Partida Rol por web

¡Cachis! ¿que ha pasado?....Ésto, Duro, Terremoto. Me Había emocionado demasiado con una estrategia típica de mi pokémon sin contar con el adversario: sin duda un error de novata que esperaba no me pasara factura.

-¡Venga Duscolps! ¡Rayo confuso!

I'Il se dió cuenta de que había comentido un terrible fallo con el movimiento anterior. Era en esos momentos donde dejaba claro su condición de novata y la edad que tenía. Pero a pesar de ello, supo bien crecer ante su error y sin volver a empeñarse en repetir el movimiento, decidió cambiar de estrategia, mandando a Golurk crear un potente terremoto que sacudió todo el terreno de batalla.

Los espectadores tuvieron que sujetarse a las barandillas y reposabrazos para no caer al suelo, pues la vibración era tal que todo comenzaba a temblar.

Las grietas que generaba con cada movimiento agujereaban el terreno, hasta que en determinado momento una de ellas tragó al pokémon fantasma de Shun, dejándolo gravemente herido.

Shun ordenó a su pokémon reponerse con velocidad, y éste antes de salir de la grieta mandó un potente rayo oscuro contra su rival. Después el pokémon salió del agujero para comprobar que Golurk había sucumbido ante la confusión de su movimiento y ahora miraba a su entrenador con ojos de desconcierto.

Erika debía ser firme y clara con sus movimientos, o sino, era muy probable que Golurk no lograse obedecerle y aquello podría suponer un terrible problema.

La pequeña erika torció los labios  preocupada pues sabía muy bien el potencial destrozo que la confusón podía ejercer en un combate. Cruzó los dedos y se dirigió con optimismo a Duro. Aguanta, Duro, no te dejes llevar ¡terremoto!

El combate tiene toda la pitna de que va a salir todo bastante mal, pero aun así tengo qu eintentarlo.

-Dusclops, ¡De nuevo realiza tu ataque tinieblas!

Tal y como Shun temía, aquello terminó bastante mal y a pesar de que I'il había cometido un grave error con uno de sus movimientos, supo reponerse ante el error y con gran velocidad obligó a Golurk a repetir el movimiento anterior. Dusclops fue incapaz de aguantar otro envite como aquel y cayó de nuevo dentro de unas de las grietas que el pokémon había materializado.

Finalmente el resultado fue que Erika había logrado una nueva victoria y que su rival ya solo tenía un pokémon con el que vencer y aquello suponía prácticamente una victoria para la jovencita. Aunque, si algo habían aprendido ambos entrenadores es que ningún combate estaba perdido hasta que el árbitro lo decidiese.

Por eso, todo el público comenzó a aplaudir y a vitorear a Shun. Sabían que él podía ofrecerles un gran espectáculos y quizá ellos pudiesen animar al chico que ahora parecía algo decaído por la situación del encuentro.

Dirijo el rayo de la pokeball a Duscolps maldiciendo el curso que está llevando la batalla. La suerte de la niña está haciendo que mis pokémon se estén dando de golpe contra los suyos... inicialmente Chansey había mejorado su capacidad de supervivencia, y aun con esass, no falló un golpe. Después, estando confuso... igual.

Suspiro, al menos espero poder acabar con ese pokémon suyo, aunque ya no con el combate, a si que mi elección es clara.

-¡Seadra adelante! ¡Adelante ataque ventisca!

Hasta ahora me había saldio bien las cosas. Era probable que no volvier a aocurrir, pero debñia confiar en mis pokémon. Un último esfuerzo Duro; ¡Puño drenaje!

Shun suspiró preocupado por el cariz que comenzaba a tomar aquel encuentro, y aunque parecía empezar a asimilar una futura derrota, y tomar conciencia de que una vez más, no llegaría a la Gran final, decidió no rendirse todavía y dar todo lo que estuviera en sus manos.

Llevó su mano a la última pokéball del encuentro, y lanzándola al aire dejó que saliera su pokémon de agua favorito, un precioso y bello Seadra cuya elegancia y velocidad fascinó a todos los espectadores.

