Partida Rol por web

Tras el diente de Dragón

Escena I: La princesa de Cornualles.

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26/03/2012, 23:26
Director

La puerta de la posada chirrió. No había lugar a equívocos: en el muelle sur solo había una posada, a pesar de que una pequeña aldea estaba creciendo a su alrededor. Había una mesa reservada al fondo con un mantel rojo que, dicho sea de paso, estaba bastante sucio. Allí se había reunido el extraño grupo, cada uno por diversos motivos.

Sin embargo no atraían mucho la atención, ni ellos, ni el muchacho que, sentado solo, parecía mantener una conversación con un armiño. Su aspecto era cuidado, como si fuera de la nobleza, y llevaba sobre sus hombros una piel blanca de lobo. Las gentes de la posada estaban inquietas por otros motivos. El barón de Cornualles había perdido la cabeza, comentaban. Tenían miedo. Nadie osaba atacar esas tierras mientras Philiph las guardaba. Ahora, eran un blanco fácil.

Me temo que al final no podré acompañaros - comenzó Gwalch, el aprendiz de druida - pero he buscado algo de información que quizá os sea útil.

De su bolsillo sacó algunos trozos de pergamino, un mapa, un cordel y unas canicas. Con un gesto rápido guardó de nuevo las canicas y el cordel, dejando sobre la mesa los pergaminos.

La puerta chirrió de nuevo y entró una mujer rubia, muy pequeña (apenas llega al hombro de Gwalch) con una capa negra y un libro desproporcionadamente grande. El muchacho del armiño abrió su capa y el animal se escondió. Mientras, la mujer abrió el libro, pronunció algo, escudriñó toda la posada y se fue.

- Creo que la manera más sencilla de conseguir un diente de dragón - prosiguió Gwalch - es tratar de buscar alguno de los dragones que se perdieron al comienzo de la edad.

El muchacho del armiño se levantó para seguir a la mujer, pero al llegar al umbral de la puerta se detuvo bruscamente y subió las escaleras en dirección a una de las habitaciones. Nadie en la posada pareció percatarse.

- Esto es todo lo que tengo.

Salvo el mapa, Gwalch no había dejado ni un solo pergamino completo. Trozos sueltos con nombres, dibujos o palabras, muy cercanas a las anotaciones de un loco. Pero Gwalch no parecía estarlo...

Notas de juego

Ver "Notas de viaje" (el otro hilo)

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27/03/2012, 20:33
Director

Notas de juego

Adrien solo conoce a Nenúfar del castillo, y a Rhiannon, claro (es su hermana). Nenúfar es la asistente de Giselle así que en principio tiene confianza.

No conoce a los demás de nada, aunque está relativamente tranquilo porque confía en la elección de Nenúfar.

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27/03/2012, 20:35
Director

Notas de juego

Harald solo conoce a Nenúfar del castillo, aunque ha oído hablar de Gwalch (es su hermano mellizo). Sheogorath y Tuann, a los que conoce de vista, tienen fama de entrometidos y locos, así que "desconfiado" es poco cuando los ve allí.

Adrien tiene suficiente pinta de pescador como para que Harald encaje las piezas sobre quien es el "amor" de Giselle.

PD: ¡La primera en la frente!! Perdón por no poner esto antes.

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27/03/2012, 20:38
Director

Notas de juego

Nenúfar no conoce a Rhiannon, aunque estaba advertida de que Adrien llamaría a su hermana. Le sorprende muchísimo el parecido con ella.

Por otro lado, le avergüenza la presencia de Sheogorath.

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27/03/2012, 20:39
Director

Notas de juego

Rhiannon solo conoce a su hermano, aunque se imaginaba que habría alguien más. Le sorprende el parecido de Nenúfar con ella misma (quizá algunos años antes)

Es, desde luego, un grupo muy poco discreto.

PD: Perdón, ayer me faltó añadir esta parte.

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27/03/2012, 20:41
Director

Notas de juego

Sheogorath no conoce directamente a nadie porque todos en el castillo huyen de su contacto, pero le suenan las caras de Nenúfar, Harald y Gwalch.

