Partida Rol por web

Traición a la Sangre

Reunión en la Mansión La Porta Grigia

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05/10/2009, 12:25
Director

2 de Septiembre, 1993

20:53 p.m.

Mansión La Porta Grigia

(Reunión del clan con Lady Vasnia Ranieri)

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05/10/2009, 21:52
Director

 

Los tres vampiros, la ghoul, y el parentela, volvieron en coche a la ciudad donde una hora más tarde acudieron los garou, aunque Pietro y la changeling (que aparecieron por separado) tardaron más de lo debido. Mucha gente ya se había movilizado ante el incendio, y el ajetreo comenzó a hacerse molesto como para reunirse en la plaza principal, a si que Flavia propuso ir a su tienda. A todos les pareció una idea más o menos razonable, aunque en aquel pequeño lugar todos se sintieron mucho más violentos con la extrema proximidad. La rabia se notaba en el ambiente, y Mateo y Riccardo casi se enzarzaron en una pelea cuerpo a cuerpo, pero Elissa se interpuso entre ambos pidiendo calma.

Alertar a los Ancianos era la opción correcta dado que ninguno se atrevía a admitir que había traidores entre los de su raza, y la visión de Carlo fue cuestionada reiteradas veces a lo largo de la noche. Poco antes del amanecer, Elissa, acompañada de Drail, fueron a enviar el mensaje que todos habían redactado a Roma. Riccardo dio por finalizada la reunión y condujo de nuevo a su clan hasta la Mansión.

Una vez allí, dado que ninguno de los vampiros necesita dormir, los cuatro comenzaron a debatir sobre el asunto. Pietro se mostraba muy escéptico respecto a la posibilidad de que uno de sus compañeros fuera un traidor, y Giulia, tan distante como siempre, analizaba la situación de manera crítica apoyando en casi todo a Riccardo. Alexandro era quien más protestaba ya que el líder la había tomado con su ghoul, y este la defendía con uñas y dientes.

Cuando la joven llegó a la mansión, Alexandro le ordenó que se fuera a dormir a una habitación que había al lado, en el sótano, y que estaba habilitada para que permaneciera junto a ellos a pesar de la luz del sol del exterior. La joven, confusa y acongojada, se retiró mientras Alexandro volví a gritarle al líder. Ninguno de los dos neonatos se hubiera atrevido jamás a levantarle la voz, pero Alexandro comenzaba a mostrarse independiente de ellos, y en cierto modo a Riccardo le asustaba.

La discusión de prologó sin llegar a ningún punto claro hasta pasadas las 10 de la mañana, cuando sonó el timbre de la casa. Extrañados, Giulia fue a despertar a Elissa que subió corriendo a ver quién era. Al volver al sótano traía un mensaje escrito con tinta en un pegamino:

Estimados Sr. Di Lorenzo, Sr. Arcuni, Sr. Cacciatore, y Sra. Ricci:

Les escribe la Sra. Conti, secretaria del consejo de Roma, para informarles de que un miembro del consejo de Ancianos de Italia acudirá hoy, día 2 de Septiembre de 1993 a primera hora del crepúsculo, para informarles de la situación en la que se encuentran. Recibimos correctamente su mensaje, y un Anciano del clan de los garou irá esta misma tarde a parlamentar con los demás seres de la ciudad. Ustedes, debido a su condición que les impide exponerse a la luz, recibirán la visita de Lady Vasnia Ranieri al caer el sol.

Dado que hay deslealtades entre las filas de ambos, se les informa por adelantado que se obligará a ambas partes a celebrar una reunión donde también será necesaria la presencia de la Sra. Di Angello y el Hada Calíope. Tendrán dos noches, contando con esta misma, para desenmascarar a quienes hayan osado romper el Pacto. La tercera noche, la del 5 de Septiembre, los Ancianos, acompañados de un séquito de guardianes, acudirán de nuevo a por los acusados. El consejo ha creído conveniente dejar que ustedes mismos resuelvan este asunto sin llegar a tomar medidas extremas. En caso de que hubiera problemas o la decisión de ambas partes no satisficiera al consejo, las consecuencias serían muy graves para su pequeña comunidad, por el bien común y como ejemplo para próximas rebeliones.

Atentamente; Carla Conti.

