Partida Rol por web

Traición a la Sangre

La lealtad de los sentimientos

Cargando editor
09/12/2009, 22:37
Director

Mateo había abandonado la ciudad guardándose bien las ganas de atizarle a aquel vampiro. Si primer pensamiento era dar con el Hada milenaria que debía estar en algún rincón de aquel inmenso bosque, pero sus pensamientos fueron apartados casi con cierta brusquedad por los constantes aullidos de Ángela.

La loba se hallaba en algún lugar de la espesura del bosque, tal vez oculta por la niebla, emitiendo una incesante y melancólica serenata de aullidos. La tristeza se podía percibir claramente en ellos, incluso para los humanos. No obstante los garous podían notar ciertos matices que para otros hubieran pasado inadvertidos: rabia, impotencia, dolor… Si la garou intentaba invocar a la luna o a algún dios que la salvase de aquello que sentía no sería aquella noche cuando lo conseguiría. El astro estaba oculto entre las nubes y quien apareció en su lugar fue Mateo de entre la espesura.

El garou encontró a la loba bastante alejada del túmulo, sentada en una roca donde la espesura del bosque era casi inexistente. Cuando ella sintió la presencia del garou cesó los aullidos y giró la cabeza hacia él, pero no se movió del sitio. A los pies de Ángela había una presa de tamaño considerable ya muerta. Probablemente un ciervo o algo similar.

Cargando editor
09/12/2009, 22:38
Mateo Garello

Mateo, realmente extrañado por aquello se acercó poco a poco sin mediar palabra. Una vez estuvo a unos metros de la loba se paró y se sentó, mirándola tanto a ella como a su presa. No puso ningún gesto extraño, ni la miró de ninguna manera. Simplemente esperó... pero se dió cuenta que el que 'había huído' había sido él'. Así que abrió la boca.

- Esa apariencia de debilidad no te pega nada, Ángela, tú debes aparentar lo que eres, una Garou mucho más poderosa y segura de si misma. ¿Me zurraste, verdad? No creo que queden dudas de ello. - dijo, sin ningún atisbo de ironía en su voz.

Cargando editor
09/12/2009, 23:07
Ángela Camilleri

Era difícil identificar las expresiones en forma de lupus, pero Mateo advirtió que la garou se sorprendía por aquellas palabras.

- Las batallas no solo se ganan por la fuerza, Mateo. Nos has abandonado. Me has obligado a batirme contigo en duelo… Y encima te van a decapitar. Creo que tengo motivos suficientes para llorar hoy, y durante los próximos tres meses. Ya no tengo por qué aparentar nada delante de nadie.

Dicho esto, la garou volvió a mirar al frente y se agazapó tumbándose sobre la roca frente a su presa.

Cargando editor
09/12/2009, 23:11
Mateo Garello

Mateo pasó a forma homínida, manteniendo su posición sentada en el suelo. Aquello le permitía más expresividad en la conversación y, si Ángela lo hacía también, más capacidad de leer lo que pasaba por su cabeza, lo cual era más sencillo en momentos de debilidad emocional como aquellos. El Garou se encogió de hombros, poniendo una mueca. - Podría ser peor. Podrían querer decapitarte a ti también... y no me digas: 'Bueno, no sufriría más.', vale, pero Drail y el resto deberían soportar la idea de perder a sus dos mayores líderes, Silvanio te perdería... especialmente Silvanio. - continuó Mateo, mirando a los ojos de la loba. - ¿El duelo? Era una simple cuestión personal, quería comprobar algo y lo comprobé. Nadie salió perjudicado, al menos de manera irreparable. -

Hubo algo que no le hizo nada, nada de gracia. Le parecía estar sintiendo pena por Ángela. Y eso se removió por su estómago durante varios segundos, obligándole a hacerse por un instante si de verdad toda aquella parafernalia valía para algo, si de verdad lo que estaba haciendo tenía sentido... Otro instante y aquella duda se había disipado por completo, al menos por ahora.