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27/03/2012, 20:42
Director

Notas de juego

Tuann solo conoce a su maestro, aunque le resultan familiares, del castillo, las caras de Harald y Nenúfar. Gwalch, que se parece muchísimo a esta última (como si fueran mellizos), parece también un aprendiz, pero de druida.

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27/03/2012, 20:59
Sheogorath ex Jerbiton

Durante toda la escena, Sheogorath se meció de derecha a izquierda, pasando el peso de un pie a otro. En su mano diestra, sujetaba una larga vara. En su rostro, una sonrisa brillaba.

Al fin, el muchacho acabó de hablar, dejándolos ante aquellos fragmentos de pergamino, ante aquel mapa. Pero no era aquello lo que interesaba al mago de elegantes ropajes. Se pasó la zurda por el cabello canoso, sin dejar de sonreír.

Una vez tuve una bolita de esas —dijo, pensando en las canicas. De repente, puso un puchero, y su tono se agudizó—. Joooo, ¿para qué se las esconde?

Pataleó contra el suelo, antes de reír.

Jajajajajaja —de un salto, se plantó ante el mapa. Lo cogió, le dio la vuelta, y lo miró al revés—. ¡Ajá! ¡Así que ahí te escondías, pájaro de mal agüero! ¡En la tierra invertida! —entonces, soltó un grito asustado, y dejo el mapa en la mesa con un gesto asustado, como si de repente aquello le quemase la mano—. ¡Uau! Tampoco es para tomárselo así, alguacil…

Sheogorath miró atrás, y su rostro se relajó al observar a su aprendiz. Para él, el resto de personas en la habitación parecían no existir.

Pequeño, ¿has cenado? —preguntó, antes de coger uno de los trozos de pergamino y, con parsimonia, llevárselo a la boca…

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27/03/2012, 23:09
Tuann Oig

Al sentarse en la mesa el chiquillo vio a las pelirrojas, e instintivamente a la puerta y dejó volar su imaginación: "Primero ellas, esperaría un momento y luego yo, o primero yo y luego ellas, o primero una de ellas, luego espero.... Las palabras del aprendiz le hicieron volver.

Tuann intentó entender toda las palabras de los adultos, en su pequeño cerebro surgía la idea de que iban a cazar un dragón. Así que lo de anoche no fue un sueño, el muchacho intentó visualizar a la criatura.
Su pater, Sheogorath, tenía unos libros con dibujos de unos seres alados, que escupían fuego y que median lo que un castillo...Locos, todos locos.

-Zanahorias!!, maestro no se coma el pergamino--le gritó a Sheogorath--yo le traeré algo de comer--añadió mientras le quitaba el pergamino de las manos.

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28/03/2012, 00:19
Rhiannon

Durante aquel extraño encuentro Rhiannon no dejó de mirar atónita a la joven pelirroja que estaba sentada justo enfrente. La muchacha guardaba un asombroso parecido con ella, al menos con la Rhiannon de hace algunos años. Era como mirar su imagen reflejada en las tranquilas aguas de un río. Quizás por ello o porque no tenía demasiadas expectativas en aquella ridícula reunión a la que la había conducido Adrien, Rhiannon an t-iora  (la ardilla) prestó poca atención a la conversación que mantenía el extraño grupo del que formaba parte. Sólo la mención del diente del dragón hizo que, por un breve instante, Rhiannon centrara su atención en Gwalch.

“Un diente de dragón...menuda estupidez-pensó la joven-además ¿Para que demonios quería  Philiph un diente de dragón? Sin duda, el viejo Barón se ha vuelto loco y más loca estaré yo si creo poder conseguir algo bueno para mi aldea de este ridículo grupo”.

La joven estaba cada vez más incómoda en aquella posada, rodeada de extraños, incomodidad que se tornó en abierto malestar cuando uno de ellos, que vestía como un bufón, se levantó y empezó a masticar el pergamino que había dejado Gwalch sobre el sucio mantel de la mesa. Rhiannon inclinó su cabeza sobre el hombro de Adrien y pareció susurrarle algo.