 

Sin nada más que añadir, Riccardo dio por finalizada la charla y todos se fueron a sus ataúdes, menos Alexandro que acudió a la habitación de Elissa. Nada más ponerse el sol, los vampiros, vestidos para la ocasión, acudieron a la entrada principal a la espera de la llegada de Lady Vasnia Ranieri.

 

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05/10/2009, 22:14
Lady Vasnia Ranieri

 

Escasos minutos antes de que los últimos rayos de sol se pusieran, un coche fúnebre paró delante de la mansión. Cuatro hombres bastante corpulentos y vestidos con trajes negros bajaron y sacaron del coche un ataúd de roble muy lujoso. El quinto de ellos, esta vez una mujer que Elissa pudo reconocer como la mensajera de aquella mañana, abrió la verja del jardín y caminó hasta la entrada donde la ghoul le abrió las puertas de la Mansión haciendo una reverencia. Los cuatro hombres cargaron con el ataúd hasta el interior y Elissa les condujo hasta el salón, donde despejando una larga mesa de madera lo colocaron con sumo cuidado.

Cuando el crepúsculo dio paso a la noche, los cuatro vampiros, encabezados por Riccardo Di Lorenzo, subieron del sótano y se colocaron frente al ataúd, expectantes. Entonces la mujer se aproximó y quitó los cierres que impedían que hubiera cualquier rendija por la que pudiera filtrarse el sol. Una mujer de penetrantes ojos azules y la tez muy pálida se incorporó clavando su mirada en los jóvenes vampiros. Todos sin excepción sintieron su poderío. Lady Vasnia alzó la mano y enseguida uno de los cuatro hombres la tomó para ayudarla a levantarse y salir del interior del ataúd, forrado en el interior de terciopelo rojo. Vestía un elegante vestido negro de licra adornado con brillantes piedrecitas transparentes, y su pelo rojo estaba decorado con una flor negra.

Permaneció de pie sobre la mesa, mirando desde aquella posición a los vástagos, haciendo notar que era superior a ellos. Después bajó empleando una silla a modo de escalón y caminó con elegancia hasta un extremo de la mesa donde tomó asiento sin pedirle permiso a nadie. Sus “sirvientes” retiraron el ataúd de la mesa y desaparecieron por la puerta del salón. La mujer se quedó de pie al lado de Lady Vasnia, con las manos cruzadas sobre su vientre.

- Buenas noches, queridos. Tomad asiento, por favor. La noche es larga, pero seguro que tenéis asuntos más importantes que tratar con los garou y los feéricos- comentó con una sonrisa malévola dibujada en su rostro. Esperó a que todos se hubieran sentado y prosiguió hablando- ¿Y bien? ¿Tenéis algo que decir respecto a vuestra situación? Supongo que todos comprendéis a la perfección la gravedad del asunto, y deduzco que el pronto mensaje sería enviado después de corroborar que las palabras del parentela- dichas palabras fueron pronunciadas con cierto desprecio- eran ciertas. ¿No hay nada de beber?- inquirió la mujer enarcando una ceja mientras miraba a la ghoul.

Elissa, que no había tomado asiento, sino que había imitado a la otra mujer quedándose al lado de su futuro Sire, se apresuró a ir a la cocina a por copas y sangre de la reserva.

 

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06/10/2009, 08:58
Pietro Cacciatore

 Tras el encuentro con Caliope, Pietro había regresado, en silencio, a la mansión. No había ido en coche, ni en moto, ni siquiera en el transporte público nocturno. Había salido caminando del bosque, y caminando se había adentrado en la mansión. En cierto modo le disgustaba ver la sombra de dejadez de la fachada. El que fueran vampiros no les obligaba a vivir entre polvo, podredumbre, moho y malas hierbas crecidas en un jardín que, seguro que hace siglos, era bello.

 Todo aquel asunto le ponía los pelos de punta. De todos era sabido que Pietro era tranquilo y pausado. Gustaba de vivir pacíficamente y sin problemas. Pietro observaba un grandísimo error en los conflictos, tanto entre los de su raza como con las otras demás criaturas. Eran pocos, y cada vez eran menos. Los vampiros ya apenas abrazaban y los neonatos de ahora apenas duraban unas horas. El míto vampírico se había extendido entre gentes que gustaban del horror y lo gótico, pero cuando alguno de ellos era abrazado y se enfrentaba a lo que ahora sería su vida, o bien se inmolaban, o bien morían sin saber como alimentarse, o cazados por algo o alguien. Y la parentela de los hombres lobo era cada vez más débil. Qué decir que los humanos cada vez soñaban menos, y por ello las hadas se marchitaban. Los conflictos solo agravan la situación.

