Partida Rol por web

Desde los rincones de todo el imperio de Umbría, han viajado caballeros de todos los reinos al castillo del emperador, para participar en este torneo.

Las calles están llenas de actividades festivas y de todo tipo de puestos del mercado, que ahora adornan los caminos del castillo que llevan hasta el campo de duelos, donde se celebrará este magnífico evento...

Y solo los 8 mejores y más hábiles Caballeros lograron pasar a la gran final...

Damas y Caballeros, niños y niñas del Imperio de Umbría, tengo el honor y el placer de presentaros a los 8 seleccionados para este gran torneo, donde el mismísimo emperador, honrará a los campeones de cada Duelos, con un puesto como Escolta dorado de su eminencia, el cargo más querido, honorable y ansiado por cualquier caballero del imperio...

La primera prueba que realizaremos será el duelo de Tiro con arco, donde todos los caballeros demostrarán su habilidad con el arco y flechas en varias rondas eliminatorias donde la dificultad se irá incrementando a medida de que vayáis clasificando para la siguiente ronda... los participantes serán:

• Sir Loras Tyrell, Señor de Altojardín, El Caballero de la rosa.
• Sir Rolland Blood, caballero del reino de Xampat, El Caballero de la Sangre.
• Don Fernando de Aguilar caballero del reino de Castilla, El Caballero del Aguila.
• Sir Markus Gurnasson, Campeón de los baldíos helados del reino de Northrend, El Caballero del Crespúsculo.
• Sir Pac Semper Caballero del reino de Aureba, El Caballero del Unicornio.
• Sir Baldor de Lacre Caballero Andante del reino de Powyn, El Caballero Errante.
• Sir Arthur Phillip Donovan, Vizconde de Morcef, Duque de Belford, Señor de la isla Mujeres del Reino de Naztal, El Caballero libre.
• Sir Wolfang Comrad, Duque de Galaica, del Reino del Norte, El Caballero Lobo.

Caballeros, tomen sus arcos y carcajes y preparaos en la línea de tiro...

Vuestro primer objetivo estará a 5 metros de distancia, lanzareis 3 flechas por ronda, eliminándose aquel que no logre acertar en el objetivo... Cuando suene el cuerno podéis comenzar...

¡¡¡BBRRRRRUUUUUUUUUUUUUUUUBBRUUUUUUHHHHHH!!!

Sin grandes alardes sir Baldor se coloco en línea con sus contrincantes.

No era por la victoría y el premio... bueno no era sólo por la victoria y el premio.

Era una prueba de las capacidades marciales de cada uno y aquí no tendría en cuenta que fuera un hijo menor de un hijo menor sin posibilidades de heredar.

De hecho seguro que se le daba mejor que a todos esos niños mimados pues él no había practicado para poses y torneos si no que su habilidad provenía del duro día a día intentando sobrevivir y ver el siguiente.

Con eso en mente tenso el arco, designo a su objetivo, apunto la flecha al mismo y acto seguido salio volando para ser seguida por otras dos.

Dos dianas en el centro y uno que se había quedado muy al borde. Estaba muy enfadado consigo mísmo pues sabía que podía hacerlo mejor.

Era casí imposible que alguien fallará a esa distancia.

Asombrado ante la gran destreza del Caballero Errante a punto estuvo de errar.3 flechas en linea, Una en la parte superior del blanco, otra tan abajo que casi pareciera en le borde. El sudor se escurre por su espalda, un tiro fácil, solo eso. Un blanco en el centro de la diana... Perfecto.

Observando a los caballeros como acertaban comodamente con la diana, sir Rolland no pudo evitar sentirse algo tenso, sabía que el tiro con arco no era una de sus especialidades pero intentaría acertar en el blanco.

Una vez cogió el arco y relajó su brazo, la tensión desapareció y consiguió incrustar las flechas en su objetivo; no erró ninguna.

Me coloco en la línea y observo como cada caballero tensa la cuerda y dispara las flechas, acertando todas las veces. Es mi turno, soy el cuarto de la fila y me toca tirar. Me concentro, tenso la cuerda lentamente, apunto y disparo. Primero acierto justo en el borde de la diana, después acierto un poco más adentro, y en el último tiro parece que mi suerte mejora bastante y le doy justo al blanco.

Tensé la cuerda de mi arco y me dispuse a lanzar sin demasiada concentración. Confiaba en mi destreza, por lo que suponía que muchos de mis rivales no estarian a la altura.

