Partida Rol por web

- Lo mejor será que hagamos una cadena y bajemos poco a poco. - Comenta mientras amablemente sujeta a Barbie por la cintura y la alza hasta la mano tendida del Comandante sin esfuerzo aparente. - No me gustaría caer y romperme, o que alguien se rompiera en un descuido. Los de la Green Company y esos otros pequeñitos no tiene problema porque pesan poco y no tienen partes móviles, pero nosotros... - Observa a los muñecos presentes, en especial a la Barbie, que no estaba hecha para los violentos juegos de los chicos, sino para los fantasiosos juegos de chicas. - Podríamos perder alguna pieza.

- Tienes razón. Creo que será mejor que te quedes tú el último, eres el más fuerte, y luego te dejes caer y te cojamos. ¿No crees?

-¡Oh! Muchas gracias, fortachón -digo sonriendo al muñeco de Ironman. Tiendo la mano hacia el comandante, dura e inflexible y algo se me mueve por dentro. ¡Es tan sexy, con ese pelo a cepillo!-. ¿Me bajas, anda? No es que quiera separarme de ti ya, pero me gustaría... ya sabes, tener mis delicados pies en el suelo.

En el cerrado cajón todo lleva bastante tiempo sin cambiar demasiado. Decenas de juguetes, rotos, olvidados de si mismos o enloquecidos por su dramática existencia, mezclados con toda una colección de objetos que no tienen ninguna razón para estar allí, languidecen entre sus paredes. Aunque todavía existen de los que recuerdan haber estado en la primera fila de la diversión de aquel niño; de Max.

Como Spiderman, el siempre dispuesto muñeco. Ahora no tende telas de araña entre los estantes; tan sólo sueña que delira -delirar está fuera del alcance de un juguete- con la mirada aplastada penosamente contra la esquina en la que se apoya.

Y como Iron Man Hulkbuster. Ya apenas resuenan en sus oídos sus estúpidas frases. Está tirado cabeza abajo. sin ver, enterrado en el mar de juguetes, polvo y decadencia.

Y como el comandante John T. J. Hazard, en pie pese al caos a su alrededor, con la paciente mirada siempre fija. ¿En qué? Hasta hace un tiempo ni él mismo habría sabido la respuesta a su pregunta, pero entonces vino la limpiadora, abrió el cajón y metió ahí dentro a esa preciosidad.

Barbie no sabe exactamente qué está haciendo ahí. Un día se cayó, fue recogida por la inquietante limpiadora de dientes raros -su gran temor- y fue "reordenada". Y ahora siente las oscuras miradas de tantos juguetes fijas en ella (¿qué serían capaces de hacer si pudieran moverse?), y nota como el polvo fastidia el tono de su cutis. Sólo desearía estar de vuelta en el estante de las muñecas de Laura, o en la casa de muñecas, aunque Laura ya no juegue con ellas.

Pero preocupaciones más graves asaltaban a los demás muñecos. Desde hace casi un año, unos aterradores gemidos rasgaban el aire cada mañana desde la habitación del papá y la mamá de Max. Y desde hace ya casi un mes el quinceañero acude al cajón cada vez que suceden para escoger un juguete que nunca regresará con sus compañeros. La green company, por ejemplo, se ha visto alarmantemente menguada... Aunque el O.K. Corral ha tenido la suerte de estar medio enterrado prácticamente en el fondo.

El ritual matinal ha originado multitud de aterradoras teorías entre los juguetes, hasta ahora inconfesables por motivos obvios.

Pero de pronto un alarido incontrolado rompe la espera silenciosa. Un juguete, asaltado tal vez por terribles dolores desde quién sabe cuanto tiempo, acaba de aprender a gritar. Y un movimiento desordenado invade el cajón entero cuando los muñecos descubren que ya no son simples marionetas de su incierto destino.

Un movimiento del que no todos son partícipes... porque John Kii, uno de los más antiguos juguetes de la casa, no se inmuta, sino que contempla, impasible, cómo se desarrolla este nuevo juego. Claro, es lo que ha hecho toda su vida.

