Partida Rol por web

¡La segunda ronda daba comienzo con este combate! Por un lado, aparecía Chihiro, una joven que había dado mucho que hablar por su forma de combatir y su espectacular estrategia. Por otro, Mike, que había derrotado con increíble habilidad a la finalista del anterior torneo. ¡El espectáculo y la diversión estaba más que servido!

El público clamaba mientras que el estadio se mostraba.

Las compuertas que había bajo los atriles de ambos entrenadores se abrieron y tras ellas apareció un campo usual. Esta vez ningún pokémon se vería beneficiado por las condiciones del terreno de batalla.

Una nueva señal del árbitro hizo que los técnicos escogieran el clima con el que se empezaría, siendo también un clima habitual y sin temperaturas extremas.

El campo no me era favorable, pero tampoco me perjudicaba, así que todo dependía de mí y de mis pokemon, y confiaba en mi mismo para aquello, así que en cuanto entre al campo salude a la gente con la mano y mire a mi rival, se trataba de la segunda chica a la que me enfrentaba, si bien la primera me había costado, y ya había aprendido que las apariencias podían engañar así que me tomaría en serio el combate desde el principio.

Confiaba en comenzar con buen pié así que volví a sacar a mi Froakie al campo de batalla en primer lugar - Froakie! Te elijo a ti! - Grito lanzando la pokeball y saliendo mi pokemon listo para el combate.

Chihiro sonrió al ver a su rival. Esperaba encontrarse con la pequeña Erika. Chihiro había estado viendo por la televisión el torneo del año anterior, y aquella pequeña había dado mucho que hablar. Era una completa novata y había llegado hasta la final. Pero, sorprendentemente, esta vez no había pasado del primer asalto. Chihiro se había pasado buena parte del descanso que le había tocado estudiando los pokémon y los movimientos que llevó I'ill al anterior torneo. Ahora se vio frustrada al darse cuenta que tenía frente a ella a un completo desconocido.

Chihiro tanteó sus pokéballs, a pesar de que sabía quién iba a sacar para aquel combate, le gustaba hacer aquello como si fuera un ritual. Contempló a su rival, había logrado pasar de ronda, así que no se trataría de ningún adversario fácil de derrotar.

Sonrió, en el primer combate le había resultado especialmente útil. Así que esta vez repetiría la estrategia. ¡Adelante Bunny, veamos de qué es capaz nuestro adversario!

Dijo mientras un rayo rojo dejaba suelto a un pequeño conejo de grandes orejas, casi del tamaño de su cuerpo. El pokémon poseía un par de dientes bien afilados y estaba muy sonriente.

Luego Chihiro miró directamente a los ojos de su rival y le gritó: ¡Mucha suerte Mike! ¡Me ha sorprendido que derrotaras a I'ill Erika! ¡Es una adversaria formidable! ¡Veamos de lo que eres capaz! Nosotras ya estamos listas, enséñanos de lo que eres capaz. ¡Buena suerte!

El combate de la segunda ronda acababa de empezar. Mike y Chihiro habían elegido sacar a sus fieles amigos, aquellos que habían dado tanto en el combate anterior. El público ya los conocía, y estaban ansiosos por ver ese combate. Ambos entrenadores habían demostrado gran capacidad de combate, y todos esperaban que este fuera mejor que los anteriores.

Asiento sonriendo y mandando un saludo a mi contrincante - Lo mismo digo! Que gane el mejor! - Veo como mi Froakie esta listo para la batalla y espera ansioso que le mande su primera acción. Así que miro al pokemon rival, lo conocía bien, aunque no me parecía de los más poderosos sabía que si mi rival lo tenía en su equipo era por algo...

Así que despues de pensar concienzudamente mi primer movimiento ordeno a mi Froakie que salte alto - Froakie! Salta y usa Golpe Aereo! - Digo y al instante Froakie salta muy alto y empieza a caer en picado dirigiendose a su rival como si de un verdadero pokemon volador se tratara.

Froakie, agua. Un pokémon más que de sobra conocido. Y para Bunny aquello era un rival fácil de derrotar. No te preocupes por él. Le dijo a su pequeña. Esquívalo y ponte a frotar tus orejas como aprendimos. Dice mientras el pokémon obedece sus órdenes y una serie de chispas comienzan a formarse. ¡Y ahora! ¡Adelante! ¡Voltio cruel!

