esté bien.

Y la última cosa a la que llegó a la conclusión era: - ¿Esta es la encuesta? Está claro de que ha sido violencia... - Se lo pensó un poco mejor. - Kenichi se lo merece, por ser tan agresivo pero... Se supone que es mi amigo... ¿Como se supone que la opinión de nuestro propio equipo es la mejor? - y al mismo tiempo empezó a sentirse culpable - Si tan solo hubieramos cumplido el maldito trato del principio... Soy horrible - Y esta vez no tenía a Sayuri para calmarse - Tengo que calmarme y responder, sino a saber que ocurrirá. - Tras todo el pensamiento y la decisión y ver de nuevo el video con la culpa en su interior, se decidió.

En mi opinión... Creo que tetsuya-kun lo hizo a drede. He tenido que rever el video de nuevo para confirmarlo pero... Creo que lo hizo a drede, a pesar de que se disculpara luego.

Tras juguetear un poco con el dedo moviendolo alrededor del boton de enviar, lo pulsó - Y si tenemos que seguir compitiendo... es mejor que vayamos por delante ante todos los grupos que pueda haber... Me pregunto que habrá respondido Sayuri-chan