- Fuiste convertida por Donato, querida, sí tienes algo que aparentar. Lo que eres, mayormente. Si no quieres, no cuentes con que el resto pregunte antes de intentar pisarte. Debes dejar clara tu autoridad, sabes hacerlo. Olvida lo demás, pues solo serán impedimentos en tu camino. Nada es lo que parece... - Efectivamente, nada lo era. La loba estaba hablando con uno de los traidores que pretendían romper el Pacto por el que ella, junto a otros, había luchado.

Cargando editor
09/12/2009, 23:49
Ángela Camilleri

 

Ángela no imitó a Mateo, siguió allí tendida con el pelaje castaño claro revuelto por el viento.

-Mateo, no digas gilipolleces- no lo decía a modo de insulto, sino como si fuera una obviedad. A demás, su voz sonaba cansada- No voy a dejar que me maten, no soy una suicida. Aprecio mi vida, la vida que Donato me dio. Y por que gimotee un poco en estos 60 años nadie me va a perder el respeto. Quiero a Silvanio y aprecio mucho a Drail, igual que ellos a mi, y no voy a dejar que nada les ocurra. Me van a entender… cosa que tu no pareces hacer. Y encima te vas...

Sus ojos azules miraron de reojo al garou y después giró la cabeza hacia otro lado, estirando las patas delanteras y estirándose sobre la roca. Si estuviera en forma homínida se vería claramente que le estaba dando la espalda.

- No tengo ganas de hablar…- murmuró.

Esta vez sí quedó claro el tono melancólico. Mateo no dudaba de que ella fuera capaz de manejar la manada sin problemas. Era una líder nata, igual que él, pero jamás se le había ocurrido retarle o llevarle la contraria... hasta ahora. Y no parecía muy receptiva a hacerse cargo de todo.

 

Cargando editor
10/12/2009, 00:19
Mateo Garello

- No importa. - Mateo avanzó hasta más o menos la altura de Ángela, ignorando el cadáver de la presa que Ángela parecía haber cazado. Entonces ni corto ni perezoso el Garou se echó en el suelo, cruzando los dedos detrás de la cabeza y estirando los codos, para quedarse mirando al cielo. - No es necesario hablar, aunque si quieres que me vaya solo dímelo. -

Cerró los ojos y por primera vez en varios días se relajó de verdad. Tenía cosas que hacer, cabos por atar, un plan que finalizar... pero necesitaba estar allí, unos minutos, sin pensar en nada, puesto que había pensado ya en demasiadas cosas.

Cargando editor
10/12/2009, 00:55
Ángela Camilleri

Ángela no hizo nada. Ni dijo nada.

Tras un par de minutos pasó a su forma homínida y se quedó en la misma posición, algo encogida sobre si misma, con la mirada perdida en la profundidad del bosque. Pero si hizo algo que Mateo le había recomendado, aunque este no se dio cuenta: fingió. Recubrió todo su sentimentalismo de una fría capa de hielo y permaneció en silencio, metiendo a patadas todo aquello en el rincón más apartado de su mente.

Tras varios minutos la loba cambió de posición y adoptó la misma que Mateo, pero con los brazos cruzados encima del pecho. Eran las cuatro de la madrugada y empezaba a caer el rocío. Ellos eran garous, pero no eran de piedra, y una camiseta no era suficiente.

- Tengo frío- susurró finalmente mirando al cielo y con voz neutra.

Entonces se levantó de la roca y tras un breve escalofrío se dispuso a agarrar a su presa para llevarla hasta el túmulo. Estaba casi segura de que Silvanio y Drail no habrían conseguido cazar nada.

Cargando editor
10/12/2009, 01:05
Mateo Garello

Mateo se levantó también, estirándose a la vez que sufría un escalofrío. No se había percatado de la temperatura hasta que Ángela la mentó. Observó su actitud esquiva, como distante, y su parte más racional aplaudió internamente el aplomo que parecía haber re-adquirido la loba. Ahora él ya no podía hacer nada más... no por ella.