 Escuchó atentamente la carta que Ricardo leyó. El consejo de Ancianos les daban 2 noches, sólo 2 noches para realizar algo que todavía no tienen claro. Dos noches para encontrar a los culpables. ¿Dónde buscar? Pietro se negaba que fuera gente de su estirpe, pero una parte de él le hacía desconfiar de todos. Cualquiera de ellos, cualquier vampiro, u hombre lobo, o ser sobrenatural podría haber sido el causante de tanta destrucción. 

 

 Cuando Lady Vasnia apareció, al día siguiente, Pietro se quedó maravillado ante su belleza, seguro que milenaria. Pero no la miró con el deseo con el que la hubiera mirado otro vampiro, o un humano incluso. El semblante de Pietro se mostró tranquilo y respetuoso, como siempre. Tomó asiento y, erguido, juntó las manos sobre la mesa, apoyando los antebrazos. Escuchaba atento todo lo que fuera a dar lugar en esa charla. No era impulsivo, no quería ser el primero en hablar. Prefería hablar una vez sacadas conclusiones. Además, seguro que el primero en hablar era Ricardo, como debía ser al ser el más anciano de esa comunidad.

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06/10/2009, 23:31
Riccardo di Lorenzo

Riccardo esperó con impaciencia a que el ataúd se abriera y encontrar a su Sire. Sonrió fríamente cuando la mujer le habló.

- Querida mía... No tenemos razones para dudar de las palabras del parentela. De cualquier forma, en estos tiempos nada es fidedigno al cien por ciento. Preferimos hablar contigo para ver qué curso de acciones tomar de aquí en adelante, pero yo ya me he tomado la libertad de pensar algunas por mi parte...

Se azuzó la barba y esperó a que la antigua le hablase.

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06/10/2009, 23:59
Alexandro Arcuri

Alexandro hizo una leve inclinación de cabeza al ver a Lady Vasnia y cuando ella se lo indicó, se sentó al lado de Riccardo cruzándose de brazos. Esperó, por supuesto a que el líder y chiquillo de la Anciana hablara.

Miró con ojos críticos a Pietro y después a su ghoul, la cual se marchó enseguida ante la “indirecta” de la vampiresa.

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07/10/2009, 00:30
Lady Vasnia Ranieri

Elissa volvió enseguida con una bandeja de plata en la que había una jarra de cristal rebosante de líquido rojo y cinco copas que tintineaban entre si. Lady Vasnia la miró de forma crítica y se volvió hacia Riccardo con una sonrisa en el rostro.

- Por supuesto, Riccardo. Por ahora, y como ya se os ha explicado- dijo dirigiéndose hacia todos-, debéis parlamentar entre vosotros para solucionar el problema. Es cosa vuestra que haya traidores entre vuestras filas. La nuestra, la de los ancianos, que os encarguéis de eliminarlos y hacer que paguen por sus errores. Pero me alegra saber que ya habéis pensado en algo, querido. Es grato saber que la Mansión está en manos expertas.

La vampiresa pasó una crítica mirada por la mesa, deteniéndose en cada miembro que había sentado en ella. Después tomó la copa que Elissa acababa de llenar y bebió relamiéndose los labios después de un largo trago.

- Por supuesto, ya nos hemos encargado de rastrear la zona por si aquello había sido obra de otros. Pero por lo pronto, no hay duda. ¿Habéis hablado con las feéricas? ¿Son de fiar?

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07/10/2009, 13:32
Pietro Cacciatore

 Cuando la Anciana posó los ojos sobre Pietro, éste no se amilanó, ni bajó la mirada. Le dedicó una sonrisa cálida y tranquila. Aparentemente Pietro era el menos belicoso de los allí presentes, siempre tranquilo y a la espera, paciente y sensato. Cuando Lady Vasnia habló de las hadas, Pietro vio en ese momento su oportunidad para hablar. No solo hablaría entre los miembros de su comunidad. Hablaría ante un enviado de Roma, un anciano.