Chihiro sabía más que de sobra que Froakie era una adversario muy rápido y temido. De los pokemon iniciales que un entrenador de Kalos podía elegir, era sin duda el más eficaz. Debía andarse con cuidado, puesto que ese pokemon podría ser parte importante de la estrategia de Mike.

Los pokémon se movieron con gran velocidad por el campo de batalla, midiendo sus potenciales. Chocaban entre ellos varias veces, comparando fuerzas.

Al final, Froakie saltó. Fue tan alto que se camufló con el sol y Bunnelby no podía distinguirle. Cuando se quiso dar cuenta, el pokémon rana caía desde lo alto del cielo con una velocidad increíble, impactando contra el pokémon conejo.

Pero, apesar de aquel increíble golpe, Bunnelby no se rindió. Comenzó a frotar sus orejas, aumentando la velocidad a cada segundo. Chispas de energía empezaron a brotar y rodearon el cuerpo del conejo. Al final, un mar eléctrico se lanzó a por Froakie, lanzándolo por los aires y estampándolo contra la pared del campo. El pokémon de Mike había sido debilitado, pero Bunnelby acababa de sufrir las consecuencias de un ataque tan poderoso.

Mi Froakie hizo un buen movimiento, y esperaba que con el cambio de tipo de Froakie poder resistir un poco el primer envite de del Bunnelby, pero no podía haber una pifia más gorda, pues el ataque que uso despues el Bunnelby si de por si fue poderoso, no podía afectar más a Froakie que cayo fulminado al suelo y rapidamente lo recupere a la pokeball para que descansara - No pasa nada, bien hecho - Digo guardando la pokeball y saco la siguiente, esperando que esta vez tuviera algo más de suerte.

Lotad! Te elijo a ti! - Digo sacando a mi pokemon de su Pokeball y sale al campo de batalla con una mirada de fiereza que no le pega mucho por lo adorable que es.

Lotad! Energibola! - Le ordeno para que ataque aprovechando la ventaja de acabar de salir al combate y coger desprevenido al pokemon rival, tenía que ganarlo como fuera si no quería quedarme atras...

Lotad empieza a condensar energia delante de el, mientras la planta de su cabeza empieza a brillar y ese brillo es el que va generando una bola de energía pura delante de el y cuando es suficientemente grande la dispara contra su rival con mucha velocidad surcando el aire del campo de batalla.

Chihiro sonrió al comprobar cuál era el rival de Bunny, un lotad. Sabes que esto es pan comido, verdad? Le dijo a su pokémon. ¿Estás bien, no? ¿Puedes seguir adelante o necesitas un descanso? Bunny era aún más obstinada que su entrenadora, por lo que negó con la cabeza y se preparó para su siguiente ataque. Lotad es mucho más lento que nosotros, así que, ya sabes lo que hacer. Y ambos, entrenador y pokémon, como si estuvieran contectados el uno con el otro asintieron.

Chihiro dio un salto en el mismo sitio en el que estaba, y Bunny repitió el movimiento, lo que pasa es que el suyo fue aún más grande que el de su entrenadora, y ascendió tanto como lo había hecho Froakie en el asalto anterior.

Esquivó el energibola de Lotad, y después saltó sobre su enemigo.

Mike había optado por Lotad, un pokémon que, aunque tenía aspecto muy tierno, era un gran luchador. La combinación del tipo agua y planta hacía de este pokémon un difícil rival para el Bunnelby de Chihiro.

Pero aún así, Chihiro no se iba a rendir. La velocidad del pokémon conejo le dio la ventaja que necesitaba. A un grito de su entrenadora, el pokémon dio un gran salto hacia el cielo, bloqueando la mirada de Lotad con el sol. El pokémon planta, aún así, sabía que tenía que atacar, así que lanzó la energibola, intentando que fuera con precisión, pero el ataque falló.