- Ten cuidado, Ángela, solo te pido que tengas cuidado. - tras mirarla durante unos segundos, como queriendo decir algo, Mateo terminó por avanzar varios pasos para volver a transformarse en lobo. - Esto es como una guerra, y en esta guerra todos somos el enemigo. Tenlo en cuenta... Espero verte antes de que todo acabe. -

Para él todo acabaría una vez el Pacto se quebrara, aunque Ángela entendería por 'fin' su ejecución, esa ejecución que no iba a permitir ni por lo más remoto. Antes besaría a Riccardo. Y esperó unos pocos segundos más, parado en esa posición, dándole la oportunidad de que ella dijera algo más... para luego irse a buscar a su Dama particular.

Cargando editor
10/12/2009, 11:35
Ángela Camilleri

Cuando Mateo habló Ángela se detuvo por completo parar mirarle y prestarle atención. Parecía que estuviese esperando algo… Pero no. Mateo se dio cuenta de que no había pronunciado “las palabras mágicas”, así que ella pasó a lupus sin decir nada, agarró el cuello de su presa con la fauces y comenzó a tirar de él con una fuerza bastante sorprendente para cualquier humano, ya que casi duplicaba su tamaño. Le quedaba un buen trecho hasta llegar al túmulo.

Notas de juego

Chico, recuerda que Mateo necesita dormir y comer xD No necesariamente YA, pero en un par de horas el sueño comenzará a hacerle mella.

Cargando editor
10/12/2009, 20:24
Director

Mientras caminaba hacia la zona donde todos sabían que vivía Calíope, Mateo se dio cuenta de algo: a pesar de llevar más de cincuenta años con Ángela, y haber convertido a Drail, en las últimas horas parecía que eran dos completos desconocidos. Ellos tampoco sospechaban de él, así que ¿realmente eran manda? ¿Estaban tan unidos como decía la loba? La vida parecía tener poco sentido entonces, muy poco comparado con el plan que había en su mente. Si debía de tener algún tipo de sentimiento de amor, cariño o fraternidad, el garou parecía haberlo perdido por completo, obcecado en la idea de acabar con el reinado de los vampiros, dejando su destino en las manos de los crueles humanos, que no tardarían en darles caza. Quizás debería hablar con la manada y salvarles a ellos. Quizás pudieran llegar a un acuerdo y entregar un culpable a Donato… Pero no, Ángela jamás lo permitiría, y Drail mucho menos. Y al parecer ella estaba enfadada con Mateo, por lo que fuera, y no parecía que fuera a tender a razones.

El garou, tras un tiempo esperando y rondando el lugar, decidió dormir, descansar, y ya mañana sería otro día. A demás, los chupasangre no podían salir a la luz y faltaba como mucho una hora para que empezara a clarear. El riesgo era mínimo. Se buscó un hueco entre unos matorrales para protegerse del frío y la espesa niebla y cerró los ojos.

 

Tal vez fuera su olor, o su simple presencia. Pero Mateo, antes de abrir los ojos ya sabía que estaba ahí, quizás no muy lejos de él. Cuando se desperezó y fue capaz de ver entre la espesura, enseguida divisó una figura brillante, vestida con telas de suaves colores claros que destacaba entre la oscuridad del bosque. Calíope permanecía sentada entre las raíces de un roble, cubierta por una túnica de color azul claro, y su pelo rojizo, adornado por trenzas y flores desconocidas para el garou, cayendo sobre su hombro.

Era ya de día, y unos tenues rayos de luz iluminaban la piel clara de la mujer. Seguramente había escogido ese lugar para mantener el calor de su cuerpo. Al escuchar al garou abrió los ojos y los fijó en él con el rostro serio.

Cargando editor
10/12/2009, 20:32
Mateo Garello

Mateo sufrió un calambrazo por todo su cuerpo, como si una corriente eléctrica le atravesara. Abrió los ojos, levantándose y, tras recordar sus palabras, pasó a forma homínida, como ella prefería. Hizo una leve reverencia, manteniendo su vista en los ojos verdes de Calíope.

- Dama Calíope... hola de nuevo. He visto el jaleo que has armado con lo de Pietro... ¿Puedo preguntar qué hiciste? Fue fascinante, nadie se enteró. No voy a preguntar sobre tus motivos para liberar a Pietro, pues no me incumben. ¿Para qué querías que te buscara tal dia como hoy? - dijo Mateo, sin alzar mucho la voz.