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28/03/2012, 00:44
Rhiannon

“Hermano, creo que he visto demasiado ¿De verdad crees poder conseguir algo bueno uniéndote a estos tipos? Creo que será mejor que la olvides cuanto antes, pues todo esto es una maldita locura. Además, tu corazón parece ir más veloz que los corceles de la antigua diosa de la que madre me dio el nombre, piensa un poco, Adrien ¿Por qué un diente de dragón? ¿Para qué lo quiere el barón Philiph? Yo saldré de aquí cuanto antes, pues, hermanito, si vivo en una cueva es porque no conviene que me vean demasiado y juntarse con este extraño y vistoso grupo es lo último que le conviene a mi preciado cuello”.

"Mi preciado cuello- pensó mientras recordaba el extraño sueño que le atormentaba por las noches desde hacía algún tiempo -eso es lo que perderé si seguimos adelante”.

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28/03/2012, 05:24
Adrien

Adrien miro a Gwalch con incredulidad, lo miro como esperando que luego de haber dicho todo saliera con un “ah se me olvidaba decir” o “también tengo esta pista…” no podía creer que esa era toda la información que había podido recaudar.

- en serio!!!?... de verdad eso es todo lo que puedes decirnos? – le dice como si la falta de información fuese totalmente obvia…

Miro a Nenúfar con los ojos muy abiertos, de verdad ella creía que “este” era el grupo indicado para semejante campaña. Casi esperaba que la chica le dijera “es una broma!!”. Ya era rarísimo ver a alguien deleitándose con el papel, pero escucharlos y ver que no parecían prestarle la seriedad necesaria al asunto era casi desesperante. Adrián necesitaba a toda costa ese diente, se había convertido en su obsesión desde que se supo de la noticia. Ese diente era lo único que le aseguraba  asegurar a su lado  a Giselle… Su Giselle. Con eso, no habría excusa de que un simple y pobre pescador pudiera pedir con todas las de la ley, desposar al amor de su vida. La prisa por encontrarlo era inmensa, no solo era las fuertes ganas de poder cumplir sus sueños y los de Giselle, era que solo pensar que cualquier otro estuviese en lo mismo y pudiera encontrarlo primero que el, lo hacia casi enloquecer. 

Y como si aun no fuese suficiente, su hermana no estaba del todo convencida de la situación. No podía culparla, ella se encontraba ahí prácticamente porque la había traído prácticamente obligada.

- Rhiannon, por favor… - dijo prácticamente suplicando – ya te explique lo mucho que podríamos hacer ambos con ese bendito diente… por favor…

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28/03/2012, 05:25
Adrien

- imagina cuanto podrimos ayudar a todos… tu misma has vivido en las sombras y sucumbiendo la ley para poder ayudar al que mas lo necesita. Con esto no tendríamos que hacerlo escondidos, tendríamos en nuestras manos todo para poder acabar con el dolor y la pena de los muchos que hemos visto en el camino. Tú tendrías todo a tus manos para traer la esperanza en estas tierras y yo… yo tendría a Giselle. No puedo renunciar a ella Rhiannon, no puedo, por favor hermana… jamás te he pedido algo tan grande como esto… además – vuelve a mirar al sujeto como papeles – de verdad piensas dejarme solo con ese loco?...

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28/03/2012, 09:40
Rhiannon

Rhiannon quería demasiado a su hermano como para abandonarlo a su suerte y en compañía de esa pandilla de locos... y estaba segura de que él lo sabía y se aprovechaba de ello.  Además, tenía que reconocer que Adrien tenía razón: el diente de dragón era la única posibilidad que les quedaba para darle al barón una merecida patada en su maldito trasero. Rhiannon y sus hombres no resistirían mucho más, cada vez era más complicado realizar incursiones y escapar sin ser vistos, las escaramuzas se habían multiplicado y el pequeño grupo no estaba preparado para combatir, pues no eran soldados sino campesinos y pescadores.
“Está bien, Adrien. Pero o se calma ese loco del traje chillón o me largo ahora mismo. Por cierto ¿Quién es esa joven pelirroja?”.

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28/03/2012, 10:53
Nenúfar

“La locura del barón traerán problemas” pensó Nenúfar, el padre de su fiel amiga y princesa Giselle, había perdido la cordura, pedir un diente de dragón revolucionaria el pueblo. Pero fue por la petición de Giselle por la que no se cuestionó si debería continuar con el plan.   Sencillamente lo harían.

