Partida Rol por web

El sacerdote avanza resuletamente hacia las escaleras. Éstas descienden en espiral hacia una profundidad considerable, quizás dos o tres pisos. Al fondo de todo puede verse el comienzo de un amplio túnel, que parece estar iluminado.

Yo bajo con el sacerdote, con la pistola apuntando hacia adelante.

Calmidorian que habia permanecido callado y silencioso tras sus obligados compañeros, observaba atonito y por primera vez ajeno a todo lo demas, a la majestuosidad que mostraba aquel techo, solo las palabras de Justin las cuales resonaron en toda la hueca estancia parecieron despertarle.

Observo, calibro y preparo su nueva arma adquirida antes de partir y satisfecho de ello increpo a los demas en continuar adelante.
-Vamos avanzar yo cubrire vuestra repaguardia, no perdamos mas tiempo, este lugar no es seguro.

-Hay un tunel con luz...vamos daos prisa. Espero que no sea demasiado tarde...si es que podemos hacer algo.

El sonido mecánico le resulta tranquilizador, aunque todo lo que le rodea le avisa de lo contrario. Kuklo observa las formas lumínicas de las cristaleras superiores. No piensa en nada, no tiene hipótesis. Luego, detrás de Meixar y de Justin, comienza a bajar las escaleras.

El grupo desciende silenciosamente las escaleras. El ruido que escuchaban desde el exterior se escucha ahora mucho más alto, atronador... Los viajeros encuentran incluso difícil hablar entre ellos si no es a gritos.

El pasillo de piedra está, efectivamente, iluminado a intervalos regulares. Pese a lo extraño de toda la situación la iluminación procede de algo tan prosaico como son lámparas halógenas dispuestas en huecos de la pared y conectadas entre sí por un entramado de cables. Un poco más adelante el túnel parece abrirse a una gran caverna. Con sumo cuidado el grupo avanza atento a cualquier movimiento extraño o cualquier señal de alarma.

Al llegar al final del túnel contemplan una curiosa visión: una cámara colosal, de un tamaño que podría albergar en su interior a toda una ciudad. Y quizás eso sea lo que hace, porque se pueden ver diversas estructuras de piedra por todo el lugar que bien podrían ser edificios de una planta. Sobre ellos hay máquinas con enormes engranajes, que son las que producen el demencial ruido que lo inunda todo. Las máquinas están conectadas por enormes cables entre sí, de forma que los cables forman una suerte de puentes que enlazan las edificaciones.

Por las calles que forman las estructuras de piedra puede verse a gente: humanos. Todos están escuálidos y mal vestidos con harapos. Vagan de un lado a otro de la 'ciudad' con aspecto de almas en pena, algunos de ellos llevando unos carros cargados con piedras de color oscuro que parecen irradiar algún tipo de brillo.

Hay otro tipo de seres en las calles. Son unos seres humanoides de gran tamaño, vestidos con armaduras completas que cubren todos sus rasgos. Deben medir, a ojo de buen cubero, unos tres metros de alto. Podrían ser vorox si no fuera porque no tienen brazos adicionales. Están armados con unos enormes rifles blaster y parecen vigilar a los humanos. Desde su situación en lo alto del túnel los aventureros pueden contar a media docena de estos imponentes seres.

Al otro lado de la 'ciudad' puede verse otro enorme túnel, tan amplio que podría coger una nave de pequeña envergadura por él. Toda la maraña de cables parece desembocar en ese túnel y seguir por las paredes hacia un destino desconocido.

El techo de la enorme cámara forma una especie de chimenea natural, iluminada al igual que todo lo demás por un sinfín de focos halógenos.

Para descender desde el túnel a la base de la ciudad de piedra hay unas escaleras de gran tamaño, similares a las que ya ha usado el grupo para llegar hasta aquí, solo que en lugar de bajar en forma de espiral lo hacen pegadas a la pared.

-Por el Pancreator qué demonios es esto!! hay que hacer algo...

dice en susurros el sacerdote

Seth, que avanzó en segunda línea junto al gannok, se ha colocado rodilla en tierra sin salir del túnel, o sólo lo necesario para ver aquel coloso digno del mayor sueño ukar. Quizá no sólo por el tamaño, sino también por el esclavismo humano. Se fija si hay alguno de los suyos entre el grupo de esclavos, pero no le pone demasiado afán. Está más interesado en hacer un buen esquema de la situación. Esclavos, esclavistas. Es la única diferencia...aunque algún humano no demasiado lejano no lo vería tan claro.

Tiene su arma lista y no mira hacia ningún lugar al que no apunte. El ruido es muy molesto, pero Seth se obliga a ignorarlo. Se pregunta si esos seres serán sordos.

Varias ideas rondan su cabeza, pero no propone nada. Permanece atento al exterior tanto como a sus compañeros y sus reacciones. Ahora es momento de observar. Todavía no puede decidirse mucho. Concentra finalmente su atención en la inmensidad, en los movimientos de los guardianes, en los de los esclavos, aunque le interesen menos, y en la distribución general.

Por costumbre, busca patrones de actuación. Es evidente que no puede simplificar tanto como para ver a los guardianes como animales...pero toda actividad rutinaria genera mecanicidad. Harán los mismos movimientos o repetirán algo, de alguna manera. Es cuestión de estar atento para averiguarlo...y aprender de ello. Finalmente susurra al gannok, o a quien tenga cerca para no hablar demasiado alto, a pesar de que el ruido pudiera tapar lo que dice.

- Habría que mirar si hay cámaras o algún detector. No parece que nos haya localizado nadie...pero nunca se sabe...y aquí menos que en ningún sitio.