- Tiradas (1)

Tirada: 3d10
Motivo: Per + Alerta
Dificultad: 8+
Resultados: 3, 8, 7
Exitos: 1

Cargando editor
10/12/2009, 20:56
Calíope

 

Calíope inspiró y después lanzó un largo suspiro. Mateo no supo muy bien por qué. Entrecerró ligeramente los ojos y después se levantó de su sitio rozando con sus pies descalzos las hojas del suelo.

- Fue… un error- comentó con aquella susurrante voz que dejó a Mateo traspuesto durante unos segundos- Pero me ha abierto los ojos, y es una ventaja. Podía haber acabado mucho peor todo esto.

Mientras el hada avanzaba caminando con lentitud, el garou pudo ver algo, como una especie de cicatriz o de marca que estaba medio oculta por su pelo y la túnica, entre el hombro y el cuello. No estaba seguro del todo, pero juraría que el día anterior no estaba.

- Quería verte porque de entre todas las arrogantes criaturas de este páramo tu pareces ser el más cabal, y quizás también el más perdido en este juego del azar… Has renegado de tu manda, y de Ángela. Ambas cosas me sorprenden.- y para estar sorprendida poca gestualización hizo.

Cuando ella estuvo a tan solo un metro de Mateo, este sintió como si su mente se nublara por unos instantes. Nunca la había tenido tan cerca, y su aroma dulzón, atrayente, era cada vez más fuerte. No estaba acostumbrado, y eso podía ser un problema. Mateo no se podía permitir perder la cabeza en aquel momento. ¿O si?

- Y, por favor, Mateo. No me llames Dama. No soy merecedora de semejante título... No viniendo de ti.- murmuró en un tono amable, embelesante... quizás hasta sensual.

 

El hada levantó la vista y le dedicó una profunda mirada sin apartar sus ojos verdes de él. A demás dibujó una encantadora sonrisa en sus labios carmesíes. Mateo estuvo completamente seguro de que tramaba algo, pero por muy garou que fuera no pudo evitar que se le formara un nudo en la garganta ante aquel... gesto. Ni si quiera encontraba palabras para describirlo.

Cargando editor
10/12/2009, 21:04
Mateo Garello

Pum pum, pum pum, pum pum. Su cabeza decía: 'No te fíes.'. Pum pum, pum pum. Cada vez que su corazón latía una riada de sangre recorría todo su cuerpo, de la cabeza a los pies, y le embriagaba de una manera terrible, de una manera que ni su mente acababa de resistir del todo.

No te fíes. Pum pum, pum pum. ¡NO TE FÍES!

Pum pum. Y Mateo Garello sonrió.

Aun así aún quedó un reducto de su conciencia que le hacía pensar... ¿Por qué inicialmente ella le había mirado de una manera tan... fría, para ahora parecerse a una quinceañera enamorada? ¿No estaba demasiado complacience con él para ser un hada con dos milenios a su espalda? Pero es que era una espalda tan preciosa, y tan... mística.

Pum pum... y una lucha comenzó en su interior.

Cargando editor
10/12/2009, 21:35
Calíope

Calíope sonrió para sus adentros complacida por la reacción del lobo. Le enseñó los dientes en un gesto fugaz y caminó rodeándole, dándole la espalda, dirigiéndose hacia un árbol. Era fascinante que su peso fuera tan leve que tan solo produjera un leve sonido del roce en el suelo. Cuando Mateo volvió la mirada hacia ella, Calíope, de espaldas, dejó que la túnica azul se deslizara suavemente por su piel hasta caer al suelo. Su largo pelo hacía contraste con vestido de color blanco, abierto por la espalda hasta casi el final de la espina dorsal y dos cortes laterales en la falda que llegaban hasta la mitad del muslo. Ella alzó la mano y pasó sus largos dedos por la corteza del árbol, y allí donde su piel rozaba crecía el musgo y el color se volví más vivo.

- Perdona, Mateo.- murmuró- Es mi naturaleza. Me relaciono tan poco con los de tu especie que me es sumamente complicado contenerme. No te acerques y todo irá bien.

Se dio la vuelta para mirarle en la lejanía y entonces a Mateo no le cupo duda alguna de que algo tenía en el cuello.