 - Mi Señora. Si se me permite el turno. Debo de pedir disculpas por mi osadía al decir que, desgraciadamente, en los tiempos que corren, es difícil saber de quien fiarnos. Pero con todo esto, debo decir, y digo, que se puede confiar en las hadas mucho más que en nosotros mismos. Y os diré la razón. Muchas veces, como vos bien podréis saber, Lady Vasnia, miembros de nuestra estirpe se han matado entre si por cosas tan banales como los son el Poder o la Posición. Envidia al fin al cabo. En cambio las hadas, no buscan ningún tipo de deseo... humano... si se me permite la acepción. Sus espíritus están por encima eso. Me atrevo a decir que solo quieren vivir en paz. Tanto como nosotros quieren deshacer este entuerto y encontrar a los culpables porque, Lady Vasnia, hermanos, esto nos pone en peligro a todos. - Tras una pausa en la que Pietro miró a todos y cada uno, para esperar reacciones, y luego posó sus ojos sobre los profundos y claros lagos de Vasnia. - Si, mi Señora, se puede confiar en las hadas.

 Tras eso, volvió a apoyarse de manera distendida, sin dejar de ser correcto, en el respaldo de su asiento, doblando el pie y apoyandolo sobre la rodilla contraria, y apoyando los antebrazos sobre el canto de la mesa.

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07/10/2009, 15:39
Giulia Ricci

 

Giulia ante la imponente presencia de Lady Vasnia cerró los ojos un instante en señal de respeto. Cuando Lady Vasnia comenzó a hablar escuchó minuciosamente todas y cada una de las palabras tanteando las intenciones de la Anciana. Riccardo la adoraba y no sin razón pues aquella vampiresa sabia muy bien como hacerse respetar y ganarse la confianza de aquellos que la rodeaban.
 
El Sire de Giulia llevaba razón .Contar con la ayuda de Lady Vasnia era la mejor opción para el clan pues Giulia estaba segura de que haría lo que fuera por su chiquillo o eso creía. Después de que la vampiresa volviera a intervenir, los ojos de Giulia se pararon en Alexandro y este le devolvió una mirada gélida que al instante apartó. Era raro que llegados a tal punto de la conversación aún no hubiera dicho nada; aunque había que tener en cuenta las recientes riñas que había tenido con su Sire.
 
Al escuchar la opinión de Pietro Giulia arqueó una ceja y habló:
 
-Creo, Pietro que tus palabras podrían ser realmente convincentes- La vampiresa hizo una pequeña pausa mientras le miraba fijamente con una sonrisa en el rostro- Si no dieras pie a pensar que cierta hada te tiene “ligeramente engatusado”. Mi instinto me dice que lo que dices es cierto pero eso no quiere decir que Calíope no te tenga bajo el influjo de su poder. ¿Qué se supone que hiciste anoche? Porque Flavia ya nos ha dicho que estuviste con ella. Aunque por otra parte si no estuvieras haciendo nada malo no tendrías porque ocultarlo, pero no nos lo has dicho.
 
Giulia se detuvo y se dirigió a Alexandro:
 
-Dejando ese tema a parte, creo que, Alexandro, debería pedirle a tu ghoul que nos hablara mas de de la señorita Di Angello.
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07/10/2009, 16:02
Pietro Cacciatore

 Pietro sonrió ante las palabras de Giulia. Adoraba las discusiones, y más si eran con Giulia. Alexandro era algo irascible, y Pietro no solía discutir con su Sire. Tamborileó con los dedos sobre la mesa, relamiendose ligeramente con una sonrisa de oreja a oreja. Dejó pasar unos segundos, en los que se acarició el mentón. Y tras una nueva sonrisa abrió la mano y la extendió como si abarcara toda esta habitación.

 - Querida mia... engatusado... ¿Que significa eso? Ya tenemos cierta edad como para dejar de hablar de... Poder... Dejar de mofarse de quien tiene bajo su poder a quien. ¿De que sirve eso si no podemos entenderlo, Giulia? ¿De que sirve aferrarse a algo que dejamos atrás al tomar nuestra inmortalidad? Poder, control... son nuestros propios talones de Aquiles.Y por ese mismo poder que tú mencionas, caeremos como moscas. - Hizo una floritura con la mano y se recolocó en su asiento. - Cierto es que no os lo he contado, porque me pareció poco importante para vosotros. Si, estuve con Caliope. Hablamos, y compartimos opiniones sobre lo que se avecina, Giulia. ¿Hay algo malo en ello? ¿Es un crimen pasar parte de la noche con alguien al que admiras?- Dijo esto último, que es una de las muchas cosas que siente por Caliope, con un deje retador en su voz.