Chihiro sonrió al ver lo alto que había subido su Bunnelby. Ahora que el sol hacía que apenas se le viese, lo señaló para después bajar rapidamente la mano y apuntar a Lotad. ¡Acaba con él! ¡Dale un fuerte golpe y si lo logras! ¡Le habremos derrotado! Gritó con emoción esperando que aquel golpe fuera suficiente para derrotar al segundo pokémon de su rival.

No pude evitar maldecir el fallo, pues entre que no lo había rozado, y ver como había saltado por los aires, no sabía bien como reaccionar y como hacer que mi Lotad reaccionara al ataque si es que podía... Pues conocía bien ese ataque y sabía que podía ser fatal para mi pokemon... - Lotad! Intentalo al menos... Toxico!

Y Bunnelby comenzó a caer en el momento en el que Lotad cambiaba su hoja verde por una de un tono más negro. El ataque tóxico de este pokémon podría ser una pieza clave para eliminar lentamente a ese conejo que ya había derrotado a su primer pokémon.

Pero no le dio tiempo. El pokémon de Chihiro cayó con todo su peso sobre el pokémon de Mike, dejándolo inconsciente y recuperando su tinte verde en la hoja. Otro pokémon fuera de combate.

Volviá a ser el momento de elegir pokémon de Mike. Necesitaba un pokémon que diera la vuelta al combate. ¿Lo conseguiría? El público lo animaba como si supiera que podría hacerlo.

Suspiro con el ultimo ataque maldiciendo y viendo lo duro que iba a ser derrotar al pokemon rival, y saco la ultima salva de mi cartucho para intentar darle la vuelta al combate...

Spheal! Te elijo a ti! - Digo lanzando la pokeball para que salga mi pokemon.

Spheal! Usa Rayo Aurora!

Chihiro sonrió al ver a Sphela. No conocía el tipo de entrenador que era su rival, pero le parecía un completo novato, era eso o que se estaba enfrentando a un oceanógrafo, un maestro entrenador de pokemon de agua y sumamente vulnerable a los ataques de tipo eléctrico. Ya había eliminado a uno de sus pokémon con un ataque de ese tipo, por lo que la estrategia a seguir era la misma, aunque seguramente le terminaría por costar toda su salud a su compañero.

Bunny, haz un último esfuerzo y comprobemos si eres capaz de acabar con sus tres pokémon. ¡Esquiva el rayo aurora de Spheal, y frota tus orejas como solo tú sabes, para lanzar otro voltio cruel!

Spheal salió al campo de batalla, preparado para combatir duramente. Lanzó un grito de guerra hacia Bunnelby, ese pokémon que había acabado con dos de sus compañeros y amigos. Spheal salía dispuesto a derrotar al pokémon conejo.

Ambos entrenadores gritaron a la vez, pero Bunnelby era más rápido. La velocidad de fricción de sus orejas creó una gran carga eléctrica, que lanzó contra el pokémon foca. Spheal salió disparado, pero Bunnelby salió maherido de su propio ataque. Chihiro consideró que, aunque hiriese a su pokémon, sería suficiente para derrotar a Spheal... ¡Pero se había equivocado! Al caer, Spheal botó como si fuera una pelota hasta que recuperó su posición. Aunque herido de gravedad, aún tenía ganas de combatir. ¡Y un poderosísimo Rayo Hielo surgió de su boca, impactando contra el conejo, que no pudo evitarlo! Bunnelby cayó, al fin, derrotado en ese combate.

Agggh. Gritó Chihiro. Había dado por hecho que Spheal caería con el ultimo golpe que le lanzase. Pero estaba claro que se estaba enfrentando a un oceanógrafo, capaz de potenciar las habilidades de sus pokémon de tipo agua gracias a un duro entrenamiento. Negó con la cabeza en repetidas ocasiones a sabiendas que había cometido un error.

Maldita sea.

Ahora se vio en la obligación de escoger a un segundo pokémon. Algo que le desvelaría al resto parte de su estrategia, especialmente si había otros entrenadores contemplando su combate.

Meditó durante unos instantes, sabía que Spheal era un pokemon lento, y aunque Mike lo hubiera entrenado a conciencia, Chihiro lo había hecho mejor.

¡Adelante Grimmer! ¡Usa Lanza Mugre!

Era una buena oportunidad para dejar que su pequeño Grimmer practicase un poco. Así podría decir que también había participado en aquella edición.