Cargando editor
10/12/2009, 21:38
Mateo Garello

- Calíope... ¿ha ocurrido algo? Parece que has sido herida... aunque con tus capacidades dudo que hayan sido capaces de ponerte en verdadero peligro, es algo que considero preocupante. Pese a todo no tienes nada que contener... aquí poco poder hay mayor que el tuyo, y este es tu bosque, estás en tu derecho de actuar a tu antojo, respetando el Pacto, claro. - murmuró Mateo con la suficiente intensidad como para que ella le escuchara... aunque también creyó que sólo con pensarlo Calíope sabría lo que él quería decir... aunque eso supondría también ver desvelada su tapadera. Era mejor no pensar en ello.

No pudo evitar mantener fija la vista en la figura del hada, sin duda la figura más hermosa que había visto nunca, y seguramente que iba a ver jamás. Pero en un parpadeo se llevó una gran sorpresa. Una imagen cruzó sus pensamientos como un rayo, casi imperceptible. Parecía una mujer, de cabellos rubios... ¿Quizás...? No, no podía ser. La imagen de cómo el árbol parecía cobrar vida ante el roce de Calíope le hizo posar los pies en el suelo... si eso podría considerarse como tal. Y sintió que quería ese roce para sí mismo.

Pum pum. Y no pudo evitar dar un par de pasos hacia adelante, estrechando un poco la distancia.

Cargando editor
10/12/2009, 22:08
Calíope

Ella recogió los extremos de su vestido y después se sentó en el suelo, ladeando la cabeza y apoyándola en el tronco del árbol, quedando recostada. No pudo evitar pasar la yemas de sus dedos por la cicatriz y hacer un gesto de desagrado.

- Dolorosos errores que una comete a veces. La perfección no existe para nadie.- dijo con cierta tristeza, o tal vez rabia- Pero no te preocupes, Mateo, nadie me hará nada, aunque creo que sobrevaloras mi capacidades. Otras dos horas en esa casa infernal y podría empezar a considerar que mi existencia corre peligro. Los vampiros irradian banalidad, casi tanta banalidad como vitalidad irradias los garou.

Sonrió quizás por un chiste interno que él no llegó si quiera a vislumbrar. Alargó el brazo incorporándose y alcanzó la túnica que cogió para plegarla.

- Tus antepasados mataron a muchos de los míos, garou. Precisamente porque no creían que este bosque nos perteneciera. Y es un daño irreparable por el que llevamos años enfrentados. Y respecto al Pacto… ya lo hago.

Cargando editor
10/12/2009, 22:10
Mateo Garello

- Casi todos los errores tienen solución, Calíope. Pero gracias a ellos somos como somos... - ya había empezado a andar, por lo cual siguió avanzando. Y cuando se encontró lo suficientemente cerca de Calíope Mateo se sentó en el suelo, observando al hada. Lo había visto muy cerca, pum pum, todavía le atravesaba, en el momento que se fuera de allí el día se acabaría para Calíope y para él y todo seguiría, el Plan finalizaría con éxito a las 8 de la noche. Era, quizás, su última oportunidad de destruir aquella curiosidad que le recorría.

- Si estuviera en mi mano enmendar todos esos errores lo haría, pero no es así. Yo sólo me dedico a no repetirlos, lo cual creo haber mantenido. Sobre los vampiros... son como son, y no permitiré que ninguno amenace a ninguna de las personas que me importan. Tanto a mi manada, pese a haberla abandonado, como a... como a ti. - entrecerró los ojos, apartando la mirada. - Si alguno de esos seres se atreve a atacarte y me entero... dudo que haya Pacto que pueda contenerme. ¿Por qué nadie se da cuenta de que ellos son la lacra de nuestra convivencia? No quiero sonar demagógico, pero... pero estoy seguro que de no existir ellos, nada de esto habría ocurrido. -

Cargando editor
10/12/2009, 22:57
Calíope

Calíope sonrió de nuevo.