El caballero del águila  no estaba nervioso, sabia que esa prueba no era la suya y que seria eliminado rapidamente, aunque no por ello iba a dejar ganar a los otros sin mas, lo haría lo mejor que pudiera. 

Don Fernando observo como iban disparando sus contrincantes  y cundo llego su turno afianzó los pies en la tierra y disparó. La primera flecha se clavo en el borde de la diana, la segunda se acerco al centro y la tercera fue un tiro casi perfecto.

El caballero Lobo saca su arco y sin mirar a nadie dispara su primera flecha que pasa rozando la diana, pero errando... en las tribunas se puede escuchar los -¡¡HHUUUUUYYYY¡!!-, acompañado de algunas risas y burlas, la siguiente flecha dio justo en el centro, dejando callados a aquello que se mofaban de él y que ahora le aplaudían, l tercera flecha la lanzó sin desdén al suelo, pues sabía que había pasado a la siguiente ronda...

-"Todos los participantes han pasado a la siguiente ronda"-, el publico comienza a aplaudir y vitorear, mientras el jurado hacia un gesto con sus manos a los ayudantes de terreno y esto comienzan a mover todas las dianas más atrás de la posición en la que se encontraban...

-"Bueno, bueno, querido público parece ser que tenemos entre nosotros a 8 magníficos arqueros, pero esta vez las cosas serán más difíciles, sus objetivos se encontrarán a 8 metros de distancia, caballeros, querido público, ¡¡¡Que comience la segunda ronda...!!!"-

Sin tiempo que perder, el caballero de la Sangre se adelantó al resto y lanzó con prisa sus flechas rápidamente, no acertando en la diana la segunda de ellas, pero por lo menos sí pasó a la siguiente ronda, y habiendo visto la primera tanda de disparos, se había fijado bien en que algunos de sus rivales quizá no tuvieran la misma suerte.

Bueno, pues parece ser que mis contrincantes no son mancos, así que tendré que centrarme un poco más. Miro, apunto con un poco más de esmero y zaaaassssss.

-Bueno, no está mal, con esto valdrá para ir pasando rondas.

Miré a mi alrededor, la muchedumbre se agolpaba y me viteoreaba, pero entre todo ese gentío un bello rostro me sonreía, no tuve dudas y le honré con mis dos lanzamientos certeros.

Bueno a ver que tal esta segunda ronda.

Sin esperar a ser de los últimos en disparar en esta ocasión, dispuso la primera flecha en el arco, estiro la cuerda y concentrándose en la diana soltó la cuerda. La flecha voló directa al centro de la diana, esto pillo por sorpresa al propio caballero, ya que el tiro con arco no era su fuerte.

Con la emoción de un tiro perfecto y los vítores sonando en todas las gradas se precipitó y el segundo disparo dio en el borde de la diana y salio desviada hacía la izquierda. En esta ocasión el sonido fue distinto, algún abucheo y algunas risas.

Pero el tercer disparo se clavo justo al lado de la primera flecha y los vítores volvieron a las gargantas de todos los presentes. El caballero saludo con una sonrisa alzando el arco por encima de su cabeza.

Ya veremos como se me da la tercera ronda.

Sir Wolfang no era un especialista en el tiro con arco, y de hecho sabía que no era su fuerte. No era la prueba a la que el iba a competir, precisamente. Así que cuando falló todas las flechas de la segunda salva, no se sintió para nada nervioso cuando la muchedumbre le abucheó.

"Tiempo al tiempo, veremos quién acaba con mejor puntuación el torneo. Esta no era mi prueba, desde luego."

A pesar de que la muchedumbre lo abucheaba, no tuvo ningún problema en inclinarse hacia ellos en un movimiento exagerado y claramente sarcástico, que daba a entender lo poco que le importaba que le abucheasen, y lo mucho que se reía de los que lo hacían. A continuación, se retiró a ver como sus compañeros disparaban las flechas en busca del centro de la diana.

Segunda ronda, más esfuerzo, más concentración, pero no más nervios, aún quedaban unas cuantas y si empezaba así no iría a ninguna parte, así que me concentro en la diana, tenso la cuerda, apunto y disparo, acierto casi en el centro. Vuelvo a repetir la operación pero esa vez no hay suerte y le doy al bloque de paja que hay detrás, suspiro. Y por última vez hago la operación de antes, y esta vez la suerte me sonríe y acierto en el centro de la diana. Sonrío, apoyo el arco en el suelo y me apoyo en él, esperando a los últimos contrincantes.