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07/10/2009, 18:57
Alexandro Arcuri

 

Alexandro miró con malicia a Giulia cuando esta hizo referencia a su ghoul. Iba a hablar cuando Pietro contestó. Lo cierto es que la neonata llevaba razón:

- Si, Pietro. Pero, ¿qué somos nosotros comparado con sus, cuántos, tres mil años de poder? Ni si quiera sabemos dónde se oculta porque nos es imposible llegar con su magia. Ante su presencia, todos, incluida Lady Vasnia (si se me permite), nos tambaleamos. Y tu más, precisamente, por no llegara ni siquiera a los doscientos años. Sí, su raza está extinta, pero ¿por qué no iba a embelesarte para tenerte bajo su poder? Aunque… que ella tramara todo eso, es ciertamente enrevesado. ¿De qué le serviría que se rompiera el Pacto? Las Hadas fueron las primeras en venir a nosotros cuando se propuso. No obstante eso no quiere decir que no busque otros propósitos. Todos vimos ayer lo que fue capaz de hacer con una sola chispa del fuego que creí Di Angello. Podría arrasar esta casa en cuestión de minutos. A mi no me parecen, ninguna de las dos, para nada de fiar.

Hizo una pausa mirando con ojos críticos a todos los demás, y después se volvió hacia Giulia.

-Y, chiquilla, mi ghoul está completamente bajo mi merced. Así que si estás insinuando que ella pudiera estar aliada con la feérica, estás muy equivocada. No obstante…

Alexandro le hizo un gesto a la humana y esta acudió a su lado como si fuera un dócil animalillo. El vampiro le cogió la mano y se la besó de manera delicada para después mirarla fijamente a los ojos.

- Dime, pequeña… ¿es Flavia de fiar?

 

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07/10/2009, 19:07
Elissa Sodano

 

La muchacha, ligeramente ruborizada por el gesto amable de Alexandro, cerró los ojos respirando hondo y asintió con la cabeza.

- Si, señor Arcuri.- todavía con la mano posada en la de Alexandro, Elissa se dirigió hacia el resto de los vampiros con inseguridad, sobre todo por la atenta mirada de Lady Vasnia.- La señorita Di Angello es amiga mía desde antes de ligar mi sangre a la del señor Arcuri. Es una persona agradable que, a mi parecer, no sería capaz de dañar a nadie. Sufrió mucho tras la muerte de su mentora, la feérica Nietta, y a veces no tiene muy en cuenta sus modales o el protocolo. Pero no creo que tenga malas intenciones para con nosotros. Aunque tampoco creo que tenga verdaderas intenciones de ayudar, he de decir. Eso es todo.

Elissa miró temerosa a los ojos de Alexandro y este asintió aprobando su discurso, breve, pero conciso.

 

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08/10/2009, 07:03
Riccardo di Lorenzo

Riccardo había escuchado la conversación en silencio, que cada vez se le antojaba más absurda. Suspiró, y apoyó sus dedos pulgares en sus lagrimales, un gesto que arrastraba desde sus tiempos de humano. Luego levantó la cabeza de repente y rugió, suavemente.

- Ya basta.

Cuando todos los chiquillos guardaron silencio, prosiguió.

- ¿Qué es esto? ¿Un cruce de reproches y de defensas sin sentido? ¿Qué demonios os pasa?

Luego miró con fiereza a su Chiquillo.

- Pietro... La próxima vez que eludas los deberes para con tu raza por estar charlando animosamente con una criatura que no sólo no nos atañe, sino que nos podría dar problemas, serás castigado. Al ofender a Giulia y a Alexandro, tus hermanos, me ofendes a mí mismo, y por tanto a Lady Vasnia. En nombre de la sangre que nos une, compórtate de una vez como alguien que podamos admirar, no como un adolescente repleto de hormonas. ¿He hablado lo suficientemente claro?

Riccardo sostuvo la mirada de Pietro unos segundos más, y entonces se dirigió al resto de los vampiros dándole la espalda.

- Entonces, si las hadas son tan bondadosas como nuestro bebé y Elissa nos la pintan, ¿dónde deberíamos mirar? ¿A los Garou? No. Me niego a seguir jugando a buscar al culpable. Yo digo que...