El Gran Duro todavía seguía confundido y Seadra fue, esta vez, más rápido que él y entonces, el pokémon de agua lanzó un potente chorro de hielo al cielo, que pronto se transformó en una gran lluvia helada y los finos cristales cayeron sobre el pokémon de I'il que por mucho que se empeñaba en esquivar, no lo logró y quedó muy mal herido.

A pesar de las heridas y de su confuso estado, Golurk se puso en pie y golpeó firmemente a su rival con un duro golpe que además absorbió parte de las frescas energía de Seadra, pero si Seadra repetía semejante movimiento, era muy probable que aún así, Golurk no sobreviviese.

Ese movimiento lucha había reducido aún más mis posibilidades de sobrevivir, pero al menos Duro caería.... ¡Lo juro!

-Seadra, adelante con tu ataque Salmuera ¡Haz caer a ese pokémon!

Venga Duro, has hecho suficiente. La jovencita apunto con su pokéball para hacer volver a su vapuleado y mojado Golurk; que de todas maneras había logrado debilitar  ados de sus rivales.

¡Sonya, es tu turno!. Es cuanto dijo al aparecer desde otra de las pokéball la mole inmensa y puntiaguda de su ferrothorn.

Erika había visto como su Golurk había sido machado contra el Seadra de Shun y no estaba dispuesto a verlo como se debilitaba, así que en un absoluto gesto de caridad con su pokémon y arriesgándose a perder un movimiento de su compañero, decidió pararse a recogerlo y enviar al cambo de batalla a otro de sus duros pokémon.

Ferrothorn era uno de los pokémon más duros de tipo planta, su cuerpo férreo le hacían tener una máxima defensa y a pesar de que el chorro ardiente de Seadra parecía ser suficientemente potente, este no llegó a derretir ni si quiera un poco de su caparazón.

Shun tendría que esforzarse con su Seadra y darlo todo con él. I'il había sacado a un duro adversario y ya no tenía más pokémon con lo que pensar en una estrategia.

Asiento complacido por el cambio de pokémon del a joven, al menos le he hecho retirar a uno de sus pokémon, y tendré que vovler a hacerlo.

-Seadra, ¡Adelante ataque Ventisca!

Bueno casi era como si comenzara un nuevo combate, y parecia que mi contrncante había recuperado la sonrisa; quizás me hubiera equivocado y guardara un as en la manga su pokémon, pero tenía claros mis movimientos. Sonya, ¡ataque tóxico!

Seadra fue mucho más rápido que el pokémon de Erika y fue la primera en efectuar un movimiento, comenzó a lanzar chorros de agua hacia el cielo y después saltó para dar vueltas a su alrededor, una gran nube se formó en lo alto del estadio haciendo que empezase a caer una gran ventisca. La temperatura del estadio descendió bastantes grados y Ferrothorn pudo notar como su cuerpo de acero se volvía frío y se cubría de escarcha.

En cuanto Seadra tomó contacto de nuevo con el campo, Ferrothorn lanzó gran cantidad de púas sobre él, cargadas de un líquido morado brillante y apestoso. Las espinas se clavaron en el frágil cuerpo del dragón de agua, provocándole así un mal estar general. Seadra había sido intoxicado y ahora el tiempo corría en su contra. Afortunadamente era un pokémon lo suficientemente rápido como para que le diera tiempo suficiente para vencer a su rival.

Por si acaso, y a pesar de que el combate parecía decidido, el público no dejó de animar ni un solo segundo a ambos contendientes. Querían ver aquel espectáculo y sobre todo comprobar, hasta donde podían llegar ambos entrenadores.

-¡Venga Seadra! ¡Necesitamos otra ventisca! ¡Tiene sque acabar con él!

Pobre Sonya, siempre le pasan éstas cosas; supongo que no le importará. Eran cosas que pensaba Erika mentrás contemplaba los resultados del combate; ya había demostrado que trataba de ue no se debilitasen sus pokémon pero en éta ocsión parecía ineludible. Suspiró y gritó animada. ¡Sonya, la victoria es tuya!...¡EXPLOSIÓN!