Primero el grito. Pese a no haber oído su voz hasta entonces sabe perfectamente que es aquel viejo cochecito oxidado de policía... el único juguete que le supera en antigüedad. Siempre, toda su vida -si a esa clase de existencia se la puede llamar vida- había estado sufriendo, y sólo entonces había sabido expresarlo.

Vio también la reacción de Iron Man HulkBuster, ese mazacote de rojo y dorado que salta sobre su peana, al auxiliarlo. Vio como el viejo cochecito se retiraba a un rincón, sin duda con la intención de morir lentamente, tan quieto como había vivido. Pero entonces los juguetes hablaron de salir, y el coche se reactivó, pretendiendo ayudarlos. Para John estaba clarísimo: Quería suicidarse desde aquella altura. Siempre había visto astucia en aquellos faros de museo, siempre... y claro, era el único juguete que había jugado con él. Era como si le comprendiera, en el fondo de su ser.

Una vez consiguió abrir el cajón pidió ayuda para subir a ver el exterior, y sólo Iron Man se pispó... demasiado tarde, el cochecito saltó. De nuevo la vida y la muerte de los juguetes se ofrecía a los ojos de John Kii. Y ahora le importaba menos que nunca. La vida le había dado muchas lecciones... Si no podía cambiar él, no tenía sentido que le importase nada. En sus últimos años vió su vida y la de los que le rodeaban como si fuera otro. Y ahora nada había cambiado. No podía haber cambiado. John Kii sonrió. Fue una sonrisa amarga: De nuevo se confirmaba la ley del destino. Pero fue más que una sonrisa.

Fue una acción. Nunca, nunca, nunca, nunca John Kii había tenido tanto miedo.

un viejo juguete que volvió a caer....

como pasas, iban cayendo los de mi generacion y más antiguos aun...

¿por qué estaba ocurriendo todo esto? Era la ley en la cesta de juguetes....mi placa lo indicaba....pero aún así el tiempo había hecho que perdiera fuerza.....

tenía que poner calma en todos los muñecos

bueno gente...tranquilos.... por favor...ayuda....eso es lo que necesito.

tiempos atras tenía a mi fiel compañero...pero como muchos otros juguetes antiguos....desaparecio sin más...

por favor, alguien que se ofrezca....¿soldados? necesito que pongamos calma después del suceso.

Spiderman levanta la cabeza y da un paso al frente.

- Por supuesto, agente, me ofrezco voluntario para lo que necesite. Soy Spiderman, superhéroe local. - dice alegremente.

bien joven araña..digo spider no se que..creo que esto que ha ocurrido no puede verse reflejado en los juguetes más jovenes..ya que se pueden desmoralizar..

mis lios con tanto superheroe....en mi epoca como mucho estaba ese tal superman....el de la camiseta metida en los calzones......pero no duró mucho en la cesta de los juguetes....un mr potato mafioso le destrozó la vida hasta dejarle inutilizado....solo le consiguió una vez quitar una oreja ese superman...fué lo ultimo que hizo....¿que habrá sido de aquel tuberculo de mala madre? era un mafioso muy peligroso...y aún no le he visto.

los más viejos, como yo, debemos dar ejemplo y gente como usted... heroe local o nacional o como se diga....me tienen que ayudar...¿podría contactar con las fuerzas militares? creo que lo mejor será hacer un despliegue para intentar recuperar las piezas del coche de policia....puede que sirva para futuras donaciones, escondiendolo en algún lugar . Puede que pequeños cars o minimotitos necesiten un tornillo, un tubo de escape o un simple faro...¿quien sabe?

- ¡¡Por supuesto!! - Spiderman se acerca al borde del cajón abierto - ¡¡CAPITAN PRICE!! - grita - ¡¡NECESITAMOS SU AYUDA!! - Se aleja del borde - Necesitamos bajar, señor agente, aquí estamos atrapados. A lo mejor la Green Company encuentra algún objeto mullido sobre el que nos podamos tirar...

Claro Jhon, Capitan Price se presenta el comandante Jhom T.J. Hazard...necesitamos bajar de este cajon para poder serles de total ayuda...nuestra mejor idea es una cadena de juguetes, pero como bien dice si algo refrenara nuestra caida, tendria menos riesgo...señor...continua cuadrado realizando el saludo militar en posicion de firmes.