Miró a Lady Vasnia.

- Nos aprovechemos de ello. ¿Para qué conformarnos con un trozo del pastel cuando podemos tenerlo todo? Hay atentados intencionados... Bien, no sabemos quién es el culpable. Inventémonos unos: nosotros. ¿Hay criaturas más sutiles que nosotros en esta ciudad, querida?. Matemos a todos, poco a poco. Que cunda el pánico y la confusión. Interpretemos nuestro papel. Bailemos nuestro baile, y entonces, brindemos en copas de plata por nuestra victoria.

Carraspeó y continuó.

- ¿Os preocupa Calíope, verdad? Dejad al hada en su bosque. Cuando sepa todo, será demasiado tarde. Y para eso hay que cortar su información con el mundo exterior... ¿Y quién es su lazo con el mundo exterior? - Se acercó a Elissa lentamente y le acarició el pelo. - Flavia. Y tú eres una vampira leal, ¿verdad, Elissa? Estoy seguro que obedecerías si te ordenáramos matar a Flavia, ¿cierto?

Y miró a los ojos de Elissa sonriendo mientras esperaba a que Lady Vasnia se pronunciara al respecto.

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08/10/2009, 09:56
Elissa Sodano

Elissa, ante la proximidad de Riccardo hizo amago de retroceder, pero no pudo. Tembló levemente cuando el le acarició el pelo y se quedó completamente pendida de sus ojos gélidos y sugerentes. Las atractivas facciones del vampiro se le antojaron divinas de repente, y sus palabras eran… ¿Cómo no había podido darse cuenta antes de que Flavia era sencillamente un estorbo para todos?

La muchacha miró a Alexandro de reojo antes de contestar. Este

clavó las uñas en la mesa de rabia, pero no se atrevió a decir que no.

- S-si, mi señor…- tartamudeó Elissa, perdiéndose de nuevo en la mirada de Riccardo.

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08/10/2009, 10:01
Lady Vasnia Ranieri

 

Lady Vasnia contempló la escena callada, mientras en su mente resonaba la pregunta “¿Por qué mi chiquillo escogió a esta gente para pertenecer a nuestra raza?” Entonces él habló, demostrando su talante y todo el poderío que había en él, poniendo fin a la conversación. Le escuchó. Le escuchó como una serpiente escucha la flauta de su encantador. De pronto recordó porqué le había hecho poseedor de la Mansión, y porqué adoraba, de entre todos a los que ella había convertido, a Riccardo Di Lorenzo.

La vampiresa, cuando terminó de hablar sobre su plan, dio tres palmadas, lentas, disfrutando con una sonrisa perversa cómo el vampiro engatusaba a la joven que, ante sus dulces y tentadoras palabras, no pudo hacer nada más que asentir.

- Bravo, Riccardo- le dedicó una intensa y satisfactoria mirada. Entonces la vampiresa se levantó alzando la mano para que todo el mundo callara- No dudo de que Elissa hará bien su papel… en su debido momento. Ahora, querido, me gustaría hablar contigo en privado. Tus chiquillos tienen mucho sobre lo que pensar… Como por ejemplo, dónde están sus lealtades.

Lady Vasnia dio dos palmadas y su ghoul, la mujer que permanecía a su lado sin moverse, salió de la estancia de inmediato. Ella esperó a que Riccardo le indicara hacia dónde ir.

 

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08/10/2009, 14:51
Riccardo di Lorenzo

Riccardo sonrió a Vasnia y le hizo un gesto para que le siguiera. Su habitación estaría bien. Echó a caminar, pensando en lo deliciosamente bien que iba a salir la noche...

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08/10/2009, 16:35
Pietro Cacciatore

 Pietro sonrió, irónico, ante la reprimenda de Ricardo, puesto que no había sido él en iniciar la discusión, y de su boca no habían salido, en ningún momento, palabras insultantes. Pietro sonrió. Ricardo, al defender a los otros chiquillos les había dejado en evidencia. Pero no quiso decir mas y obviar la discusión.

 Pero cuando Ricardo comenzó a trazar su plan, Pietro comenzó a sentir algo que no había sentido en su siglo y medio de vida: Miedo. Abrió los ojos desmesuradamente. Era a eso a lo que se refería. El talante vampírico de estar siempre por encima de los demás, de ser crueles y despiadados para que todos les temieran. Ese sería el talón de Aquiles al que se refería.