Atenta a las instrucciones de su hermano, Nenúfar contempló el mapa de Irlanda sobre la mesa, iba a ser un viaje largo y la concurrencia no era del  todo de su agrado, la joven de enfrente no dejaba de mirarla y aunque el parecido entre ellas era mas que notorio no le agradaba el desdén que mostraba, si no se equivocaba debía ser la hermana de Adrien, y por si fuera poco no encontraba relación entre los papeles de  Gwalch. 

Desconcertada le preguntó  - ¿A caso necesitamos todo est…  - No terminó de pronunciar sus palabras cuando Sheogorath interrumpió con su escandalosa risa. La joven le miró perpleja, todavía no se acostumbraba a sus chifladuras, volvió su mirada hacia Harald evitando que el mago notara la antipatía que mostraba su rostro, y de alguna manera quiso disculparse ante el vikingo por haber aceptado que los acompañara. ¿Que podía haber hecho después de haberles sorprendido a ella y a su hermano hablando en los pasillos del castillo?
-Sheogorath… por favor… necesitaremos el mapa, ¿no cree? – Nenúfar concentró su atención en pronunciar sus palabras lo mas dulces que pudieran. -Hermano, indícanos el camino.-  Era evidente el parecido que había entre Ghalch y Nenúfar, ya que eran hermanos gemelos.

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28/03/2012, 14:50
Harald Sigurdrson

Aunque la joven Nenúfar no le había advertido, Harald había supuesto que formarían parte de un grupo más numeroso. Ni siquiera el héroe Buliwyf había partido solo para enfrentarse al Grendel, y dos era un número obviamente pequeño para ir a la búsqueda de un orm, aunque estuviese ya muerto. Sin embargo, sus puños se cerraron instintivamente un par de veces al reunirse con aquellos desconocidos en la posada, y dedicó unos momentos a examinarlos.

El muchacho caminaba como un pescador, vestía como un pescador y olía como un pescador. Harald sonrió para sí mismo: el futuro fisker jarl. Después estaban aquellos dos scops, aparentemente maestro y aprendiz. No llegó a entender mucho de lo que el hombre decía, pero cuando el niño le apartó el pergamino de la boca no pudo por menos que fruncir el ceño. Había visto antes a aquellos dos, y sabía que no eran de fiar. Hacían algunos trucos muy buenos, pero estaban locos de atar. Y por último, esa mujer... Era muy hermosa, con su larga trenza pelirroja. Miraba muy seria a todos ellos, y al parecer venía con el joven rey pescador. El parecido con Vannlilje era notable, aunque era bastante mayor que ella. Si también peleaba como Nenúfar, sería una valiosa aliada.

La fugaz aparición de la mujer del libro y la repentina marcha de Gwalch también dejaron sorprendido al nórdico, pero se encogió de hombros: aquellos debían ser asuntos de magos, sin duda. Echó un vistazo somero a los trozos de pergamino y el mapa, incomprensibles para él. Asistió impasible a la desesperación del pescador, que se enzarzaba en una discusión con la mujer pelirroja. Estirando la manaza, agarró al hoven del hombro interrumpiéndole con cordial rudeza:

-¿Cómo te llamas, fisker jarl?

-Adrien -contestó el muchacho, sorprendido.

-No temas nada, Adrien, la tenacidad de los hérroes hace temblarr a los mismos gigantes. Soy Harald Sigurdrson, del norte, donde las mujeres comen nieve y los niños de pecho combaten a los trolls con hachas afiladas -se presentó-. Yo te ayudarré, y conseguirremos el diente del orm, aunque haya que arrancárrselo a patadas en la boca -hizo una pausa y remató con una horrible carcajada-. O morrirremos todos, naturralmente.

 

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28/03/2012, 16:50
Sheogorath ex Jerbiton

¡No... quiero... zanahorias! —con cada palabra, Sheogorath golpeó el suelo con su vara, mirando ávidamente el trozo de pergamino arrebatado. Para él, en ese momento no existía nada más apetitoso. Entonces, las palabras de una de las mujeres de la sala atrajeron su atención.