Miro al playmobil y me echo a reír.

-¡Vaya, qué juguete más mono! Y qué pequeño. ¿De verdad eres policía? ¡Ja! No creo que puedas atrapar a ningún maleante. Hasta yo podría tirarte al suelo de un empujón, y eso que soy una chica.

¿está poniendo en duda mi profesion señorita?

 la miro mientras pienso    estos jovenes ....

haber...documentacion...y espero que tenga todo en regla....sea fabricada y admitida por la UE ( unión europea) y sea de MATTEL porque sino....la veo en los calabozos..

que tiempos cuando hacía esas redadas....me acuerdo que incluso tenía que infiltrarme incluso con indios y todo....toda una aventura para mí....

-¡Pero bueno! ¿De qué vas? ¡Soy Barbie! ¿A quién vas a meter tú en el calabozo? -digo muy ofendida. Me levanto la camiseta y le enseño mi marca-. ¿No ves que soy de Mattel? ¡Soy auténtica-auténtica! La mejor muñeca del mercado...

- Por favor, por favor... ¿Podemos evitar más enfrentamientos y bajar del cajón? - Junta a dos juguetes y acabarán peleando, sean del tipo que sean. Aunque ese juguete viejo y pequeño parecía tener bastante autoridad y experiencia, y eso ya era una buena carta de presentación para IronMan. - Señor, IronMan Hulkbuster, dispuesto a ayudar.

Desde el fondo del cajón, pues aún no se había izado hasta el borde, espera a ver si alguno de sus compañeros tiene respuesta del otro lado, de las afueras, dónde la Green Company y los otros ya llevaban un buen rato.

- ¿Tenemos respuesta de ahí fuera, Spidey?

bienvenido al berenjenal Iron buster o como se diga

esta generacion nueva...todos con nombres extraños, chicas rebeldonas.....uno no puede envejecer...sino le arrasan....

el caso es que esperamos a que la green company nos eche una mano....ya sabe...lo que esté en manos del ejercito... haber si de una vez y antes de que lleguen los dueños empezamos a mover y organizar el tinglado rapido..

En cuanto a usted, srta Barbie, espero que no vuelva a ocurrirse lo que está pasando...SOY LA AUTORIDAD

la intento echar una mirada amenazante pero mis ojos redonditos y mi cara sonriente me lo impiden.

noooooo porque en estas situaciones no podré hacer esto ya....encima con barba...lo que faltaba...

espero que la proxima vez se tranquilice y no llame "pequeña " a la autoridad...

el caso es que es guapa la joven...uy uy...que hago...seria un asaltacunas a mi edad y fijandome en la jovencita...

Se oyen voces fuera, y al asomarse el heroico Spidey distingue a la green company, a los vaqueros del OK Corral y a Stretch; el último juguete entregado como sacrificio al bebé de la casa.

Spiderman se cansa de tanto esperar. La inactividad y las conversaciones que no llevan a ningún sitio le están empezando a poner nervioso. Él es un superhéroe, más aún, un hombre araña, puede trepar por las paredes. Aunque parece que sus poderes no han regresado por completo, si lo ha hecho su agilidad y su fuerza. Debe ser capaz de descender de allí sólo con sus propias manos.

En un arrebato casi temerario, sin decir nada, Spiderman intenta descender por los cajones, preparado para aterrizar en la alfombra si no lo consiguiese y se soltase.

ante el asombro de todos...incluido yo...miro como spiderman empieza a utilizar o intentar sus poderes

ehhh  hombre...no siga el camino del pobre coche.....

en ese momento me callo...el sabe lo que está haciendo....

venga spiderman...

Busco en el cajon en el que nos encontramos algun cinturon amplio o algo que pueda hacer las veces del mismo, acaba de darme una idea...vamos chico puedes conseguirlo le grito a Spiderman...

Spiderman cae al suelo; demasiado lejos como para que los juguetes puedan verle siquiera en la oscura ncohe.

Y por ahora no hay señal de cinturón alguno.