 - Con... todos mis respeto, Sire. - No le llamó por su nombre, ni "padre" como acostumbraba cuando estaba de buen humor. Eligió una palabra distendida y distanciada. - Ese plan vuestro me parece un completo suicidio y un insulto. ¿Decis de mostrarnos nosotros como unos asesinos? ¿Proponéis que NOSOTROS seamos los traidores que rompamos el pacto? - Pietro se levantó de su asiento. - ¡Matar a Flavia! ¿Pero que demonios pasa por vuestra cabeza, Sire? ¿Hablais de mis deberes? Bien... pero... ¿Que hay de vuestros deberes? ¿Vais a romper el Pacto, a traicionar a nuestra estirpe? ¡Hay otros caminos, como bien decís, más sutiles que nos separen de esta traición, Ricardo! Personalmente me niego a llevar a cabo este plan.

 Luego esperó, a que Ricardo y Vasnia se marchasen para marchar él también a sus aposentos a pensar y trazar planes propios.

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08/10/2009, 23:16
Lady Vasnia Ranieri

 

Lady Vasnia se giró hacia el chiquillo de Riccardo y le fulminó con la mirada. Después, antes de que el propio Sire dijera nada, apoyó una mano en la mesa y pronunció con voz profunda y grave la palabra “Silencio” Acto seguido, todos los de la estancia sintieron la imperiosa necesidad de respetar aquella orden.

- Su deber como VAMPIRO es mirar por lo mejor para los de su raza y, en especial, a su familia. Algo que tu no estás demostrando. El mío, como Anciana, el de que no ponga en peligro a la comunidad. Tu, niño, no eres NADIE para decirle cuales son sus deberes, primero aprende cuales son los tuyos. He solicitado audiencia a solas con él precisamente para tratar esos temas lejos de unos impertinentes como vosotros, incapaces de mirar por el bien de su raza. ¿A caso crees que los garou no van a hacer lo mismo? ¿Es que ya se te ha olvidado lo que le hicieron a esa pobre muchacha que se sienta a tu lado?- la vampiresa alzó la mano y señaló a Giulia.- Luego tendré una charla personal contigo, Cacciatore. No me molestéis.

Quizás alguien tuvo la necesidad de responder o replicar a la Anciana, pero ni si quiera el propio Di Lorenzo tenía voluntad suficiente como para revelarse o añadir algo. Lady Vasnia le miró fijamente con sus ojos azul hielo y después se dirigió fuera de la estancia seguida por Riccardo.

 

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08/10/2009, 23:19
Director

Lady Vasnia bufó al salir del salón. Sabías que estaba enfurecida aunque su semblante pétreo no lo mostrara, y que lo próximo que haría sería preguntarte de dónde habías sacado a ese metomentodo que no hacía mas que estorbar.

La condujiste hacia tu habitación, que estaba en la última planta, reservada solo para tu uso exclusivo. Allí estaba tu despacho, tu habitación y otras dos más desocupadas. Los tres chiquillos habitaban abajo, aunque dormir dormíais todos en el sótano. Aun así, las habitaciones decoradas al estilo victoriano mostraban un aspecto impecable y perfectamente cuidado. La elegancia, el poderío, y la ostentosidad, no brillaban precisamente por su ausencia.

La vampiresa te siguió, subiendo las escaleras mientras alzaba la falda de su vestido para no tropezar, seguida de su ghoul que portaba un maletín negro y una caja plateada. Nada más entrar en tu habitación, tu Sire recorrió con la mirada todo, examinando cada detalle de la estancia plantada en el umbral de la puerta. Tras varios segundos, se acercó a una de las dos butacas que había y se sentó contemplando por la ventana la luna que comenzaba a salir por detrás de los edificios. La ghoul la siguió y posó al lado de la silla el maletín y la caja, donde pudiste ver grabado el sello de la anciana. Después Lady Vasnia le hizo un gesto con la mano y la mujer abandonó la habitación cerrando la puerta tras de si.

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09/10/2009, 04:19
Riccardo di Lorenzo

Riccardo miró a Vasnia y sonrió, mientras se acercaba a su espalda para acariciarle el cabello.

- Lo sé. Sé lo que estás pensando, mi amor... Y sí, se merece un castigo. Dejaré que te encargues. Pero hablemos de lo verdaderamente importante... ¿Qué piensas sobre mi plan?