¡El mapa! ¡Sí, sí, lo tengo por aquí, pelofuego! —rebuscó entre sus bolsillos, dejando caer la vara al suelo, que resonó ruidosamente en la habitación—. ¿Quién me ha robado mis saquitos de mapas? ¡Ahí es donde guardaba la cebolla y el jarrón que me regaló el rey de los cuervos! —de repente se detuvo, y abrió la boca, al parecer oyendo algo—. No, no, Glauco... ¿en serio? ¿Él? —concluyó, señalando con su dedo a Adrien—. No, no creo que sepa nada sobre pantalones... ¿sabe usted algo de eso, joven?

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28/03/2012, 19:37
Rhiannon

La muchacha frunció el ceño dejando entrever su malestar con el gigante rubio que acababa de interrumpir la conversación privada que mantenía con Adrien.  Sin embargo, pronto depuso su actitud hostil, pues comprendió que no convenía enemistarse con alguien tan fuerte, a un tipo así convenía tenerlo de tu lado... sobre todo si se trataba de ir en busca de un diente de dragón. Además, parecía simpático o, al menos, su forma de hablar era de lo más graciosa. A la mente de la joven acudieron multitud de juegos de palabras y frases divertidas y pensó cómo se las ingeniaría para hacer que el gigante las repitiera. Rhiannon tuvo que contenerse para no emitir una sonora carcajada. Podría ser un viaje muy entretenido, después de todo.

“Soy la hermana de Adrien y mi nombre es Rhia...- el hombre estrafalario que hace un momento se estaba comiendo el pergamino la interrumpió preguntando algo sobre unos pantalones-nnon”.

La joven se quedó boquiabierta mirando al hombre vestido con traje morado y verde, deseando coger la mano de su hermano y salir corriendo de aquella maldita posada.

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28/03/2012, 21:52
Gwalch

Cita:

-Hermano, indícanos el camino.- Era evidente el parecido que había entre Gwalch y Nenúfar, ya que eran hermanos gemelos.

- Ese es el problema, Nenúfar - dijo el aprendiz de druida, suspirando largamente. Gwalch intentaba por todos los medios no prestar atención a Sheogorath, aunque era casi imposible. - Parece que lo que aquí tengo corresponde a los pedazos de una especie de encantamiento que hizo dormir un dragón. Creo que muestra lo necesario para despertarlo... y dónde encontrarlo, claro. Pero alguien se ha tomado muchas molestias para ocultarlo, y ya solo quedan estos fragmentos que he conseguido rob... ¡¡Bueno!! El caso es que no consigo encontrar la relación entre ellos, salvo en estos tres:

Gwalch tomó tres de los fragmentos, y los puso frente a si.

Lir - Aoife - Pluma de cisne inmortal

La leyenda de los hijos de Lir* , explicó, relacionaba aquellos tres pergaminos con el lago Derravaragh. Por eso había traído un mapa de Irlanda. Si estaba en lo cierto, de ellos obtendrían la pluma de cisne.

- ¿A nadie más le suenan estas palabras de algo?

Notas de juego

No es un turno

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29/03/2012, 04:25
Adrien

Jejeje – Adrien se ríe nervioso aunque el comentario de Harald le hace bastante gracia – es de mi preferencia vivir para contarlo, muerto no me servirá de mucho…

- … eh, pantalones!? Es eso una pregunta con trampa? – el chico de ojos grises perplejo, no sabe si reír a carcajadas o salir corriendo… no pudo evitarlo, ver la cara de su querida hermana fue como leer un poema de un marinero ebrio,  soltó una pequeña pero notoria carcajada al mismo tiempo que mira a Nenúfar para casi susurrarle divertido – de donde sacaste a este señor…

Adrien toma algunos pergaminos como desesperado por encontrar algo, él no era muy diestro con la lectura, pero había aprendido bastante bien gracias a las cartas de Giselle  - Lir - Aoife - Pluma de cisne inmortal… hmmmm no se, pero esto parece tener mas sentido en el lenguaje de el señor aquí presente… - señala casi disimuladamente al que Nenúfar llamaba Sheogorath

- bien, bien, bien… en resumidas cuentas todo lo que necesitamos es recorrer toda Irlanda, encontrar un dragón dormido, despertarlo y sacarle el diente....  es que acaso no se le puede sacar dormido!?... – la idea de alguna manera le daba emoción al chico, pero para un simple pescador como el,  la minúscula idea de “despertar” un dragón era apabullante de pie a cabeza…