- De no existir ellos vosotros habríais sido el exterminio de los humanos, Mateo. Sin impedimento ¿qué os habría detenido para haceros con el poder de la tierra? Es lo que muchos de tus antepasados intentaron, igual que ellos. Pero ahora las tecnologías de los humanos lo hacen… complicado. Antes no, antes solo eran juguetes y comida.- parecía irritada- Los vampiros tienen el mismo derecho de vivir que vosotros. Aquí, las únicas que caminamos en sendas diferentes a vosotros somos las hadas. Agraciada hipocresía, ¿verdad, Mateo? Vuestras razas son pioneras en eso.

Chascó la lengua y permaneció en silencio durante unos instantes. Se giró hacia el garou, alargó la mano y acarició el mentón de Mateo haciéndole mirarla a los ojos. Fue un tacto suave y cálido, aunque la temperatura de los garou era superior a la de cualquier ser.

- Yo no necesito protección. Preocúpate de los inocentes y de aquellos que realmente te aprecian, pues son los que peor parados van a acabar. Mis heridas se quedan en mi refugio, pero las brechas que se abren entre los mortales como vosotros son irreparables y el tiempo os apremia. Y una brecha puede ser la diferencia entre la victoria y la derrota.

Cargando editor
11/12/2009, 00:35
Mateo Garello

Su cerebro pareció entrar en una especie de coma con las últimas palabras de la hada. Y Mateo, en su forma homínida, empezó a gruñir. Gruñía porque las palabras de aquel mítico ser eran demasiado influyentes, demasiado reales, demasiado sinceras... o al menos eso parecía. Y había algo que llevaba un rato intentando minar su moral. Y no, no era Calíope, ni su belleza. Era algo... algo diferente.

El garou se levantó bruscamente, retrocediendo, huyendo de aquel contacto que estaba contaminándole, haciéndole sentir, haciéndole pensarse todo aquello. Porque Calíope tenía razón, si todo salía bien, aquello iba a ser un boom, algo completamente titánico, tanto que... podría destruir a no una, si no a dos (o más) razas enteras. Porque todo saldría a la luz...

Todo.

Aquello era demasiado para la mente de Mateo. Deseaba la destrucción de los vampiros, deseaba que dejaran de existir... con todas sus fuerzas. ¿Pero ser él el responsable de ello? Era demasiado, demasiado para un simple lobo. Y sintió miedo, miedo de lo que un simple sujeto podía hacer. Con un giro brusco Mateo Garello se transformó en Lupus, y lanzando un rugido de ira salió corriendo, dejando a Calíope atrás, sin añadir nada más.

Directo al túmulo.

Cargando editor
11/12/2009, 00:58
Calíope

Calíope se sorprendió bastante de la reacción de Mateo. Y no le gustó nada.

Mientras el garou corría unas enredaderas emergieron del suelo. Se asustó, pero logró esquivar la primera. Las tres siguientes se aferraron a sus patas impidiéndole moverse, pero no le hicieron daño, solo le impidieron continuar.

- Mateo… ¿qué…?- dijo Calíope a lo lejos, saltando entre los árboles hasta llegar junto a él.- ¿De dónde ha salido ese comportamiento? ¿Te he ofendido… tal vez herido con mis palabras? Perdona por las enredaderas...

El hada acarició el lomo del garou y un escalofrío recorrió su espalda. Después se arrodilló frente a él mirándole a los ojos. Parecía realmente confusa.

- Enseguida te libero, pero por favor, no hullas…- murmuró.

- Tiradas (4)

Tirada oculta

Tirada: 7d10
Motivo: Enrredar
Dificultad: 8+
Resultados: 1, 4, 3, 2, 5, 4, 7
Exitos: 0

Tirada oculta

Tirada: 7d10
Motivo: Enrredar
Dificultad: 8+
Resultados: 6, 8, 7, 1, 9, 3, 7
Exitos: 2

Tirada oculta

Tirada: 7d10
Motivo: Enrredar
Dificultad: 8+
Resultados: 4, 8, 3, 4, 9, 4, 5
Exitos: 2

Tirada oculta

Tirada: 7d10
Motivo: Enrredar
Dificultad: 8+
Resultados: 2, 10, 5, 4, 7, 9, 6
Exitos: 2

Notas de juego

No hace falta ni que tires para liberarte. Con un leve movimiento que hagas las enrredaderas se parten (Habilidad Garou)