Como si quisiera ser buen ejemplo, dirige su vista aquí y allí, a las alturas y las paredes, buscando cámaras flotantes, fijas y todo lo que pudiera parecerse.

Ante las palabras del Ukar todos miran a su alrededor con la esperanza de distinguir alguna cámara o mecanismo de vigilancia. Todos se dan cuenta que en algunas esquinas de las construcciones de piedra hay algunas cámaras en puntos espaciados... Los guardianes permanecen inmóviles en todo momentos.

-Impresionante. Nunca había visto nada semejante. Sin embargo, no es la idea que podría tener de un...infierno, o de donde quiera que pudieran habitar una hueste de demonios malignos. De lo que no cabe duda, es de que aquí las leyes de restricción tecnológica no se llevan muy a rajatabla. Deberíamos intentar pasar desapercibidos si es que aún estamos a tiempo de hacerlo.

Justin se detiene un momento a escuchar, si es que puede, la lengua en la que habla la gente local.

-Veis compañeros como la iglesia tiene razçon...la tecnología solo trae mal...ellos son fruto de ella.

Es imposible escuchar nada salvo el terrible estruendo de la maquinaria. Incluso para comunicarse entre ellos los del grupo tienen que alzar la voz bastante... Sin embargo Justin tiene la sensación de que aunque todo estuviese en silencio no escucharía nada: los humanos no parecen mover los labios en ningún momento. De hecho cuando dos de ellos se cruzan ni siquiera se miran. Su vista parece estar siempre perdida en el suelo.

-No saque conclusiones precipitadas, padre Meixar. Por su cara empiezo a pensar que estas personas son víctimas de aquellos que controlan esta diabólica maquinaria.

El ukar sonríe la perorata del sacerdote. Todo es una herramienta. No es mala ni buena hasta que un ser consciente y racional le imprime moral con su uso. La tecnología puede ser buena o mala...la religión también. Y por otro lado, el bien y el mal dependen del punto de vista, del lado de la balanza...

Seth agradece a Meixar que le haya dado otro tema para poder concentrarse mejor. El ruido enturbia los sentidos, pero el ukar lo ignora. Busca en su equipo por si tuviera algún tipo de visor que le permitiera sacar más información.

De no ser así, tocaría comenzar a moverse, o a pensar en algo...con ese ruido.

- Kuklo - se dirige al gannok -, ¿sabes qué pueden esas construcciónes? ¿Crees que podrían ser algún tipo de generadores, o condensadores? ¿Quizá almacenan energía o la reinvierten? ¿Qué te parece?

Al igual que pregunta, su propia mente busca una respuesta. No parece nada como lo que ha visto hasta ahora, pero Seth tiene imaginación, y por establecer una teoría no se pierde nada...

Ante las palabras del Ukar Kuklo se concentra intentando encontrar una similitud entre esos enormes aparatos y algo que haya visto en el pasado. Desgraciadamente nunca ha visto una combinación de tecnología tan irracional como esa: ni en teoría ni en práctica. Le da la sensación de que esos aparatos solo sirven para hacer un ruido infernal.

Kuklo contempla el paisaje y la maquinaria superior. Escucha también con gran atención las palabras de sus compañeros por si pueden darle una pista, pero pronto las descarta. Es casi gracioso contemplar la mermada -porque se encuentra encogido debido a su estado de alerta- imagen del gannok aferrado a su arma con más fuerza de lo que antes lo hacía a sus herramientas. Sus ojos se mueven a toda velocidad buscando alguna pista.

- Kuklo no entiende la finalidad de esas máquinas -por su tono de voz os da la impresión de que, de ser humano, su cara estaría muy pálida - Aunque el infierno no parece... Creo que la solución al problema la encontraría este grupo al final del tunel en el que desembocan los cables.

Parece claro que no le gusta la opción. Su mirada busca incluso la posibilidad de que algún conjunto de cables le pueda permitir atravesar la triste ciudad sin tocar el suelo, como hacía en los bosques de su mundo natal.

Detrás de él, la entrada por la que han llegado hasta aquí parece tan atrayente...

Calmidorian al verse rodeado de tal majestuosa a la vez que mostruosas edificaciones tecnologicas no pudo evitar, soltar un ligero bufido ante la vision de sus ojos.

Miro entonces todo recoveco que tuviese una camara vigilando el lugar cerciorandose de que realmente estaban en funcionamiento, luego u nuevo vistazo al arma que acunaba y nuevamente alzo la mirada hacia sus compañeros.

-No hay mucha mas opcion que seguir hacia delante, pero es evidente que vamos a tener muchos problemas a partir del primer paso.

Dijo simplemente desde la ultima posicion, justo a donde miro el Gannok por un instante, devolviendole la mirada, tan vacia como la del alienigena.

La mirada de Kuklo reposaba sobre los cables. Formaban tupidas marañas comparables, efectivamente, con las lianas de su planeta natal. Y no parecían metálicos. De hecho estaban recubiertos de material aislante. Uno de ellos incluso llegaba a la zona donde se encontraba el grupo, formando un tendido con la pared y uno de los primeros edificios.

Calmidorian observó con cautela las cámaras. Todas parecían operativas, pero en su mente militar ya veía un posible trazado que les llevaría hasta el primero de los edificios del conjunto sin pasar por zonas detectadas por cámaras. ¿Qué vigilaban realmente esas cámaras? No estaban en todas las zonas de paso, y la verdad es que aquellos restos humanos que vagaban realizando sus trabajo sin levantar la mirada no parecían excesivamente dispuestos para la rebelión o la huida.

-Bueno, es posible que si intentamos comportarnos como el resto de la gente, podamos pasar desapercibidos y intentar averiguar qué es esto y qué es lo que ha pasado. ¿Vamos?.